LA TAPA:
        La lección de anatomía. Oski (Oscar Conti). 1914-1979.  
      Dibujo. Tinta sobre papel.
      El dibujo lleva esta nota al pié:
          “Obra maestra de Rembrandt, en el museo de La Haya, una de  las maravillas de la pintura. El sabio profesor Nicolás Tulp describe la  anatomía del brazo sobre un cadáver. Las cabezas están llenas de expresión; la  de Tulp es grave, impasible; todos los matices se pintan en la actitud y la  mirada del auditorio; el escorzo del cadáver es de una osadía extraordinaria.  Dibujo, modelado, ropajes, claroscuro, perspectiva, figuras y fondo, todo es  irreprochable. Esta admirable tela, cuyas figuras son de tamaño natural, a  medio cuerpo, fue realizada 
          en 1632. Fue pintada a pedido de Tulp, quien la  donó a la «Guilde» de los cirujanos de Amsterdam. (Nouveau Larousse  Illustré, Tomo 1)”
      La tapa de este número de Medicina (Buenos Aires), como  la primera de este año, es una lección de anatomía. Esta vez una parodia de La  lección de anatomía del Dr. Tulp de Rembrandt. Oski, sobrenombre de Oscar  Conti, nació en Buenos Aires en 1914 y murió, también en Buenos Aires, en 1979,  en el Hospital de Clínicas. Como dijo en una ficticia autobiografía sus muchas  veces coautor César Bruto (Carlos Warnes) Oski pasó la instrucción primaria,  secundaria y terciaria «¡y quien sabe donde estaría ahora si no hubiera  plantado el estudio para dedicarse al dibujo, para el cual nadie precisa  estudiar nada, porque el dibujo sale solo cuando uno tiene cabeza, y el que no  tiene cabeza que 
        se pegue un tiro y listo el pollo!» Oski se diplomó en la  Escuela Nacional de Bellas Artes y estudió escenografía en la Academia Superior  de Bellas Artes. Su dibujo El caballero, la muerte y el diablo, parodia  del grabado de Durero, ganó el Premio Nacional de Dibujo de 1968. Conocimos a  Oski por sus colaboraciones en las revistas Cascabel, Rico Tipo, Vea y Lea y  otras de la época. Menos conocidas son sus obras de humor serio y sus cuadros.  Tal vez sea más apreciado fuera del país que entre nosotros. Pasó largos  períodos en Italia, Francia, Chile, Méjico, Cuba, otros países de América  Latina y España. Oski era un intelectual curioso, un curioso erudito. Muchas de  sus obras están relacionadas con la medicina, Oski practicaba con ternura la  medicina satírica. Recordamos a Medicinal Brutoski Ilustrado (con César  Bruto), las ilustraciones a los Comentarios a las Tablas Médicas de Salerno  de Bernardo Provenzal, publicadas primero en italiano y luego en  castellano, e infinidad de dibujos sobre personajes y procedimientos médicos.  
        Para algunos su obra maestra son las ilustraciones de Vera historia de  Indias (1958), para otros las del Fausto de Estanislao del Campo,  para otros las del Cours du soir d’introduction à l’èrotisme (Paris:  Glenat, 1977), para otros... ¿Como decidirlo? En la introducción a El ABC de  Oski (México: Nueva Imagen, 1984), una selección de dibujos de humor serio,  Marcelo Raboni, dice: «...Oski, maestro huraño y travieso, refinado y  diabólico». A renglón seguido Raboni transcribe como vio Umberto Eco a Oski:  «un monje enloquecido que minia con arabescos los textos sagrados, pero no como  querría el padre superior. El se pone al lado del diablo, aspirando a serlo».