MEDICINA - Volumen 60 - Nº 4, 2000
MEDICINA (Buenos Aires) 2000; 60:417-419

       
     

       
   


Dr. Osvaldo Fustinoni
(1909-2000)


El 25 de mayo último dejó de existir en el Hospital Naval de Buenos Aires, Osvaldo Fustinoni. Un año antes, él mismo se había diagnosticado cáncer de páncreas y con singular valentía se sometió a una operación radical en Estados Unidos. Volvió pleno de optimismo reanudando sus tareas habituales, entre ellas, la Presidencia de la Fundación Facultad de Medicina. Una desnutrición progresiva por la falta de secreción pancreática y las metástasis del tumor precipitaron su fin.
Fustinoni dedicó su vida a la Facultad de Medicina, al Hospital de Clínicas, a sus pacientes y a sus alumnos. Ingresó a la Facultad en 1926 y se recibió en 1932. En 1930 fue Practicante Interno del Hospital. Posteriormente, en la Cátedra de Semiología y Clínica Propedéutica, fue Ayudante, Jefe de Trabajos Prácticos, Adscripto, Docente Autorizado, Profesor Adjunto y Profesor Titular, cargo que desempeñó hasta 1975. Fue entonces designado Profesor Emérito de la Universidad de Buenos Aires. En el Hospital de Clínicas, fue Médico Asistente, Jefe de Clínica y Director del Instituto de Semiología Gregorio Aráoz Alfaro. En la Facultad, Fustinoni fue Consejero, Decano y Presidente de la Comisión Ley 11333, promotora de la construcción y habilitación del nuevo edificio del Hospital de Clínicas. En mérito a sus obras, recibió numerosas distinciones: Diploma de Honor de la Facultad de Medicina, Miembro Correspondiente, de Número y Presidente de las Academias Nacionales de Medicina y de Ciencias de Buenos Aires; Subsecretario del Ministerio de Asistencia Social y Salud Pública; Premios Fundación Castex, Ignacio Imaz, Baron Hirsch, Manzana de las Luces, Arco de Triunfo, Maestro de la Geriatría Argentina; Laurel de Plata del Rotary Club; Palmas Académicas; Orden del Mérito del Gobierno Francés. Su prestigio trascendió las fronteras nacionales siendo designado Miembro Honorario de las Sociedades Colombiana, Mejicana y Uruguaya de Geriatría y Gerontología. Fue también Presidente de las Sociedades de Medicina Interna y de Genética, orador especial en numerosos congresos y reuniones científicas. Fundó sociedades médicas como las de Endocrinología y Metabolismo, Geriatría y la revista Medicina (Buenos Aires) a cuyo Comité Editorial perteneció durante el período inicial de la misma.
La simple mención de cargos, actividades y premios otorgados a Fustinoni, poco dicen sobre sus cualidades personales y su conducta ejemplar, inspirada en estrictos principios de moral pública y ética profesional.
Fustinoni era hijo de un inmigrante italiano que vino a la Argentina a principios del siglo pasado. Huérfano de padre antes de cumplir el primer año, Fustinoni y sus hermanos fueron criados por su madre, que con su modesta labor de costurera educó a sus hijos en la escuela del trabajo, la responsabilidad y la honestidad. Pese a las limitaciones familiares, Fustinoni pudo recibirse de médico con altas calificaciones. En 1930 ingresó al Hospital de Clínicas como Practicante Interno, iniciando una larga y fructífera carrera académica y profesional. La incorporación de Fustinoni al Clínicas decidió el rumbo de su vida. Como practicante, fue alumno de una escuela médica de gran prestigio, cuyos integrantes eran maestros de pública notoriedad. Poco después de recibirse, fue invitado por Tiburcio Padilla, Profesor de Semiología y Clínica Propedéutica, a incorporarse a su cátedra en la que Fustinoni realizaría una brillante carrera. Con Fongi y Rospide, compañeros de internado, se incorporó al grupo que dirigía Rodolfo Dassen. Eran estudiosos y activos, todos ellos excelentes docentes, preocupados por las variadas enfermedades que se veían en el Instituto de Semiología. El estudio riguroso y bien documentado de sus pacientes originó numerosas publicaciones en las revistas médicas de entonces. Los títulos de esos trabajos revelan interés por temas como la hipertensión arterial, y diferentes afecciones respiratorias especialmente el enfisema.
Fustinoni realizó su tesis de Doctorado en el Instituto de Fisiología que dirigía B.A. Houssay. La tesis versó sobre la insuficiencia adrenal experimental, tema que dio a su autor la posibilidad de colaborar con varios distinguidos discípulos de Houssay, entre ellos, Cicardo, Foglia, Marenzi y Porto. Fustinoni publicó varios trabajos sobre su tesis en revistas importantes como Endocrinology y Comptes Rendues de la Societé de Biologie de Paris, que demuestran el valor que Houssay dio a esas investigaciones. Terminada la tesis y aprobada en 1938, Fustinoni dejó la fisiología para retomar plenamente la clínica. Su experiencia en el Instituto de Fisiología fue un buen ejemplo de la vocación científica y voluntad de perfeccionamiento de muchos médicos que en aquella época concurrían gratuitamente al Instituto para realizar su tesis o trabajos de adscripción a la Carrera Docente.
Designado Profesor Adjunto de Semiología en 1947 y Titular en 1957, Fustinoni prosiguió su actividad académica según las pautas vigentes en esos años. Realizó numerosos trabajos de casuística, con distinguidos colaboradores como Cossio, Berreta, Mosso, Gotlieb, Buzzi, Ruggiero, Burucua, Fellner, Pergola, Lancestremere, Perosio y Rospide. Los trabajos de la escuela de Fustinoni versaron principalmente sobre temas de nefrología, coagulación, arterioesclerosis y geriatría. La mayor parte de sus colaboradores realizaron posteriormente exitosas carreras y varios llegaron al Profesorado Titular de la Facultad de Medicina. Una expresión concreta de la erudición y buena didáctica de Fustinoni, sus colegas y discípulos fue la publicación de los títulos: «Tratado de Patología Médica», «Semiología Médica», «Tratado de Patología Interna», «Medicina Interna» entre otros textos.
La labor de Fustinoni en la Facultad de Medicina fue siempre provechosa. Integró el Consejo Académico durante el período 1958-1962 y representó a la Facultad ante el Consejo Superior de la Universidad de Buenos Aires. Fue uno de los propulsores de la reforma de la enseñanza y de la creación de las Unidades Docentes Hospitalarias y promovió la dedicación exclusiva a la enseñanza y la investigación. En 1962 fue elegido Decano desempeñando el cargo hasta 1966. Su gestión, progresista y ecuánime, fue reconocida por todos, aun por sus opositores iniciales. En 1966, ante la intervención de la Universidad, renunció al Decanato, por considerar que era incompatible con el avasallamiento de la autonomía universitaria. Como miembro primero y Presidente después de la Comisión Ley 11333, Fustinoni realizó una tarea compleja y difícil porque era necesario revisar y renovar la estructura propuesta por las autoridades anteriores. Con Ottolenghi, adaptaron el proyecto de edificio a las necesidades de una Facultad moderna, y funcional, integrada con la nueva Facultad de Farmacia y Bioquímica que aportó su competencia en el análisis clínico.
Características esenciales de la personalidad de Fustinoni fueron su modestia, su vocación por servir a las instituciones públicas, la independencia de sus juicios y el estricto respeto a los principios éticos de la medicina hipocrática. En la Facultad, el Hospital y las Academias defendió siempre las buenas causas y los mejores hombres, sin preocuparse por las consecuencias de sus actos. La medicina clínica fue su principal campo de acción profesional, especialidad en la que sobresalió por sus diagnósticos certeros y su cordial relación con sus pacientes.
Como bien ha dicho Agrest en una reciente publicación, el buen clínico debe contar con aptitudes singulares, a saber, conocimientos y actualización permanente; habilidades semiológicas; conocimientos del contexto biológico y social de la enfermedad y sobre todo capacidad docente. Fustinoni satisfizo plenamente esas pautas. En una época en la que la medicina utilitaria pretende reemplazar a la medicina humanitaria, el recuerdo de Fustinoni adquiere relieve inolvidable. La finalidad de esta nota es justamente mantener viva su memoria.

Andrés O. M. Stoppani