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La esclerosis múltiple,
viejas y nuevas ideas
Basilio A. Kotsias
Instituto de Investigaciones Médicas Alfredo Lanari, Facultad de
Medicina, Universidad de Buenos Aires,
En este número de Medicina, J. Correale y E. Cristiano presentan
un artículo acerca de la utilizacion de inmunomoduladores en la
esclerosis múltiple (EM)1, razón de esta nota que pone en
perspectiva la evolución de los conocimientos sobre la EM en poco
más de 100 años, con los principales hallazgos sobre esta
enfermedad, las hipótesis sobre sus causas y los tratamientos
propuestos.
La caracterización de la EM no se basa en la etiología, desconocida,
sino en criterios estructurales, en particular la destrucción de la
vaina de mielina y la infiltración perivascular de células
inflamatorias, esto es una enfermedad inflamatoria y desmielinizante.
La remielinización por las células precursoras de los
oligodendrocitos es un fenómeno natural en el sistema nervioso
central, pero este mecanismo reparativo, por factores que tampoco
conocemos, falla en la EM. La proliferación compensatoria de
astrocitos forma zonas cicatrizales y el daño estructural se vuelve
permanente2. Esto produce un enlentecimiento o bloqueo de la
conducción del impulso nervioso en las fibras del SNC que se
evidencia con la técnica de potenciales evocados.
La vaina de mielina envuelve a los axones- no a todos- sin
interrupciones salvo pequeñas estrangulaciones cada 1-2 mm que dejan
desnuda una zona de 1-2 µm, el nodo de Ranvier, en los que es máxima
la densidad de canales de Na responsables de la fase de
despolarización del potencial de acción. La inactivación de estos
canales y una fuga de corriente saliente son los causantes de la
repolarización del potencial de acción. Los canales de K no
participan de este proceso, están ubicados en las regiones
paranodales, cubiertos por la mielina3, 4, 5.
Existen dos puntos básicos para poder comprender los efectos de la
desmielinización. El primero es la membrana celular lipoproteica-
0.007 µm es su espesor- un medio aislante ubicado entre dos medios
conductores: las soluciones electrolíticas extra e intracelulares.
Resulta de esta disposición un capacitor eléctrico con un gran valor
relativo por la proximidad de los dos elementos conductores. El
segundo: la vaina de mielina resulta del enrollamiento de la célula
glial alrededor del axón, varias de esas células a lo largo del
axón. La disposición espiralada de las membranas de la glía, entre
10 y 160 vueltas, es como si se sumaran en serie segmentos de ellas,
cada uno con una capacitancia y resistencia eléctrica determinadas;
cuantas más vueltas, menor la capacitancia total (1/Ctotal = 1/C1 +
1/C2 +....1/Cn) y mayor la resistencia (Rtotal = R1 + R2 +....Rn).
En el nodo se genera el potencial de acción y la baja capacitancia y
alta resistencia de los internodos posibilitan que pocos iones cambien
el potencial de esta zona y que el impulso nervioso se transmita hacia
los nodos vecinos sin una disminución importante en su amplitud. En
condiciones normales el factor de seguridad es alto: la corriente
eléctrica (iónica) entra y sale de la fibra a nivel de los nodos
alcanzando a los vecinos y activando los canales de Na. Esta es la
transmisión saltatoria, demostrada durante los años de la II Guerra
Mundial por dos investigadores japoneses, Tasaki y Takeuchi, con muy
dificíles experimentos en fibras nerviosas aisladas6.
Los animales vertebrados han conseguido una velocidad de propagación
veloz por sus fibras por una adaptación evolutiva plasmada en la
mielina. La conducción saltatoria no es el único mecanismo
adaptativo, se pueden conseguir veloces transmisiones con el aumento
en el diámetro de la fibra, hasta de 1 mm en axones de calamares,
pero este proceso no es óptimo. Veamos una comparación curiosa
tomada del libro de Katz7: el nervio óptico consiste en casi un
millón de fibras mielínicas; si sus fibras fuesen amielínicas y
esta falta compensada con el mayor diámetro de las mismas, no cabría
en nuestras cabezas o la tendríamos monstruosa. Se puede objetar este
razonamiento pero es útil para entenderlo mejor.
En las fibras amielínicas la transmisión del impulso nervioso es
continua, los canales de Na están distribuídos sobre toda la fibra.
En la fibra desmielinizada los canales se encuentran separados unos de
otros por un segmento de fibra sin las propiedades eléctricas
aislantes de la mielina. La mielina disminuye los requerimientos de la
Na-K-ATPasa, enzima que normaliza los cambios en las concentraciones
iónicas que se producen con la generación de potenciales de acción
, en especial cuando son generados a alta frecuencia. Estos cambios,
entre ellos el aumento en la [Na+]i son mayores en la fibra
desmielinizada. Además se exponen los canales de K que con su efecto
repolarizante (salida de K+) tienden a impedir la generación y
propagación del potencial de acción. Como resultado de estos dos
factores la velocidad de conducción del potencial de acción
disminuye y puede llegar a la interrupción total de la señal
propagada. El tratamiento de la EM con la droga 4-aminopiridina se
basa en su efecto bloqueante sobre estos canales de K, además de
aumentar el mecanismo sináptico y la tensión muscular8, 9. Los
linfoctos T también tienen estos canales y la kaliotoxina, un
bloqueante, no sólo mejora la conducción nerviosa en modelos de
desmielinización sino que además actúa como inmunosupresor, con
efectos beneficiosos sobre las manifestaciones clínicas de la
desmielinización10.
Las alteraciones inflamatorias y desmielinizantes de la EM están bien
estudiadas en las fibras de enfermos con EM a los que se suman las
observaciones en modelos desmielinizantes como la encefalitis
alérgica experimental y en ratas con una mutación espontánea
desmielinizante- ratas taiep- (tremor, ataxia, immobility episodes,
audiogenic seizures, hindlimb paralysis), en las que se han comprobado
además degeneración axonal y aumento en la densidad de canales de
Na5, 11. Estos dos cambios, de suceder en la EM en proporciones
desparejas, opuestos en sus consecuencias, podrían ser los
responsables de los agravamientos o de las mejorías en los enfermos
con EM (Fig. 1).
Los estudios epidemiológicos tomando como población a los soldados
en la Segunda Guerra Mundial así como otros trabajos posteriores,
demostraron la distribución geográfica asimétrica de los afectados
por la EM, con un riesgo creciente de EM al aumentar la latitud. La
prevalencia de la enfermedad es de 1/100.000 en zonas ecuatoriales, de
30-80 /100.000 en el norte de América y de Europa12 y de
14-20/100.000 en Argentina13. Así, aunque el mecanismo subyacente en
la EM es en parte desconocido, se acepta cada vez más la
participación de influencias ambientales; buscamos en factores
externos las causas para lo que marcha mal, cosas que tocamos,
respiramos o comemos.
De acuerdo a toda la información en mano, la EM sería una enfermedad
desmielinizante, inflamatoria, axonal y con una canalopatía
adquirida, y aunque no se gana mucho con las clasificaciones, los
resultados indican la multiplicidad de factores que intervienen en la
enfermedad. Hace muy poco se realizó un descubrimiento importante al
aislarse del líquido céfalorraquídeo de enfermos con EM un péptido
que bloquea los canales de Na, capaz de impedir la generación del
potencial de acción. Esta sustancia, que se encuentra en los enfermos
a una concentración mucho mayor que en los normales, facilita de
alguna forma la inactivación de los canales actuando como una
lidocaína endógena o endocaína, por la similitud entre su efecto y
el del antiarrítmico14. Otros estudios señalan como bloqueante de
los canales al óxido nítrico liberado en las zonas inflamadas4.
Esperamos conocer pronto la relación entre los niveles de estas
sustancias con las manifestaciones clínicas de la EM para descartar
que estos hallazgos no sean sólo circunstanciales.
La evolución natural de la EM es progresiva, daña el SNC en toda su
extensión, afecta adultos jóvenes la mayoría de las veces, más a
mujeres que a varones. El polimorfismo de los síntomas condiciona la
multiplicidad de formas clínicas de la EM y esta variación
fenotípica dificulta a menudo el diagnóstico de la enfermedad12, 15;
por otro lado no existen indicadores de pronóstico confiables. Puede
comenzar con leves fallas neurológicas: el paciente nota que su
visión disminuye o siente dolor en una pierna, como si hubiese
tropezado con una piedra, puede sentirse enervado luego de dormir o
sufrir un calambre al comenzar a correr. Otros experimentan una
insensibilidad en una mano, vértigo laberíntico o dificultades en la
marcha o el habla. Estos defectos se desvanecen para luego reaparecer.
Este es el atributo clínico más característico de la EM: la
intermitencia de las manifestaciones clínicas que progresan en una
serie de ataques, cada uno de ellas con remisiones menos duraderas. La
remitencia natural es también responsable del éxito transitorio de
la gran cantidad de tratamientos empleados en la EM. La temperatura
corporal o la ambiental afecta a numerosos enfermos con EM. Una de las
razones para esto sería que la apertura y cierre de los canales de Na
es dependiente de la temperatura. En un sujeto normal, el factor de
seguridad es adecuado, aumenta la velocidad de conducción sin que se
afecte su transmisión, pero en un enfermo con EM, una fiebre, tomar
sol o el ejercicio por ejemplo, pueden llevar a un bloqueo de los
canales, comprometiendo la conducción. Se han diseñado vestimentas
con líquido circulante para bajar la temperatura y mitigar los
efectos de la EM16.
La Tabla 1 es un resumen de las hipótesis propuestas para la EM a lo
largo de un siglo y los tratamientos que junto a otras medidas, y el
diagnóstico temprano, han mejorado mucho la expectativa de vida
calculada en 5 años en 1890. Los lectores interesados en aspectos
históricos de este este tema pueden consultar los libros de Polak y
Azcoaga17, Hodgkin6, Marshall y Magoun18 y el trabajo de Rolak19 que
figuran en las referencias. Las primeras hipótesis sobre las causas
de la EM estaban basadas sólo en observaciones clínicas:
disminución en la sudoración, toxinas, agentes infecciosos,
problemas en la coagulación o en la circulación de la sangre y ellas
justificaban su tratamiento. Hipótesis e ideas que el tiempo se
encargó de demoler dándole la razón al dicho que si la duda es el
principio de la sabiduría, la pretendida certeza es el de la
ignorancia. ¿Será que las verdades de hoy son las mentiras del
mañana? Croxatto en un editorial de Medicina (Buenos Aires), de 1970,
pone las cosas en orden y dice20:
...»En ocasiones, estos proverbios tienen otro sentido, así cuando
decimos «la verdad de hoy es la mentira de mañana» lo usamos a
guisa de explicación para quedarnos tranquilos y satisfechos por
haber creído en algún momento, lo que actualmente sabemos son
imposibles. Pero...pensándolo bien –que es por otra parte como se
debe pensar, pues pensar mal es no hacerlo- deberíamos considerar que
eso de repetir así porque sí, que algunas futuras mentiras se han
originado en actuales verdades carece de sentido. El error gravísimo
no se encuentra tanto en el ropaje de verdad con que se viste la
falsedad sino en la sobreestimación de nuestra capacidad para admitir
como verdadero, lo que de tal, sólo tiene el aspecto».
La ciencia, motivada por la curiosidad, trata de conocer la verdad y a
menudo se la considera superior a otras disciplinas, deshumanizada,
más sólida, menos sujeta a ambiguedades, con fórmulas y
procedimientos arcanos, que con sólo aprenderlos quedan fijos en
nuestras mentes para entender la naturaleza. Pero ¿no es la ciencia
un borrador provisional de la realidad? No lo sabemos, pero sí que a
veces retrocede o yerra por falta o fallas de experimentación; otras
veces es desviada por fieros prejuicios o está atada a la forma de
pensar de una época. Por ejemplo, cuando se continuaron los
tratamientos ineficientes de la EM a pesar de las evidencias sobre una
causa autoinmune en la encefalitis alérgica experimental. El
resultado: casi 10 años perdidos en la investigación terapéutica de
la EM. Otro ejemplo, con los trabajos de Tasaki y Takeuchi sobre la
conducción saltatoria que ya mencionamos, publicados en la revista
alemana Pflügers Archives y que no llegaron a las bibliotecas
norteamericanas e inglesas por varios años después de finalizada la
II Guerra Mundial. Joseph Conrad, desde la ficción21 y Samuel
Finkielman en un editorial de hace más de 25 años22 han resumido
esta debilidad de la ciencia. Así, Marlow, el protagonista de El
corazón de las tinieblas cuestiona la existencia de una «verdad
despojada de su manto del tiempo» en tanto que Finkielman afirma que
«la ciencia nunca fue, nunca es pura ciencia». Lo que ahora se
afirma en las ciencias duras comienza a ablandarse al poco tiempo con
la aparición de nuevos datos, provisorios, tentativos, suplantados
por otros en un lapso más o menos corto. Se pagan con incertidumbres,
desilusiones y desesperaciones los intentos para alcanzar la elusiva
verdad, tímidamente se pronuncian ideas y adelantan hipótesis.
Direccion postal: Instituto de Investigaciones Médicas
Alfredo Lanari, Facultad de Medicina, Universidad de Buenos Aires, C.
de Malvinas 3150, 1427 Buenos Aires
e-mail: kotsias@mail.retina.ar
Bibliografía
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algunas drogas inmunomoduladoras en el tratamiento de la esclerosis
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3. Rasband MN, Trimmer JS, Peles E, Levinson SR, Shrager P. K+ channel
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the optic nerve. J Neurocytol 1999; 28:319-31.
4. Waxman SG. Do “demyelinating” diseases involve more than
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5. Black JA, Fjell J, Dib-Hajj S, et al. Abnormal expression of
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7. Katz B. Nerve, muscle and synapse. New York: McGraw Hill, 1966.
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410:394-400.
9. Smith KJ, Felts PA, John GR. Effects of 4-aminopyridine on
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10. Beeton C, Barbaria J, Giraud P, et al. Selective blocking of
voltage-gated K+ channels improves experimental autoimmune
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11. Moll C, Mourre C, Lazdunski M, Ulrich J. Increase of sodium
channels in demyelinated lesions of multiple sclerosis. Brain Res
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12. Adams R, Victor M, Ropper A. Principios de neurología. Mexico:
McGraw-Hill-Interamericana, sexta edición. 1996.
13. Cristiano E, Patrucco L, Carra A, et al. Historia natural de la
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16.
14. Brinkmeier H, Aulkemeyer P, Wollinsky KH, Rüdel R. An endogenous
pentapeptide actings as a sodium channel blocker in inflammatory
autoimmune disorders of the central nervous system. Nature Med 2000;
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15. Smith KJ, McDonald WI. The pathophysiology of multiple sclerosis:
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17. Polak M, Azcoaga JE. Neurohistología. Buenos Aires: EUDEBA, 1967.
18. Marshall LH, Magoun HW. Discoveries in the human brain. New
Jersey: Humana Press,1998.
19. Rolak LA. The history of multiple sclerosis. New York: The
National Multiple Sclerosis Society, 1997.
(http://www.nationalmssociety.org).
20. Croxatto O. La verdad de hoy es la mentira de mañana. Medicina
(Buenos Aires) 1970; 30: 415-7.
21. Conrad J. El corazón de las tinieblas. Madrid: Alianza Editorial,
1992, p 67.
22. Finkielman S. El milenio de la Escuela de Salerno. Medicina
(Buenos Aires) 1974; 34: 420-1.
Tabla 1.– Hipótesis sobre las causas de la EM y su tratamiento a
lo largo de 110 años
1890 Causa: Disminución de la sudoración
Trat.: Hierbas. Reposo.
1910 Causa: Toxinas en la sangre
Trat.: Purgas, estimulantes (estricnina), buena higiene personal
1940. Causa: Tratornos de la coagulación y del flujo sanguíneo
Trat.: Drogas para mejorar la circulación
1955. Causa: Reacción alérgica
Trat.: Vitaminas, antihistamínicos
1960. Causa: Reacción inmunológica contra la mielina.
Trat.: ACTH
1990-2000. Causa: Reacción autoinmune, probablemente asociada a
virus o factores externos
Trat.: Esteroides, inmunomoduladores, bloqueantes de los canales de K+
Fig. 1.– Cambios neurales agudos y crónicos en la esclerosis
múltiple
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