MEDICINA - Volumen 61 - Nº 5/2, 2001
MEDICINA (Buenos Aires) 2001; 61: 641-645

       
     

       
   

DISCURSO DEL PRESIDENTE DE LA SAIC
XLVI REUNION ANUAL DE LA SOCIEDAD ARGENTINA DE INVESTIGACIÓN CLÍNICA

Mar del Plata, 14-17 de noviembre de 2001

 

Discurso del Presidente

Dr. Carlos J. Pirola

 

Estimados amigos:
Todos podemos dar fe de que cada año describimos desde este ámbito lo terrible que ha sido la situación general del país y en particular la del sector de CyT. Sin embargo, tengo la sensación de que este no ha sido un año fácil de superar en situaciones negativas tanto internas como externas, si es que se puede hablar de esta distinción en el actual mundo globalizado en que vivimos. Hace un tiempo, ha tomado difusión pública una sencilla experiencia, una rata puesta a nadar en un recipiente de paredes lisas muere a los pocos minutos de hemorragia gastrointestinal por el estrés inescapable que sufre. Si se le ofrece una tabla salvadora de la cual aferrarse y se retira al animal luego, cuando se la vuelva a colocar en el recipiente con agua, nadara varias horas hasta quedar exhausta. La experiencia indica que no hay nada más dañino que el estrés sin esperanza. Para muchos esto pasa en nuestro país. Aunque en realidad, algunos sí ven una salida y la toman, Ezeiza. Claro que no es para todos, en general lo hacen los más osados, los más idóneos para conseguir un nuevo empleo en el exterior, los más jóvenes lo que se refleja en el hecho de que hay un paulatino empobrecimiento en la franja de investigadores de menos de 40 años. Se dilapidan así los enormes recursos que se gastaron en formarlos. Al contrario de lo que muchos creen, como en la humorada de Quino, Dios no parece ser argentino. Así que nos deberemos arreglar solos nomás para recuperar la autoestima, la magia, la enorme determinación de volver a ser una gran nación. O simplemente el orgullo de pertenecer a un proyecto que consideramos digno de ser vivido.
De lo contrario seremos como la Argentina de Tato, un gran país que alguna vez existió.
En este contexto, se podría pensar que los gobernantes deberían creer en que, entre las pocas opciones que nos quedan, el desarrollo sostenido del sistema científico y tecnológico nos llevará, al igual que como ha pasado en los paises centrales, a un futuro de crecimiento y prosperidad. Sin embargo, en el último año hemos asistido a la aplicación de recortes sistématicos en todas las áreas del estado, sin excepción. En lo que, hasta los más grandes exponentes del neoconservadorismo vernáculo han calificado como “reformas a lo carnicero”. Sin duda que hay en el Estado sectores donde se producen gastos improductivos y existe alta ineficiencia y hasta importante corrupción. Y tal vez, no es menos cierto que estos mismos defectos se pueden encontrar en nuestro sistema de CyT. Sin embargo, si se compara la producción científica de la Argentina con respecto a los paises vecinos, como Brasil o Chile, donde se destinan más del 0.7% del PBI en este rubro, a nuestro país no le va tan mal si consideramos que invierte un poco más de la mitad de esa cifra y que de acuerdo con esto, el gasto por investigador es la mitad del de Brasil y casi un cuarto del de USA. Eso indica que todavía contamos con un remanente de recursos humanos que el país debería cuidar. En este sentido, deberíamos evitar la aplicación en forma lineal en las evaluaciones del personal de los organismos de CyT, las pautas de productividad del primer mundo, ya que el número de publicaciones por investigador nos asemeja más a los países del mercosur.
Pero mejorar la situación planteada para el gobierno no debería significar el lanzamiento de un programa “Raíces” para conectar los científicos argentinos radicados en el exterior con nuestra comunidad, o el programa “Memoria” para que los científicos y tecnólogos jubilados vuelvan a los laboratorios, o el anuncio de la creación de cuatro polos “tractores” de desarrollo científico tecnológico. Debe significar sin eufemismos, mejorar la inversión en CyT para que haya más y mejores subsidios, más y mejores salarios, más y mejor equipamiento. El gobierno debería cumplir con la promesa electoral de la “Carta a los argentinos” de elevar paulatinamente el presupuesto del sector al 1% del PBI. En este sentido preocupa que el Plan Nacional Plurianual de CyT 2000-2002 plantee que se ha producido una situación de mejora sostenida del sector en los últimos 5 años y que el aumento de la inversión debería venir fundamentalmente de las quebradas economías provinciales o el golpeado sector productivo nacional. Debo mencionar aquí que, a mediados de año, la Sociedad realizó una asamblea para tratar la situación del sector, contestó la encuesta requerida por la SETCIP y tuvo un encuentro abierto con la Dra. Puiggrós que resultó por lo menos, frustrante. Sorprende por ello la afirmación del mencionado plan acerca de las importantes consultas realizadas a la comunidad científica en general y en particular a las sociedades científicas. Desde la SAIC damos fe que esto no se ha producido.
Por supuesto que hay personas, entre las que se cuentan algunos científicos que opinan que es más económico invertir pocos millones de dólares (o pesos) en unos pocos centros de excelencia, que muchos más millones en muchos centros con menor calidad de producción. Es cierto, es más económico y tendríamos algunos trabajos científicos de alto impacto, pero no habría sistema científico tecnológico, ni universidad ni sociedad desarrollada y habríamos apostado a un país sumergido y dependiente.
El siglo XX ha significado una revolución en el conocimiento de la Física. El siglo XXI que comenzó este año, nos promete consolidar con la finalización de la primera etapa del Proyecto Genoma Humano y el desarrollo de técnicas asociadas, la revolución ya iniciada, en el campo de la Biología en general y la Medicina, en particular. El país debe invertir en el campo de las nuevas disciplinas como la Genómica Funcional, en la que los animales transgénicos juegan un papel importante, la Farmacogenómica cuya frontera, la terapia génica o el tratamiento individualizado, está cada vez más cercana. A estas contribuyen técnicas de alto rendimiento como las matrices de DNA, las que en el país tienen desarrollo escaso o nulo.
Lo que acabo de decir, no significa que me oponga a integrarme a los científicos del mundo, ni que desdeñe el poder de la sabiduría acumulada en nuestros mayores. Por el contrario, creo que los jóvenes que emigran, lo hacen, además de por las razones mencionadas, por la falta de modelos. O mejor dicho por lo que consideran un “antimodelo”. Es cierto, nos hemos convertido en lo que los jóvenes ven como un modelo de fracaso. Y tal vez esa sea la imagen que nosotros mismos proyectamos. Por eso, creo que debemos recuperar la figura del “Mentor”. Esa persona que enseña, que muestra cómo estudiar, cómo investigar, pero más, que guía, que trasmite la magia necesaria para comprometerse con el sistema, con el trabajo, con la sociedad. Volvamos a ser Mentores, para formar otros tantos y que el efecto sea multiplicador.
Hay sin embargo, algunas noticias alentadoras; parece consolidarse el programa de las Becas Ramón Carrillo-Arturo Oñativia que este año incluyó 10 becas para la repatriación de científicos jóvenes del exterior. Hago mía las palabras del Dr. Paladini pronunciadas en el acto de entrega de las becas de este año y que expresan el deseo de que este programa sirva como base para la creación de un Instituto Nacional de Investigaciones Biomédicas que al igual que el INSERM francés o los Institutos de la Salud norteamericanos sea un soporte de la investigación en el área como parte de una política de Estado.
También es halagüeño que en el 1° Seminario Nacional de Edición Científica en el Centro Argentino de Información Científica y Tecnológica (CAICYT) del CONICET se haya señalado que ha habido una política errónea en relación a las revistas científicas argentinas ya que por un lado logran subsidios y por otro, las Comisiones Asesoras no asignan mérito a los autores que publican en ellas señalándose la intención de obtener una mayor visibilidad de nuestras publicaciones para que sirvan de vehículo a nuestra producción científica. Esta es una tarea a la que todos los sectores involucrados deberíamos aportar.
Existen, además, otras tablitas salvadoras, a las que hice referencia al principio, son los pequeños logros cotidianos. Hoy la SAIC y la SAI son un buen ejemplo. Si medimos la producción de los que concurren a nuestros congresos por el número de presentaciones (con todas las limitaciones que esto implica), veremos que el número creció y se mantuvo a pesar de las enormes crisis sufridas en nuestro país con los golpes militares del 66 y del 76, la hiperinflación del 89, la debacle del advenimiento del nuevo milenio.
El congreso que hoy se inicia muestra que se presentaron 512 trabajos de los cuales, luego de un proceso de revisión, se aceptaron 139 en la modalidad oral y 332 posters. El incremento sostenido de la preferencia por los posters ha justificado la elección de un lugar de convenciones con más facilidades para este tipo de presentación. Se ha implementado, por vez primera, un nuevo sistema de entrega de los resúmenes que facilitó enormemente la organización del programa, la publicación del número de la revista Medicina y permitió crear una base de datos que posibilitará tener estadísticas de trabajos presentados por área temática, palabras claves, etc, en forma automática. A pesar de las molestias que este nuevo proceso pudo haberles ocasionado en la presentación, sólo hubo 1 trabajo no incorporado al sistema por problemas severos de forma.
Como en años anteriores, el congreso se ha iniciado con 4 minicursos, y en los días que vienen se desarrollaran 3 mesas redondas y 3 conferencias merced a la desinteresada concurrencia, la cual agradezco profundamente, de distinguidos invitados nacionales y extranjeros, entre los cuales tenemos algunos compatriotas y amigos.
A partir de la gran contribución de poder contar con una página en Internet propia que realizó la CD presidida por la Dra. Elisa Bal, de la cual, además agradezco haber tomado cierta dosis de mesura de la que adolezco, la SAIC ha desarrollado una intensa tarea. Parte significó consolidar el funcionamiento del Comité de Etica, que goza de un gran prestigio en nuestro medio, en un servicio de evaluación de protocolos que se ha convertido en fuente de recursos para la Sociedad. No menos importante ha sido la decisión de convertir una sección de esa Web en lo que dimos en llamar “La revista virtual de la SAIC”, siguiendo la tendencia actual creciente de crear medios electrónicos de difusión de contenido científico. En ella pueden encontrar los resúmenes del año 2000 y 2001 y algunos resúmenes de Tesis doctorales cumpliendo con una iniciativa de la comisión docente de darle la debida difusión a estos trabajos que se habían convertido en meros trámites administrativos. Entre paréntesis, debe destacarse que siguiendo las recomendaciones de los panelistas de la mesa sobre tesis doctorales de nuestro último congreso se acaba de realizar una Expotesis en la Facultad de Farmacia y Bioquímica de la UBA. Continuando con el tema de la revista virtual, esperamos que este medio de difusión científica se consolide y crezca en el futuro, hecho que depende exclusivamente de nosotros. De hecho, esta es una invitación concreta a participar en una especie de comité de redacción a todos aquellos con vocación de trabajo. La Web es además un lugar donde el que la visite puede encontrar información útil sobre becas, cursos ofrecidos por la propia Sociedad pero también aquellos que proviniendo de otras fuentes son considerados adecuados por la Comisión Docente, etc. Esperamos que junto con el sistema de correo electrónico sirva, en el futuro, como único medio de comunicación entre la Sociedad y sus miembros. Mantener este servicio actualizado significa un enorme esfuerzo que fue sólo posible merced a la desinteresada, permanente y muy eficiente dedicación de las Dras. Alicia Faletti, Silvina Meroni y Patricia Miranda, mejor conocidas en nuestra CD como las “chicas de la web”. Esperamos que ellas ayuden a constituir un comité de la Web como órgano permanente.
En el marco de la crisis descripta nos pareció esencial mantener el estímulo de premios. Así, la SAIC otorgará en la cena de clausura, el Premio «Rubén Cherny» al mejor trabajo interdisciplinario, el premio «Dr. Esteban Montuori» al mejor trabajo en Neurociencias y el premio «Dr. Patricio M. Cossio» al mejor trabajo sobre investigación clínica y que debía involucrar pacientes. Este logro fue posible debido a la generosa contribución de las Fundaciones «Lucio Cherny», «Gador» y «Cossio» que aportaron los fondos necesarios. Esta vez, se decidió que entre los trabajos autopostulados, los ganadores se conocieran antes de la presentación del trabajo, lo que nos permitió incluir los trabajos completos premiados en la revista del congreso y posibilitar una discusión más libre en el momento de la presentación. Agradecemos profundamente el trabajo de los jurados que nos permitió alcanzar estos objetivos en un tiempo realmente muy acotado y felicito por anticipado a los ganadores. Estos premios, además de constituir un reconocimiento a la labor desarrollada y un incentivo para continuarla, significan también un compromiso de los ganadores de enriquecer las reuniones venideras con más y mejores trabajos.
Además, este año hemos decidido realizar un Curso satélite orientado a profesionales de la Salud, particularmente médicos, sobre “Avances en enfermedades prevalentes como la hipertensión arterial, la diabetes, las dislipemias y la obesidad” que incluirá el conocimiento recientemente adquirido desde la Genética Molecular y que intentará mostrar a estos profesionales el impacto del proyecto genoma humano en el conocimiento de la fisiopatología conjuntamente con una actualización del diagnóstico y el tratamiento de estas afecciones. Este proyecto que buscó servir al doble objetivo de, por un lado, incrementar la actividad docente de postgrado de nuestras Sociedades orientada a médicos de práctica clínica y, por el otro, brindar un legítimo incentivo para la participación de la industria farmacéutica en nuestros eventos se logrará finalmente, gracias a la participación de reconocidos especialistas nacionales y al apoyo de empresas que como Novo Nordisk Pharma de Argentina y Merck Sharp & Dohme han contribuido al desarrollo del mismo en el convencimiento filosófico que sociedades como la nuestra merecen ser apoyadas más allá de lo que digan las pautas de un mezquino marketing. Esta decisión de estar más presente en la formación del profesional de la Salud como investigador y, en particular como investigador clínico, justificó el dictado de un curso sobre ensayos clínicos que efectuó la SAIC a mediados de año. Esta actividad se completó con el dictado de un curso sobre Transducción de señales, que generosamente fue organizado por el Dr. Ernesto Podestá.
Por supuesto, que debido a la profesionalización en la organización del congreso, los recursos necesarios son cada vez mayores y, en definitiva, el congreso en sí no sería posible si nuestros amigos de siempre, las empresas que nos apoyan año a año no estuvieran presentes. Ellos pueden dar fe que desde el comienzo de la gestión nos adelantamos a los tiempos que corren y decidimos hacer una gestión austera y de “déficit cero” que luego sería copiada por el ministro Cavallo. De esta manera, salvo en el último tramo del año, la organización del congreso la realizamos a pulmón encargándonos de la venta de la exposición comercial. Por este enorme esfuerzo, agradezco a la CD en pleno que nos acompañó en esta tarea y al enorme compromiso asumido por todos en la discusión de las pautas generales, revisión de los trabajos y organización del congreso que fue realizado con una dedicación digna de encomio.
Si llegamos hasta aquí con algún éxito, se debe en gran parte a contar con Rosana Greco que como secretaria permanente, además de ser la memoria viviente de la Sociedad, es una incansable, siempre bien dispuesta y extraordinariamente eficiente trabajadora. Cuando recibí con orgullo el ofrecimiento de la vicepresidencia de la sociedad, inmediatamente me pareció natural pensar en la Dra. Silvia I. García como secretaria. Con el correr del tiempo, me dio cierto temor comprometer tanto el funcionamiento de nuestro laboratorio. Sin embargo, ella me persuadió que podía realizar ambas tareas y que me sería de utilidad. Quiero expresar públicamente que tenía razón y que su contribución, desde una posición no siempre bien reconocida, fue decisiva en nuestra gestión. Gracias Piti, como todos la conocen en nuestro instituto, por tu entrega incondicional a la tarea que consideraste legítimamente, como tuya. A Martín Isturiz, nuestro vicepresidente le agradezco su apoyo y soporte. Le deseo una feliz gestión y un año un poco más tranquilo.
Nos han quedado como mora algunas asignaturas pendientes, la Sociedad debe estar más presente en la discusión de la política de CyT, en la generación de propuestas legislativas que hacen a su quehacer como por ejemplo algunos aspectos bioéticos vacantes en el país y en el fortalecimiento de las relaciones entre los profesionales en cada una de las áreas temáticas que alberga la Sociedad. Por ello sería oportuno discutir la creación de consejos o grupos de trabajo en estos temas y para ello hemos elaborado una propuesta que deseamos discutir con Uds. Además, la Sociedad debería fortalecer el vínculo con las otras asociaciones científicas del país, para lo cual a lo mejor ha llegado el momento de propender a la creación de una Federación de Sociedades Científicas que para mí, además de representar los intereses académicos de la comunidad científica, debería convertirse en un interlocutor decisivo a la hora de fijar las políticas del sector.
Finalmente, llegado al punto de declarar abierta la XLVI, a uno se le puede ocurrir agradecer la presencia de todos Uds aquí y la participación entusiasta con que enviaron los trabajos que hacen posible esta reunión. Pero a poco de meditarlo, uno no agradece a los familiares estar presente en una reunión, por eso como miembros de esta gran familia que es la SAIC sólo puedo desearles que sientan la misma alegría que yo de estar todos hoy aquí reunidos. En situaciones como esta recuerdo lo que le decía mi padre a sus ocasionales invitados, «La casa es chica pero el corazón grande» lo que significa hoy que, más allá de las imperfecciones y las restricciones acordes al difícil momento que nos toca vivir, hemos hecho lo posible para darles una cálida bienvenida. Un fuerte abrazo.