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XANTOMAS Y ENFERMEDAD SISTEMICA
XANTOMA PLANO DIFUSO CON ARTRITIS, SEROSITIS, ERITEMA NODOSO,
VASCULITIS Y LEUCEMIA MIELOMONOCITICA. Miguel J. Maxit, Ricardo A. Paz Hospital Privado de Comunidad, Mar del Plata Resumen Se presenta una mujer que consultó por xantelasma grave cuando tenía 57 años de edad y falleció 10 años más tarde con una compleja enfermedad sistémica. Los estudios que se le realizaron descartaron que tuviera hiperlipemia, hipercolesterolemia, amiloidosis o diabetes. Tampoco tenía paraproteinemia ni proteinuria de Bence Jones. Cuatro años después de la primera consulta apareció monocitosis que persistió, con valores variables, en la mayoría de los hemogramas que se le realizaron. Meses después se comenzó a palpar el bazo, que con los años alcanzó un gran tamaño, y se observó una hemopatía proliferativa que se consideró como posiblemente reactiva porque no pudo ser caracterizada con certeza en los estudios hematológicos ni en tres biopsias medulares. Durante el curso de su enfermedad tuvo complicaciones sistémicas recidivantes, vinculables a fenómenos inmunológicos, tales como artritis, pleuro pericarditis, arteritis, eritema nodoso y miositis, que respondían, al menos parcialmente, a tratamientos con corticoides e inmunosupresores, con dependencia a los corticoides. Tuvo episodios bruscos unilaterales de vértigo de tipo Ménière con sordera que mejoraron con corticoides y se atribuyeron a vasculitis y también sufrió una conjuntivitis pertinaz. Cuando los xantomas se extendieron a la frente y al tórax se favoreció el diagnóstico de xantoma plano difuso (XPD). Su último ingreso al hospital fué por una grave faringo-esofagitis moniliásica y falleció luego de una breve internación. En la autopsia, el diagnóstico de la enfermedad principal fué el de leucemia mielomonocítica crónica con infiltrados viscerales y la causa de muerte una úlcera duodenal aguda perforada. Se discuten las posibles relaciones entre el XPD, los fenómenos de tipo inmunológicos y la leucemia mielomonocítica. Palabras clave: xantoma plano difuso, vasculitis, leucemia mielomonocítica Abstract Plane diffuse xanthoma with arthritis, serositis, erithema nodosum, vasculitis and myelomono- cytic leukemia. Description of a case with autopsy. A 57- year- old woman consulted for a severe xanthelasma followed by a severe and complex systemic disease and died ten years later with xanthomas extended to the face and trunk. Her lipid and cholesterol levels were normal but HDL was below normal values. Diabetes as well as amiloidosis, paraproteinemia and Bence Jones protein in urine were not found. Three years after her initial consultation monocytosis appeared in most but not all of her hemograms. Soon after her spleen was palpable and became very large. She had three bone marrow biopsies showing progressive white cell hypercellularity that was considered as possibly reactive. During her long illness she had recurrent conjuctivitis and systemic complications such as arthritis, pleural and pericardial effussions, vasculitis, sudden deafness with Ménière-like vertigo, erithema nodosum and myositis that responded, at least partially, to steroid treatments though she remained corticoid dependent in order to control her more severe symptoms. Those complications were considered to be probably due to vasculitis or immune phenomena. After a long follow up it was clear that her disease was better classified as diffuse plane xanthoma (DPX) related to a myeloproliferative syndrome and vasculitis. Her final hospitalization was due to a severe esophagic moniliasis and she died a few days later. An autopsy was performed and a chronic myelomonocytic leukemia was the final diagnosis. The ultimate cause of death was a perforated acute duodenal ulcer with peritonitis. Possible relations between DPX, immunologic reactions and myelomonocytic leukemia are discussed. Key words: diffuse plane xantoma, vasculitis, myelomonocytic leukemia
Dirección postal: Dr. Miguel J. Maxit, Hospital Privado de
Comunidad Córdoba 4545, 7600 Mar del Plata Recibido: 2-XI-2000 Aceptado: 26-XII-2000
Presentamos el caso de una mujer que consultó a los 57 años por un grave xantelasma bilateral y bipalpebral de color amarillo amarronado. Descartado un trastorno lipídico asociado, la evolución de la paciente fué complicándose por la aparición de signos y síntomas sistémicos. Quizá el hecho de no haber considerado inicialmente que un xantelasma extenso, como el de este caso, puede ser un xantoma plano difuso (XPD) - que tiene otras implicancias patológicas asociadas - contribuyó a la dificultad en la interpretación del cuadro clínico y al retardo en el diagnóstico. Caso clínico Una mujer sin antecedentes de importancia consultó en diciembre de
1986, cuando tenía 57 años, por la aparición de xantelasma
periorbitario bilateral severo. Los lipidogramas y el proteinograma
fueron siempre normales.Una biopsia perior-bitaria confirmó el
diagnóstico de xantelasma y mostró que tenía células de Touton. La
glucemia fue normal hasta que desarrolló una diabetes
metacorticoidea. Durante su larga evolución sufrió repetidos
episodios de conjuntivitis, derrames pleurales y pericárdicos
bacteriológicamente negativos, eritema nodoso, vasculitis, artritis
migratriz asimétrica, particularmente de los hombros, tobillos y
sacroilíacas, miositis del vasto interno y tendinitis aquileana. En
las Tablas 1 y 2, aparecen los hemogramas y los datos de laborartorio
más relevantes. En 1990, por primera vez tuvo fiebre que llegó hasta
37.8°C. Las manifestaciones sistémicas mejoraban con la
administración de corticoides pero tendían a recidivar al disminuir
la dosis. El xantelasma progresó notablemente con gran compromiso
estético (Fig.1). Tuvo dos episodios de vértigo con sordera súbita,
primero en el oído izquierdo y al año siguiente en el derecho, que
mejoraron con pulsos de metilprednisona y fueron interpretados como
probable vasculitis. Presentó disnea de esfuerzo vinculada con un
derrame pericárdico abundante y pleural de menor magnitud. El
líquido fué un exudado y la biopsia pleural mostró inflamación
crónica inespecífica. Los cultivos para Koch fueron negativos. Hacia
fines de 1990 le apareció, por primera vez, monocitosis del 20%. Dos
hemogramas previos, en octubre de 1989 y mayo de 1990 habían mostrado
4 y 3% respectivamente .En marzo de 1991 se comenzó a palpar el bazo
que continuó creciendo hasta alcanzar un gran tamaño con el correr
de los años. En tres oportunidades realizó consultas externas. En la
primera se favoreció el diagnostico de mieloma que no pudo ser
confirmado. La segunda, en otra institución, se debió a un nuevo
cuadro de tumefacción de los tobillos. Se diagnosticó artritis
reumatoidea. La tercera fué con un reumatólogo que descartó la
artritis reumatoidea sin poder llegar a otro diagnóstico. Tres
biopsias de la médula ósea mostraron: el 4/9/91: hiperplasia
granulocítica con fibrosis reticulínica (¿reactiva?); el 1/10/93:
hipercelularidad global mieloide y eritroide y el 11/8/98: hiperplasia
global con aumento de linfocitos y plasmocitos sin atipias . En todas
había moderada fibrosis retículínica y en ninguna de las tres se
llegó a un diagnóstico de certeza al cotejar los hallazgos con los
de los extendidos aspirados y los hemogramas. En agosto de 1991, una
biopsia de los nódulos del dorso del pié mostró: “tejido
fibroadiposo con tabiques vascularizados por arterias y arteriolas con
infiltración inflamatoria aguda de la pared. No se ve necrosis
fibrinoidea ni eosinófilos”. Diagnóstico: “Arteritis aguda”.
En 1998 los xantomas se extendieron a la frente y al tórax y el
cuadro siguió progresando sin mayores variantes. El 22/9/98 tenía
6700 blancos con 66 % de monocitos. La última internación fue breve
y se debió a candidiasis esofágica y dolor abdominal. Falleció el
30/10/98. Los diferentes tratamientos que recibió combinaron
corticoides con DAINE, con ciclo-fosfamida y con azatioprina. También
recibió antibióticos para tratar infecciones intercurrentes como una
miositis infecciosa del vasto interno, confirmada por resonancia
nuclear magnética, que se consideró secundaria a un episodio de
vasculitis. 1) Xantoma plano difuso con xantelasma y xantomas en la frente y el
tórax. Discusión En este caso la aparición de un xantelasma que se consideró al
inicio como un problema fundamentalmente estético, por lo inusual de
su tamaño con compromiso de ambos párpados, precedió a un conjunto
de manifestaciones sistémicas. Bibliografía 1. Parker F. Normocholesterolemic xanthomatosis (Editorial). Arch
Dermatol 1986;122: 1253-6.
Hct% Hb gr% Blancos/mm3 N% E% B% L% M% Plaq./mm3 10/89 45 15 5.700 70 1 - 25 4 150.000 Glucemia 101 mg/dl.
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