MEDICINA - Volumen 59 - N° 5/2, 1999
MEDICINA (Buenos Aires) 1999; 59:516-518

       
     

       
   

DISCURSO DEL PRESIDENTE DE LA SAFE
ASOCIACION ARGENTINA DE FARMACOLOGIA EXPERIMENTAL
XXXI Reunión Científica

Mar del Plata, 17 al 20 de noviembre de 1999

Discurso del Presidente de la SAFE

El desafío del uso racional de los medicamentos en el nuevo milenio

Dr. Luis A. Malgor

Debo expresar, en nombre de la Asociación Argentina de Farmacología Experimental (SAFE), el alto honor que significa para todos sus integrantes la realización de esta Reunión conjunta con la Sociedad Argentina de Investigación Clínica (SAIC). Sin lugar a dudas, el intercambio de experiencias, la discusión conjunta de nuestros esfuerzos para llevar adelante la labor investigativa, la tarea específica del análisis crítico y la discusión de los resultados, desde los puntos de vista de cada Sociedad y las interrelaciones y contactos a establecerse entre nosotros, sólo puede generar una positiva y valiosa corriente colaborativa en beneficio de los objetivos científicos de cada Sociedad. La Asociación Argentina de Farmacología Experimental lleva a cabo en esta ocasión su 31º Reunión de Comunicaciones Científicas, que ininterrumpidamente viene realizando desde el año 1968. Este año nuestra Reunión adquiere un significado especial no sólo por lo mencionado precedentemente, la unión con SAIC en esta circunstancia, sino también por lo que significa el advenimiento de un nuevo siglo ante el avance impresionante que se da en numerosas áreas de las ciencias en general y de las ciencias biomédicas en especial. Este progreso científico y tecnológico necesariamente producirá cambios profundos en el nuevo milenio, no solo en ámbitos científicos sino que también comprometerán a las comunidades en su desarrollo normal y en relación al beneficio que dichos avances producirán.
Ante esta especialísima circunstancia, tal vez sea oportuno expresar algunas reflexiones partiendo de nuestra visión en la SAFE sobre el tema medicamentos y el rol del mercado farmacológico en los sistemas de salud de los países. Lo que ahora denominamos Uso Racional de los Medicamentos, término que se relaciona estrechamente con el de Medicina Basada en Evidencias, constituye otro desafío y un dilema a resolver en el inicio de este nuevo siglo. Estos conceptos guardan estrecha relación con los objetivos del Comité de Farmacología Clínica de SAFE, cuya principal aspiración es la de impulsar, juntamente con las ya avanzadas investigaciones básicas, investigaciones farmacológicas clínicas, y estudios farmacoepidemiológicos y de farmacovigilancia. Esta Reunión conjunta con la SAIC tal vez sea el marco más apropiado para estas consideraciones.
Para quién ha vivido la historia de la medicina de los últimos 30-40 años desde adentro, no puede haberle pasado desapercibida la especial situación de la terapéutica farmacológica. Se ha pasado, en ese corto periodo de tiempo, un instante en la historia de la humanidad, desde contar con muy pocos fármacos realmente activos (no mas de 10-12 antes de 1940), hasta el momento actual en el que se emplean, en medicina, más de 10.000 diferentes entidades químicoterapéuticas. Es lo que ha dado en llamarse “explosión farmacológica” y es la consecuencia del gran avance de la química orgánica, de la biología celular y molecular, de la síntesis y semisíntesis química, de la farmacología molecular y sus ramas, del avance en farmacocinética básica y clínica, de la farmacodinamia y farmacoquímica, la genética, el advenimiento de los anticuerpos monoclonales, el desarrollo de la tecnología del DNA recombinante para la elaboración de moléculas que actúan como fármacos y últimamente el desarrollo de la terapia génica. En el campo de la Farmacogenética, hemos transcurrido un camino que va desde utilizar el producto de un gen como un fármaco, o usar los genes como instrumentos para el diseño de nuevas drogas, o aplicar los propios genes como drogas. Sin lugar a dudas, los paradigmas de la biología molecular, como una disciplina madura e integrada con otras ramas biomédicas a través de la bioinformática, será dominante en el nuevo milenio.
Estos grandes avances son producto de la investigación básica, que siempre generó los más importantes progresos científicos y tecnológicos para la medicina aplicada. Así, la “explosión” de nuevos fármacos ha permitido grandes avances en el tratamiento de patologías que antes conducían rápida e inexorablemente a la muerte o a grave incapacidad. Seguramente el incremento en la esperanza o expectativa de vida de las poblaciones que se da en los tiempos actuales se debe, al menos en parte, al gran progreso que ha ocurrido en la disponibilidad de medicamentos de gran actividad.
Sin embargo, este fenómeno de renovación tecnológica y progreso en el área de la farmacología ha tomado, casi podría decirse, por sorpresa al cuerpo médico y a los organismos oficiales de salud pública y control médico sanitario. El mercado farmacológico mundial y el de nuestro país se ha incrementado abruptamente en ese periodo, generando, además de los beneficios, problemas médico-terapéuticos de reacciones adversas e uso irracional que recién en los últimos años, coincidentes con el fin del presente milenio, se han comenzado a evaluar concretamente. Estos problemas tienen ahora implicancias en otros numerosos contextos, desde los políticos, sociales, económicos, o de desarrollo de la industria fármaco-química, hasta los más específicos de accesibilidad de las poblaciones a los medicamentos, o los médico-farmacológicos de racionalidad científica de su utilización en los pacientes.
En el contexto económico, el gasto total mundial en medicamentos es en la actualidad de aproximadamente 350.000 millones de dólares. Ese inmenso gasto también puso en evidencia las grandes desigualdades existentes entre los países pobres y ricos. El 70% del gasto en medicamentos, aproximadamente, se consume en los llamados países desarrollados de América del Norte y Europa Occidental.
En Argentina, el gasto farmacológico total se calculó en 4.200 millones en 1995, y en 6.000 millones en 1998, incluyendo gastos de medicamentos de venta libre y de distribución y comercialización. El consumo neto de medicamentos, expresado en unidades dispensadas, se incrementó un 25% en los primeros 3 años de la década, estabilizándose posteriormente. Sin embargo el gasto continua en ascenso. La Argentina ocupa el 11º lugar en el mundo en lo que hace a consumo de medicamentos. Las cifras mencionadas determinan un gasto por habitante y por año de 150 dólares, aproximadamente, que pueden compararse con los 112 que se gastan en Bélgica, 82 en Dinamarca, 148 en Francia, 162 en USA, o 128 en Italia. Considerando estas cifras, pareciera que el gasto farmacológico es razonable en Argentina. Sin embargo, el porcentaje del gasto en medicamentos en relación al gasto total en salud es de 30-35% en nuestro país, que no es razonable si se compara, entre otros, con el promedio de los países de la Comunidad Económica Europea, que representa sólo el 10.2%. Además del gasto, en estos momentos es fundamental investigar y evaluar el beneficio o perjuicio que el mismo produce en la población.
Un análisis cualitativo simple del mercado farmacológico de nuestro país nos demuestra la presencia en el mercado de numerosos medicamentos que carecen de eficacia terapéutica demostrada científicamente en ensayos clínicos controlados, para las indicaciones que se anuncian o de numerosos medicamentos que contienen drogas en combinaciones fijas irracionales, peligrosas para el paciente e inaceptables desde el punto de vista farmacológico. En el mercado son frecuentes las incorporaciones de productos que no representan innovación alguna con respecto a otros, ya aprobados o la presencia de medicamentos con capacidad de provocar adicción o efectos tóxicos, sin anunciarse cuidados especiales. Existe un número muy elevado de drogas genéricas, muchas innecesarias, y más de 15.000 formas farmacéuticas diferentes. El médico prescriptor tiene la necesidad de manejar los nombres genéricos científicos de los fármacos, y al mismo tiempo varios o muchos nombres de fantasía, comerciales, de cada uno de ellos. También existen en el mercado medicamentos que contienen fármacos diferentes, pero son dispensados con un mismo nombre de fantasía comercial, en diferentes formas farmacéuticas. Y variaciones de costo de un mismo fármaco, que son difíciles de comprender. Todo ello en medio de un sistema de promoción que provee información con la que se abruma a los médicos, frecuentemente distorsionada, sesgada e incompleta.
A las características mencionadas del mercado de medicamentos hay que agregar, desde el punto de vista educativo, la ausencia casi total de formación farmacológica continua en el postgrado por parte de los médicos en un área de cambios muy acelerados, un déficit de la Universidad que en parte comienza a revertirse.
La consecuencia es la tendencia hacia un uso irracional de los medicamentos que ha desencadenado la aparición de nuevos problemas médicos, desconocidos hasta ahora, pero cada vez más importantes en los sistemas de salud. Los más trascendentes son Patología Farmacológica, una verdadera epidemia de todo tipo de enfermedades y efectos adversos inducidos por los fármacos, Farmacodependencia, e Interacciones Farma-cológicas. Sus principales causas son la Prescripción Inútil, la Prescripción Excesiva y la Automedicación.
Así enfrentamos al inicio del nuevo milenio en el área farmacológica. Con el dilema que expresé precedentemente. Por un lado un enorme y constante progreso científico y tecnológico que debe redundar en un beneficio para la humanidad pero que también genera por sí mismo graves problemas de accesibilidad y equidad de las poblaciones a los mismos. Por otra parte una situación donde en una proporción elevada los medicamentos se utilizan sin las bases científicas apropiadas. Ello determina la necesidad de intensificar en todos los países y en el nuestro en particular los estudios de Farmacología Clínica y Farmacoepidemiología que incrementen nuestra preparación acerca del Uso Racional de los Medicamentos, para que las comunidades puedan acceder a una terapéutica farmacológica utilizando exclusivamente fármacos cuya eficacia y seguridad hayan sido demostrados siguiendo el método científico, de acuerdo con la fisiopatología de la enfermedad y cuidando estrechamente la relación beneficio/riesgo/costo.
En nombre de la Sociedad Argentina de Farmacología Experimental, un saludo cordial a todos los participantes de esta reunión conjunta y nuestros especiales deseos de una estadía placentera en lo personal y fructífera en lo referente a nuestros intereses científicos.

Bibliografía

Aporte JR, Tognoni G. Principios de Epidemiología del Medicamento. Barcelona: Masson-Salvat Medicina. 2ª Edición 1993.
González García G. Remedios Políticos para los Medicamentos. Buenos Aires, Edic. Salud: 1994.
Naranjo CA, Souich P, Busto, UE. (eds) Métodos en Farmaco-logía Clínica. Washington DC: Organización Panamericana de la Salud OMS, 1992.
Pharmacoepidemiology en Drug Intell. and Clinical Pharma-cology Vol. 21, 1987