EL CAMBIO CLIMÁTICO, LA DISTRIBUCIÓN GLOBAL DE LOS MURCIELAGOS Y LA EMERGENCIA DE LOS CORONAVIRUS

Actualizado 8 de febrero, 2021

Las zoonosis representan más del 60% de las enfermedades infecciosas emergentes y la mayoría proviene de la fauna silvestre. Se estima que son más de 3000 los tipos de coronavirus transportados por los murciélagos en todo el mundo1. La inmensa mayoría de esos coronavirus no afecta al hombre, pero es muy probable que los tres tipos que causan enfermedad y muerte en la especie humana se hayan originado en murciélagos: el síndrome respiratorio de Oriente Medio (MERS) CoV y los responsables de sendos síndromes respiratorios agudos severos, SARS CoV-1 y SARS CoV-2.
Es, por lo tanto, posible que un aumento en el número de especies de murciélagos en una región particular impulsado por el cambio climático aumente la probabilidad de que un coronavirus potencialmente patógeno para los humanos esté presente, se transmita o evolucione allí1. Esta fue la hipótesis central de un grupo de investigadores de dos centros, en Gran Bretaña y Alemania, quienes estudiaron los cambios climáticos y fitogeográficos de una región de China y su relación con el número y tipo de murciélagos. Los resultados de este estudio indican que durante el último siglo ocurrieron cambios a gran escala en el tipo de vegetación de la provincia de Yunnan, ubicada en el sur de China, y en las regiones adyacentes de Myanmar y Laos. Los investigadores crearon un mapa comparativo de la vegetación del mundo utilizando registros de temperatura, precipitación y nubosidad en dos periodos, 1901-1930 y 1990-2019. Luego emplearon información sobre los requisitos de vegetación de las especies de murciélagos del mundo para calcular la distribución global de cada especie a principios del siglo XX. Comparar esto con las distribuciones actuales les permitió estimar cómo la riqueza de especies de murciélagos, es decir el número de especies diferentes, ha cambiado en todo el mundo durante el último siglo en relación con el cambio climático.
Los datos así obtenidos sugieren que durante el siglo pasado ocurrió una sustitución a gran escala de matorrales tropicales por sabanas tropicales y bosques caducifolios. Esta mudanza estuvo impulsada por cambios climáticos caracterizados por el aumento de la temperatura y los niveles de CO2 atmosférico, la alteración de los patrones de precipitación y la disminución de la cobertura de nubes. Las nuevas zonas de bosque tropical se volvieron refugios y entornos adecuados para diversas especies de murciélagos. Durante el siglo XX, unas 40 especies, albergando alrededor de 100 tipos más de coronavirus, se trasladaron a la provincia de Yunnan, en el sur de China. Esa región, identificada en el estudio como un hotspot global del aumento en la riqueza de especies de murciélagos impulsado por el clima, también es hábitat de pangolines, los que, a su vez, están sospechados de ser huéspedes intermediarios tanto de SARS-CoV-1 como de SARS-CoV-2. De allí la probabilidad de que ambos virus hayan pasado de los murciélagos a estos animales, que luego se vendieron en mercados de vida silvestre, uno en Guangdong y el otro en Wuhan, donde ocurrieron los respectivos brotes humanos iniciales. No obstante, los autores aclaran que los métodos que emplearon para simular cambios en la vegetación y cartografiar la distribución de los murciélagos no están exento de limitaciones.
Por otra parte, en un estudio publicado en Nature Communications2 se señala que, al comparar las estructuras de las proteínas spike del coronavirus, se descubrió que el virus del pangolín podía unirse a los receptores de estas proteínas presentes tanto en pangolines como en humanos. En cambio, el coronavirus del murciélago no podría unirse de manera efectiva a los receptores de humanos o de pangolín.
En estos estudios se enfatiza la necesidad de limitar la expansión de áreas urbanas, tierras de cultivo y terrenos de caza que afectan el hábitat natural, para reducir así el contacto entre humanos y animales silvestres portadores de enfermedades. El estudio de Beyer et al1 mostró además que, durante el último siglo, el cambio climático ha provocado aumentos en el número de especies de murciélagos en regiones de África Central, y en varias áreas puntuales de América Central y Sudamérica.

1. Beyer RM, Manica A, Mora C. Shifts in global bat diversity suggest a possible role of climate change in the emergence of SARS-CoV-1 and SARS-CoV-2. Sci Total Environ 2021 Jan 26; https://doi.org/10.1016/j.scitotenv.2021.145413.

2. Wrobel AG, Benton DJ, Xu P, et al. Structure and binding properties of Pangolin-CoV spike glycoprotein inform the evolution of SARS-CoV-2. Nat Commun 2021; 12: 837; https://doi.org/10.1038/s41467-021-21006-9.