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DISCURSO DEL PRESIDENTE DE
LA SAIC
XLVI REUNION ANUAL DE LA SOCIEDAD ARGENTINA DE INVESTIGACIÓN CLÍNICA
Mar del
Plata, 14-17 de noviembre de 2001
Discurso del
Presidente
Dr.
Carlos J. Pirola
Estimados amigos:
Todos podemos dar fe de que cada año describimos desde este ámbito
lo terrible que ha sido la situación general del país y en
particular la del sector de CyT. Sin embargo, tengo la sensación de
que este no ha sido un año fácil de superar en situaciones negativas
tanto internas como externas, si es que se puede hablar de esta
distinción en el actual mundo globalizado en que vivimos. Hace un
tiempo, ha tomado difusión pública una sencilla experiencia, una
rata puesta a nadar en un recipiente de paredes lisas muere a los
pocos minutos de hemorragia gastrointestinal por el estrés
inescapable que sufre. Si se le ofrece una tabla salvadora de la cual
aferrarse y se retira al animal luego, cuando se la vuelva a colocar
en el recipiente con agua, nadara varias horas hasta quedar exhausta.
La experiencia indica que no hay nada más dañino que el estrés sin
esperanza. Para muchos esto pasa en nuestro país. Aunque en realidad,
algunos sí ven una salida y la toman, Ezeiza. Claro que no es para
todos, en general lo hacen los más osados, los más idóneos para
conseguir un nuevo empleo en el exterior, los más jóvenes lo que se
refleja en el hecho de que hay un paulatino empobrecimiento en la
franja de investigadores de menos de 40 años. Se dilapidan así los
enormes recursos que se gastaron en formarlos. Al contrario de lo que
muchos creen, como en la humorada de Quino, Dios no parece ser
argentino. Así que nos deberemos arreglar solos nomás para recuperar
la autoestima, la magia, la enorme determinación de volver a ser una
gran nación. O simplemente el orgullo de pertenecer a un proyecto que
consideramos digno de ser vivido.
De lo contrario seremos como la Argentina de Tato, un gran país que
alguna vez existió.
En este contexto, se podría pensar que los gobernantes deberían
creer en que, entre las pocas opciones que nos quedan, el desarrollo
sostenido del sistema científico y tecnológico nos llevará, al
igual que como ha pasado en los paises centrales, a un futuro de
crecimiento y prosperidad. Sin embargo, en el último año hemos
asistido a la aplicación de recortes sistématicos en todas las
áreas del estado, sin excepción. En lo que, hasta los más grandes
exponentes del neoconservadorismo vernáculo han calificado como “reformas
a lo carnicero”. Sin duda que hay en el Estado sectores donde se
producen gastos improductivos y existe alta ineficiencia y hasta
importante corrupción. Y tal vez, no es menos cierto que estos mismos
defectos se pueden encontrar en nuestro sistema de CyT. Sin embargo,
si se compara la producción científica de la Argentina con respecto
a los paises vecinos, como Brasil o Chile, donde se destinan más del
0.7% del PBI en este rubro, a nuestro país no le va tan mal si
consideramos que invierte un poco más de la mitad de esa cifra y que
de acuerdo con esto, el gasto por investigador es la mitad del de
Brasil y casi un cuarto del de USA. Eso indica que todavía contamos
con un remanente de recursos humanos que el país debería cuidar. En
este sentido, deberíamos evitar la aplicación en forma lineal en las
evaluaciones del personal de los organismos de CyT, las pautas de
productividad del primer mundo, ya que el número de publicaciones por
investigador nos asemeja más a los países del mercosur.
Pero mejorar la situación planteada para el gobierno no debería
significar el lanzamiento de un programa “Raíces” para conectar
los científicos argentinos radicados en el exterior con nuestra
comunidad, o el programa “Memoria” para que los científicos y
tecnólogos jubilados vuelvan a los laboratorios, o el anuncio de la
creación de cuatro polos “tractores” de desarrollo científico
tecnológico. Debe significar sin eufemismos, mejorar la inversión en
CyT para que haya más y mejores subsidios, más y mejores salarios,
más y mejor equipamiento. El gobierno debería cumplir con la promesa
electoral de la “Carta a los argentinos” de elevar paulatinamente
el presupuesto del sector al 1% del PBI. En este sentido preocupa que
el Plan Nacional Plurianual de CyT 2000-2002 plantee que se ha
producido una situación de mejora sostenida del sector en los
últimos 5 años y que el aumento de la inversión debería venir
fundamentalmente de las quebradas economías provinciales o el
golpeado sector productivo nacional. Debo mencionar aquí que, a
mediados de año, la Sociedad realizó una asamblea para tratar la
situación del sector, contestó la encuesta requerida por la SETCIP y
tuvo un encuentro abierto con la Dra. Puiggrós que resultó por lo
menos, frustrante. Sorprende por ello la afirmación del mencionado
plan acerca de las importantes consultas realizadas a la comunidad
científica en general y en particular a las sociedades científicas.
Desde la SAIC damos fe que esto no se ha producido.
Por supuesto que hay personas, entre las que se cuentan algunos
científicos que opinan que es más económico invertir pocos millones
de dólares (o pesos) en unos pocos centros de excelencia, que muchos
más millones en muchos centros con menor calidad de producción. Es
cierto, es más económico y tendríamos algunos trabajos científicos
de alto impacto, pero no habría sistema científico tecnológico, ni
universidad ni sociedad desarrollada y habríamos apostado a un país
sumergido y dependiente.
El siglo XX ha significado una revolución en el conocimiento de la
Física. El siglo XXI que comenzó este año, nos promete consolidar
con la finalización de la primera etapa del Proyecto Genoma Humano y
el desarrollo de técnicas asociadas, la revolución ya iniciada, en
el campo de la Biología en general y la Medicina, en particular. El
país debe invertir en el campo de las nuevas disciplinas como la
Genómica Funcional, en la que los animales transgénicos juegan un
papel importante, la Farmacogenómica cuya frontera, la terapia
génica o el tratamiento individualizado, está cada vez más cercana.
A estas contribuyen técnicas de alto rendimiento como las matrices de
DNA, las que en el país tienen desarrollo escaso o nulo.
Lo que acabo de decir, no significa que me oponga a integrarme a los
científicos del mundo, ni que desdeñe el poder de la sabiduría
acumulada en nuestros mayores. Por el contrario, creo que los jóvenes
que emigran, lo hacen, además de por las razones mencionadas, por la
falta de modelos. O mejor dicho por lo que consideran un “antimodelo”.
Es cierto, nos hemos convertido en lo que los jóvenes ven como un
modelo de fracaso. Y tal vez esa sea la imagen que nosotros mismos
proyectamos. Por eso, creo que debemos recuperar la figura del “Mentor”.
Esa persona que enseña, que muestra cómo estudiar, cómo investigar,
pero más, que guía, que trasmite la magia necesaria para
comprometerse con el sistema, con el trabajo, con la sociedad.
Volvamos a ser Mentores, para formar otros tantos y que el efecto sea
multiplicador.
Hay sin embargo, algunas noticias alentadoras; parece consolidarse el
programa de las Becas Ramón Carrillo-Arturo Oñativia que este año
incluyó 10 becas para la repatriación de científicos jóvenes del
exterior. Hago mía las palabras del Dr. Paladini pronunciadas en el
acto de entrega de las becas de este año y que expresan el deseo de
que este programa sirva como base para la creación de un Instituto
Nacional de Investigaciones Biomédicas que al igual que el INSERM
francés o los Institutos de la Salud norteamericanos sea un soporte
de la investigación en el área como parte de una política de
Estado.
También es halagüeño que en el 1° Seminario Nacional de Edición
Científica en el Centro Argentino de Información Científica y
Tecnológica (CAICYT) del CONICET se haya señalado que ha habido una
política errónea en relación a las revistas científicas argentinas
ya que por un lado logran subsidios y por otro, las Comisiones
Asesoras no asignan mérito a los autores que publican en ellas
señalándose la intención de obtener una mayor visibilidad de
nuestras publicaciones para que sirvan de vehículo a nuestra
producción científica. Esta es una tarea a la que todos los sectores
involucrados deberíamos aportar.
Existen, además, otras tablitas salvadoras, a las que hice referencia
al principio, son los pequeños logros cotidianos. Hoy la SAIC y la
SAI son un buen ejemplo. Si medimos la producción de los que
concurren a nuestros congresos por el número de presentaciones (con
todas las limitaciones que esto implica), veremos que el número
creció y se mantuvo a pesar de las enormes crisis sufridas en nuestro
país con los golpes militares del 66 y del 76, la hiperinflación del
89, la debacle del advenimiento del nuevo milenio.
El congreso que hoy se inicia muestra que se presentaron 512 trabajos
de los cuales, luego de un proceso de revisión, se aceptaron 139 en
la modalidad oral y 332 posters. El incremento sostenido de la
preferencia por los posters ha justificado la elección de un lugar de
convenciones con más facilidades para este tipo de presentación. Se
ha implementado, por vez primera, un nuevo sistema de entrega de los
resúmenes que facilitó enormemente la organización del programa, la
publicación del número de la revista Medicina y permitió crear una
base de datos que posibilitará tener estadísticas de trabajos
presentados por área temática, palabras claves, etc, en forma
automática. A pesar de las molestias que este nuevo proceso pudo
haberles ocasionado en la presentación, sólo hubo 1 trabajo no
incorporado al sistema por problemas severos de forma.
Como en años anteriores, el congreso se ha iniciado con 4 minicursos,
y en los días que vienen se desarrollaran 3 mesas redondas y 3
conferencias merced a la desinteresada concurrencia, la cual agradezco
profundamente, de distinguidos invitados nacionales y extranjeros,
entre los cuales tenemos algunos compatriotas y amigos.
A partir de la gran contribución de poder contar con una página en
Internet propia que realizó la CD presidida por la Dra. Elisa Bal, de
la cual, además agradezco haber tomado cierta dosis de mesura de la
que adolezco, la SAIC ha desarrollado una intensa tarea. Parte
significó consolidar el funcionamiento del Comité de Etica, que goza
de un gran prestigio en nuestro medio, en un servicio de evaluación
de protocolos que se ha convertido en fuente de recursos para la
Sociedad. No menos importante ha sido la decisión de convertir una
sección de esa Web en lo que dimos en llamar “La revista virtual de
la SAIC”, siguiendo la tendencia actual creciente de crear medios
electrónicos de difusión de contenido científico. En ella pueden
encontrar los resúmenes del año 2000 y 2001 y algunos resúmenes de
Tesis doctorales cumpliendo con una iniciativa de la comisión docente
de darle la debida difusión a estos trabajos que se habían
convertido en meros trámites administrativos. Entre paréntesis, debe
destacarse que siguiendo las recomendaciones de los panelistas de la
mesa sobre tesis doctorales de nuestro último congreso se acaba de
realizar una Expotesis en la Facultad de Farmacia y Bioquímica de la
UBA. Continuando con el tema de la revista virtual, esperamos que este
medio de difusión científica se consolide y crezca en el futuro,
hecho que depende exclusivamente de nosotros. De hecho, esta es una
invitación concreta a participar en una especie de comité de
redacción a todos aquellos con vocación de trabajo. La Web es
además un lugar donde el que la visite puede encontrar información
útil sobre becas, cursos ofrecidos por la propia Sociedad pero
también aquellos que proviniendo de otras fuentes son considerados
adecuados por la Comisión Docente, etc. Esperamos que junto con el
sistema de correo electrónico sirva, en el futuro, como único medio
de comunicación entre la Sociedad y sus miembros. Mantener este
servicio actualizado significa un enorme esfuerzo que fue sólo
posible merced a la desinteresada, permanente y muy eficiente
dedicación de las Dras. Alicia Faletti, Silvina Meroni y Patricia
Miranda, mejor conocidas en nuestra CD como las “chicas de la web”.
Esperamos que ellas ayuden a constituir un comité de la Web como
órgano permanente.
En el marco de la crisis descripta nos pareció esencial mantener el
estímulo de premios. Así, la SAIC otorgará en la cena de clausura,
el Premio «Rubén Cherny» al mejor trabajo interdisciplinario, el
premio «Dr. Esteban Montuori» al mejor trabajo en Neurociencias y el
premio «Dr. Patricio M. Cossio» al mejor trabajo sobre
investigación clínica y que debía involucrar pacientes. Este logro
fue posible debido a la generosa contribución de las Fundaciones
«Lucio Cherny», «Gador» y «Cossio» que aportaron los fondos
necesarios. Esta vez, se decidió que entre los trabajos
autopostulados, los ganadores se conocieran antes de la presentación
del trabajo, lo que nos permitió incluir los trabajos completos
premiados en la revista del congreso y posibilitar una discusión más
libre en el momento de la presentación. Agradecemos profundamente el
trabajo de los jurados que nos permitió alcanzar estos objetivos en
un tiempo realmente muy acotado y felicito por anticipado a los
ganadores. Estos premios, además de constituir un reconocimiento a la
labor desarrollada y un incentivo para continuarla, significan
también un compromiso de los ganadores de enriquecer las reuniones
venideras con más y mejores trabajos.
Además, este año hemos decidido realizar un Curso satélite
orientado a profesionales de la Salud, particularmente médicos, sobre
“Avances en enfermedades prevalentes como la hipertensión arterial,
la diabetes, las dislipemias y la obesidad” que incluirá el
conocimiento recientemente adquirido desde la Genética Molecular y
que intentará mostrar a estos profesionales el impacto del proyecto
genoma humano en el conocimiento de la fisiopatología conjuntamente
con una actualización del diagnóstico y el tratamiento de estas
afecciones. Este proyecto que buscó servir al doble objetivo de, por
un lado, incrementar la actividad docente de postgrado de nuestras
Sociedades orientada a médicos de práctica clínica y, por el otro,
brindar un legítimo incentivo para la participación de la industria
farmacéutica en nuestros eventos se logrará finalmente, gracias a la
participación de reconocidos especialistas nacionales y al apoyo de
empresas que como Novo Nordisk Pharma de Argentina y Merck Sharp &
Dohme han contribuido al desarrollo del mismo en el convencimiento
filosófico que sociedades como la nuestra merecen ser apoyadas más
allá de lo que digan las pautas de un mezquino marketing. Esta
decisión de estar más presente en la formación del profesional de
la Salud como investigador y, en particular como investigador
clínico, justificó el dictado de un curso sobre ensayos clínicos
que efectuó la SAIC a mediados de año. Esta actividad se completó
con el dictado de un curso sobre Transducción de señales, que
generosamente fue organizado por el Dr. Ernesto Podestá.
Por supuesto, que debido a la profesionalización en la organización
del congreso, los recursos necesarios son cada vez mayores y, en
definitiva, el congreso en sí no sería posible si nuestros amigos de
siempre, las empresas que nos apoyan año a año no estuvieran
presentes. Ellos pueden dar fe que desde el comienzo de la gestión
nos adelantamos a los tiempos que corren y decidimos hacer una
gestión austera y de “déficit cero” que luego sería copiada por
el ministro Cavallo. De esta manera, salvo en el último tramo del
año, la organización del congreso la realizamos a pulmón
encargándonos de la venta de la exposición comercial. Por este
enorme esfuerzo, agradezco a la CD en pleno que nos acompañó en esta
tarea y al enorme compromiso asumido por todos en la discusión de las
pautas generales, revisión de los trabajos y organización del
congreso que fue realizado con una dedicación digna de encomio.
Si llegamos hasta aquí con algún éxito, se debe en gran parte a
contar con Rosana Greco que como secretaria permanente, además de ser
la memoria viviente de la Sociedad, es una incansable, siempre bien
dispuesta y extraordinariamente eficiente trabajadora. Cuando recibí
con orgullo el ofrecimiento de la vicepresidencia de la sociedad,
inmediatamente me pareció natural pensar en la Dra. Silvia I. García
como secretaria. Con el correr del tiempo, me dio cierto temor
comprometer tanto el funcionamiento de nuestro laboratorio. Sin
embargo, ella me persuadió que podía realizar ambas tareas y que me
sería de utilidad. Quiero expresar públicamente que tenía razón y
que su contribución, desde una posición no siempre bien reconocida,
fue decisiva en nuestra gestión. Gracias Piti, como todos la conocen
en nuestro instituto, por tu entrega incondicional a la tarea que
consideraste legítimamente, como tuya. A Martín Isturiz, nuestro
vicepresidente le agradezco su apoyo y soporte. Le deseo una feliz
gestión y un año un poco más tranquilo.
Nos han quedado como mora algunas asignaturas pendientes, la Sociedad
debe estar más presente en la discusión de la política de CyT, en
la generación de propuestas legislativas que hacen a su quehacer como
por ejemplo algunos aspectos bioéticos vacantes en el país y en el
fortalecimiento de las relaciones entre los profesionales en cada una
de las áreas temáticas que alberga la Sociedad. Por ello sería
oportuno discutir la creación de consejos o grupos de trabajo en
estos temas y para ello hemos elaborado una propuesta que deseamos
discutir con Uds. Además, la Sociedad debería fortalecer el vínculo
con las otras asociaciones científicas del país, para lo cual a lo
mejor ha llegado el momento de propender a la creación de una
Federación de Sociedades Científicas que para mí, además de
representar los intereses académicos de la comunidad científica,
debería convertirse en un interlocutor decisivo a la hora de fijar
las políticas del sector.
Finalmente, llegado al punto de declarar abierta la XLVI, a uno se le
puede ocurrir agradecer la presencia de todos Uds aquí y la
participación entusiasta con que enviaron los trabajos que hacen
posible esta reunión. Pero a poco de meditarlo, uno no agradece a los
familiares estar presente en una reunión, por eso como miembros de
esta gran familia que es la SAIC sólo puedo desearles que sientan la
misma alegría que yo de estar todos hoy aquí reunidos. En
situaciones como esta recuerdo lo que le decía mi padre a sus
ocasionales invitados, «La casa es chica pero el corazón grande» lo
que significa hoy que, más allá de las imperfecciones y las
restricciones acordes al difícil momento que nos toca vivir, hemos
hecho lo posible para darles una cálida bienvenida. Un fuerte abrazo.
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