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Dr. Osvaldo Fustinoni
(1909-2000)
El 25 de mayo último dejó de existir en el Hospital
Naval de Buenos Aires, Osvaldo Fustinoni. Un año antes, él mismo
se había diagnosticado cáncer de páncreas y con singular
valentía se sometió a una operación radical en Estados Unidos.
Volvió pleno de optimismo reanudando sus tareas habituales, entre
ellas, la Presidencia de la Fundación Facultad de Medicina. Una
desnutrición progresiva por la falta de secreción pancreática y
las metástasis del tumor precipitaron su fin.
Fustinoni dedicó su vida a la Facultad de Medicina, al Hospital de
Clínicas, a sus pacientes y a sus alumnos. Ingresó a la Facultad
en 1926 y se recibió en 1932. En 1930 fue Practicante Interno del
Hospital. Posteriormente, en la Cátedra de Semiología y Clínica
Propedéutica, fue Ayudante, Jefe de Trabajos Prácticos, Adscripto,
Docente Autorizado, Profesor Adjunto y Profesor Titular, cargo que
desempeñó hasta 1975. Fue entonces designado Profesor Emérito de
la Universidad de Buenos Aires. En el Hospital de Clínicas, fue
Médico Asistente, Jefe de Clínica y Director del Instituto de
Semiología Gregorio Aráoz Alfaro. En la Facultad, Fustinoni fue
Consejero, Decano y Presidente de la Comisión Ley 11333, promotora
de la construcción y habilitación del nuevo edificio del Hospital
de Clínicas. En mérito a sus obras, recibió numerosas
distinciones: Diploma de Honor de la Facultad de Medicina, Miembro
Correspondiente, de Número y Presidente de las Academias Nacionales
de Medicina y de Ciencias de Buenos Aires; Subsecretario del
Ministerio de Asistencia Social y Salud Pública; Premios Fundación
Castex, Ignacio Imaz, Baron Hirsch, Manzana de las Luces, Arco de
Triunfo, Maestro de la Geriatría Argentina; Laurel de Plata del
Rotary Club; Palmas Académicas; Orden del Mérito del Gobierno
Francés. Su prestigio trascendió las fronteras nacionales siendo
designado Miembro Honorario de las Sociedades Colombiana, Mejicana y
Uruguaya de Geriatría y Gerontología. Fue también Presidente de
las Sociedades de Medicina Interna y de Genética, orador especial
en numerosos congresos y reuniones científicas. Fundó sociedades
médicas como las de Endocrinología y Metabolismo, Geriatría y la
revista Medicina (Buenos Aires) a cuyo Comité Editorial perteneció
durante el período inicial de la misma.
La simple mención de cargos, actividades y premios otorgados a
Fustinoni, poco dicen sobre sus cualidades personales y su conducta
ejemplar, inspirada en estrictos principios de moral pública y
ética profesional.
Fustinoni era hijo de un inmigrante italiano que vino a la Argentina
a principios del siglo pasado. Huérfano de padre antes de cumplir
el primer año, Fustinoni y sus hermanos fueron criados por su
madre, que con su modesta labor de costurera educó a sus hijos en
la escuela del trabajo, la responsabilidad y la honestidad. Pese a
las limitaciones familiares, Fustinoni pudo recibirse de médico con
altas calificaciones. En 1930 ingresó al Hospital de Clínicas como
Practicante Interno, iniciando una larga y fructífera carrera
académica y profesional. La incorporación de Fustinoni al
Clínicas decidió el rumbo de su vida. Como practicante, fue alumno
de una escuela médica de gran prestigio, cuyos integrantes eran
maestros de pública notoriedad. Poco después de recibirse, fue
invitado por Tiburcio Padilla, Profesor de Semiología y Clínica
Propedéutica, a incorporarse a su cátedra en la que Fustinoni
realizaría una brillante carrera. Con Fongi y Rospide, compañeros
de internado, se incorporó al grupo que dirigía Rodolfo Dassen.
Eran estudiosos y activos, todos ellos excelentes docentes,
preocupados por las variadas enfermedades que se veían en el
Instituto de Semiología. El estudio riguroso y bien documentado de
sus pacientes originó numerosas publicaciones en las revistas
médicas de entonces. Los títulos de esos trabajos revelan interés
por temas como la hipertensión arterial, y diferentes afecciones
respiratorias especialmente el enfisema.
Fustinoni realizó su tesis de Doctorado en el Instituto de
Fisiología que dirigía B.A. Houssay. La tesis versó sobre la
insuficiencia adrenal experimental, tema que dio a su autor la
posibilidad de colaborar con varios distinguidos discípulos de
Houssay, entre ellos, Cicardo, Foglia, Marenzi y Porto. Fustinoni
publicó varios trabajos sobre su tesis en revistas importantes como
Endocrinology y Comptes Rendues de la Societé de Biologie de Paris,
que demuestran el valor que Houssay dio a esas investigaciones.
Terminada la tesis y aprobada en 1938, Fustinoni dejó la
fisiología para retomar plenamente la clínica. Su experiencia en
el Instituto de Fisiología fue un buen ejemplo de la vocación
científica y voluntad de perfeccionamiento de muchos médicos que
en aquella época concurrían gratuitamente al Instituto para
realizar su tesis o trabajos de adscripción a la Carrera Docente.
Designado Profesor Adjunto de Semiología en 1947 y Titular en 1957,
Fustinoni prosiguió su actividad académica según las pautas
vigentes en esos años. Realizó numerosos trabajos de casuística,
con distinguidos colaboradores como Cossio, Berreta, Mosso, Gotlieb,
Buzzi, Ruggiero, Burucua, Fellner, Pergola, Lancestremere, Perosio y
Rospide. Los trabajos de la escuela de Fustinoni versaron
principalmente sobre temas de nefrología, coagulación,
arterioesclerosis y geriatría. La mayor parte de sus colaboradores
realizaron posteriormente exitosas carreras y varios llegaron al
Profesorado Titular de la Facultad de Medicina. Una expresión
concreta de la erudición y buena didáctica de Fustinoni, sus
colegas y discípulos fue la publicación de los títulos: «Tratado
de Patología Médica», «Semiología Médica», «Tratado de
Patología Interna», «Medicina Interna» entre otros textos.
La labor de Fustinoni en la Facultad de Medicina fue siempre
provechosa. Integró el Consejo Académico durante el período
1958-1962 y representó a la Facultad ante el Consejo Superior de la
Universidad de Buenos Aires. Fue uno de los propulsores de la
reforma de la enseñanza y de la creación de las Unidades Docentes
Hospitalarias y promovió la dedicación exclusiva a la enseñanza y
la investigación. En 1962 fue elegido Decano desempeñando el cargo
hasta 1966. Su gestión, progresista y ecuánime, fue reconocida por
todos, aun por sus opositores iniciales. En 1966, ante la
intervención de la Universidad, renunció al Decanato, por
considerar que era incompatible con el avasallamiento de la
autonomía universitaria. Como miembro primero y Presidente después
de la Comisión Ley 11333, Fustinoni realizó una tarea compleja y
difícil porque era necesario revisar y renovar la estructura
propuesta por las autoridades anteriores. Con Ottolenghi, adaptaron
el proyecto de edificio a las necesidades de una Facultad moderna, y
funcional, integrada con la nueva Facultad de Farmacia y Bioquímica
que aportó su competencia en el análisis clínico.
Características esenciales de la personalidad de Fustinoni fueron
su modestia, su vocación por servir a las instituciones públicas,
la independencia de sus juicios y el estricto respeto a los
principios éticos de la medicina hipocrática. En la Facultad, el
Hospital y las Academias defendió siempre las buenas causas y los
mejores hombres, sin preocuparse por las consecuencias de sus actos.
La medicina clínica fue su principal campo de acción profesional,
especialidad en la que sobresalió por sus diagnósticos certeros y
su cordial relación con sus pacientes.
Como bien ha dicho Agrest en una reciente publicación, el buen
clínico debe contar con aptitudes singulares, a saber,
conocimientos y actualización permanente; habilidades
semiológicas; conocimientos del contexto biológico y social de la
enfermedad y sobre todo capacidad docente. Fustinoni satisfizo
plenamente esas pautas. En una época en la que la medicina
utilitaria pretende reemplazar a la medicina humanitaria, el
recuerdo de Fustinoni adquiere relieve inolvidable. La finalidad de
esta nota es justamente mantener viva su memoria.
Andrés O. M. Stoppani
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