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Drogas
inmunomoduladoras en Esclerosis Múltiple
Conceptos
actuales sobre el uso de algunas drogas inmunomoduladoras en el
tratamiento de la Esclerosis Múltiple
Jorge Correale1, Edgardo
Cristiano2
1Departamento de
Neurología, Instituto de Investigaciones Neurológicas Dr. Raúl
Carrea, FLENI; 2Departamento de Neurología, Hospital Italiano, Buenos
Aires
Resumen
El mejor
conocimiento de la patogénesis de la esclerosis múltiple y los
recientes avances biotecnológicos, han permitido el desarrollo de una
serie de nuevos fármacos inmunomoduladores capaces de modificar el
curso de la enfermedad. Este grupo de agentes terapéuticos incluye
interferon beta 1a, interferon beta 1b y acetato de glatiramer. Las
decisiones terapéuticas sobre el inicio del tratamiento y elección
del fármaco deben ser individuales y basadas en la severidad y
actividad de la enfermedad, enfermedades concomitantes, efectos
adversos de los fármacos, y preferencias individuales del paciente de
acuerdo a sus actividades. La eficacia y seguridad de estos diferentes
fármacos no son estrictamente comparables, ya que hasta el momento
estas drogas no fueron evaluadas entre sí, sino en protocolos de
estudios separados con diferentes diseños, poblaciones, objetivos
primarios y análisis estadístico. En el presente artículo se
detallan las características de los principales ensayos clínicos
llevados a cabo con cada uno de éstos fármacos. Asimismo, se
establecen conclusiones que permitirán una óptima utilización de
los mismos. Diferentes ensayos clínicos en curso y planeados
ayudarán a definir el rol de éstos agentes en el tratamiento de la
esclerosis múltiple.
Palabras clave: esclerosis múltiple, drogas
inmunomoduladoras, interferon beta, acetato de glatiramer,
autoinmunidad
Abstract
Current
concepts on the use of immunomodulatory drugs in the treatment of
multiple sclerosis. Biotechnological research and a better
understanding of the immunopathogenesis of multiple sclerosis (MS)
have recently led to major breakthroughs in treatment. Different drugs
that modify the disease process such as interferon beta 1a, interferon
beta 1b and glatiramer acetate are now available. Decisions about
initiation of therapy and choice of agent should be individualised
based on the severity and activity of the disease, concomitant
illnesses, adverse effects of the drugs, lifestyle issues, and patient
preferences. These different drugs were tested in different clinical
trials that used different designs, patient populations, endpoints and
statistical analysis. Therefore, simple comparisons between them are
hazardous. In this article, the pivotal clinical trials of beta
interferons and glatiramer acetate in the treatment of MS are
reviewed, and recommendations for their appropriate use are provided.
Several ongoing and planned clinical trials in various stages of
disease will help to define further the role of these agents in the
treatment of multiple sclerosis.
Key words: multiple sclerosis, immunomodulatory
drugs, beta interferon, glatiramer acetate, autoimmunity
Dirección postal: Dr. Jorge Correale, Departamento
de Neurología, Instituto de Investigaciones Neurológicas Dr. Raúl
Carrea, FLENI, Montañeses 2325, 1428 Buenos Aires, Argentina. Fax:
(54-11) 4784-7620 e-mail: jcorreale@fleni.org.ar
Recibido: 2-I-01 Aceptado: 6-VI-01
Esclerosis múltiple (EM) es la enfermedad desmieli-nizante más
común del sistema nervioso central. Si bien afecta individuos de
todas las edades, la mayor parte de los pacientes desarrollan los
primeros síntomas de la enfermedad entre los 18 y 50 años. El
diagnóstico clínico se sustenta por la historia neurológica y la
presencia en el examen físico de signos que evidencian compromiso de
la sustancia blanca con dos características fundamentales: 1)
diseminación temporal y 2) diseminación anatómica. Diseminación
temporal implica la presentación de síntomas y signos en forma de
múltiples episodios, designados como brotes o exacerbaciones,
seguidos de desaparición de los síntomas con restauración parcial o
total de la función, fenómeno conocido como remisión. La aparición
gradual de déficit neurológicos, conocida como progresión puede
hallarse asociada o sustituir las exacerbaciones y remisiones.
Aproximadamente el 85% de los pacientes inicialmente experimentan un
curso con brotes y remisiones. Luego de aproximadamente 10 años de
evolución de la enfermedad, un 50% de estos pacientes presentan
gradual progresión de su discapacidad con o sin exacerbaciones
asociadas. Esta forma clínica es llamada secundaria progresiva. El
15% restante de los pacientes experimenta un curso progresivo desde el
inicio de la enfermedad (forma primaria progresiva), pudiendo en
ocasiones presentar recaídas asociadas (forma progresiva con
recaídas)1.
Si bien la causa de la EM no está claramente identificada, diferentes
evidencias inmunológicas, genéticas y epidemiológicas indican que
la injuria tisular observada en la enfermedad resulta de una respuesta
autoinmune dirigida contra uno o varios componentes de la mielina2, 3.
La lesión anatomopatológica en EM es fundamentalmente inflamatoria y
desmielinizante4. Sin embargo, recientes estudios han demostrado
claramente la existencia de daño axonal precoz, fenómeno que podría
vincularse directamente con la adquisición de discapacidad
irreversible5, 6.
Un mejor conocimiento de la patogénesis de la enfermedad y los
avances en la investigación biotecnológica han impactado de manera
importante el tratamiento de la EM. Recientemente, una serie de nuevos
fármacos inmunomoduladores han sido desarrollados para el tratamiento
de la EM a brotes y remisiones. Este grupo de agentes terapéuticos
incluye: Interferón (IFN) b 1b (Betaferonâ), IFNb 1a (Avonexâ,
Rebifâ) y acetato de glatiramer (Copaxoneâ), cada una de estas
drogas ha probado en ensayos randomizados, multicéntricos, doble
ciego placebo controlados (DCPC), tener impacto sobre el curso de EM.
En el presente artículo se detallan las características de los
principales ensayos clínicos llevados a cabo con cada uno de éstos
fármacos. Asimismo, se establecen conclusiones que permitirán una
óptima utilización de los mismos.
Utilización de inmunomoduladores en la EM a brotes y remisiones
Interferones: Los interferones (IFNs) representan una familia de
más de 20 glicoproteínas diferentes secretadas por células
nucleadas, las cuales poseen actividad antiviral, antiproliferativa y
propiedades inmunomo-duladoras. Dos grupos de IFNs han sido descriptos
conforme al receptor al cual se unen: IFNs tipo I e IFNs tipo II.
Existen 4 tipos de IFNs tipo I: IFNa, IFNb, IFNw e IFNt, y una sola
variedad de IFN tipo II: IFN g 7.
Existen actualmente dos IFNb recombinantes humanos con aplicación
clínica: IFN b 1a e IFN b 1b. La Tabla 1 resume las características
principales de las diferentes formas comerciales de IFNb disponibles.
Un estudio comparativo de la potencia relativa de IFNb 1a e IFN b 1b a
través de estudios anti-virales, anti-proliferativos e
inmunomoduladores in vitro reveló que la actividad específica de
IFNb 1a es aproximadamente 10 veces mayor que la actividad específica
de IFNb 1b8. Esta diferencia probablemente pueda deberse a la ausencia
de glicosilación del IFNb 1b, y a la consiguiente tendencia a formar
agregados moleculares de dicha preparación8. Los diferentes estudios
diseñados a fin de establecer cual es la mejor vía de
administración del fármaco han mostrado resultados contradictorios9,
10.
A continuación se describen los principales ensayos clínicos que
sustentan el uso de los diferentes tipos de IFNb.
IFNb 1b (Betaferonâ)11: Un estudio fase III, randomi-zado, DCPC
fue realizado en 11 centros de EE.UU. y Canadá. El estudio involucró
372 pacientes con formas a brotes y remisiones y scores EDSS entre
0-5.5. Los pacientes fueron randomizados en 3 grupos: placebo,
8.000.000 UI (250mg) o 1.600.000 UI (50mg) de IFN b 1b, administrados
por vía subcutánea en días alternos.
La frecuencia anual de exacerbaciones fue de 1.27, 1.17 y 0.84 por
año en los pacientes que recibieron placebo, 50 mg y 250 mg
respectivamente (250mg vs placebo, p=0.0001). Estos resultados
sugieren una respuesta dosis dependiente. Comparando el grupo placebo
con el de altas dosis se observó una reducción del 31% en la
frecuencia anual de recidivas. Igualmente, pudo observarse un
incremento del tiempo hasta presentar la primera recidiva, y en la
proporción de pacientes libres de exacerbaciones, así como una
disminución en la severidad de las exacerbaciones. A pesar de estos
resultados no se observó beneficio estadísticamente significativo
sobre el grado de discapacidad evaluado por el score EDSS, incluso
luego de 5 años de seguimiento de los pacientes11.
Un estudio paralelo de RMN12 evidenció luego de 3 años de
tratamiento una reducción del 83% en el número de lesiones activas
nuevas en los pacientes que recibieron 250 mg de IFNb 1b y de un 67%
en aquellos enfermos que recibieron 50 mg, comparado con el grupo
placebo. Asimismo, fue posible observar un descenso del 23% en el
área lesional total en aquellos pacientes que recibieron las mayores
dosis de IFNb 1b, comparado con el grupo placebo. Este efecto se
mantuvo durante un período de 4 años de seguimiento13. Los estudios
de RMN también sugirieron una respuesta dosis dependiente, con un
mayor beneficio en los pacientes que recibieron altas dosis de IFNb
1b12.
Aproximadamente 38% de los pacientes desarrollaron anticuerpos
neutralizantes (NABs), lo cual se acompañó de un menor beneficio
terapéutico.
IFNb 1a (Avonexâ)14: Un total de 301 pacientes (EDSS 1.0-3.5) con
formas a brotes y remisiones fueron randomizados para recibir placebo
o IFNb 1a (Avonexâ) 6 MUI (30 mg) una vez por semana en forma
intramuscular.
Las curvas de Kaplan –Meier evidenciaron una reducción de un 37% en
la probabilidad de progresión en el grupo tratado con IFNb 1a,
comparado con el grupo placebo (p=0.02). El tiempo requerido para
alcanzar un score sostenido de 6.0 en la escala EDSS fue incrementado
en el grupo bajo tratamiento activo en un 80%. De igual forma, IFNb 1a
(AvonexÒ) presentó un significativo efecto benéfico sobre
diferentes funciones cognitivas alteradas en EM, principalmente
procesamiento de la información, aprendizaje y memoria15. La
frecuencia anual de exacerbaciones en este ensayo clínico ha sido
tema de controversia. Si se considera el total de pacientes enrolados
en el estudio, independientemente del tiempo durante el cual fueron
evaluados (análisis de intención de tratamiento), se evidenció una
reducción del 18% (p=0.03) en la frecuencia de recidivas anuales a
favor del grupo que recibió IFNb 1a. Si por el contrario se evalúa
solamente a aquellos pacientes que completaron 2 años o más de
tratamiento (57% de los pacientes enrolados), la reducción en la tasa
anual de recidivas fue del 32% (p=0.002). Probablemente esto refleja
una baja protección del fármaco al inicio del tratamiento (9.6% de
reducción en la tasa de recaídas durante el primer año), la cual se
podría incrementar con el tiempo de administración del mismo.
En este estudio el uso de IFNb 1a (Avonexâ) redujo significativamente
(p=0.02) el número y volumen de imágenes de RMN que reforzaban con
contraste16. Por el contrario, el efecto sobre el área lesional total
no alcanzó resultados estadísticamente significativos. Asimismo, un
análisis post-hoc de pacientes participantes en el estudio de IFNb 1a
(Avonexâ)17, en formas a brotes y remisiones, permitió establecer
que los pacientes bajo tratamiento activo mostraron un 55% de
reducción en la progresión de atrofia cerebral.
A los dos años de tratamiento aproximadamente 22% de los pacientes
desarrollaron NABs14. Estos valores fueron significativamente menores:
5%, cuando se valoró la fase de extensión de este estudio18.
IFNb 1a (Rebif â): En el estudio PRISMS19, IFNb 1a (Rebifâ) fue
evaluado en 560 pacientes con formas a brotes y remisiones (EDSS
0-5.0). Los pacientes fue- ron randomizados en 3 brazos para recibir
placebo o IFN b 1a a dosis de 6 o 12 MUI (22 o 44 mg) S.C 3 veces por
semana, durante 2 años (la dosis de Rebifâ fue aproximadamente 2.2 y
4.4 veces mayor por semana en términos de masa a la utilizada en el
ensayo de Avonexâ).
Luego de 2 años de tratamiento, el número de recaídas por paciente
fue de 2.56 en el grupo placebo, 1.82 en el grupo de 22 mg (29% de
reducción comparado con el grupo placebo) y 1.73 en el grupo de 44 mg
(32% de reducción comparado con el grupo placebo; p<0.005).
Similares resultados fueron observados durante el primer año de
tratamiento. Asimismo, el estudio evidenció un incremento en el
número de pacientes libres de exacerbaciones, y significativa
prolongación del tiempo transcurrido hasta la primera y segunda
recaída (p < 0.005)
Los estudios de RMN mostraron significativa disminución (p<0.0001)
en el área lesional total, en el número total de nuevas lesiones y
en el número total de lesio-nes activas20. De manera similar a lo
observado con IFN b 1b, pacientes que recibieron altas dosis
presentaron mayor disminución en el número de nuevas lesiones
evidenciadas en T2 a través de estudios de RMN (p<0.0001).
La formación de NABs fue de 24% y 12.5% en los grupos tratados con 22
mg y 44 mg respectivamente.
Luego de concluídos los dos primeros años del estudio PRISMS los
pacientes que recibieron placebo fueron randomizados nuevamente para
recibir medicación activa: 22 mg de IFNb 1a tres veces por semana, o
44 mg de IFNb 1a tres veces por semana, y completar 2 años
adicionales de seguimiento. De esta manera 4 grupos de pacientes
fueron evaluados por un total de 4 años21. La extensión del estudio
demostró que los pacientes que recibieron dosis de 44 mg 3 veces por
semana presentaron mayor beneficio que aquellos que recibieron 22 mg 3
veces por semana (p=0.036). De igual manera, los pacientes que
iniciaron el tratamiento mas precozmente se beneficiaron más que
aquellos que iniciaron el tratamiento en forma más tardía (p=0.047).
Efectos adversos de los IFNs
Todos los IFNs utilizados presentan ciertos efectos adversos
comunes. Los más frecuentes incluyen:
l Síndrome pseudogripal11,14,19: El síndrome pseudo-gripal se
presenta al inicio del tratamiento hasta en un 75% de los pacientes.
El mismo se halla representado por fiebre, mialgias, artralgias,
cefalea, fatiga y escalofríos. Esta reacción suele presentarse 3 a 6
horas luego de la administración del fármaco, usualmente mejora en
el término de 12 a 24 horas y luego de los primeros 3 meses de
tratamiento habitualmente desaparece.
l Reacciones locales: IFNb 1b (Betaferonâ) e IFN b 1a (Rebifâ)
pueden producir lesiones locales en los sitios de
administración11,19. Con frecuencia son lesiones eritematosas, en
ocasiones pruriginosas o dolorosas. En un 5% de los pacientes que
reciben IFNb 1b (Betaferonâ) pueden producirse lesiones necróticas
que pueden ocasionalmente requerir tratamiento quirúrgico o
condicionar la discontinuidad del tratamiento22, 23. Pacientes
tratados con Avonexâ no han desarrollado reacciones locales en los
sitios de inoculación.
l Pacientes tratados con IFNb pueden presentar anemia, leucopenia,
trombocitopenia o elevación de transa-minasas11,14,19. En ocasiones
será necesaria una reducción transitoria de la dosis para controlar
estos efectos.
l Algunos pacientes pueden exacerbar transitoriamente síntomas
pre-existentes, especialmente la espasti-cidad24, 25. Este deterioro
se observa con frecuencia asociado al síndrome pseudo-gripal.
l Trastornos menstruales y embarazo: Desórdenes menstruales han sido
descriptos en el estudio multicén-trico de IFNb 1b (Betaferónâ).
Estudios pre-clínicos de IFNb en primates han demostrado que poseen
una acción abortígena dosis dependiente. No conocemos los
potenciales efectos teratogénicos del IFNb en humanos, y por lo tanto
su administración se contraindica durante el embarazo, así como
durante la lactancia25, 26.
l Pacientes con formas a brotes y remisiones tratados con IFNb 1b
(Betaferonâ) presentaron una mayor incidencia de síndromes
depresivos que el grupo placebo control11. Estos hallazgos no fueron
evidenciados durante el estudio europeo que evaluó pacientes con
formas secundarias progresivas19. Pacientes tratados con IFNb 1a
(Rebifâ) presentaron síndrome depresivo con incidencia similar a la
reportada en el grupo control19.
l El desarrollo o exacerbación de otras enfermedades autoinmunes ha
sido referido en asociación con el uso de IFNs. Entre las entidades
reportadas figuran: miastenia gravis, hipo e hipertiroidismo,
hepatitis autoinmune, artritis reumatoidea, LES y psoriasis27-33
Anticuerpos neutralizantes
Como se mencionó previamente durante el curso del tratamiento con
IFN b un grupo de pacientes desarrollan NABs11,14,19. La aparición de
estos anticuerpos es más frecuente en pacientes que reciben IFN b 1b
que en aquellos tratados con IFNb 1a. Estas diferencias pueden ser
explicadas por una mayor antigenicidad del primer fármaco, o bien por
diferencias en las técnicas de valoración de los anticuerpos8, 34.
Si bien en el ensayo clínico de IFNb 1b (Betaferonâ)35 la aparición
de NABs estuvo relacionada con una menor eficacia del fármaco, al
momento actual el desarrollo de NABs no es un parámetro determinante
para limitar el uso de IFNs b19, 36, 37.
Es recomendado que el uso de IFN b se mantenga de manera indefinida,
salvo que existan efectos adversos intolerables, falta de eficacia, se
planee un embarazo o surjan nuevas alternativas terapéuticas de mayor
eficacia38, 39.
Acetato de Glatiramer (Copaxoneâ): El acetato de Glatiramer (AG)
es un polímero sintético compuesto por L-Alanina, L-Lisina,
L-Glutámico y L-Tirosina en una proporción de 4.2:3.4:1.4:1.0, el
cual ha demostrado suprimir el desarrollo de encefalitis alérgica
experimental (EAE) inducido por diferentes proteínas constituyentes
de la mielina en una variedad de especies animales40.
Entre 1991 y 1994 el uso de AG fue valorado en pacientes con formas a
brotes y remisiones en un estudio multicéntrico, DCPC41. Se enrolaron
un total de 251 pacientes entre 18-45 años (EDSS 0-5.0). Los
pacientes fueron randomizados para recibir 20mg/día de AG en forma
subcutánea durante 24 meses, o bien placebo. Al cabo de 24 meses se
evidenció una reducción del 29% (p=0.007) en la frecuencia de
exacerbaciones en el grupo tratado con AG, comparado con el grupo que
recibió placebo.La proporción de pacientes libres de exacer-baciones
y el tiempo transcurrido hasta la primera exacerbación también
favoreció al grupo que recibió tratamiento activo, aunque no
alcanzó significación estadística. Los mayores efectos
terapéuticos fueron observados en los pacientes con menor
discapacidad (scores clínicos de EDSS entre 0-2.0).
En 90% de los pacientes tratados con AG se evidenciaron como efecto
adverso reacciones locales en el sitio de inoculación de diferente
magnitud, consistentes en dolor, prurito, eritema e induración de la
zona, la cual en ocasiones persistió por varios días. En casos
anecdóticos se ha descripto la aparición de áreas localizadas de
lipoatrofia, coincidentes con algunos de los sitios de inoculación42.
Quince por ciento de los pacientes tratados con AG presentaron un
cuadro conocido como reacción sistémica post-inyección,
caracterizado por palpitaciones, sensación de opresión toráxica y
dificultad respiratoria, sudoración, rubicundez y ansiedad. El mismo
fue esporádico e impredecible, se inició segundos a minutos luego de
la inyección y duró entre 30” y 30’, resolviéndose en forma
espontánea sin secuelas. Al momento actual no existe una clara
explicación en cuanto al mecanismo responsable de esta reacción.
La mayoría de los pacientes tratados con AG desarrollaron anticuerpos
(Acs) detectables por ELISA43. En ninguno de los casos se encontró
actividad neutralizante de dichos Acs.43.
Luego de concluidos 24 meses de seguimiento, 94% de los pacientes
continuaron el estudio doble ciego durante un período de 1-11 meses.
Esta extensión permitió completar al menos 2 años de tratamiento en
todos los pacientes enrolados en el estudio44. Luego de este período
de extensión, la disminución en la frecuencia de exacerbaciones
calculada para el período total fue de 32% (p=0.002) a favor del
grupo bajo tratamiento activo. El resto de las variables evaluadas
mostró igual tendencia que en el estudio realizado por 24 meses. Así
los efectos de AG se mantuvieron durante al menos 30 meses, con
inclusive un ligero incremento de eficacia clínica sobre algunos
parámetros.
Al final del período de extensión de la Fase III, a los pacientes
que aún continuaban en el ensayo se les ofreció continuar en un
estudio abierto45. Del total de 251 pacientes originales enrolados en
el estudio doble ciego, 152 completaron 6 años de tratamiento en el
estudio abierto. Al finalizar dicho período los pacientes bajo
tratamiento activo desde el inicio presentaron una frecuencia anual de
recaídas promedio de 0.42, esto representa una reducción del 72% en
la frecuencia anual de exacerbaciones (P=0.001). En 70% de los
pacientes el score EDSS permaneció estable o mejoró en al menos 1
punto (p=0.009). A pesar de las limitaciones de los estudios abiertos,
estos datos sostienen la idea que AG provee constante beneficio y buen
perfil de seguridad en este grupo de pacientes.
A fin de evaluar el impacto de AG sobre imágenes de RMN, en 1997 fue
iniciado un ensayo multicéntrico europeo-canadiense, en forma DCPC46.
Un total de 239 pacientes fueron randomizados para recibir durante 9
meses AG o placebo, seguidos por un estudio abierto durante 9 meses
adicionales. Durante la etapa doble ciego se evidenció una reducción
del 35% en el número de lesiones que reforzaban con gadolinio, en el
grupo bajo tratamiento activo (p=0.003). Este efecto fue
estadísti-camente significativo a partir de los 6 meses de iniciado
el tratamiento.
2. Utilización de inmunomoduladores en formas progresivas
Interferones
Estudio Europeo de IFNb 1b (Betaferón â) en formas progresivas
secundarias 47.
En 1994 un estudio europeo, multicéntrico DCPC fue iniciado a fin de
evaluar la eficacia de IFNb 1b en el tratamiento de pacientes que se
encontraban en una fase progresiva secundaria (PS) de la enfermedad.
Un total de 718 pacientes (EDSS 3.0-6.5) con EM PS fueron randomizados
para recibir placebo o IFNb 1b (Betaferónâ) 250 mg en días
alternos. El objetivo primario del estudio fue evaluar el tiempo
requerido para alcanzar una progresión sostenida (al menos 3 meses)
de un punto o más en la escala EDSS o de 0.5 puntos en aquellos
pacientes que presentaban un score de discapacidad basal de 6.0-6.5.
IFNb 1b retrasó la progresión de la discapacidad en 9-12 meses
(p=0.0008). De manera análoga la proporción de pacientes con
progresión de la discapacidad fue reducida en un 22%, en el grupo
bajo tratamiento activo. El efecto terapéutico fue evidenciado en
pacientes con y sin exacerbaciones asociadas a la progresión del
cuadro. Asimismo, pacientes bajo tratamiento con IFNb 1b mostraron una
prolongación de 9 meses en el tiempo necesario para requerir el uso
de silla de ruedas. De igual manera, se redujo en un 32% la
proporción de pacientes que alcanzaron un score EDSS igual a 7 (uso
de silla de ruedas). De manera similar a lo observado en el estudio
original de EM a brotes y remisiones13, la frecuencia anual de
exacerbaciones fue reducida en un 30% en el grupo bajo tratamiento
activo, comparado con el grupo placebo.
Los estudios de RMN mostraron en el grupo de pacientes bajo
tratamiento con IFN b 1b una reducción del 78% (p=0.0008) en el
número de nuevas lesiones activas luego de 18-24 meses de
seguimiento48.
Estudio multicéntrico de IFNb 1a subcutáneo (Rebif â) en formas
progresivas secundarias (SPECTRIMS)49.
Este ensayo enroló 618 pacientes (EDSS 3-6.5) con EMPS. Los pacientes
fueron randomizados para recibir placebo, 22 mg de IFNb 1a ó 44 mg de
IFNb 1a subcutáneo 3 veces por semana, durante un período de 3
años. El objetivo primario del estudio fue evaluar el tiempo para
alcanzar una progresión sostenida (6 meses) de 1 punto en la escala
EDSS o de 0.5 en la misma escala cuando el score basal EDSS fue de
5.5-6.5.
El tiempo para alcanzar una progresión sostenida no fue
significativamente modificado en el grupo de pacientes bajo
tratamiento activo. Cuando los pacientes con exacerbaciones y aquellos
libres de exacerbaciones fueron considerados de manera separada, se
observó un mayor beneficio terapéutico en el primer grupo49. Los
objetivos secundarios del ensayo (frecuencia de exacerbaciones,
actividad de la enfermedad valorada por RMN y carga lesional total)
fueron significativamente modificados por el tratamiento activo.
Estudio americano de IFNb 1b (Betaferónâ) en formas progresivas
secundarias 50
Un segundo estudio utilizando IFNb 1b (Betaferonâ) en pacientes con
EMPS fue llevado a cabo en 35 centros de USA. Un total de 939
pacientes fueron randomi-zados para recibir placebo, 250 mg o 156
mg/m2 (5 MUI/m2) de IFNb 1b (Betaferónâ) subcutáneos en días
alternos. El objetivo primario del ensayo fue similar al del estudio
Europeo.
Contrariamente a lo reportado en el estudio Europeo de IFNb 1b
(Betaferonâ) en EM PS, el ensayo americano no pudo demostrar retraso
en la progresión de la discapacidad. Fue posible observar que los
objetivos secundarios (reducción de la frecuencia anual de
exacerbaciones, reducción de la actividad de la enfermedad valorada
por RMN y reducción de la carga lesional total) fueron
significativamente mejorados por el tratamiento activo.
Estudio multicéntrico de IFNb 1a intramuscular (Avonexâ) en
formas progresivas secundarias (IMPACT)51.
Recientemente un estudio utilizando IFNb 1a (Avonexâ) en pacientes
con EM PS fue llevado acabo en 42 centros de USA, Canadá y Europa. Un
total de 436 pacientes (EDSS 3.5-6.5) fueron randomizados para recibir
12 MUI (60 mg) de IFNb 1a intramusculares semanales o placebo. El
objetivo primario del ensayo fue evaluar la progresión de la
disabilidad a través de cambios en la escala Funcional Compuesta para
EM (MSFC). Utilizando esta escala se observó una significativa
(p=0.033) disminución de la disabilidad a favor del grupo tratado con
IFNb 1a (Avonexâ). Sin embargo, el tiempo requerido para alcanzar
progresión sostenida, no fue significativamente modificado (p= 0.90)
cuando se utilizó la escala EDSS para su valoración. Debe
mencionarse que ésta escala ha sido utilizada en múltiples
protocolos para evaluar progresión de la enfermedad. Los objetivos
secundarios del ensayo (frecuencia de exacerbaciones y actividad de la
enfermedad valorada por RMN) fueron significativamente modificados por
el tratamiento activo.
En resumen, de los 4 ensayos clínicos realizados utilizando IFNsb en
formas SP sólo el estudio Europeo que utilizó IFNb 1b (Betaferonâ)
mostró diferencias significativas en el retraso de la discapacidad,
evaluada por la escala EDSS. No hay aún claras razones que permitan
explicar estas diferencias. Dado que dos de los ensayos utilizaron el
mismo fármaco: IFNb 1b (Betaferonâ) y se observaron resultados
contradictorios entre ellos, una hipótesis a considerar es que las
discrepancias observadas entre los diferentes estudios respondan a
diferencias en los criterios de selección de los pacientes enrolados
en cada uno de ellos. Un análisis inicial, indica que los pacientes
incorporados en el estudio americano de IFNb 1b (Betaferónâ),
comparados con aquellos seleccionados en el estudio europeo, han sido
de mayor edad, con una historia de EM mas prolongada, con un menor
número de exacerbaciones en los 2 años previos y con un menor
número de lesiones que reforzaban con la administración de contraste
en estudios de RMN.
Acetato de glatiramer
Un único estudio DCPC utilizando AG, fue realizado en pacientes con
formas progresivas de EM52. Un total de 106 pacientes con EM que
evidenciaron progresión de su enfermedad en los 18 meses previos
(EDSS 2-6.5), fueron randomizados para recibir 15 mg de AG o placebo
dos veces por día. El objetivo primario a evaluar fue el tiempo para
alcanzar, una progresión confirmada, la cual fue definida como el
empeoramiento en un punto o más en la escala de EDSS para aquellos
pacientes con scores de ingreso iguales o mayores a 5.0, o un
empeoramiento de 1.5 unidades de la misma escala para aquellos
pacientes con un score de ingreso menor a 5.0.
La administración de AG si bien mostró una tendencia beneficiosa no
alcanzó a evidenciar resultados estadísticamente significativos.
3. Utilización de inmunomoduladores en síndromes desmielinizantes
aislados
Con frecuencia el inicio de EM se halla representado por un cuadro
monosintomático, con un patrón de desmieli-nización anatómicamente
restringido. Estas formas de presentación han sido denominadas
síndromes desmie-
linizantes aislados (SDA), y pueden preceder en varios años el
desarrollo de un proceso desmielinizante más extenso. Entre estos
síndromes deben consignarse: neuritis óptica, mielitis transversa, y
lesiones del tronco encefálico o del cerebelo que frecuentemente se
expresan como oftalmoplejía internuclear o ataxia cerebelosa.
Pacientes con SDA tienen alto riesgo de conversión a EM definida
cuando durante el primer episodio clínico se comprueban: a)
Múltiples lesiones en la RMN, b) Asincronía temporal de las lesiones
visibles en la RMN (simultaneidad de lesiones gadolinio positivas y
gadolinio negativas), c) Bandas oligoclonales en el LCR y d) Presencia
de síntomas parciales o asimétricos53-57.
Recientemente, dos ensayos clínicos fueron diseñados a fin de
evaluar la utilidad de IFNb 1a en el tratamiento de SDA58, 59. En el
primero de ellos un total de 383 pacientes con un primer evento
desmielinizante y presencia de lesiones subclínicas en la RMN fueron
evaluados en un estudio multicéntrico DCPC, a fin de determinar si la
administración intramuscular semanal de 30 µg de IFNb 1a (Avonexâ)
era capaz de reducir la incidencia o conversión de EM clínicamente
definida58. Durante un seguimiento de 3 años la posibilidad de
desarrollar EM clínicamente definida fue reducida en aproximadamente
un 50% (p=0.002) en el grupo tratado con IFN b1a (Avonexâ), en
comparación con el grupo placebo. Estudios de RMN realizados 6,12 y
18 meses luego del inicio del ensayo evidenciaron en el grupo bajo
tratamiento activo una reducción significativa (p<0.001) en el
número y volumen de lesiones desmielinizantes. NABs fueron detectados
sólo en 2% de los pacientes luego de 24-30 meses de tratamiento.
Un segundo ensayo clínico fue diseñado a fin de evaluar la eficacia
de IFNb 1a (Rebifâ) administrado en forma subcutánea, para retrasar
el inicio de EM clínicamente definida (EMCD), luego de un primer
ataque59. El ensayo enroló 308 pacientes con EM clínicamente
probable o soportada por laboratorio, los cuales fueron randomizados
para recibir placebo o IFNb 1a (Rebifâ), en una única dosis semanal
de 22 µg semanales, durante 2 años. Este estudio demostró: a) Una
reducción de 24% (p=0.047) en la proporción de pacientes que
desarrollaron EMCD a favor del grupo que recibió IFNb 1a (Rebifâ) ;
b) Una reducción del 31% (p=0.034) en el riesgo de conversión a
EMCD; c) Una reducción del 23% (p=0.045) en la frecuencia anual de
exacerbaciones; d) Un decremento significativo (p<0.001) en el
número de lesiones activas valoradas por RMN, así como en la carga
lesional total.
El reconocimiento de los SDA ha tenido sin duda un importante impacto
en el manejo de pacientes con EM, y probablemente estos enfermos
representen una nueva categoría en futuras clasificaciones de formas
clínicas de la enfermedad. Existe un consenso unánime con respecto
al inicio temprano del tratamiento en aquellos pacientes con un
diagnóstico certero de EM38, 39. En pacientes con SDA deberá
realizarse una cuidadosa evaluación y establecerse claros factores de
alto riesgo a fin de seleccionar apropiadamente aquellos pacientes que
serán incluidos en esquemas de tratamiento inmunomodulador,
destinados a disminuir el riesgo de desarrollar EM clínicamente
definida. Este llamado de atención se sustenta en: a) Los SDA pueden
presentar otras etiologías diferentes de EM; b) Es posible que
algunos de estos pacientes puedan presentar un cuadro de enfermedad
multifocal pero monofásica, tal como sucede en la encefalomielitis
diseminada aguda; c) Pacientes con SDA y sin claros factores de alto
riesgo probablemente no desarrollen nuevos episodios consistentes con
el diagnóstico de EM clínicamente definida, y por lo tanto no
deberán ser expuestos a tratamientos inmunomoduladores.
En conclusión, es claro que el tratamiento de pacientes con SDA y
alto riesgo de desarrollar EM clínicamente definida utilizando IFNb
1a es beneficioso. Sin embargo, particular cuidado deberá ponerse en
la adecuada selección de los mismos, a fin de incluir en estos
esquemas terapéuticos los pacientes apropiados.
4. Perspectivas futuras
Los estudios previamente descriptos evidencian que los beneficios
obtenidos con los actuales agentes inmunomo-duladores son limitados.
Por lo tanto, es claro que existe la necesidad de desarrollar
terapéuticas más efectivas60. Existen diferentes posibilidades para
el desarrollo futuro de fármacos inmunomoduladores en EM. Una primera
opción es evaluar diferentes dosis y vías de administración de
fármacos inmunomoduladores parcialmente efectivos en subgrupos de
pacientes con EM (pacientes recientemente diagnosticados, pacientes
con formas progresivas). Así por ejemplo, en 1999 se ha iniciado la
incorporación de pacientes a un protocolo multicéntrico DCPC
destinado a evaluar la acción de AG en formas primarias progresivas
de EM.
Recientes estudios han demostrado que la administración de AG oral en
animales de experimentación previene la inducción de EAE en
roedores61. Asimismo, ensayos fase I en pacientes con EM han
demostrado que la administración oral de AG incrementa la producción
de IL-1062. Estas observaciones han servido de sustento para el
desarrollo de un estudio multicéntrico DCPC, actualmente en curso,
destinado a evaluar la eficacia de AG oral en pacientes con EM con
forma a brotes y remisiones. De manera similar, la administración
oral de IFNs I murinos o recombinantes humanos suprime la inducción
de EAE y previene la aparición de nuevas exacerbaciones en un modelo
de EAE crónica. En voluntarios normales y pacientes con EM a brotes y
remisiones el uso oral de IFNa recombinante humano carece de efectos
tóxicos y ha demostrado inhibir la secreción de IFNg e IL-2,
sugiriendo que la administración oral de IFNs puede representar una
futura alternativa de tratamiento en EM63.
La segunda posibilidad que ha comenzado a cobrar particular interés
es la combinación de terapias actualmente existentes, drogas
inmunosupresoras o nuevos agentes inmunomoduladores64, 65. Idealmente,
las drogas a combinar deberán tener acción sobre diferentes campos
terapéuticos (por ejemplo destrucción tisular y reparación
tisular), o bien combinar fármacos que actúen sobre un único campo
terapéutico, pero a través de diferentes mecanismos de acción,
permitiendo así un efecto aditivo o sinérgico66, 68. Los esquemas de
tratamiento combinado deberán también posibilitar una reducción en
la dosis de cada fármaco individual, con la consiguiente disminución
de toxicidad. Un ensayo in vitro69 ha demostrado que la activación de
células T por mitógenos es suprimida con mayor eficacia cuando se
combinan AG e IFNb 1b, que cuando se usa cada uno de ellos por
separado. Sin embargo, estudios en roedores utilizando la combinación
de AG e IFNa murino no mostraron decremento en la severidad de la
enfermedad70. Estos hallazgos sugieren que si bien la terapéutica
combinada es una hipótesis atractiva, se deberán realizar controles
más rigurosos antes de promover esta alternativa dentro de la
práctica clínica.
Diferentes estudios han demostrado que IFNa e IFNt inhiben el
desarrollo de EAE71, 72. De manera interesante IFNt carece de los
efectos adversos observados durante el tratamiento con los otros IFNs
I72 Si bien ensayos clínicos iniciales han evaluado el efecto de IFNg
en el tratamiento de EM73-74, estudios controlados más exhaustivos
son aún necesarios para poder definir la real eficacia de estos
agentes inmunomoduladores.
5. Conclusiones
Si bien la causa de EM no está claramente identificada, al igual
que en patologías desmielinizantes del sistema nervioso
periférico75, diferentes evidencias sostienen una causa autoinmune
como la mas probable. En este contexto, durante los últimos años el
tratamiento de la EM ha sido dramáticamente impactado por el
desarrollo de nuevos esquemas terapéuticos inmunomo-duladores,
capaces de modificar el curso de la enfermedad. La Tabla 2 resume
resultados de los principales ensayos clínicos realizados con
inmunomoduladores en el tratamiento de la EM a brotes y remisiones.
Sin embargo, es importante destacar que la eficacia y seguridad de los
mismos no son estrictamente comparables, ya que hasta el momento estas
drogas no fueron evaluadas entre sí, sino en protocolos de estudios
separados, con criterios de inclusión, grupos placebos y objetivos no
idénticos. Claramente, deben iniciar tratamiento inmunomo-dulador
temprano pacientes con diagnóstico certero de EM en sus formas a
brotes y remisiones o secundaria progresiva con recaídas y
probablemente los pacientes con SDA y alto riesgo de conversión a EM.
El uso de éstos agentes terapéuticos en formas secundarias
progresivas sin recaídas es aún controvertido. Asimismo, no existen
evidencias que avalen la utilización de dichos inmunomoduladores en
formas primarias progresivas. La disponibilidad de diferentes
fármacos permite una gran flexibilidad para adecuar el tratamiento a
las necesidades individuales de cada paciente. Las decisiones
terapéuticas deberán ser individuales de acuerdo al grado, severidad
y actividad de la enfermedad, volumen y actividad de las lesiones de
RMN, enfermedades concomitantes, efectos adversos y posibilidades de
administración de cada fármaco. Sin duda, algunas cuestiones con
respecto al uso de estos agentes terapéuticos en EM permanecen aún
sin respuesta. Por ejemplo, no conocemos las eventuales complicaciones
a largo plazo producidas por su uso. Asimismo, ignoramos si
determinados pacientes responden de manera preferencial a alguno de
estos fármacos y no a otros.
Diferentes causas pueden potencialmente explicar la falta de respuesta
terapéutica al uso de agentes inmunomoduladores: a) Fallas en el
cumplimiento adecuado del tratamiento por parte del paciente; b)
Presencia de anticuerpos neutralizantes; c) Enfermedad que no responde
a estos fármacos. Las opciones terapéuticas en este grupo de
pacientes son: a) Incremento de la dosis del fármaco en uso; b)
Cambio por otro agente; c) Utilización de terapias combinadas. Debe
enfatizarse que la experiencia con estas alternativas es aún limitada
y que algunas de ellas deben ser estudiadas formalmente en estudios
controlados.
El desarrollo de AG y de IFNs b en los últimos años representan
progresos críticos en el tratamiento de pacientes con EM. No
obstante, las expectativas en cuanto al uso de cualquiera de estos
fármacos deben ser realistas y transmitidas a los pacientes con total
objetividad. A pesar que el uso de drogas inmunomoduladoras no
representa la cura en EM, pacientes adecuadamente seleccionados
deberán ser tratados precozmente con alguna de estas alternativas
terapéuticas hasta tanto los numerosos estudios en curso permitan
contar con mejores agentes terapéuticos.
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Tabla 2._ Resultados de los principales estudios con
inmunomoduladores en el tratamiento de la EM a brotes y remisionesa
IFNb 1b IFNb 1a IFNb 1a (Rebifâ) IFNb 1a (Rebifâ) Acetato de
(Betaferonâ)b (Avonexâ) 6 MUI (66mg) 12 MUI (132 mg) Glatiramer
(Copaxoneâ)
Frecuencia anual de recaídas ¯ 31% ¯ 18%c ¯ 29% ¯ 32% ¯ 32%d
Porcentaje de pacientes libres de recaídas 100% NS 75% 119%
NS
Incremento del tiempo medio para alcanzar
la primera recaída 92% NS 70% 113% NS
Porcentaje de pacientes que empeoraron
un punto o mas en la escala EDSS NS ¯ 40% NE NE ¯ 50%
Tiempo de progresión NS 37% 31% 31% NS
Efectos sobre la función cognitiva NE Mejoría significativa NE NE NE
Anticuerpos neutralizantes 38% 22%e 24% 12.5% ——-
RMNn
Actividad ¯ 83% ¯ 52% ¯ 89% ¯ 98% ¯ 35%
Carga lesional total ¯ 23% NS ¯ 12% ¯ 15% ¯ 15%
Reducción en la progresión de atrofia NE ¯ 55% NE NE NE
a) Los valores son reportados como porcentajes de descenso (¯) o
incremento () de los respectivos parámetros en comparación con el
correspondiente grupo placebo control. b) Se consignan sólo los
resultados obtenidos con 8 MUI (250mg), ya que los resultados con
dosis menores no fueron estadísticamente significativos. c) Una
reducción del 32% ha sido reportada cuando se considera sólo la
población que alcanzó a totalizar 2 años de tratamiento (57% de los
pacientes enrolados). d) Datos tomados del estudio pivotal más la
extensión del mismo. e) En la extensión del estudio el porcentaje
observado fue del 5%. f) Diferentes metodologías han sido utilizadas
en cada estudio para la valoración de los diferentes parámetros
evaluados.
NS: No significativo; NE: No evaluado.
Tabla 1._ Diferentes formas comerciales disponibles de IFNs b.
Betaferon â Avonex â Rebif â
Tipo IFNb 1b IFNb 1a IFNb 1a
Síntesis Recombinante Recombinante Recombinante
(E.coli) (CHO) (CHO)
Estructura química 165 aminoácidos 166 aminoácidos 166 aminoácidos
Ser® 17 Cis® 17, Met 1 Cis® 17, Met 1
Ausencia Met 1
Glicosilación No Sí Sí
Actividad específica (UI/mg) 2 x 107 2.7 x 108 2.7 x 108
Ruta de administración Subcutánea Intramuscular Subcutánea
Dosis recomendada 8.000.000 UI 6.000.000 UI 6.000.000 UI o 12.000.000
UI
(250 mg) días (30 mg) semanales (22 o 44 mg) 3 veces
alternos por semana
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