Actualizado 11 de agosto, 2025
Dado el gran número de preparaciones con magnesio que se utilizan para una amplia gama de afecciones, acompañado por una gran campaña publicitaria presentamos al lector interesado un resumen de un artículo publicado en el NEJM y que podría ser de ayuda. Sus autores son investigadores de Canadá y Holanda.
El artículo comienza con un resumen de las acciones del magnesio y su homeostasis. Así el ion participa en el metabolismo del ATP y la fisiología neuromuscular donde es un antagonista de los efectos del calcio y en el tono vascular. También se ha comprobado su papel en diversos procesos enzimáticos y señales intracelulares, en el ritmo circadiano. Su homeostasis se mantiene en un eje integrado por el intestino‑hueso‑riñón. Como es sabido el intestino absorbe Mg por varios mecanismos mientras que el hueso es un depósito regulado mientras que su excreción se basa en el asa de Henle y el túbulo contorneado distal.
La concentración sérica normal de magnesio en adultos es de ~1.7–2.4 mg/dL (0.7–1.0 mmol/L). La hipomagnesemia afecta al 3–10 % de la población general, con prevalencia mayor en diabéticos tipo 2, pacientes hospitalizados y sobre todo en las unidades de terapia intensiva. Sus síntomas son inespecíficos (astenia, calambres, debilidad) y es frecuentemente desapercibida. Suele asociarse con la hipocalcemia, hipokalemia y alcalosis metabólica.
También se conoce que los inmunosupresores, antibióticos, diuréticos, inhibidores de bomba de protones y drogas quimioterápicas provocan pérdida renal de magnesio al alterar su reabsorción. Se presenta además en el alcoholismo, diabetes tipo 2 e insulinorresistencia que disminuyen su reabsorción renal y hay evidencias de su asociación con mayor riesgo cardiovascular, arritmias y disfunción endotelial.
Además, se han identificado variantes genéticas en al menos 80 % de casos familiares: mutaciones en genes como TRPM6, TRPM7, CNNM2, así como en componentes de los canales paracelulares y cotransportadoesr que afectan la reabsorción del magnesio en el túbulo distal.
Los autores aclaran que la medición sérica de magnesio tiene limitaciones porque no refleja fielmente los depósitos intracelulares ni el contenido total corporal
Para el tratamiento de la hipomagnesemia leve se prefiere la suplementación oral. Las sales orgánicas (citrato, aspartato, glicinato, gluconato, lactato) tienen mejor absorción que las inorgánicas y tóxicos, aunque pueden provocar diarrea. Para la hipomagnesemia grave (tetania, convulsiones, arritmias, pacientes en estado crítico se debe administrar magnesio parenteral.
Otro uso del magnesio que está comprobado es en las Torsades de pointes refractario a betabloqueantes, en el asma grave aguda con sulfato de magnesio intravenoso si la respuesta inicial es insuficiente; la nebulización de sulfato de magnesio junto a β₂-agonistas e ipratropio. El magnesio es además el tratamiento estándar para evitar las convulsiones en la preeclamsia o eclampsia.
Cabe destacar que el artículo no menciona evidencia que respalde el uso de suplementos de magnesio para una cantidad muy amplia de afecciones más allá de las mencionadas.
Touyz RM, de Baaij JHF, Hoenderop JGJ. Magnesium Disorders. N Engl J Med 2024; 390:1998-2009.