Un caso de leucemia/linfoma T del adulto en Uruguay

 

MATILDE BOADA ¹, SOFÍA GRILLE1, ², ANDREINA BRUGNINI¹, NATALIA TRIAS¹,

CECILIA CANESA ³, LILIÁN DÍAZ ², ³, DANIELA LENS ¹

¹ Laboratorio de Citometría de Flujo y Biología Molecular, Departamento Básico de Medicina, ² Cátedra de Hematología, Hospital de Clínicas, Facultad de Medicina, Universidad de la República, ³ Médica Uruguaya, Montevideo, Uruguay


Resumen La leucemia/linfoma T del adulto pertenece al grupo de neoplasias T maduras y constituye una entidad clínica de baja incidencia. Su etiopatogenia se asocia a la infección por el virus linfotrópico humano 1. En Uruguay se registra una incidencia muy baja de infección por este virus y no se ha comunicado a la fecha ningún caso de leucemia/linfoma T del adulto. Presentamos el caso de una inmigrante de Perú, quien se presentó con linfocitosis sostenida, múltiples parasitosis intestinales y compromiso cutáneo. El diagnóstico fue tardío y la paciente falleció antes de iniciar tratamiento oncoespecífico. Destacamos la importancia de la sospecha clínica de esta entidad y el estudio de la serología para el virus, en particular en casos, como el nuestro, procedentes de área endémica.

Palabras clave: virus linfotrópico humano tipo 1, leucemia linfoma T del adulto, Perú, migración humana

Abstract Adult T-cell leukemia/lymphoma. Report of a case in Uruguay. Adult T-cell leukemia/lymphoma

belongs to the group of mature T-cell malignancies according to the WHO classification. It constitutes a rare entity and has a strong association with infection by human T-lymphotropic virus 1. In Uruguay, this viral infection is very infrequent and, to our knowledge, no case of adult T-cell leukemia/lymphoma has been previously reported. We describe the case of a woman, immigrant from Peru, who presented with persistent lymphocytosis, intestinal parasitic diseases, and skin involvement. The diagnosis was delayed and the patient died before initiating oncological treatment. We therefore emphasize the relevance of an early clinical suspicion and serology for this virus, especially in patients coming from endemic countries like Peru.

Key words: human T-lymphotropic virus 1, leukemia-lymphoma, adult T-cell, Peru, human migration


Recibido: 10-III-2016 Aceptado: 11-VIII-2016

Dirección postal: Dra. Daniela Lens, Laboratorio de Citometría de Flujo y Biología Molecular, Hospital de Clínicas, Av. Italia s/n, 11600 Montevideo, Uruguay

e-mail: daniela.lens@gmail.com


 

La leucemia linfoma T del adulto (LLTA), descripta por primera vez en 1977, se clasifica en el grupo de neoplasias T maduras1 y constituye una entidad de baja incidencia, cuya patogenia se asocia estrechamente a la infección por el Virus Linfotrópico T humano 1 (HTLV-1)2, 3. Un pequeño porcentaje de los pacientes infectados por HTLV-1 desarrollan LLTA. Existe un largo período de latencia entre la infección y el desarrollo de la enfermedad neoplásica. Los factores de riesgo para el desarrollo de LLTA en portadores de infección por HTLV-1 son: infección temprana, edad avanzada, sexo masculino, antecedentes familiares de LLTA, antecedentes personales de dermatitis infecciosa, tabaquismo, títulos plasmáticos de anticuerpos anti-HTLV-1, carga viral y diferentes serotipos virales4.

El HTLV-1 es un retrovirus que infecta linfocitos T, linfocitos B y células dendríticas, con actividad carcinogénica directa por mutagénesis insercional5. Es endémico en Japón, África tropical, América del Sur, el Caribe, el Medio Oriente y el norte de Oceanía. En Uruguay, la frecuencia de infección por HTLV-1 es baja y frecuentemente asintomática. En nuestro conocimiento la LLTA no ha sido registrada con anterioridad en el país, por lo que la sospecha clínica es generalmente muy baja.

Comunicamos un caso clínico de LLTA diagnosticado en nuestro país en una mujer, inmigrante de Perú, país donde la infección por HTLV-1 es endémica. La falta de antecedentes hace que sea importante su comunicación, sobre todo considerando el aumento de inmigrantes desde zonas endémicas observado en el último tiempo en países como Uruguay.

Caso clínico

Mujer de 45 años de edad procedente de Perú. En estudio desde hacía 2 años por diarrea crónica y repercusión general. Presentaba múltiples infecciones parasitarias: Giardia lamblia en varias oportunidades previas, Isospora belli, Hymenolepsis diminuta y Trichuris trichura diagnosticadas concomitantemente en el momento actual. Se realizaron estudios del sistema digestivo que evidenciaron las parasitosis mencionadas y

candidiasis esofágica. Al examen físico se observó marcado adelgazamiento, lesiones cutáneas maculopapulares generalizadas y distensión abdominal difusa. A la palpación abdominal no se detectaron adenopatías ni visceromegalias.

En los estudios de laboratorio se destacaron hemoglobina 10.3 g/dl, VCM 91.2 fl, HCM 29.8 pg, plaquetas 179 000/mm3, leucocitosis (53 700/mm3) con linfocitosis absoluta (41 800/mm3) sostenida, serologías virales negativas (HIV, VHB y VHC), lactato deshidrogenasa (LDH) 305 UI/ml, calcio 8.2 mg/dl, albúmina 3.1 g/dl, ganglios mesentéricos < 10 mm. Lámina periférica: linfocitosis heterogénea con presencia de linfocitos con núcleo en flor (Fig. 1).

El estudio de inmunofenotipo por citometría de flujo de sangre periférica confirmó la presencia de 80% de linfocitos T de pequeño tamaño que expresaban un patrón aberrante de tipo T regulador: CD45++, CD3+ débil, CD4+, CD25++, FoxP3+, CD7- y CD26- (Fig. 2). La biopsia de médula ósea mostró la presencia de células linfoides atípicas y de linfocitos T CD3+ de distribución intersticial. El estudio de reordenamiento clonal del receptor gamma de células T por PCR mostró clonalidad. La biopsia de las lesiones cutáneas confirmó la infiltración linfoide por células pequeñas de distribución perivascular compatible con proceso linfoproliferativo. La serología para HTLV-1 fue positiva.

Con diagnóstico de LLTA vinculada a HTLV-1 asociada a intensa inmunosupresión (parasitosis intestinal múltiple e infección por cándida), se decidió iniciar tratamiento antiparasitario con praziquantel y apoyo nutricional en vistas a tratamiento oncoespecífico. La paciente falleció antes de iniciar tratamiento quimioterápico.

Discusión

La gran heterogeneidad en la presentación clínica y la evolución de la LLTA indujo al grupo de estudio de linfomas a clasificar las formas de esta enfermedad en cuatro categorías conocidas como grupos o subtipos de Shimoyama: agudo, quiescente, crónico y linfomatoso6. El subtipo agudo se caracteriza por presentar leucemia con lesiones tumorales. Se incluyen en este subtipo los casos que no pueden ser clasificados en ninguno de los otros. Se asocia con LDH elevada, hipercalcemia, síntomas B, síndrome poliadenomegálico, hepatoesplenomegalia, compromiso cutáneo y de órganos. El subtipo quiescente se caracteriza por presentar ≥ 5% de linfocitos T anormales en sangre periférica, recuentos linfocitarios normales, calcemia normal, LDH hasta 1.5 veces el valor normal, sin compromiso hepático, esplénico, óseo, gastrointestinal ni del sistema nervioso central. El subtipo crónico presenta linfocitosis absoluta (≥ 4 x 109/l) con linfocitos T CD4+ ≥ 3.5 x 109/l, calcemia normal, LDH hasta dos veces el valor normal, sin compromiso de sistema nervioso central, óseo o gastrointestinal, y puede presentar adenomegalias, compromiso hepático o esplénico. Finalmente, el subtipo linfomatoso presenta ausencia de linfocitosis (≤ 1% de linfocitos T anormales en sangre periférica) y evidencia histológica de adenopatías con o sin lesiones extranodales. En el trabajo original de Shimoyama, 56.8% de los pacientes correspondía al grupo agudo, 19.1% al linfomatoso, 18.6% al crónico y 5.5% al quiescente.

Nuestra paciente presentaba compromiso de médula ósea, de sangre periférica y cutáneo. Esto nos indujo a clasificar su caso como LLTA de subtipo agudo. No se realizó diagnóstico histopatológico del compromiso digestivo pero se sospechó, dadas las manifestaciones

clínicas. La paciente presentaba historia de infecciones oportunistas. La LLTA se asocia a pronunciada inmunodepresión con alta prevalencia de infecciones oportunistas, reactivación de tuberculosis y respuestas disminuidas de hipersensibilidad retardada7.

El diagnóstico de LLTA requiere análisis del extendido sanguíneo, inmunofenotipo de sangre periférica, histopatología e inmunofenotipo de las lesiones tumorales y serología para HTLV-1. Citológicamente los linfocitos presentan núcleo polilobulado con cromatina densa, sin nucléolo y citoplasma basofílico agranular. Se los conoce como núcleos en flor y son patognomónicos. Nuestra paciente presentaba estas células. La detección en sangre periférica de ≥ 5% de células T CD4+ con un inmunofenotipo compatible permite llegar al diagnóstico en los pacientes sin evidencias de lesiones tumorales. El patrón fenotípico de LLTA es T regulador, con expresión de CD4+, CD2+, CD5+, CD45RO, CD25++, HLA-DR+. La mayoría presenta disminución de expresión de CD3 y CD52 positivo8.

La LLTA es una entidad rara que puede ser subdiagnosticada cuando no existe correcta sospecha clínica. En este caso estábamos frente a una paciente procedente de área endémica, con historia de compromiso del sistema digestivo, infecciones oportunistas, linfocitosis de más de un año y lesiones cutáneas.

En Perú, donde la LLTA es endémica, se recomienda la pesquisa de HTLV-1 en todo paciente que presente alguna de las entidades clínicas asociadas: enfermedades linfoproliferativas, enfermedades inflamatorias y oportunistas9. En Uruguay la pesquisa es obligatoria en donantes de sangre pero no existe literatura reciente sobre prevalencia de HTLV-1. En 1992 se comunicó una frecuencia de 0.75% en donantes de sangre y 5% entre adictos a drogas intravenosas10. En 2014 el Servicio de Hemoterapia del Uruguay registró una frecuencia de 0.098% en donantes de sangre (datos no publicados), lo que refleja una baja prevalencia en nuestra población general. En la provincia de Misiones, Argentina, la prevalencia en donantes de sangre era de 0.072% en 200811.

La paciente presentó mala evolución y falleció antes de iniciar tratamiento específico. El tratamiento de la LLTA depende del subtipo de la enfermedad12. Los subtipos quiescente y crónico son considerados indolentes, por lo cual en la mayoría de los casos se opta por observación y seguimiento. Los subtipos linfomatoso y agudo requieren acciones terapéuticas. Actualmente no existen esquemas de tratamiento estándar para esta entidad y las guías internacionales sugieren su inclusión en ensayos clínicos. Las opciones disponibles incluyen: tratamiento antirretroviral con zidovudina e interferón-α13, así como esquemas de quimioterapia combinada14. Los pacientes con el subtipo agudo pueden ser tratados únicamente con tratamiento antirretroviral en algunos casos, pero en el subtipo linfomatoso siempre se debe recurrir a la opción de ensayo clínico o quimioterapia combinada. En algunos casos de ambos subtipos se puede considerar el trasplante alogénico de precursores hematopoyéticos como consolidación15. El pronóstico depende directamente del subtipo. La supervivencia media oscila entre 6.2 meses para los casos agudos, 10.2 meses para el tipo linfomatoso, 24.3 meses para el tipo crónico y no alcanzada para el tipo quiescente6.

Destacamos la importancia de sospechar clínicamente la infección por HTLV-1 y la LLTA en pacientes procedentes de áreas endémicas16. En nuestro caso, la asociación de linfocitosis, compromiso digestivo y cutáneo y presencia de infecciones oportunistas en una paciente sin otras causas de inmunodepresión condujo al estudio de la serología para HTLV-1 y la caracterización de la linfocitosis. La ausencia de antecedentes de esta enfermedad en nuestro medio fue la causa del diagnóstico tardío. Evitar las demoras diagnósticas puede contribuir al inicio del tratamiento con implicancias pronósticas en una entidad que se asocia a malos resultados terapéuticos y pronóstico adverso.

Conflicto de intereses: Ninguno para declarar

 


 

Bibliografía

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14. Non Hodkin Lymphomas. NCCN Guidelines. En: http://www.nccn.org/professionals/physician_gls/pdf/nhl.pdf. Consultado en 10/11/15.

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