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EL PAPEL DE TROVAFLOXACINA EN EL TRATAMIENTO DE LA NEUMONIA
NOSOCOMIAL
L.A. Mandell
Chief, Division of Infectious Diseases, McMaster University, Hamilton,
Ontario, Canada,
Palabras claves: trovafloxacina - fluoroquinolona - neumonía
nosocomial
Título para cabeza de página: trovafloxacina y neumonía
nosocomial
Resumen
Para
poder entender el papel de trovafloxacina en el tratamiento de la
neumonía nosocomial, primero deben conocerse la naturaleza y las
características de esta infección. En la primera parte de esta
revisión se repasan los principales aspectos de la epidemiología, se
analizan algunos conceptos que hacen a la patogenia de la enfermedad y
a la inmunología de estos pacientes y se evalúan las
características microbiológicas de la neumonía nosocomial. En la
segunda parte, se considera el problema de la resistencia bacteriana a
los principales grupos de antibióticos, enumerándose los diferentes
mecanismos de los que se valen las bacterias para desarollarla, como
la producción de enzimas que inactivan al antibiótico, la reducción
del acceso de la droga al sitio de unión específico, el aumento del
eflujo del antibiótico o los cambios en el sitio de unión
específico; se plantean las controversias actuales en cuanto a los
métodos de diagnóstico y se discuten algunas de las cuestiones que
permanecen como polémicas con relación a esta patología.
Finalmente, se revisan las pautas de tratamiento propuestas para las
neumonías adquiridas en el hospital y el papel de los nuevos
antibióticos en el tratamiento. En este sentido, se hace especial
referencia a trovafloxacina, enumerándose sus principales
características, tales como su amplio espectro de actividad, sus
excelentes propiedades farmacocinéticas, su disponibilidad en
formulaciones endovenosa y oral, y su buena tolerancia, las cuales la
convierten en una opción sumamente interesante en el tratamiento de
las neumonías intrahospitalarias.
Abstract
In order
to understand the role of trovafloxacin in the treatment of nosocomial
pneumonia, the nature and characteristics of this infection have to be
first reviewed. During the first part of this revision the principal
aspects of the epidemiology are reviewed, some concepts which take
part in the pathogenia of the illness and the immunology of these
patients are analysed and the microbiological characteristics of
nosocomial pneumonia are evaluated. In the second part of the revision
the bacterial resistance to the main groups of antibiotics is
considered, listing the different mechanisms used by the bacteria to
develop this resistance. They are: production of enzymes which
inactivate the antibiotic, access reduction of the drug to the target
site, increase of the antibiotic efflux or changes in the target site.
Current controversies concerning diagnostic methods and some
controversial issues regarding this pathology are here discussed.
Finally, the proposed guidelines for the treating hospital acquired
pneumonia are revised as well as the role of special new antibiotics.
In this sense special reference is made to trovafloxacin, listing its
principal characteristics, as its broad spectrum of activity, its
excellent pharmacokinetic properties, its availability in IV and oral
formulations and its good tolerance, which makes trovafloxacin a very
interesting option for treatment of hospital acquired pneumonia.
Dirección postal: Dr. Lionel A. Mandell, McMaster Medical
Unit, Henderson General Hospital, 711 Concession St.,Hamilton, Ontario
L8V IC3, Canada
Introducción
La neumonía nosocomial o intrahospitalaria es una infección que
ocurre 48 horas o más después de la admisión en el hospital. Es la
segunda infección nosocomial en orden de frecuencia, pero es la que
con mayor probabilidad resulta en un cuadro fatal. También tiene un
impacto significativo sobre la economía y los recursos de la salud,
ya que incrementa la estadía en el hospital hasta 8 días, resultando
en costos anuales adicionales directos en los Estados Unidos de 2000
millones de dólares(1,2). Se estima que la incidencia anual es de
5-10 casos por 1000 admisiones, aunque puede incrementarse 20 veces
más en los pacientes sometidos a una asistencia respiratoria
mecánica. La neumonía intrahospitalaria es responsable
aproximadamente del 13-18% de todas las infecciones nosocomiales, o
sea aproximadamente 300000 casos anuales.
Las tasas de mortalidad cruda para la neumonía intrahospitalaria son
del 30-70% aunque estos porcentajes no son precisos y pueden resultar
engañosos. La cifra más adecuada es la mortalidad atribuible a
neumonía nosocomial, que se estima varía desde 1/3 a 1/2 de todas
las muertes ocurridas en pacientes con neumonía intrahospitalaria
aunque puede ser mayor en pacientes con bacteriemia o aquellos con
infecciones causadas por patógenos como Pseudomonas aeruginosa y
especies de Acinetobacter(3,4).
Este trabajo analiza la epidemiología, patogénesis, microbiología,
los factores de riesgo y resistencia correspondientes a la neumonía
nosocomial de manera tal que el papel de trovafloxacina pueda verse
desde su propia perspectiva.
Patogénesis
Los patógenos potenciales pueden lograr acceder al tracto
respiratorio inferior de distintas maneras, las cuales pueden incluir:
diseminación a través de la vía hematógena, propagación desde un
foco contiguo, translocación de bacterias desde el tracto
gastrointestinal, inhalación y aspiración de microorganismos. Para
ciertos patógenos como virus y hongos específicos, ej. especies de
Aspergillus, la inhalación de un aerosol infectado es la vía más
importante. Sin embargo, para los bacilos Gram negativos la
aspiración “silenciosa” o “micro” aspiración de las
secreciones orofaríngeas es el mecanismo dominante.
Se conoce que, aún en voluntarios sanos, la aspiración de contenidos
orofaríngeos ocurre durante el sueño hasta en un 45% de los
casos(5). Esto generalmente no resulta en infección ya que los
microorganismos colonizando la orofaringe de los individuos sanos
típicamente no son patogénicos y los mecanismos de defensa locales
del huésped en el tracto respiratorio inferior habitualmente pueden
combatir estas bacterias. Sin embargo, en las personas enfermas, los
receptores de los bacilos Gram negativos se manifiestan en la
superficie de las células orofaríngeas que están normalmente
cubiertas por fibronectina en los individuos sanos. La pérdida de
fibronectina de la superficie celular durante la enfermedad,
presumiblemente secundaria a un incremento en la concentración
proteasas salivales, expone a estos receptores de tal manera que
permite a los bacilos Gram negativos adherirse a ellos y colonizar la
orofaringe(6,7). La aspiración de estos microorganismos más
virulentos puede resultar en que las defensas del huésped se
encuentren saturadas y que se establezca la infección que resulte en
una neumonía clínica aparente.
En un modelo animal experimental se produjo la enfermedad infartando
progresivamente cantidades cada vez mayores de tejido renal
corroborando la tendencia a la colonización orofaríngea por parte de
los bacilos Gram negativos en los animales enfermos(8).
Microbiología
Aún cuando exista cierta de superposición, los microorganismos
responsables de la neumonía intrahospitalaria generalmente difieren
de aquellos que causan la neumonía adquirida en la comunidad. Tanto
en la neumonía adquirida en la comunidad como en la neumonía
intrahospitalaria el agente etiológico no es determinado en casi la
mitad de los casos. Sin embargo, en la neumonía adquirida en la
comunidad, la infección polimicrobiana se presenta en sólo
aproximadamente 8 a 10% de los casos y, de los restantes, pueden ser
responsables una amplia variedad de patógenos, desde Streptococcus
pneumoniae a Mycoplasma pneumoniae y ocasionalmente bacilos Gram
negativos.(9). En contraste, más de un patógeno puede estar presente
en la mitad de los casos de neumonía intrahospitalaria(10). Los
patógenos predominantes en la neumonía intrahospitalaria son
usualmente bacilos Gram negativos como Enterobacteriaceae y cocos Gram
positivos como Staphylococcus aureus y Streptococcus pneumoniae. En
los casos más severos también se deben considerar las especies de
Pseudomonas y Acinetobacter.
Los Enterobacteriaceae de interés en la neumonía intrahospitalaria
son Escherichia coli, Klebsiella Spp, Enterobacter Spp, Proteus Spp y
Serratia marcescens(11). Escherichia coli es el tercer coliforme más
comúnmente asociado con neumonía nosocomial, mientras que K.
pneumoniae es el más frecuentemente hallado entre de las especies de
Klebsiella. K.pneumoniae y E.coli son los patógenos que más
frecuentemente producen las enzimas betalactamasas de espectro
extendido, haciéndose resistentes a los betalactámicos como
cefotaxima, ceftazidima y monobactam aztreonam(12).
Escherihia coli y E.aerogenes son las más comunes dentro de las
especies de Enterobacter que causan la neumonía intrahospitalaria.
Estas bacterias colonizan los pacientes que han estado recibiendo
antibióticos y pueden desarrollar resistencia a las cefalosporinas de
tercera generación a los pocos días de estar el paciente recibiendo
estas drogas(13). Enterobacter, Proteus mirabilis y Proteus vulgaris
también pueden actuar como patógenos respiratorios oportunistas, y
P.mirabilis puede convertirse en productor de betalactamasas de alto
nivel resultando en una resistencia a las cefalosporinas de tercera
generación.
Serratia marcescens es la única especie de su género asociada con la
enfermedad clínica en humanos y, a diferencia de la mayoría de los
otros coliformes, coloniza preferentemente los tractos respiratorio y
urinario(14).
Haemophilus influenzae puede colonizar tanto el tracto respiratorio
superior como el inferior de los pacientes con enfermedad pulmonar
obstructiva crónica y su importancia como patógeno en la neumonía
nosocomial está siendo actualmente mejor conocida. Ha sido descripto
como agente patógeno en la neumonía intrahospitalaria,
particularmente en pacientes con respirador y, en el 50% de los casos
en que fue aislado, se hallaba asociada a un co-patógeno(15). Se han
informado incidencias del 17 y 26% para H.influenzae y S.pneumoniae
respectivamente, en pacientes con neumonía que no utilizaban
respiradores, y en un estudio realizado en un hospital de la
comunidad, se halló que estos microorganismos eran responsables del
40% de las neumonías nosocomiales(10,16). En la Encuesta Nacional de
la Infección Nosocomial de E.E.U.U. (National Nosocomial Infection
Surveillance - NNIS), sin embargo, se halló a estos patógenos
responsables en solamente el 5% de los casos(17).
Streptococcus pneumoniae y S.aureus son los dos cocos Gram positivos
más frecuentemente aislados de pacientes con neumonía
intrahospitalaria. Se ha comprobado transmisión neumocóccica en
epidemias intrahospitalarias, siendo las cepas multi-resistentes
reconocidas cada vez con más frecuencia(18). La mayor fuente de
S.aureus en los pacientes fue el orificio nasal anterior y, de acuerdo
con el informe de la NNIS, S.aureus es el patógeno más
frecuentemente asociado con la neumonía nosocomial(17). Un mecanismo
importante para la colonización de estafilococos es su adherencia a
las estructuras endoteliales mediados por proteínas como fibronectina
y fibrinógeno, propagándose en el hospital primariamente a través
de las manos del personal de la salud(19). Los factores de riesgo para
la infección con S.aureus incluyen asistencia respiratoria mecánica,
accidente cerebrovascular y estado de coma persistiendo por más de 24
horas, uso de drogas endovenosas, diabetes mellitus e insuficiencia
renal(20).
Los patógenos mencionados más arriba constituyen los microorganismos
“claves” y son responsables de la mayoría de los casos de
neumonía intrahospitalaria leve a moderada, en los pacientes sin
factores de riesgo inusuales, y de la neumonía severa que ocurra
dentro de los cinco días desde la admisión en el hospital, en los
pacientes sin factores de riesgo para los patógenos específicos(21).
En los casos severos, se debería considerar también la posibilidad
de aislamiento de P.aeruginosa y de Acinetobacter Spp. P.aeruginosa
puede ser un patógeno particularmente agresivo, cuya virulencia se
atribuye primariamente a la producción de exotoxinas. Su fijación a
las células huésped es mediado por fimbrias(22). Los factores de
riesgo de la infección por aeruginosa incluyen asistencia
respiratoria mecánica, tratamiento previo con antibióticos,
desnutrición, terapia con esteroides y enfermedad pulmonar
estructural(23). Acinetobacter, particularmente en los aislamientos
multi-resistentes, puede ser un patógeno oportunista y ser una causa
significativa de la neumonía asociada con uso de respiradores(24).
Finalmente, es importante considerar a los anaerobios y a Legionella
Spp. La infección por anaerobios como componente de la neumonía
nosocomial puede ocurrir en pacientes que han sido sometidos a una
cirugía abdominal o que han tenido un gran evento de aspiración. Los
microorganismos típicamente vistos en la neumonía intrahospitalaria
son aquellos que usualmente colonizan la orofaringe como los cocos
Gram positivos anaerobios y bacilos Gram negativos, tales como
Fusobacterium Spp, Prevotella melaninogenica y Bacteroides
ureolyticus(25).
La infección por Legionella puede ocurrir como resultado de una
aspiración o inhalación de aerosoles contaminados(26,27). Todos los
patógenos discutidos en esta sección y los factores de riesgo
asociados con ellos son mostrados en la Tabla 1.
Resistencia
El incremento de la resistencia bacteriana a los agentes
antimicrobianos se ha convertido en un problema durante los últimos
años. La rápida evolución de la resistencia microbiana en nuestras
comunidades y en nuestros hospitales requiere que los médicos estén
atentos no sólo a este tema en general, sino también a los detalles
específicos con respecto a la frecuencia en que aparecen en sus
comunidades. El incremento de la resistencia puede dar por resultado
una terapia antibiótica inicial inapropiada, esquemas múltiples de
tratamiento, aumento de las reacciones adversas a las drogas, aumento
de la estadía en el hospital y aumento en los costos de la salud.
Para que un antibiótico ejerza el efecto antimicrobiano deseado debe
primero alcanzar y ligarse al sitio de unión específico en la
bacteria. Los microorganismos pueden evitar que esto ocurra de
diferentes maneras: produciendo enzimas que inactivan al antibiótico,
reduciendo el acceso de la droga al sitio de unión específico,
aumentando el eflujo del antibiótico, cambiando el sitio de unión
específico y evitando caminos inhibidos.
Las bacterias son capaces de producir distintas enzimas que pueden
inactivar a antibióticos tales como los aminoglucósidos,
betalactámicos y cloranfenicol. La producción de betalactamasas es
uno de los mecanismos más comunes de resistencia bacteriana y su
producción puede ser mediada tanto por un plásmido como por un
cromosoma. Existen más de 75 betalactamasas mediadas por plásmido y
las de mayor relevancia clínica en la actualidad son las
betalactamasas de amplio espectro, las cuales son generalmente
encontradas en K.pneumoniae y, menos frecuentemente, en otras
Enterobacteriaceae, y confieren resistencia a muchas de las
cefalosporinas de amplio espectro tales como ceftriaxona, cefotaxima y
ceftazidima y monobactam aztreonam(28,29). Existen algunos
antibióticos que usualmente son activos contra los patógenos
productores de betalactamasas de amplio espectro como los carbapenems
(imipenem y meropenem), los inhibidores de
betalactámicos-betalactamasas como piperacilina-tazobactam y las
fluoroquinolonas(28,30).
Las betalactamasas cromosomales son también importantes. Un ejemplo
clínicamente relevante es la mutación espontánea que ocurre en el
genoma bacteriano de Enterobacter Spp en los pacientes tratados con
cefalosporinas de tercera generación. Esta mutación resulta en la
producción de un patógeno no reprimido que se convierte en un
hiperproductor de betalactamasas(31,13). Mientras que las
fluoroquinolonas y los aminoglucósidos son activos contra estos
microorganismos, los únicos betalactámicos que pueden retener alguna
actividad contra las betalactamasas cromosomales son cefepima y los
carbapenems.
Los canales de difusión a través de los cuales pasan los
antibióticos para alcanzar la membrana externa bacteriana están
formados por proteínas llamadas porinas. Los cambios en estas
proteínas pueden prevenir el acceso de los antibióticos al sitio de
unión específico. La resistencia de P.aeruginosa y E.aerogenes a
imipenem y de S.marcescens y P.aeruginosa a las
quinolonas(32,33,34)son ejemplos de dicho mecanismo.
Si el antibiótico logra alcanzar el sitio de unión específico sin
haber sido inactivado enzimáticamente, la resistencia puede ocurrir
todavía debido a un cambio en el sitio de unión específico. Existen
tres maneras esenciales de alcanzar esto, pero la más común es un
cambio en la enzima blanco. Este mecanismo es importante en la
resistencia a los antibióticos betalactámicos y fluoroquinolonas.
Las proteínas de unión a la penicilina (PBP) son enzimas bacterianas
comprometidas en la síntesis de los peptidoglicanos necesarios para
la formación de la pared celular. También sirven como sitios de
unión específica para los antibióticos betalactámicos. Los cambios
en estos sitios de unión específica resultan en resistencia no sólo
a penicilina sino también a otros betalactámicos, particularmente a
ciertas cefalosporinas de segunda y tercera generación. La
resistencia neumocóccica es un ejemplo excelente de ésto, como
también lo es la resistencia de S.aureus a meticilina (MRSA) y otros
betalactámicos(35,36).
La ADN girasa es una enzima necesaria para superenrollamiento del ADN
bacteriano y también sirve como sitio de unión específica para las
fluoroquinolonas. Las mutaciones en el gen gyr A o gyr B que son
responsables de la producción de ADN girasa pueden derivar en cambios
en la enzima resultado en resistencia a fluoroquinolonas(37,38).
Se ha descripto también como un mecanismo de resistencia, tanto para
tetraciclinas como para fluoroquinolonas(39,40).
Los cambios en ciertos precursores de la pared celular y en los sitios
de unión a ribosomas han sido implicados en la resistencia de los
enterococcos a vancomicina y de los cocos Gram positivos a los
macrólidos, lincosamidas y, en algunos casos, tetraciclinas.
Diagnóstico
Mientras existen avances significativos en nuestro conocimiento de
la etiología y de la patogénesis de la neumonía, desafortunadamente
nuestra habilidad para diagnosticar esta entidad clínica y,
particularmente, para determinar el patógeno causante, no ha seguido
el mismo ritmo. El enfoque del diagnóstico de neumonía puede ser
realizado a través de dos caminos diferentes: el primero es clínico,
mientras que el segundo comprende métodos invasivos/cuantitativos. El
método clínico es el más comúnmente utilizado tanto para los casos
intrahospitalarios como para los adquiridos en la comunidad y
comprende la colección de información basada en una historia
obtenida cuidadosamente, un examen físico minucioso y pruebas o
procedimientos de laboratorio seleccionados, como radiografía de
tórax, coloración de Gram y cultivo del esputo. La alternativa
invasiva/cuantitativa cuenta con técnicas como broncoscopía
fibroóptica (con lavaje broncoalveolar o con cepillo envainado),
aspirado por punción transtorácica, y, en algunos casos, biopsia
abierta del pulmón seguida de exámenes bacteriológicos en las
muestras de tejidos obtenidos. Una discusión detallada del enfoque
del diagnóstico está más allá de este artículo. Baste decir, sin
embargo, que ciertamente existen limitaciones con ambas alternativas.
El problema principal de la alternativa clínica es que es altamente
sensible pero no lo suficientemente específica.
Una cantidad de entidades no infecciosas como neoplasma, embolia
pulmonar, insuficiencia cardíaca congestiva, etc. pueden ser
indistinguibles de la neumonía basándose en estos métodos. Los
procedimientos invasivos/cuantitativos requieren experiencia por parte
del médico y del laboratorio, como también soporte financiero, y
pueden producir falsos resultados negativos si el paciente está
tomando antibióticos.
Cuando se comparan las distintas alternativas utilizadas en los
diferentes estudios clínicos es claro que existen problemas
metodológicos significativos. Hay una considerable variación en el
tamaño de la muestra, en los criterios de selección, en los
estándares de referencia y en el método de cegamiento utilizados en
los diferentes estudios, haciendo difícil comparar muchas de las
técnicas. El factor más importante para tener en cuenta es que el
uso de las técnicas invasivas no altere la mortalidad de la
neumonía.
Cuestiones polémicas
Existen ciertas cuestiones que son algo polémicas y merecen una
breve mención. Estas incluyen:
Drenaje de las secreciones subglóticas para prevenir neumonía
Se sabe que las secreciones pueden acumularse sobre el balón en los
pacientes con un tubo endotraqueal colocado. Las bacterias que se
multiplican en estas secreciones pueden filtrar sorteando el balón e
invadir distalmente las vías respiratorias. Dos estudios han
observado si el drenaje subglótico prevendría la colonización
traqueobronquial y la neumonía asociada con la asistencia
respiratoria mecánica (VAP)(41,42). Los trabajos de Mahul y Valles
respectivamente difieren en que en el primero las secreciones fueron
aspiradas manualmente cada hora, mientras que en el estudio de Valles,
el drenaje fue continuo. Ninguno de los dos estudios, sin embargo,
mostró algún impacto en la colonización traqueobronquial, pero
ambos parecen sugerir una reducción en la incidencia de la neumonía
asociada con respiradores mediante el drenaje (29,1 a 12,8% y 32,5 a
18,4% respectivamente). Resulta interesante, sin embargo, que no
existieron diferencias en la duración de la asistencia respiratoria
mecánica, la duración del tiempo de estadía en la unidad de terapia
intensiva (UTI) o la mortalidad en los grupos con o sin drenaje. Esto
es, sin embargo, una alternativa interesante y ciertamente vale la
pena investigarla.
El papel de la posición semi-sentado para prevenir la neumonía
El uso de la posición semi-sentado como una forma de prevenir la
neumonía asociada con respiradores ha sido sugerida por el CDC(43).
Existen dos estudios que han encarado este tema, sin embargo, ambos se
limitaron a períodos de observación de cinco horas y no examinaron
específicamente los efectos de la posición sobre la incidencia de la
neumonía(44,45). Esto ciertamente merece estudios adicionales.
La importancia de la vía gastro-pulmonar en la patogénesis de la
neumonía intrahospitalaria.
Se sabe que las elevaciones en el pH gástrico provocan un incremento
en la colonización microbiana del estómago. Se ha asumido por algún
tiempo que los patógenos en el estómago pueden alcanzar al pulmón
haciendo que la vía gastro-pulmonar sea importante en la patogénesis
de la neumonía nosocomial. Desgraciadamente, la mayoría de los
estudios sobre los efectos de la profilaxis de la úlcera por estrés
en la neumonía se enfocaban más solo en la colonización gástrica
que en ambas: la gástrica y la orofaríngea. En los estudios que han
examinado a ambas, la incidencia de neumonía parece correlacionarse
mejor con la colonización orofaríngea que con la colonización
microbiana gástrica. Parece razonable asumir que el estómago puede
actuar como un amplificador pero no como una fuente primaria de los
patógenos, particularmente los bacilos Gram negativos, que causan la
neumonía. Mientras que la vía gastro-pulmonar todavía se considera
importante, la vía orofaríngea es la más importante en la neumonía
nosocomial.
Tratamiento
Observando la morbilidad y la mortalidad asociadas con la neumonía
intrahospitalaria y las dificultades para diagnosticar el agente
etiológico, se desarrollaron guías para el tratamiento de pacientes
con neumonía nosocomial en Canadá y, subsecuentemente, por la
American Thoracic Society (ATS) en los Estados Unidos(21,46). Ambas
guías encararon el manejo empírico inicial de las neumonías
nosocomiales y ambas basaron el enfoque en los factores de riesgo y en
la gravedad de la enfermedad del paciente. La ATS también incluyó el
comienzo temprano (menos de 5 días) versus el comienzo tardío (más
de 5 días) de la neumonía severa, como un factor de riesgo para
ciertos patógenos. En el documento del ATS los pacientes fueron
divididos en tres grupos:
Pacientes con neumonía nosocomial leve a moderada, sin factores de
riesgo especiales, de aparición en cualquier momento, o pacientes con
neumonía intrahospitalaria severa con un comienzo temprano
Pacientes con neumonía intrahospitalaria leve a moderada con factores
de riesgo, con comienzo en cualquier momento
Pacientes con neumonía intrahospitalaria severa con factores de
riesgo, comienzo temprano, o pacientes con neumonía intrahospitalaria
severa, con comienzo tardío
Varios regímenes de tratamiento son mencionados en los documentos, y
apuntan hacia los probables patógenos en los diferentes grupos y
subgrupos. En los últimos años, sin embargo, han ocurrido ciertos
acontecimientos que afectaron la terapia de la neumonía nosocomial.
Estos incluyen la mayor incidencia de S.pneumoniae resistente a la
penicilina y a los macrólidos, la mayor incidencia de los bacilos
Gram negativos que producen betalactamasas de amplio espectro y la
mayor frecuencia de las especies de Enterobacter como un patógeno
importante. Estos últimos microorganismos llevan el gen cromosomal
amp C que puede codificar la producción de enzimas de betalactamasas
potentes. La naturaleza polimicrobiana de la neumonía nosocomial
también se reconoce como un importante factor, como así también la
comprensión de que uno de los factores pronósticos más sensibles de
la mortalidad en la neumonía severa es la terapia antibiótica
inicial inapropiada.
Al mismo tiempo que estamos enfrentando una resistencia antimicrobiana
incrementada, el ambiente del cuidado de la salud está cambiando
también. En muchos centros de Norteamérica y Europa occidental, los
hospitales se están fusionando, reduciendo o cerrando y, en todos
lados, se hace énfasis en la reducción del tiempo de estadía en el
hospital.
Tomando en cuenta todas estas cuestiones, parece evidente que las
características de la droga ideal para el tratamiento de la neumonía
nosocomial son:
Agente único con una actividad de amplio espectro contra aerobios
(Gram positivos, Gram negativos), anaerobios y patógenos
respiratorios atípicos
Excelentes propiedades farmacocinéticas
Disponibilidad en formulaciones endovenosa y oral
Seguro y bien tolerado, con pocos efectos adversos y pocas
interacciones con drogas
Las fluoroquinolonas, particularmente algunos de los nuevos agentes
como trovafloxacina, parecen poseer muchas de estas características,
sino todas,. Mientras que drogas como ciprofloxacina y ofloxacina
ciertamente representan importantes avances sobre los compuestos
originales de la clase de las fluoroquinolonas, también poseen
ciertas limitaciones. Su actividad intrínseca contra los cocos Gram
positivos es relativamente baja y tienen una actividad relativamente
pobre contra los anaerobios.
Trovafloxacina difiere substancialmente de cualquiera de las otras
quinolonas por tener un grupo 2,4-difluorfenil en la posición 1 y una
cadena lateral de azabiciclohexil en la posición C7(47). Ha mejorado
la actividad in vitro contra los cocos Gram positivos, atípicos, y
anaerobios y ofrece una buena monoterapia aún en situaciones donde
pueden ocurrir infecciones mixtas (aerobios y anaerobios) (Tabla 2).
Estas características, más su actividad contra los bacilos Gram
negativos, incluyendo aquellos que producen betalactamasas de amplio
espectro y betalactamasas cromosomales y con actividad tanto contra
S.pneumoniae susceptible a la penicilina como resistente a ella y a
los macrólidos, la convierten en una droga ideal para ser considerada
en el tratamiento empírico de la neumonía nosocomial. Su
disponibilidad tanto en forma endovenosa como oral permite cambiar a
la terapia oral cuando sea necesario. Esto no sólo permite un
tratamiento con una relación costo-beneficio favorable, sino también
la posibilidad del alta hospitalaria más rápida, pudiendo volver el
paciente a su casa, incorporarse más rápidamente al trabajo y
obtener una mejor calidad de vida.
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Tabla 1. Neumonía nosocomial: factores de riesgo para patógenos
específicos en adultos
Patógeno Factores de Riesgo
Enterobacteriaceae - colonización orofaríngea (enfermedad
subyacente) - colonización gástrica (antiácidos, antagonistas H2)
H.influenzae - ningún antibiótico previo - fumar
P.aeruginosa - antibióticos previos - desnutrición - enfermedad
pulmonar estructural - tratamiento con esteroides - asistencia
respiratoria mecánica - reservas de agua contaminadas
Acinetobacter spp - antibióticos previos
S.pneumoniae penicilino-resistente - antibióticos betalactámicos u
hospitalización durante los 3 meses previos - neumonía nosocomial -
neumonía durante el año previo - condición crítica - enfermedad
inmunocomprometida
S.aureus - accidente cerebrovascular - coma > 24 horas - diabetes
mellitus - insuficiencia renal
Legionella spp - inmunosupresión - contaminación de la fuente de
agua
Anaerobios - cirugía abdominal reciente - macro aspiración evidente
Tabla 2. Actividad in vitro de fluoroquinolonas seleccionadas
versus patógenos respiratorios nosocomiales
Rango de CIM (mg/ml)
Patógeno Ciprafloxacina Sparfloxacina Clinafloxacina Trovafloxacina
E.coli £ 0.01-0.25 0.03-0.1 £ 0.016-0.3 0.03-0.5
K.pneumoniae £ 0.02-1.0 0.06-0.25 £ 0.02-0.1 0.06-0.12
S.marcescens 0.06-12.5 2.0 0.12-0.25 0.5-1
E.cloacae £ 0.03-0.5 0.06-0.12 £ 0.03-0.1 0.06-0.12
H.influenzae £ 0.008-0.06 0.012-0.12 £ 0.03 £ 0.015
P.aeruginosa 0.25-8 2-8 0.5-1.0 1-4
A.calcoaceticus 0.25-2 0.12-0.25 0.13 0.03-8
Staphylococcus spp 0.25->2 0.12-0.25 0.03-0.12 0.03-0.5
MRSA/CRSA* £ 64 > 4 1-2 1-8
S.pneumoniae 1-8 0.5 0.06-0.12 0.06-0.25
Anaerobios
B. fragilis 4-128 1-4.0 0.1-0.5 0.25-2
Atípicos
L. pneumophila £ 0.12 £ 0.061 0.015 0.06
* MRSA/CRSA = S.aureus meticilino-resistente y
ciprofloxacina-resistente
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