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TRANSFORMACION CELULAR Y MECANISMOS DE SOBREVIDA REGULADOS POR LA
GTPasa Ral #
Elisa
Bal de Kier JoffE1,*, Alejandro Adam2
Area Investigación,
Instituto de Oncología «Angel H. Roffo», Facultad de Medicina,
Universidad de Buenos Aires
1Miembro de la Carrera del
Investigador del CONICET.
2Becario de Formación de Postgrado de CONICET.
#Los resultados originales presentados en este trabajo fueron
financiados por subsidios de la Universidad de Buenos Aires, CONICET y
Agencia Nacional para la Promoción de la Ciencia y la Técnica
otorgados a E.B.K.J.
Numerosas evidencias experimentales indican que la diferencia
fundamental entre células normales y tumorales reside en la
regulación diferencial e inapropiada expresión de moléculas
involucradas en procesos normales como la proliferación y la
invasión celular. Dado que la expresión génica está sujeta a la
regulación por vías de señalización intracelular, el estudio de
las vías activadas o inactivadas en la célula maligna permitiría
identificar nuevos blancos moleculares para la prevención de la
transformación maligna y la intervención terapeútica sobre el
crecimiento y la diseminación tumoral.
Se conoce que la activación de los oncogenes Ras contribuye a la
formación de alrededor del 30% de las neoplasias humanas. Asimismo
existen numerosos datos que avalan la participación de las vías
reguladas por Ras en los complejos procesos involucrados en la
transformación maligna y la progresión tumoral. Estas evidencias han
determinado el interés creciente en la elucidación de dichas vías1,
2.
Superfamilia Ras
La familia Ras, o de GTPasas monoméricas, juega un rol primordial
en la integración de la gran complejidad de las señales que las
células reciben sobre sus receptores en la membrana plasmática de
modo de responder en forma apropiada1, 2. Estas proteínas deben el
nombre de GTPasas a su mecanismo de regulación intrínseco. Ante un
estímulo, liberan una molécula de GDP previamente unida a ellas para
dejar su lugar a una molécula de GTP. Unidas a GTP, estas proteínas
se encuentran en su forma activa y son capaces de interactuar con las
proteínas efectoras río abajo en las cascadas de señalización. El
fin de la señal se debe a la hidrólisis de la molécula de GTP a GDP
y regreso al comienzo del ciclo de activación/inactivación. El
mecanismo es muy parecido al mecanismo de activación de las
proteínas G acopladas a receptores serpentina (7 pasos
transmembrana). Sin embargo, una gran diferencia radica en que estas
últimas son proteínas triméricas. Al ser monoméricas, las
proteínas de la familia Ras necesitan de proteínas auxiliares para
ejecutar los pasos de activación e inactivación. Estas proteínas,
que poseen una importantísima función en la regulación de los
procesos de transducción de señal, pueden clasificarse, según su
función, en tres tipos principales: GAPs, GDSs y GEFs. Las GAPs son
proteínas inhibitorias ya que promueven la hidrólisis de la
molécula de GTP; las GDSs actúan desestabilizando la unión a la
molécula de guanina; y, por último, las proteínas GEFs son las
encargadas directas de activar a la proteína G promoviendo el
intercambio de GDP por GTP. Un sencillo esquema se muestra en la
Figura 1.
El proto-oncogén Ras es el miembro fundador de esta familia que ha
crecido vertiginosamente en los últimos años2, 3. Hoy se pueden
encontrar cientos de secuencias con alta homología con Ras en las
bases de datos. Para simplificar el análisis, esta superfamilia ha
sido dividida en familias y subfamilias en función del grado de
homología de sus integrantes. En la actualidad se aceptan dos
familias principales, la familia Ras y la familia Ran. Entre los
miembros de la familia Ras encontramos a las GTPasas citosólicas,
mientras que la familia Ran está compuesta por los miembros con
expresión nuclear.
A su vez, la familia Ras se divide en las subfamilias Ras, Rho y Rab.
Los miembros de la familia Rab controlan el transporte vesicular. La
familia Rho, compuesta por las proteínas Rho, Rac y CDC42 (incluyendo
todas las isoformas de estas tres proteínas), regula principalmente
el citoesqueleto, la matriz extracelular y la morfología y migración
celulares. Recientemente, esta subfamilia ha sido también implicada
en el control de la respuesta al stress celular y en la regulación de
la apoptosis4. La subfamilia Ras incluye a Ras, Ral y Rap, entre
otras3. Sus funciones son muy variadas e incluyen desde el control de
la proliferación y sobrevida celulares hasta la regulación de la
diferenciación, la arquitectura del citoesqueleto y el tráfico
vesicular.
Ya con este pequeño resumen de las actividades de cada subfamilia
puede observarse un importante solapamiento entre ellas, rasgo
fundamental de esta familia. Por último, para añadir mayor
complejidad al sistema, la activación de cada una de estas proteínas
no es en absoluto independiente de las otras, ya que poseen un alto
grado de interrelación (cross-talk), principalmente a nivel de la
regulación de las proteínas auxiliares GEFs, GAPs y GDSs.
Para ejercer sus efectos biológicos, una vez activada, Ras se asocia
con una docena de blancos moleculares. De ellos tres clases de
efectores de Ras han demostrado tener funcionalidad in vivo: las
proteíno-quinasas de la familia Raf, la subunidad catalítica de la
fosfatidilinositol-3 quinasa (PI3K) y los factores de intercambio
activadores de Ral (Ral-GEFs) (Figura 2A). Mientras que los dos
primeros constituyen los efectores más conocidos, sólo recientemente
ha surgido el interés en el estudio de la participación de la vía
Ral-GEFs/Ral en la transmisión de señales desde Ras y en el
conocimiento de sus posibles funciones5, 6.
Estructura y función de Ral
Por simplicidad, nos referiremos a esta proteína como Ral, si bien
se trata de una subfamilia integrada por dos proteínas: RalA y RalB,
cuyos genes están localizados en los loci 7p22-p15 y 2cen-q13,
respectivamente. Poco se sabe de las diferencias fisiológicas entre
estas dos isoformas. Estas proteínas contienen todos los dominios
conservados en la familia, los cuales incluyen un sitio de unión a
GTP (o GDP), un sitio efector (el cual es responsable de las
interacciones con las moléculas río abajo en la vía de
transducción de la señal) y un sitio de anclaje a membrana por
isoprenilación CAAX. Estos sitios son indispensables para la funcion
de Ral, y mutando cualquiera de ellos se obtiene una forma inactiva o
sobreactivada, dependiendo de la mutación, de la misma5.
Como toda proteína de esta familia, se activa por acción de una GEF
responsable del intercambio de GDP por GTP. La más conocida, por ser
la primera en ser descubierta, es RalGDS. Esta proteína cataliza el
intercambio en respuesta a la activación de Ras por unión directa
(Figura 2B)5, 6.
Una vez activada Ral, un cambio conformacional en su dominio efector
le permite interactuar con diversas proteínas efectoras. Entre ellas,
RalBP1 es la más citada en la literatura6. La actividad de RalBP1 no
es otra que la de una GAP específica para la subfamilia Rho. La
activación de Ral, entonces, induce la inactivación de esta
subfamilia, más específicamente, de CDC42 y Rac. RalBP1, también
denominada citocentrina, RIP1 ó RLIP76, regularía el ensamblaje del
aparato mitótico y la endocitosis de receptores tirosina kinasas
(RTKs)7, 8.
Sin embargo, una de las moléculas más interesantes activada por Ral
es la fosfolipasa D1 (PLD1). Esta sería activada a través de la
formación de un complejo que involucra a la proteína Arf (otra
GTPasa monomérica)9, 10. A diferencia de la fosfolipasa C (PLC), que
cataliza la conversión de fosfolípidos en diacilglicerol (DAG) y el
grupo polar queda unido al fosfato, PLD cataliza la hidrólisis de
fosfatidilcolina en ácido fosfatídico (PA) y el grupo polar queda
libre. PA puede entonces actuar per se como segundo mensajero, como
coactivador de numerosas proteínas como Ras, Rac, Arf, PI4K y Raf, o
ser convertido en DAG a través de la acción de la enzima ácido
fosfatídico fosfohidrolasa. DAG puede entonces actuar como segundo
mensajero para activar a las isoformas clásicas y nuevas de la
familia de las proteína kinasas C (PKC). Esta forma de activación de
PKC tiene la característica de ser más duradera que la activación
por el DAG generado por la actividad de PLC11 .
Como puede observarse, Ral está íntimamente relacionada con diversas
vías de transducción de señal, siendo un importante nodo de
interconexión. Pero, ¿cuál es el efecto neto de esta proteína?
Siendo directamente activada por Ras, uno ya puede suponer que está
involucrada en el control de la proliferación celular, lo cual es
correcto. Así, Ral es necesaria para la inducción de la
proliferación por variantes constitutivas de Ras, así como por la
acción de RTKs12, 13. Una probable vía de activación de la
proliferación puede ser la inducción de la expresión de la ciclina
D1 a través de la activación del factor de transcripción NF-kB,
así como la inducción de la expresión de c-Fos a través de Rlf 13,
14. Además se ha demostrado que un aumento de los niveles
intracelulares de Ca2+ puede activar Ral de una manera independiente
de Ras15. Ral es también necesaria para la transducción de la señal
y la endocitosis del receptor de EGF8. Por otra parte, la
introducción de una forma constitutivamente activa de Ral inhibe la
formación de fibras de stress e induce filopodia, a través de la
modulación de la localización intracelular de filamina, sugiriendo
que cumple alguna función en la determinación de la morfología y
migración celular16.
Finalmente, un conjunto de nuevas evidencias experimentales sugieren
que la activación de Ral tiene una notoria participación en la
transformación maligna y la progresión tumoral que comprometen a la
vía de transducción de señal activada por Ras. En cambio, muy poco
se conoce acerca de su participación en la regulación de la
sobrevida y la muerte celular.
Participación de la GTPasa monomérica RalA en la transformación
maligna.
Se ha demostrado que la expresión constitutiva de los oncogenes
v-Src y v-Ras induce la transformación in vitro de las células
NIH3T3, y que dicho efecto es dependiente de una señal mediada por la
pequeña GTPasa RalA y PLD117. Asimismo se demostró que Ral coopera
con el receptor de EGF en la transformación de fibroblastos de rata
3Y118 y que una forma activa de Ras, que sólo puede transmitir la
señal a través de Ral (RasV12G37), fue capaz de transformar a las
células NIH3T3 alcanzando un fenotipo tumorigénico completo en
ratones desnudos19.
Las proteasas extracelulares juegan un rol esencial tanto en las
primeras etapas de la transformación maligna como durante la
progresión tumoral, que abarca el crecimiento, la invasión y la
diseminación tumoral. Entre ellas se encuentran las metaloproteasas
(MMPs) y el activador del plasminógeno de tipo uroquinasa (uPA).
Tanto las MMPs como el uPA, su inhibidor PAI-1 y/o su receptor uPAR se
han encontrado sobreexpresados en numerosos tumores experimentales y
humanos, demostrando tener correlación con invasividad y metástasis,
y valor predictivo de la evolución de los pacientes20. En trabajos
anteriores, estudiamos que las células de un adenocarcinoma de mama
murino sobreproducen uPA, y que esta sobreproducción es regulada por
una vía dependiente principalmente de PLD y PKC21. El complejo
proceso de la progresión tumoral involucra también la participación
de otras moléculas, como componentes de las matrices extracelulares,
incluyendo ácido hialurónico, laminina y fibronectina (FN), y sus
receptores CD44 e integrinas22.
Con el objetivo de conocer en mayor detalle las vías de
señalización implicadas en la transformación maligna y progresión
tumoral, nos propusimos estudiar si la activación de la vía
RalA/PLD1 por los oncogenes v-Src, v-Ras y v-Raf participa en la
regulación de la expresión de moléculas críticas de la progresión
tumoral como las proteasas uPA y MMPs, el receptor de membrana CD44 y
la fibronectina (FN), así como en el comportamiento tumorigénico y
metastásico. Para ello, se utilizaron las células de estirpe
fibroblástica NIH3T3, transformadas mediante la transfección de los
oncogenes v-Src y v-Ras y cotransfectadas o no con la mutante negativa
de RalA (S28N-Ral), capaz de bloquear específicamente la activación
de PLD1 por v-Src o v-Ras9.
Demostramos que las células NIH3T3 transformadas por v-Src o por
v-Ras sobreexpresan uPA y que la expresión de S28N-Ral bloquea dicha
sobreexpresión inducida por ambos oncogenes. Asimismo, la
transformación por v-Src o v-Ras también indujo un aumento
significativo de la actividad de MMP-2 y MMP-9. Sin embargo, la
coexpresión de la mutante negativa de RalA fue capaz de bloquear la
sobreexpresión de MMPs inducida por v-Src, pero no por v-Ras,
sugiriendo una regulación diferencial de la expresión de estas
enzimas por los oncogenes estudiados y por RalA23. También
demostramos que la expresión v-Src, v-Ras y v-Raf indujo la
sobreexpresión de CD44, pero disminuyó significativa-mente la
expresión y fibrilogénesis de FN. Ambos efectos fueron revertidos
por la expresión de la mutante negativa de RalA, con bloqueo de la
expresión de CD44 y restauración tanto de la expresión de FN como
de la capacidad de formar una matriz fibrilar extracelular24.
Finalmente, los distintos tipos celulares fueron inoculados por vía
subcutánea o endovenosa en ratones singeneicos a fin de estudiar su
capacidad tumorigénica y metastásica experimental, respectivamente.
Mientras que aproximadamente el 50% de los ratones inoculados con las
células NIH3T3 transformadas por v-Src o v-Ras desarrollaron tumores
subcutáneos, ninguno de los inyectados con las células transformadas
que coexpre-saban la mutante negativa de RalA desarrollaron tumores.
Se obtuvo un resultado similar en el ensayo de metástasis
experimentales, con una incidencia del 95% de animales con nódulos
pulmonares cuando se inyectaron con células NIH3T3 v-Src o v-Ras,
versus un 14% en los ratones inoculados con las células que
coexpre-saban la mutante negativa23. Un resumen esquemático puede
observarse en la Figura 3.
RalA es capaz de mediar en las señales de sobrevida inducidas por
los oncogenes v-Src, v-Ras y v-Raf.
La adquisición de inmortalidad es una etapa temprana y necesaria,
si bien no suficiente, para que se produzca la transformación
maligna. Asimismo, la resistencia a la apoptosis constituye una de la
principales diferencias entre las células normales y tumorales.
Algunas evidencias experimentales contradictorias sugieren que, al
igual que lo que sucede con la regulación de la proliferación
celular mediada por Ras, la relación entre la señalización por Ras
y la apoptosis es muy compleja. Las vías efectoras de Ras pueden
tener efectos promotores de la sobrevida, como PI3K/Akt, o de la
apoptosis (a través del aumento de la expresión de p53), dependiendo
en gran medida del tipo y estado de la célula implicada 2. Si bien
mediante estrategias de sobreexpresión de los componentes de la vía
de Ral no se ha podido demostrar su participación en la regulación
de la sobrevida celular2, 19, este punto requiere de mayores estudios.
Mediante el uso del modelo experimental descripto, demostramos que la
expresión de los oncogenes v-Ras y v-Raf inhibió la apoptosis
inducida por diversos tratamientos, como privación de suero,
privación de anclaje (anoikis) y exposición a cisplatino. La
co-expresión de la dominante negativa S28N-Ral restauró parcialmente
la sensibilidad a estos tratamientos, indicando la participación de
esta GTPasa monomérica en la vía que regula la sobrevida celular.
En cuanto al estudio de las vías de transducción de señal río
abajo de RalA, mediante un enfoque farmacológico se determinó que
RalA coopera en la promoción de la sobrevida celular con PI3K ó Mek,
dependiendo si la señal se origina en la activación de Ras ó Raf,
respectivamente. Más aún, la adición de ácido fosfatídico, el
producto de la actividad enzimática de PLD revirtió el efecto
inhibitorio de la dominante negativa S28N-RalA sobre la señal de
sobrevida inducida por v-Raf. Esta reversión no se observó cuando la
señal de sobrevida fue mediada por la sobreexpresión de v-Ras,
sugiriendo que los efectores río abajo de RalA dependen de la
molécula activadora.
Un hallazgo interesante fue que la expresión de v-Ras, v-Raf y v-Src
redujo el nivel de fosforilación de p38, una quinasa de la familia
MAPK involucrada en apoptosis, y que la co-expresión de S28N-RalA
restauró la fosforilación a niveles cercanos al control. La
inhibición farmacológica de p38 redujo notablemente la apoptosis en
todas las células estudiadas, sugiriendo que la inhibición de esta
molécula es importante para la promoción de sobrevida por v-Ras,
v-Raf y v-Src y que, al menos en parte, está mediada por la
activación de RalA.
Conclusiones
En los últimos años se ha consolidado el concepto de que la vía
Ral-GDS/Ral constituye una tercer clase de los efectores activados por
Ras. El hecho de que una dominante negativa de RalA bloquee la
transformación in vitro, así como el crecimiento tumoral y
diseminación metastásica inducidas por v-Ras y v-Src, sugiere
fuertemente que las proteínas Ral, probablemente a través de una
vía dependiente de PLD, deben estar jugando un importante rol en la
determinación del fenotipo tumorigénico y de la progresión tumoral,
a través de la regulación de moléculas implicadas en diferentes
etapas de la cascada metastásica, como proteasas, componentes de la
matriz extracelular y receptores de membrana (Figura 3). En cuanto a
la influencia de esta vía efectora de Ras en la supresión de la
apoptosis, que junto con la desregulación de la proliferación
constituyen una plataforma mínima para el desarrollo de todos los
cánceres, se ha demostrado la participación de RalA en la
regulación de la sobrevida inducida por la sobreexpresión de los
oncogenes Ras, Src y Raf. Se observó que RalA modula la sobrevida
celular en forma paralela a PI3K y Raf, sugiriendo que una compleja
red de señales, y no una vía vertical simple, regula la sobrevida
celular río debajo de estos oncogenes. Asimismo, se determinó que
PLD1 y p38 serían responsables de al menos parte de las señales
moduladas por RalA (Figura 4).
La adquisición de un profundo conocimiento acerca de las vías de
transducción de señales involucradas en todos las etapas de la
transformación maligna es imprescindible para el desarrollo de nuevas
terapias racionales para combatir de manera efectiva al cáncer.
Nuestro trabajo, junto al de otros, demuestra que RalA está
íntimamente involucrada en las señales dependientes de Ras, Raf y
Src, tres proto-oncogenes cuya relación con la transformación
maligna hoy es indiscutida. El hecho de que RalA sea necesaria para la
inducción de proliferación y sobrevida de las células transformadas
la ubica como un blanco prometedor de nuevas terapias
antineoplásicas. Asimismo, la regulación de proteasas y moléculas
de matriz sugiere fuertemente que la inhibición de esta molécula
afectará de manera importante el desarrollo de metástasis en los
pacientes en estadíos avanzados de la enfermedad.
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Fig. 4.- Diagrama simplificado de la complejidad de la regulación
de la sobrevida celular. Las flechas indican activación, mientras que
las líneas punteadas con la punta roma inducan inhibición. La
actividad de PLD1, NF-kB y Erk inhiben la apoptosis de fibroblastos
NIH3T3, mientras que la actividad de Bad y p38 son promotoras de la
muerte celular.
*Correspondencia: Instituto de Oncología Angel H. Roffo,
Av. San Martín 5481, Buenos Aires (C1417DTB), Argentina. elisabal@fmed.uba.ar
Fig. 1.- Esquema del ciclo de activación e inactivación de las
GTPasas monoméricas. GEF: Factor de intercambio de GTP; GAP:
Proteína activadora de la actividad GTPasa.
Fig. 2.- A: Las tres vías mejor conocidas inducidas por Ras. B:
Esquema de la activación de Ral por Ras, mediada por RalGDS. Ambas
GTPasas se encuentran ancladas a la membrana plasmática por una
unión a un grupo isoprenoide.
Fig. 3.- Esquema de regulación mediada por RalA de los cambios de
expresión de proteasas, elementos de matriz extracelular y capacidad
tumorigénica inducidos por la sobreexpresión de las variantes
virales de Ras, Raf y Src.
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