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Sobrepeso y obesidad en
niños y adolescentes de la ciudad de Corrientes. Asociación con
factores de riesgo cardiovascular
Carlos
A. Martínez,1 Julio O. Ibáñez,2 Carlos A. Paterno,3 Mirtha Semenza
de Roig Bustamante, 4 María Itatí Heitz,1 Jorge O. Kriskovich
Juré,1 Griselda R. De Bonis,1 Liz C. Cáceres1
1. Cátedra de Semiotecnia
y Fisiopatología, Facultad de Medicina, Universidad Nacional del
Nordeste; 2. Servicio de Cardiología del Hospital Escuela Gral. José
F. de San Martín Corrientes; 3.Sociedad Argentina de Cardiología; 4.
Instituto de la Hipertensión y el Corazón, Corrientes
Resumen
La
prevalencia de obesidad en niños aumenta en todo el mundo, y se la ha
relacionado con un incremento de todas las causas de morbimortalidad en la edad adulta. Para
determinar la prevalencia de obesidad y otros factores de riesgo
cardiovascular en la adolescencia, y correlacionarlos entre sí, se
diseñó un estudio observacional transversal. Se aplicó una encuesta
a 2115 estudiantes secundarios, 1212 (57.3%) mujeres y 903 (42.7%)
varones; se midió además presión arterial (PA) y colesterol. Edad
promedio: 14.8 ± 1.6. Resultados: Indice de Masa Corporal (IMC): 20.6
± 3.1, 1838 (86.9%) normales, 230 (10.9%) con sobrepeso y 47 (2.2%)
obesos, con predominio en varones (OR=1.46; IC=1.12-1.91; p=0.03).
Actividad física semanal: 3.9 ± 2.9 hs. mayor en varones
(p<0.001). Horas de sedentarismo: 3.2 ± 1.9. Antecedentes:
obesidad materna 282 (13.3%), paterna 311 (14.7%), en ambos 116
(6.6%). Consumo regular de comidas grasas: 1711 (80.9%). PAS: 107.8 ±
13.6; PAD: 66.9 ± 11.5; PAM: 80.5 ± 10.1. Hipertensos 64 (3%) a
predominio en varones (p=0.002). Colesterolemia: 161.9 ± 29.2;
deseable 1283 (60.7%); normal alto 628 (29.5%) y elevado 208 (9.8%).
La correlación entre el IMC y la PAM fue r=0.25; r2=0.06; CI 95%:
0.02-0.11; coeficiente b 0.83. Encontramos una correlación positiva
del IMC con la PAM, que aumenta 0.83 mm Hg por cada punto de
incremento del IMC. Se halló asociación entre el aumento del IMC con
la obesidad de los padres y el consumo de alcohol. No hallamos
asociación significativa con la dieta, actividad física ni
sedentarismo.
Palabras clave: obesidad, niños, adolescentes,
índice de masa corporal, actividad física, hipertensión arterial
Abstract
Overweight
and obesity in children and adolescents of Corrientes city.
Relationship with cardiovascular risk factors. The prevalence of
children´s obesity is increasing all over the world. It has been
related to an increment of all morbimortality causes in the mature
age. To determine the prevalence of obesity and other cardiovascular
risk factors in adolescence, and correlate them with each other, we
designed a cross-sectional study. A survey was applied to 2115
secondary school students, 1212 (57.3%) females and 903 (42.7%) males;
blood pressure (BP) and cholesterol level were measured. Mean age:
14.8 ± 1.6.: Body Mass Index (BMI): 20.6 ± 3.1, 1838 (86.9%) normal,
230 (10.9%) where overweight and 47 (2.2%) obese, higher in males
(OR=1.46; IC=1.12-1.91; p=0.03). Weekly physical activity: 3.9 ± 2.9
hs. higher in males (p<0.001). Sedentarism daily hours: 3.2 ± 1.9.
Antecedents: maternal obesity 282 (13.3%), paternal 311 (14.7%) and in
both 116 (6.6%). Regular consumption of fatty foods: 1711 (80.9%).
SBP: 107.8 ± 13.6; DBP: 66.9 ± 11.5; MBP: 80.5 ± 10.1. We found
hypertension in 64 (3%) prevalent in males (p=0.002). Cholesterol:
161.9 ± 29.2; desirable 1283 (60.7%); normal high 628 (29.5%) and
high 208 (9.8%). BMI and MBP correlation was: r=0.25; r2=0.06; CI 95%:
0.02 - 0.11; b coefficient 0.83. We found a positive correlation of
BMI with MBP (0.83 mm Hg increment for each point of BMI increment).
We found significant association between parental obesity and alcohol
consumption and BMI increment. We did not find any association with
dietary habits, physical activity or sedentarism.
Key words: obesity, children, adolescents, body mass
index, physical activity, hypertension
Dirección postal: Dr. Carlos Antonio Martínez,
Moreno 1240, 3400 Corrientes, Argentina
Fax (54-3783) 422290 e-mail: cmartinez@med.unne.edu.ar
Recibido: 22-VIII-2000 Aceptado: 10-V-2001
La prevalencia de obesidad en niños y adolescentes aumenta en
forma alarmante en todo el mundo1, 2. En EE.UU. Gortmaker y cols.
encontraron un incremento de sobrepeso de un 39 % y de un 64% de
obesidad en niños entre 12 y 17 años de edad entre 1976 a 19802, 3,
4. Dietz y cols., en una evaluación de 6 estudios nacionales
representativos, encontraron que la prevalencia de sobrepeso iba de 5
a 18% y de obesidad entre 0.1 y 4% hasta los 18 años de edad15.
Se ha relacionado a la obesidad en niños y adolescentes con un
incremento en todas las causas de morbimortalidad en la edad adulta,
como dislipidemias, intolerancia a la glucosa, colelitiasis,
hipertensión arterial y ateroesclerosis en forma prematura5-11.
Además de las consecuencias para la salud, inmediatas y a largo
plazo, la obesidad en niños y adolescentes tiene efectos
psicosociales importantes. La aceptación en los grupos sociales es
menor para los obesos, y las mujeres obesas tienen más obstáculos
para conseguir empleo11, 12. Los niveles de autoestima son más bajos
en las adolescentes obesas13, 14.
Se calcula que 1/3 de los niños obesos en edad preescolar, y que la
mitad en edad escolar serán adultos obesos15. La presencia de
obesidad en niños mayores de 3 años es un predictor importante para
el desarrollo de obesidad en la edad adulta15.
Se postula que el aumento de peso representa la interacción entre
factores genéticos con un medio ambiente que propicia el sedentarismo
y un elevado consumo de calorías. En relación con el factor
genético, se ha establecido que su principal papel estaría
relacionado con los grados más extremos de obesidad, donde el riesgo
de los descendientes de familiares con obesidad de tipo II o III
aumenta 8 veces28. El rápido incremento en la prevalencia de obesidad
en etapas tempranas de la vida enfatiza el rol de los factores
ambientales, ya que cambios genéticos no pueden producirse en tan
corto tiempo19, 21-24. La obesidad en los padres favorece la
aparición de la misma en los niños19, 20, 25, 28, 29. Se ha
observado en estudios de seguimiento a largo plazo que los niños que
pasan mayor cantidad de tiempo frente al televisor, o la computadora
tienen mayores aumentos del Indice de Masa Corporal (IMC), así como
los que incrementan el ingreso calórico6, 26. Los mecanismos
postulados para el aumento del IMC al mirar televisión se relacionan
con una disminución del gasto energético al disminuir notablemente
la actividad física, y un incremento del ingreso calórico ya sea
mientras mira televisión o como consecuencia de la publicidad26, 27.
La influencia de la actividad física en el peso y contenido de grasa
corporal de los adolescentes es controvertido. Existen estudios que
indican que los jóvenes con sobrepeso son menos activos que sus pares
no obesos30. Otros estudios encontraron que los adolescentes obesos
son más activos que los no obesos31, mientras que otros grupos de
investigadores no encontraron relación entre los niveles de actividad
física y el peso corporal32.
Debido a la importancia que tienen para la salud pública, las
tendencias crecientes de la obesidad en los niños debe ser
estrechamente monitoreada.
El presente estudio se diseñó con el objeto de conocer la
prevalencia de obesidad y otros factores de riesgo cardiovascular en
adolescentes entre 11 y 18 años en la ciudad de Corrientes, y
correlacionar los datos hallados con los antecedentes familiares,
estilo de vida (sedentarismo, actividad física, hábitos
alimentarios), presión arterial y colesterolemia.
Material y métodos
Diseño: Se trata de un estudio de corte transversal,
observacional.
Muestra: Se evaluó una muestra de 2115 estudiantes entre 11 y 18
años de edad en 6 colegios secundarios céntricos de la ciudad de
Corrientes, a quienes se aplicó la encuesta del estudio
epidemiológico Nacional de Factores de Riesgo Cardiovascular en la
Adolescencia (FRICELA), diseñado por el Consejo de Epidemiología y
Prevención Cardiovascular de la Sociedad Argentina de Cardiología y
aplicado a nivel nacional38.
En todos los casos se obtuvo el consentimiento escrito de los padres.
La encuesta consta de 29 ítems a contestar, 4 de examen físico, y 1
bioquímico, a saber:
Identificación, hábitos de estudio (horas diarias de estudio en el
colegio y el hogar), hábitos de alimentación: (consumo regular de
comidas rápidas (pizza, hamburguesas, panchos), consumo de sal, y si
come en su casa o fuera de la misma), actividad física (horas de
actividad física en horas semanales en el colegio y fuera del mismo),
horas de sedentarismo (horas diarias frente al televisor, videos,
juegos de computadora, video juegos), hábitos tóxicos (alcohol y
tabaco), antecedentes familiares en padre y madre (obesidad, diabetes,
HTA, cardiopatía isquémica, muerte de causa cardíaca, tabaquismo),
presión arterial sistólica (PAS) y diastólica (PAD), medida en mm
Hg, evaluada en una sola ocasión. Se utilizaron manguitos neumáticos
adaptados a la circunferencia de brazo. La Presión Arterial Media
(PAM) se calculó según la fórmula: (PAS-PAD)/3 + PAD42; peso y
talla. Se calculó el Indice de Masa Corporal (IMC) según la
fórmula: peso/talla2. Colesterolemia (Método enzimático; Valores en
mg/dl).
Definiciones: se tomaron como valores de referencia los siguientes
parámetros: Indice de Masa Corporal: Para definir sobrepeso y
obesidad en varones y mujeres entre 11 y 18 años se utilizaron las
recomendaciones del reporte de la International Obesity Task Force15,
(tabla 1). Presión arterial: los valores de referencia considerados
como normales y elevados se tomaron de las recomendaciones de la Task
Force on High Blood Pressure in Children16, estratificados por edad,
conforme a los siguientes valores, que consideran como hipertensión:
10- 12 años: >125/82; 13 - 15 años: >135/86; 16 - 18 años:
> 139/89. Colesterolemia: se adoptaron los criterios del National
Cholesterol Education Program‘s Expert Panel on Blood Cholesterol in
Children and Adolescents41, con los siguientes valores para las edades
inferiores a 18 años: Deseable: < 170 mg/dl, Borderline entre 170
y 199 mg/dl Elevados: > 199 mg/dl.
Análisis estadístico
Se expresaron las variables continuas con sus medias y desviaciones
estándar (DS); las cualitativas se manifestaron como porcentajes.
Como segundo paso se realizó el análisis inferencial en búsqueda de
asociación entre el punto final definido y cada una de las variables
recopiladas; las de tipo cuantitativo se analizaron mediante las
pruebas ANOVA y Kruskal-Wallis, según el tipo de distribución
presentada. Las de tipo cualitativo, mediante el Chi cuadrado, la
corrección de Yates, Mantel-Haenszel o la prueba exacta de Fischer.
Se realizó también análisis bivariante de regresión para las
variables continuas.
Para cada uno de los análisis, se tomó como significativa cualquier
diferencia que tuviera una probabilidad de error inferior al 5%
(p<0.05).
Los programas estadísticos utilizados fueron SPSS 9.0 y Epi Info
versión 6.04c.
Resultados
Del total de 2115 estudiantes, 1212 (57.3%) eran mujeres y 903
(42.7%) varones. La edad media fue de 14.8 ± 1.6.
Indice de masa corporal: En base al IMC, la totalidad de la muestra se
dividió en tres grupos: Normal, Sobrepeso y Obesos. Tomando la
totalidad de la muestra la media del IMC fue de 20.6 ± 3.1. En
mujeres 20.6 ± 3.1 y en varones 20.7 ± 3.1, (p=0.145). (Figura 1)
Cuando dividimos los estudiantes en grupos según el IMC, encontramos
que 1838 (86.9%) estaban dentro del rango normal, 230 (10.9%) tenían
sobrepeso y 47 (2.2%) eran obesos. Estratificando por sexos los datos
fueron: mujeres normales 1076 (88.8%), sobrepeso 111 (9.2%), obesas 24
(2%). Varones: normales 762 (84.4%), sobrepeso 118 (13.1%), obesos 23
(2.5%), siendo mayor el riesgo de padecer los dos últimos en el sexo
masculino (OR=1.46, IC 95%: 1.12 - 1.91; p=0.03). (Figura 2).
Hábitos de alimentación: refirieron consumo regular de hamburguesas,
pizzas, panchos 1711 jóvenes (80.9%).
Alcohol: El consumo de alcohol fue referido por 442 jóvenes (20.9%).
Mujeres 156 (35.3%) y varones 286 (64.7%); siendo mayor en el sexo
masculino (p<0.001; OR= 3.14, IC95%: 2.50 - 3.94).
Presión arterial: la PAS media fue de 107.7 ± 13.6, en mujeres fue
de 105.8 ± 12.4 y en varones fue de 110.4 ± 14.7, con tendencia a
ser más elevada en los varones (p<0.001). La PAD media fue de 66.9
± 11.5, en mujeres fue de 67.1 ± 10.3 y en varones de 66.9 ± 11.2
(p=0.963). La PAM media fue de 80.5 ± 10.1, en mujeres fue de 79.9 ±
9.6 y en varones de 81.3 ± 10.6 (p<0.001).Se encontró
hipertensión arterial en 64 (3%) jóvenes, 25 (2.1%) mujeres y 39
(4.7%) varones (p=0.002).
Colesterolemia: se encontró una media de 161.9 ± 29.2. La
estratificación, según los valores señalados, dio como resultado:
Deseables: 1283 (60.7%) siendo 749 (61.8%) mujeres y 534 (59.2%)
varones; Normal alta: 624 (29.5%) sujetos, 350 (28.9%) mujeres y 274
(30.3%) varones; hipercolesterolémicos: 208 (9.8%) siendo 113 (9.3%)
mujeres y 95 (10.5%) varones. (p=0.58). No observamos correlación
entre el IMC y la colesterolemia.
La Tabla 2 resume los valores correspondientes a las determinaciones
precedentes.
Relación entre sobrepeso y presión arterial: El IMC se correlacionó
con la PA, tanto sistólica (r=0.25) como diastólica (r=0.20); se
observó una correlación positiva entre el aumento del IMC y la PAM
(r= 0.25; r2= 0.06; CI 95%: 0.02 - 0.11) (Figura 3). Por cada punto de
aumento del IMC, la PAM aumentó 0.83 mm Hg. Estratificando por sexos,
el coeficiente de correlación en las mujeres para la PAM fue de
r=0.2, r2 0.04, IC 95% 0.00 - 0.1, y el incremento de PAM por cada
punto de aumento del IMC fue de 0.64 mm Hg. En los varones obtuvimos
r=0.31, r2 0.16, IC 95% 0.03 - 0.11 y el incremento de PAM por cada
punto de aumento del IMC fue de 1.05 mm Hg.
Antecedentes familiares: Refirieron antecedentes de obesidad en la
madre en 282 (13.3%), en el padre en 311 (14.7%) , en ambos
progenitores en 116 (6.6%) y diabetes mellitus en la madre 68 (3.2%) y
en el padre 87 (4.1%). Se encontró una asociación positiva entre los
obesos del grupo en estudio y obesidad en la madre (p<0.001),
obesidad en el padre (p<0.001) y de ambos progenitores
(p<0.001); (OR= 2.60; IC95%: 1.64 - 4.10). (Figura 4).
Actividad física: el consumo energético referido a la actividad
física semanal tuvo una media de 3.9 ± 2.9. En mujeres la media fue
de 3.6 ± 2. y en varones 4.5 ± 3.4, siendo mayor el grado de
actividad física en los varones (p<0.001). Horas diarias de
sedentarismo: la media fue de 3.3 hs ± 1.9, Mujeres: media 3.3 ± 2;
varones, media 3.2 ± 1.9 (p=0.75). El 83.5% se sienta frente al
televisor, juegos de video o computadora 2 horas diarias o más, y el
60.5% lo hace 3 horas diarias o más.
No observamos asociación entre el exceso de peso y la actividad
física (p=0.52); ni con las horas ociosas, aún después de
correlacionarlas con aquellos que miraban televisión más de 2, 3 o 5
horas diarias (p=0.11), y tampoco entre horas de TV y actividad
física, ni con el consumo regular de comidas con alto contenido de
grasas.
Discusión
Existen controversias en cuanto la definición de obesidad en los
niños y adolescentes. Para los objetivos de nuestro estudio, la
definición ideal, basada en la determinación del porcentaje de grasa
corporal es impracticable, por lo que utilizamos como parámetro de
referencia el IMC, que toma como puntos de corte los valores de 25
kg/m2 para sobrepeso y de 30 kg/m2 para obesidad en mayores de 18
años. Dietz y colaboradores en un workshop de la International
Obesity Task Force proponen que estos valores de IMC en los adultos
estén relacionados con los percentilos de niños y adolescentes para
definir puntos de corte para sobrepeso y obesidad en los distintos
grupos etarios17, aceptando el IMC como un parámetro válido para la
evaluación en niños y adolescentes. Estos criterios fueron los que
utilizamos a los fines de nuestro estudio.
Encontramos una prevalencia de sobrepeso en 230 (10.9%) sujetos y
obesidad en 47 (2.2%) siendo estos valores más cercanos a los de
Brasil32 que a los de los países desarrollados, donde la prevalencia
es mucho mayor. Estos hallazgos marcan una realidad local, y es
difícil extrapolar los datos a otras regiones de la Argentina, e
inclusive al ámbito suburbano y rural de Corrientes donde las
prevalencias pueden ser distintas, por tener patrones socioculturales
y económicos diferentes. Tampoco podemos predecir la tendencia de la
población ya que esta es la primer encuesta realizada en tal sentido.
En cuanto a la estratificación por sexos, aunque las curvas de IMC de
varones y mujeres son muy similares, encontramos una diferencia
estadísticamente significativa al definir los grupos para una mayor
prevalencia de sobrepeso en los varones (p=0.003). También los
cambios se relacionaron con la edad, aumentando el IMC a razón de
0.37 kg/m2 por año de edad. Sin embargo, la diferencia por sexos se
mantiene ya que los varones aumentan 0.51 kg/m2 por año mientras que
las mujeres aumentan 0.28.
El conocimiento creciente acerca de los mecanismos moleculares y
genéticos33 de la obesidad apoyan los resultados de estudios
observacionales que han revelado una susceptibilidad heredada para el
desarrollo de obesidad. Aunque la probabilidad de que un niño se
vuelva obeso en la edad adulta si por lo menos uno los padres es obeso
no ha sido estimada, se postula que la obesidad en los padres altera
de manera significativa el riesgo de padecerla en la edad adulta en
niños no obesos, particularmente para aquellos en edades menores a 10
años 14.
Nuestros hallazgos coinciden con esta asociación de factores, siendo
significativa tanto para el padre como para la madre, datos también
obtenidos en un estudio nacional38. Sin embargo, dadas las
características del estudio, resulta difícil evaluar cuál es el
valor potencial del factor genético comparado con los ambientales.
Desde otro punto de vista, siempre en relación con la asociación
familiar, la identificación de los niños con exceso de peso
permitiría focalizar la atención en sus progenitores, pues se ha
demostrado un aumento de mortalidad cardiovascular en padres de niños
obesos en edad escolar34.
No encontramos correlación positiva entre el aumento del IMC y los
hábitos de alimentación, sobre todo el consumo de hamburguesas,
panchos, pizza, que podría estar marcando la tendencia hacia el
consumo regular de ciertos tipos de alimentos de elevado contenido de
grasas saturadas y alto valor calórico, marcando una relación con el
comportamiento alimentario de sus padres. Whitaker y cols29 no
pudieron establecer una relación causal única por sí sola entre el
comportamiento alimentario de los padres y el peso relativo de sus
hijos. Sin embargo, el grado de asociación encontrado para esta
conducta es mayor que para la actividad física de los chicos, mirar
TV o la dieta. Hubo una fuerte correlación entre el consumo de
alcohol y la obesidad, asociación a tener en cuenta para futuros
programas de intervención.
La influencia de la actividad física y el sedentarismo en la obesidad
de los adolescentes continúa siendo controvertido. Algunos
trabajos32, encuentran en la práctica deportiva intensiva como el
fútbol, natación o básquetbol, un factor protector contra los
efectos deletéreos de mirar 2 horas o más televisión por día. En
nuestro estudio encontramos un mayor tiempo de actividad física
semanal en los varones, coincidente con la bibliografía, pero sin
ninguna correlación entre la actividad física reducida y el
incremento del IMC, tanto en la comparación de ambos sexos, como para
varones y mujeres en forma independiente.
El tiempo de sedentarismo, indicado como otro factor de riesgo para el
desarrollo de obesidad32, tampoco mostró una asociación positiva en
nuestro trabajo, aún estratificando la muestra por sexos.
La relación entre obesidad e hipertensión es estrecha, y se vio que
en el grupo de presión normal la media de IMC era de 20.6 ± 3.1 y en
grupo de hipertensos de 21.9 ± 3.2; (p<0.001).
Observamos además que los aumentos de IMC tienen una estrecha
relación con los aumentos de PA (relacionando IMC con la PAM se
obtuvo una r=0.25; r2=0.06 con un CI 95% de 0.02 a 0.11), pudiéndose
predecir que con cada unidad de aumento del IMC la PAM aumenta 0.83 mm
Hg (0.64 en mujeres y 1.05 en varones). Al estratificar los grupos en
hipertensos y normotensos, la relación fue estadísticamente
significativa (p<0.001). Esta correlación entre el IMC y las
cifras de presión arterial coinciden con los hallazgos de otros
estudios 39,40. Aunque existe interacción entre el IMC y la edad
sobre el incremento de la presión arterial, mediante un análisis de
regresión múltiple hemos observado que es mayor el peso del IMC
(F=111.3) que la edad (F=53.1) sobre las cifras finales.
Como conclusión podemos decir que hemos encontrado en la población
estudiada una prevalencia de niños con sobrepeso de 10.9% y con
obesidad del 2.2%, a predominio en varones. Se encontró una
asociación entre el aumento del IMC y los antecedentes familiares de
obesidad, y lo que consideramos de mayor trascendencia con el
comportamiento de PA en relación al aumento del IMC. No pudimos
establecer una asociación significativa con actividad física (o la
falta de ella), los hábitos de nutrición ni con el sedentarismo como
mirar TV, y utilización de computadoras o juegos de video.
Asumiendo como válida la importancia de la agregación familiar de
algunos factores de riesgo cardiovascular, una buena estrategia de la
prevención sería la búsqueda de casos en hijos de padres obesos, lo
que permitiría identificar familias de riesgo en las que realizar
intervención activa para promoción de estilos de vida saludable.
Si además consideramos que la presencia de un factor de riesgo
incrementa la posibilidad de presentar otro, esta prevención
orientada a la familia podría resultar más eficiente. Estas
estrategias deben coordinarse con las autoridades sanitarias y
educativas, a fin de inculcar hábitos de actividad física y de
nutrición que persistan en la edad adulta.
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490.
Tabla 1._ Puntos de corte del Indice de Masa Corporal para definir
sobrepeso y obesidad conforme a la edad y sexo. 15
Sobrepeso Obesidad
Edad Varones Mujeres Varones Mujeres
11 20.7 20.9 25.4 25.7
12 21.4 21.9 26.2 27.1
13 22.1 22. 8 27.1 28.0
14 22.8 23.5 27.8 28.7
15 23.4 24.1 28.5 29.2
16 24.0 24.5 29.0 29.5
17 24.5 24.8 29.6 29.8
18 25 25 30 30
Tabla 2._ Cuadro comparativo de las variables en estudio
estratificadas por sexo
Ambos Sexos Mujeres Varones
(n= 2115) (n= 1212) (n= 903)
Variable Media DS Media DS Media DS P
IMC (kg/m2) 20.6 3.0 20.6 3.0 20.7 3.1 0.145
Actividad Física Semanal (hs) 2.1 2.8 1.6 2.4 2.6 3.2 0.008
Tv. y video Juegos (hs/dia) 3.3 2.0 3.3 2.0 3.2 1.9 0.75
PAS (mm Hg) 107.8 13.6 105.8 12.4 110.4 14.7 <0.001
PAD (mm Hg) 66.9 11.5 67.1 10.3 66.9 11.2 0.963
PAM (mm Hg) 80.5 10.1 79.9 9.6 81.4 10.7 <0.001
Colesterolemia (mg/dl) 161.9 29.2 161.8 28.4 162.0 30.5 0.85
Fig. 2._ Grupos según Sexo e Indice de Masa Corporal. Muestra la
frecuencia encontrada, en valores absolutos, estratificados por sexo y
por grupos según el Indice de Masa Corporal, clasificados en
normales, sobrepeso y obesos.
Fig. 1._ Curvas del Indice de Masa Corporal según sexo. Muestra la
distribución del Indice de Masa Corporal discriminada por sexo.
Fig. 4._ Relación entre obesidad en los niños y obesidad en el padre
y/o la madre. Muestra la diferencia existente entre el grupo de niños
delgados y con sobrepeso y la relación con la obesidad en los padres
(padre y/o madre).
Fig. 3._ Relación entre Indice de Masa Corporal y Presión
Arterial Media. Se observa la tendencia creciente de la Presión
Arterial Media a medida que aumenta el Indice de Masa Corporal.
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