ANORMAL CRECIMIENTO DE LA AMIGDALA CEREBRAL EN INFANTES QUE DESARROLLARÁN AUTISMO

Actualizado 25 de marzo, 2022

Una investigación dirigida por científicos de UNC-Chapel Hill, EE.UU. demuestra un crecimiento excesivo de la amígdala en el primer año de vida, antes de que los bebés muestren la mayoría de los síntomas conductuales que luego se consolidan en un diagnóstico de autismo.

La amígdala es importante para interpretar el significado social y emocional de la información sensorial, desde reconocer la emoción en los rostros hasta interpretar imágenes de miedo que nos informan sobre los peligros potenciales en nuestro entorno. Se ha pensado que la amígdala desempeña un papel destacado en las dificultades con el comportamiento social que son fundamentales para el autismo.

Los investigadores utilizaron imágenes por resonancia para demostrar un crecimiento excesivo de la amígdala que comienza entre los seis y los 12 meses de edad, antes de la edad en que emergen por completo los comportamientos distintivos del autismo. Esto permite el diagnóstico más temprano de esta afección. El aumento del crecimiento de la amígdala en bebés que luego fueron diagnosticados con autismo difería notablemente de los patrones de crecimiento cerebral en bebés con otro trastorno del neurodesarrollo como el síndrome X frágil, donde no se observaron diferencias en el crecimiento de la amígdala.

La investigación publicada en el American Journal of Psychiatry, demostró que los bebés con síndrome de X frágil ya presentan retrasos cognitivos a los seis meses de edad, mientras que los bebés que luego serán diagnosticados con autismo no muestran ningún déficit en la capacidad cognitiva a los seis meses de edad, aunque tienen una disminución gradual de la capacidad cognitiva entre los seis y los 24 meses de edad, la edad en que se les diagnosticó el trastorno del espectro autista. Los bebés que desarrollan autismo no muestran diferencias en el tamaño de su amígdala a los seis meses. Sin embargo, su amígdala comienza a crecer más rápido que otros bebés (incluidos los que tienen el síndrome de X frágil y los que no desarrollan autismo), entre los seis y los 12 meses de edad, y se agranda significativamente a los 12 meses. Este agrandamiento de la amígdala continúa hasta los 24 meses, una edad en la que los comportamientos suelen ser lo suficientemente evidentes como para justificar un diagnóstico de autismo.

Shen MD, Swanson MR, Wolff JJ et al. Subcortical Brain Development in Autism and Fragile X Syndrome: Evidence for Dynamic, Age- and Disorder-Specific Trajectories in Infancy. Am J Psychiatry 2022 Mar 25;appiajp21090896. doi: 10.1176/appi.ajp.21090896. Online ahead of print.