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IL-10 EN TRAUMA ENCEFALOCRANEANO
LIBERACION PRECOZ DE LA CITOKINA ANTIINFLAMATORIA IL10
EN EL TRAUMA SEVERO DE CRANEO*
BERNARDO MASKIN1, DANIEL
GAMMELLA2, LILIANA SOLARI2, WALTER VIDETA1, M. FERNANDA BARBOZA1,
LIBARDO GELIZ1, CARLOS RONDINA3
1Unidad de Terapia
Intensiva, 2Laboratorio, Hospital A. Posadas, Ramos Mejía, Buenos
Aires; 3Unidad de Terapia Intensiva, Hospital C. Alvarez, Rosario,
Santa Fe
* Presentado en parte en el
13° Congreso de la Sociedad Europea de Cuidados Intensivos (ESICM),
octubre 2000, Roma, Italia
Resumen
Los
pacientes que sobreviven a la injuria inicial de un trauma severo
presentan con elevada frecuencia complicaciones infecciosas, sépticas
y disfunción multiorgánica. Los mecanismos causales estarían
relacionados a una alteración de la inmunidad celular inducida por el
trauma y mediada en parte por la a expresión de citokinas
antinflamatorias. Se evaluaron los niveles plasmáticos de la citokina
antinflamatoria IL-10 y de la citokina proinflamatoria TNF-a en 15
pacientes ingresados con traumatismo encefalocraneano (TEC) severo
predominante. Ninguno de los pacientes había recibido corticoides ni
catecolaminas; 13 voluntarios normales se utilizaron como controles.
Al ingreso los niveles plasmáticos de IL-10 fueron significativamente
mayores en los pacientes que en los controles: 41.8 (17.3-265.4) pg/mL
vs. 2.2 (1.4-2.7) pg/mL, p<0.001 (test de Mann-Withney). Los
niveles de IL-10 no fueron diferentes entre la primera (menos de 6
horas post-trauma) y la segunda muestra (4 horas después) (test de
Wilcoxon). Los niveles plasmáticos de TNF-a fueron semejantes en los
pacientes respecto a los controles. Estos resultados muestran que los
pacientes con TEC severo desarrollan precozmente una respuesta con
elevación significativa de los niveles plasmáticos de IL-10 y que
podría explicar, por lo menos en parte, la situación de
inmunodepresión inducida por el TEC.
Palabras clave:citokinas, traumatismo de cráneo,
inmunodepresión, interleukina-10
Abstract
Early
release of the antinflammatory cytokine IL-10 in traumatic brain
injury. It has been reported that upwards of 50% of patients who
survive an initial brain traumatic insult subsequently die due to
infection and multiple organ failure. A paralysis of cell-mediated
immunity following trauma, partially induced by anti-inflammatory
cytokine release, appears to be responsible for the increased
susceptibility to infections. We determined the plasma levels of the
anti-inflammatory cytokine IL-10 and the pro-inflamatory TNF-a in 15
patients admitted with severe traumatic brain injury (TBI). None of
the patients had received glucocorticoid or catecholamine treatment.
Thirteen volunteers served as controls. At study entry the IL-10
plasma levels were significantly higher than in controls: 41.8
(17.3-265.4) pg/mL vs. 2.2 (1.4-2.7) pg/mL, p<0.001 (Mann-Whitney
test). There was no difference between the first (at study entry) and
second sample (4 hours later) (Wilcoxon test). TNF-a plasma levels
were similar in patients and controls at study entry and 4 hours
later. We conclude that severe TBI patients present an early response,
with a significant increase of IL-10 plasma levels. These results
could partially explain the immunodepression following TBI.
Key words:cytokine, interleukin-10, inmmunodepression,
traumatic brain injury
Dirección postal: Dr. Bernardo Maskin,
Camargo 120, 1414 Buenos Aires, Argentina
FAX: (54-11) 4951-6325 e-mail: Bermask@datamarkets.com.ar
Recibido: 124-I-2001 Aceptado: 14-VI-2001
La mortalidad que se observa en las primeras horas post-trauma de
cráneo severo se relaciona fundamentalmente al daño neurológico
irreversible o a la hemorragia. Si los pacientes sobreviven a la
injuria inicial presentan con mucha frecuencia complicaciones
infecciosas, sepsis y disfunción multiorgánica (SDMO). Se ha
comunicado que más del 50% de los pacientes traumatizados muere a
consecuencia de infección o SDMO en los días o semanas posteriores
al trauma1. Debido a esto se han diseñado investigaciones para
evaluar la relación causal entre el trauma y la predisposición de
estos pacientes para desarrollar complicaciones infecciosas y
sépticas2. Algún tipo de “parálisis” de la inmunidad celular
inducida por el trauma pareciera ser responsable de esta situación.
Además, se ha demostrado que el traumatismo de cráneo (TEC), per se,
puede ser un factor de riesgo independiente respecto a las
complicaciones infecciosas que aparecen en los pacientes
politraumatizados3, y un estudio ha mostrado que el 41% de los
pacientes con trauma cerrado de cráneo desarrollan neumonía en la
primera semana después del trauma4.
El mecanismo de la inmunosupresión en el TEC no está totalmente
aclarado. Se ha planteado que los mecanismos neuroendocrinos están
involucrados en la inmunodepresión post injuria y que existe
correlación entre una severa estimulación del sistema nervioso
simpático y del eje hipotálamo-hipófiso-adrenal y la severidad de
la injuria cerebral y extracerebral5, 6.
La interleukina 10 (IL-10) es una citokina pleiotrópica producida por
los macrófagos y las células T. Su acción principal es la de
disminuir la función accesoria de los macrófagos7 y por ello se le
atribuye propiedades antinflamatorias e inmunosupresoras. La
producción endógena de IL-10 o su administración exógena induce
disfunción de células T, disminuye su apoptosis y reduce la función
antimicrobiana. Se ha planteado que IL-10 es una citokina clave en el
desarrollo del proceso de inmunosupresión inducida por injuria
cerebral de diferentes tipos8.
Este estudio prospectivo se realizó en pacientes con TEC severo
predominante, previo a la administración de catecolaminas exógenas,
para analizar la respuesta antinflamatoria, evaluada por la
determinación de los niveles plasmáticos de la citokina IL-10.
También se determinaron los niveles plasmáticos de la citokina
proinflamatoria factor de necrosis tumoral alfa (TNF-a). Se
correlacionaron estos niveles con la incidencia de infección
nosocomial (neumonía asociada al respirador). La presencia de
reacción inflamatoria sistémica fue evaluada por parámetros
clínicos.
Material y métodos
Pacientes y definiciones
Se estudiaron 15 pacientes consecutivos, con diagnóstico de trauma
severo de cráneo (TEC) predominante, ingresados dentro de las 6 horas
posteriores al trauma a las Unidades de Cuidados Intensivos de los
Hospitales Posadas (Buenos Aires) y Clemente Álvarez (Rosario). Se
consideró TEC severo (de acuerdo a la clasificación de la OMS)9
cuando después de la resucitación inicial con líquidos los
pacientes presentan un nivel £ 8 de acuerdo a la clasificación de la
escala de pronóstico de Glasgow. Ninguno de los pacientes presentaba
otra lesión significativa agregada. Trece voluntarios normales se
utilizaron como controles, para la optimización y estandarización de
los procedimientos y para la determinación de los rangos normales de
IL-10 y TNF-a.
Se definió reacción inflamatoria sistémica (SIRS) por la presencia
de dos o más de los siguientes elementos: 1) temperatura > 38°C o
< 36°C; 2) taquicardia: > de 90 latidos por minuto; 3)
taquipnea: más de 20 respiraciones por minuto o una PCO2 < 32
mmHg; 4) leucocitosis: (> 12000/mm3) o leucopenia (< 4000/mm3) o
más de 10% de formas inmaduras10.
Se define neumonía asociada al respirador por la aparición de nuevos
infiltrados en la radiografía de tórax asociados a un estudio
bacteriológico positivo efectuado en el material obtenido por
técnica broncoscópica (> 104 ufc/mL en el lavado broncoalveolar
[BAL] o > de 103 ufc/mL en el material obtenido por cepillo
protegido)11.
Se utilizaron los siguientes criterios de exclusión: 1) menores de 14
años; 2) embarazo; 3) tratamiento concomitante con corticoides o
drogas inmunosupresoras; 4) tratamiento concomitante con
catecolaminas; 5) sospecha de SIDA; 6) politrauma.
Se excluyeron los pacientes que recibieron corticoides y catecolaminas
previo al ingreso, por el efecto de esas drogas sobre la secreción de
IL-10 y TNF-a.
Este protocolo fue aprobado por los Comités de Docencia e
Investigación y Ética de los Hospitales participantes.
Se utilizaron dos muestras de 5 mL de sangre extraídas al ingreso del
paciente a la Unidad (M1) y 4 horas después de la primera extracción
(M2) para la determinación plasmática de TNF-a e IL-10. La muestra
M1 se extrajo dentro de las 2 y 6 horas de ocurrido el trauma. Las
muestras fueron inmediatamente centrifugadas (a 4°C) durante 15
minutos a 2200 G. El plasma fue congelado a –70°C hasta efectuar
las determinaciones de las citokinas.
Determinaciones de los niveles plasmáticos de citokinas
Las determinaciones de IL-10 y TNF-a se realizaron utilizando un
ELISA tipo sandwich cuantitativo que utiliza anticuerpos específicos
monoclonales en la fase sólida (Quantikine. R&D System.
Minneapolis, MN, USA), según instrucciones del fabricante. Las
mediciones se efectuaron por duplicado. El límite inferior de
detección de nuestro laboratorio para IL-10 es de 1.4 pg/mL y para
TNF-a de 2.4 pg/mL.
Método estadístico
Los valores plasmáticos de las citokinas se expresan como mediana
y percentil 25-75% del rango. Una p<0.05 se consideró
significativa. Los datos se analizaron por el test de Mann-Whitney y
el de Wilcoxon. Para evaluar la correlación entre los niveles de las
citokinas con la incidencia de neumonía se utilizó el índice de
correlación de Spearman.
Resultados
Las edades tuvieron una media de: 28.6±13.7 años; promedio de
Escala de Glasgow: 6.8/15; promedio de tensión arterial media (TAM):
88.73±22 mmHg. El promedio de la presión intracraneana (PIC) fue de:
22±10.7 mmHg. El 43% de los pacientes (7/15) presentaban SIRS al
ingreso. En 10 pacientes la primera extracción de sangre se efectuó
dentro de las 4 horas de ocurrido el trauma y en los 5 restantes entre
la cuarta y sexta hora. Siete pacientes (46.6%) desarrollaron
neumonía nosocomial. La mortalidad global fue: 40%. Al ingreso los
niveles plasmáticos de IL-10 fueron significativamente mayores en los
pacientes que en los controles: 41.8 (17.3-265.4) pg/mL. vs. 2.2
(1.4-2.7) pg/mL. p<0.001 (test de Mann-Whitney) Los niveles
plasmáticos de IL-10 (Figura 1) no fueron diferentes entre la primera
y la segunda muestra (test de Wilcoxon).
No se detectaron niveles plasmáticos de TNF-a en la mayoría de los
controles y de los pacientes. En los que se encontraron niveles
plasmáticos mensurables de TNF-a no se encontró diferencia
significativa entre los pacientes y los controles, p= 0.628 (test de
Mann-Whitney)
La correlación entre los niveles de IL-10 con la incidencia de
neumonía no mostró significación: r = 0.477 (índice de Spearman).
Discusión
Ha sido demostrada una significativa depresión de la inmunidad
mediada por células después del trauma o de la cirugía mayor, la
que puede asociarse a un incremento de la mortalidad por sepsis en
estos pacientes traumatizados12, 13.
Diversos factores, entre los que se cuentan las citokinas con acciones
antinflamatorias como IL-10, parecen ser responsables de esta
alteración inmunitaria8, 14.
La IL-10 no sólo regula en menos la expresión del complejo mayor de
histocompatibilidad (MHC) clase II en los monocitos, sino que también
inhibe la producción por esas células de las citokinas pro
inflamatorias TNF-a, interleukinas 1,2 y 8 (IL-1, IL-2, IL-8) e
interferón gama (IFN-g)15, 16, a la vez que induce secreción del
antagonista del receptor de IL-1 (IL-1ra), un inhibidor competitivo de
la actividad de IL-1.
Se han encontrado niveles elevados de citokinas pro-inflamatorias
inmediatamente después del trauma y shock en animales de
experimentación17 y en estudios con pacientes18, 19. Se insiste,
sobre todo, en el incremento precoz de la citokina pro-inflamatoria
TNF-a. En contraste se ha planteado que la aparición en plasma de las
citokinas antinflamatorias, como el transforming growth factor beta
(TGF b), es más tardío y no sería detectable hasta 24 horas
después de la injuria20.
Recientemente se ha comunicado que en los pacientes con daño cerebral
agudo la respuesta sería diferente. Se desencadena rápidamente una
reacción antinfla-matoria e inmunosupresora8, 21, sin elevación de
los niveles de las citokinas pro-inflamatorias. Nuestros resultados
confirman estos estudios. Pudimos demostrar que en los pacientes con
TEC severo se desarrollaría una respuesta antinflamatoria precoz
(elevación significativa de los niveles plasmáticos de IL-10) sin
aumento significativo de los niveles plasmáticos de la citokina pro
inflamatoria TNF-a. No tenemos elementos para explicar los mecanismos
por los cuales se produce esta reacción antinflamatoria. Se ha
planteado que sería parte de una reacción neuroendocrina generada a
partir de la injuria cerebral aguda y mediada por catecolaminas. Como
una prueba mas de la conexión entre la injuria cerebral, los
mecanismos neuroendocrinos y la inmunidad, se ha demostrado que las
catecolaminas estimulan la liberación de IL-10 por las células
inmunes humanas22.
Pero esto no es fácilmente demostrable. La descripta “tormenta
simpática” no se encuentra en todos los pacientes. En el grupo
estudiado no pudimos demostrar hipertensión arterial, salvo en
pacientes aislados y el promedio de TAM registrado (alrededor de 90
mmHg) está dentro de los rangos normales.
En la mayor parte de los procesos agudos, fundamentalmente en sepsis,
se ha descrito que la secreción de las citokinas antinflamatorias se
produce por el efecto de las citokinas pro inflamatorias sobre las
células inmunes, como un proceso de regulación de la reacción
inflamatoria14. No parece ser el mecanismo en el grupo estudiado. Solo
pudimos demostrar la existencia de SIRS, por parámetros clínicos, en
menos del 50% de los pacientes al ingreso y los niveles plasmáticos
de TNF-a fueron similares a los de los controles en los pacientes en
los que fue detectada.
No pudimos certificar la correlación entre los valores plasmáticos
elevados de IL-10 con la incidencia de neumonía nosocomial, aunque
debemos destacar que al analizar los resultados de la correlación se
marca una tendencia. El tamaño de la muestra podría ser insuficiente
para el análisis adecuado de la correlación.
Los resultados obtenidos muestran la precocidad de los mecanismos que
inducirían la inmunosupresión que acompaña al TEC severo. Todas las
muestras iniciales fueron obtenidas antes de la sexta hora del trauma
y en diez de los quince pacientes antes de la cuarta hora del
traumatismo. De cualquier manera no parecen ser los únicos mecanismos
y quedan pendientes muchos interrogantes. En respuesta a la injuria
cerebral varias moléculas con efecto inmunosupresor son liberadas
además de las citokinas antinflamatorias, sobre todo los
corticosteroides, inhibidores naturales de la producción de citokinas
pro-inflamatorias. Todavía no se ha determinado como se relacionan
los corticosteroides con la producción de IL-10 y otros mediadores
antinflamatorios como el IL-1ra y el receptor soluble de TNF.
Otro elemento que se debe tener en cuenta es que el TEC induce una
reacción inflamatoria intracerebral con aumento de los niveles de
citokinas pro y antinflamatorias en el líquido cefalorraquídeo. No
se conoce como se relacionaría esta respuesta local con los niveles
que registramos en la sangre.
Como conclusión podemos plantear que este estudio aporta evidencias
sobre la aparición precoz de una respuesta antinflamatoria mediada
por la liberación de la interleukina IL-10, lo que podría favorecer
la aparición de un estado de inmunodepresión relativa en los
pacientes con TEC severo.
Agradecimiento: Se agradece la colaboración del Dr. Mario
Eposto, Jefe de la Sección Serología del Laboratorio del Hospital A.
Posadas.
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