En la era del WhatsApp y la pandemia

 


En estos días de la pandemia por el COVID-19 me vuelve a la memoria la editorial de la revista Medicina (B Aires) escrita por el Dr. Guillermo Semeniuk sobre la medicina en la era del WhatsApp” 1. Allí describe el origen de esta aplicación en 2009 y enumera sus ventajas y desventajas con lo que coincido totalmente.
En estos días se ha incrementado en una forma muy acelerada la demanda de los pacientes a través de esta aplicación o de otra como emails, mensajes en los teléfonos celulares, workplace, etc. Esto generó, como lógica consecuencia, el aumento de las horas que los médicos debemos estar conectados a las pantallas, más del 50% del tiempo que habitualmente dedicaban.
Esta demanda de los pacientes, como también expresa el Dr. Semeniuk, nos expone a cometer errores y al doble trabajo de buscar sus historias clínicas, releer sus antecedentes y sus problemas activos, sus tratamientos y de esa forma minimizar los inconvenientes de una consulta no presencial.
El tiempo que el profesional pone a disposición de los pacientes más la responsabilidad de tomar decisiones a la distancia no está compensado con la retribución económica que debería tener, pero debo aclarar que más de un paciente ofrece y efectiviza el pago de las consultas virtuales, también por vía electrónica a una cuenta bancaria.
A otros se les explica la importancia de la consulta virtual antes de realizarla y que esta se hará con un posterior pago de honorarios, con reacciones diferentes por parte de los consultantes.
Un capítulo diferente que nos abrió la presente pandemia es la instrumentación de los medios de comunicación para realizar la educación a distancia que hasta la fecha no era suficientemente utilizada.
Desde aquel famoso cuadro del siglo XVII donde Rembrandt inmortalizó una lección de anatomía del cirujano Nicolaes Tulp, enseñando la disección anatómica del miembro superior, a distintos colegas y estudiantes como lo hacíamos en la década del 60 en la cátedra del Dr. Casiraghi en la Facultad de Medicina de la UBA, a la situación actual donde, gracias a los avances tecnológicos, podemos seguir dando clases a distancia, compartiendo e interactuando con los alumnos por medio de Zoom o WhatsApp y mantener los ateneos clínicos donde llamativamente con este sistema hay más participantes que anteriormente cuando eran presenciales.
Por todo esto debemos pensar que esta metodología seguramente viene para quedarse.
Otro ítem que nos ha aportado esta nueva modalidad que considero beneficioso es el acceso a la información científica, ya que tenemos permanentemente actualización de los diferentes avances tanto en referencia a la pandemia como a los otros temas médicos de la actualidad.
Debo aclarar que debemos ser muy prolijos en saber interpretar la seriedad de la misma.
En un reciente artículo publicado en el diario “La Nación” por Jodi Carrion, “La creciente relación entre literatura y viralidad” (reproducido del The New York Times), recuerda que en “Cien años de Soledad”, Gabriel García Márquez pone en boca de Melquíades: “La ciencia no hace más que eliminar las distancias y dentro de poco, el hombre podrá ver lo que ocurre en cualquier lugar de la Tierra sin moverse de su casa”.
Para terminar, recuerdo las palabras de nuestro premio Nobel Luis F. Leloir quien comentó que “Los analfabetos del futuro serán los que no sepan manejar una computadora”.

Cristian López Saubidet
e-mail: lopezsaubidet@fibertel.com.ar

1. Semeniuk GB. Medicina en la era del WhatsApp. Medicina (B Aires) 2019; 79: 407-8.