Tapa Volumen 81 Año 2021 – Nº 2 Marzo – Abril


LA TAPA

Fresco de Pompeya (45-79 d.C). Eneas herido

Enea ferito (Eneas herido). Fuente: Museo Nazionale Archeologico di Napoli. Inventario No. 9009, https://www.museoarcheologiconapoli.it/en/room-and-sections-of-the-exhibition/frescoes/.
Arreglo B.B.

 

Fresco del IV estilo pompeyano, c. 45-79 d.C., encontrado en 1825 en el triclinium (sala de banquetes) de la casa de Sirico, en Pompeya. El fresco muestra a Eneas operado por el médico Japix quien, “con un fórceps o bisturí”, trata de extraer la punta de una flecha clavada en el muslo derecho. El episodio está narrado por Virgilio en la Eneida. El héroe lucha con los rútulos en Italia cuando lo hiere una flecha y debe retirarse. La obra es de “un pintor de escasa capacidad artística”; ubicada en la sala donde se reciben los huéspedes, es un homenaje al relato mitológico de los orígenes de Roma.
El centro de interés del fresco es la intervención donde el cirujano trata de extraer la flecha no con un fórceps o bisturí, sino con un instrumento especial cuyo objetivo es rodear las barbas (“las puntas aguzadas hacia atrás de la lengüeta de la flecha”) para no dañar los tejidos al sacarla. Y muchos dispositivos ingeniosos se inventaron con ese propósito. Con la dudosa cuchara de Diocles, se extrajo una flecha clavada en el ojo de Filipo II de Macedonia y, probablemente, flechas que recibió su hijo Alejandro el Grande. Diocles de Caristo (c.375 BC-c.295 BC) fue un médico y pensador griego, a quien Plinio el Viejo considera segundo a Hipócrates de Cos en época y fama. A la cuchara de Diocles le siguieron instrumentos más complejos, como el que ilustra este fresco (Karger B, Sudhues H, Brinkmann B. Arrow Wounds: Major Stimulus in the History of Surgery. World J Surg 2001; 25, 1550-55). También se pueden extraer las flechas comiendo orégano de Creta (Origanum dictamnus). Según Plinio el Viejo (Historia Natural, 8.41) las cabras salvajes de Creta comen el orégano y así expulsan las flechas del cuerpo. Quizá Aristóteles recibió la noticia de un cretense (Historia de los animales, 9.7.1), luego la repitieron Teofrasto, Cicerón y Plinio. Y repetimos al cretense 2400 años después. Para Virgilio, a Eneas lo curó Venus, su madre. La pintura Venus curando a Eneas (Hacia 1805-1810) de Merry-Joseph Blondel (Museo del Prado, Cat. P006075) atestigua el hecho. Mejor probar con la cirugía, luego comer el orégano de Creta, que tiene otras buenas propiedades, y, al fin, llamar a Venus. (Liolios CC, Graikoua K, Skaltsaa E, Chinoua I. Dittany of Crete: A botanical and ethnopharmacological review. J Ethnopharmacol 2010; 131:229-41.