|
|
SUPLEMENTACION CON HIERRO EN GESTANTES
EFECTO DE LA SUPLEMENTACION CON HIERRO Y SU FRECUENCIA EN
GESTANTES*
MARIA LUZ PITA MARTIN DE
PORTELA1, SILVIA H. LANGINI1, SILVANA FLEISCHMAN1, MONICA GARCIA2,
LAURA B. LOPEZ2, ROBERTO GUNTIN2, CARLOS R. ORTEGA SOLER2
1 Cátedra de Nutrición,
Facultad de Farmacia y Bioquímica, Universidad de Buenos Aires; 2
Servicio de Obstetricia, Hospital General de Agudos Diego Paroissien,
La Matanza, Provincia de Buenos Aires
* Trabajo parcialmente presentado a la XLIII Reunión Anual de la
Sociedad Argentina de Investigación Clínica, Mar del Plata,
noviembre 1998; Medicina (Buenos Aires) 1998; 58: 667.
Key words: pregnancy, iron supplementation, biochemical iron
status
Resumen
Se
estudiaron 203 gestantes, clínicamente sanas, asistidas en el
Hospital Diego Paroissien (La Ma- tanza, Provincia de Buenos Aires). A
la primera visita médica prenatal (edad gestacional 16.9 semanas ±
3.8) (To) fueron asignadas, al azar, a uno de tres grupos: G1 y G2
recibieron 60 mg de hierro (Fe) elemental (como fumarato ferroso) por
día o cada 3 días, respectivamente; GC fue el control sin
suplementar. Se realizó el seguimiento hasta la semana 34-37 de edad
gestacional (Tf), en las gestantes que completaron el seguimiento (43%
del total). A To y Tf se determinó, en sangre entera: hematocrito
(Hto); hemoglobina (Hb); protoporfirina eritrocitaria (PE) (según
Piomelli); en suero: ferritina (FERR) (ELISA). El porcentaje de
gestantes con valores anormales, a To (n = 203), para los indicadores
estudiados fue: Hb (g/dl) < 10.5: 2.6%; PE (µg/dl de glóbulos
rojos) > 70: 4.8%; FERR (ng/ml) < 10: 4.4%. Los resultados de
las mujeres que completaron el seguimiento (X- ± DE) fueron, a To y
Tf, respectivamente: Hto (%): GC: 37.7 ± 3.4 y 36.0 ± 3.2 (p <
0.05); G1: 38.8 ± 2.2 y 38.0 ± 2.6; G2: 39.0 ± 2.7 y 37.7 ± 3.7;
Hb (g/dl): GC: 12.5 ± 1.2; 11.9 ± 1.3 (p < 0.05); G1: 12.6 ±
1.1; 12.8 ± 1.1; G2: 12.9 ± 0.9; 12.2 ± 1.5; PE (µg/dl glóbulo
rojo): GC: 30 ± 17; 43 ± 22 (p < 0.01); G1: 26 ± 13; 38 ± 21 (p
< 0.01); G2: 26 ± 16; 31 ± 26; FERR (ng/ml): GC: 75 ± 67; 31 ±
49 (p < 0.01); G1: 46 ± 34; 19 ± 10 (p < 0.01); G2: 43 ± 11;
11 ± 7 (p < 0.01). Estos resultados evidencian: a) la
suplementación con Fe evitó la disminución de Hb; b) los depósitos
de Fe disminuyeron independientemente de la suplementación y de la
frecuencia de administración; c) la variación de PE dependió de la
frecuencia de la dosis, siendo más conveniente la administración
intermitente para mantener una adecuada eritropoyesis.
Abstract
Effect
of iron supplementation and its frequency during pregnancy. The iron
(Fe) nutritional sta- tus of 203 healthy pregnant women was assessed
at the first prenatal visit (To) (gestational age: 16.9 weeks ± 3.8).
Women were randomly assigned to one of three groups: G1 and G2 were
supplemented with ferrous fumarate (60 mg elemental Fe) daily or
intermittently (three times a week), respectively; and GC was the
control group, without supplementation. The follow up was carried out
until 34-37 weeks of gestational age (Tf), but only 43% of pregnant
women completed the trial. At To and Tf fasting blood samples were
collected and Hematocrit (Hct), Hemoglobin (Hb), Erythrocyte
Protoporphyrin (EP) and Serum Ferritin (FERR) were determined. The
percentage of women with abnormal biochemical values at To (n = 203)
was: Hb (g/dl) < 10.5: 2.6%; PE (µg/dl of red blood cells) >
70: 4.8%; FERR (ng/ml) < 10: 4.4%. Results (X- ± DE) of women that
completed the follow up were at To and Tf, respectively: Hct (%): GC:
37.7 ± 3.4 and 36.0 ± 3.2 (p < 0.05); G1: 38.8 ± 2.2 and 38.0 ±
2.6; G2: 39.0 ± 2.7 and 37.7 ± 3.7; Hb (g/dl): GC: 12.5 ± 1.2 and
11.9 ± 1.3 (p < 0.05); G1: 12.6 ± 1.1 and 12.8 ± 1.1; G2: 12.9
± 0.9 and 12.2 ± 1.5; PE (µg/dl red blood cells): GC: 30 ± 17 and
43 ± 22 (p < 0.01); G1: 26 ± 13 and 38 ± 21 (p < 0.01); G2:
26 ± 16 and 31 ± 26; FERR (ng/ml): GC: 75 ± 67 and 31 ± 49 (p <
0.01); G1: 46 ± 34 and 19 ± 10 (p < 0.01); G2: 43 ± 11 and 11 ±
7 (p < 0.01). These results show: a) Fe administration was
efficient to mitigate Hb decrease; b) Fe stores decreased during
pregnancy regardless of Fe supplementation and frequency; c) EP values
indicate that intermittent Fe administration was more efficient to
maintain normal erythropoiesis.
Dirección postal: Dra. María Luz Pita Martín de Portela,
Cátedra de Nutrición, Facultad de Farmacia y Bioquímica, Junín
956, 1113 Buenos Aires, Argentina
Fax: (54-11) 4964-8243 E-mail: mportela@ffyb.uba.ar
Recibido: 28-I-1999 Aceptado: 24-VIII-1999
La anemia microcítica hipocrómica es un problema de Salud
Pública de amplia prevalencia en el mundo1, 2. Sus causas
nutricionales estriban en la deficiencia de Hierro (Fe) debido al bajo
consumo de alimentos aportadores de Fe hemínico (principalmente
carnes rojas) y/o de vitamina C. Por otra parte, pueden coexistir
otras causas como parasitosis, embarazos repetidos, pérdidas
anormales de sangre, etc3.
El embarazo es un período vulnerable a la deficiencia de Fe, debido a
que el aumento de los requerimientos no suele ser compensado por el Fe
biodisponible aportado por la dieta; por ello, la prevalencia de
anemia durante el embarazo puede superar el 50% en ciertas regiones de
Asia, Africa y América Latina4. En esos casos, el Fe proveniente de
los depósitos trata de compensar las necesidades derivadas del
crecimiento fetal y de la expansión de la masa de glóbulos rojos
materna5, y si la mujer no dispone de depósitos suficientes de Fe al
inicio del embarazo (> 500 mg), es muy probable que desarrolle
anemia ferropénica. Según FAO/OMS, la dieta por sí sola, no podría
satisfacer esas elevadas necesidades de Fe, aun cuando aporte Fe de
elevada biodisponibilidad; por dicho motivo, aconseja la
suplementación rutinaria con Fe durante la gestación1, 6, aun en
países desarrollados. Por consiguiente, se ha generalizado la
prescripción rutinaria de suplementos de Fe, sin realizar una
evaluación bioquímica del estado de los depósitos. Por otra parte,
es discutido si es necesario suplementar rutinariamente a todas las
embarazadas7, así como también la frecuencia de la administración
del suplemento, en función de la eficacia del mismo y de la
posibilidad de efectos adversos8, 9.
Por este motivo, en el presente trabajo se estudió, mediante una
batería de indicadores bioquímicos, el estado nutricional con
respecto al Fe a la primera visita prenatal y el efecto de la
suplementación y de su frecuencia, en un grupo de gestantes, de la
zona Oeste del Gran Buenos Aires.
Materiales y métodos
Se estudiaron 203 gestantes, clínicamente sanas, normotensas a la
primera consulta (valores inferiores a 140/90 mm de Hg), asistidas
para su atención médica prenatal en el Hospital Diego Paroissien (La
Matanza, Provincia de Buenos Aires), entre los años 1994 y 1997. El
trabajo fue aprobado por las autoridades del Hospital y las gestantes
dieron su consentimiento luego de informarles el objetivo del mismo.
La población estudiada, perteneció a nivel socio-económico bajo y
medio bajo. Las mujeres se distribuyeron al azar, a la primera
consulta (To), en tres grupos, cuyas características fueron similares
(Tabla 1): dos grupos (G1 y G2) recibieron, gratuitamente en el
Hospital, Fe (fumarato ferroso, equivalente a 60 mg de Fe elemental),
con instrucciones de tomarlo: G1, diariamente y G2, cada 3 días. Se
controló el cumplimiento del tratamiento mediante la recepción de
los envases vacíos en la consulta periódica. El tercer grupo (GC) no
recibió suplemento de Fe, siendo considerado como control.
El seguimiento clínico y bioquímico de las gestantes, se realizó
hasta la última consulta previa al parto (34 a 37 semanas de edad
gestacional) (Tf). Sólo 43% de las mujeres (n = 88) asistieron
periódicamente para la atención médica, siendo más alta la
concurrencia en el grupo control. Por ello, se logró realizar el
seguimiento en 47, 29 y 12 de las mujeres asignadas a los grupos GC,
G1 y G2, respectivamente. A To y Tf se determinó, en sangre entera,
extraída en ayunas: hematocrito (Hto), por micrométodo estándar;
hemoglobina (Hb), por método de cianometahemoglobina10;
protoporfirina eritrocitaria (PE), según el método de Piomelli11;
expresando los resultados como µg PE/dl glóbulos rojos (GR); en
suero: ferritina (Enzymum-Test Ferritina, Boehringer Lab)12.
Los valores considerados como indicativos de deficiencia de Fe, para
los indicadores estudiados, figuran en la Tabla 28.
Análisis estadístico de los resultados: Los resultados se expresaron
como promedio ± desvío estándar; la existencia de diferencias
significativas se determinó mediante el método de ANOVA de un
factor. La diferencia entre medias se calculó mediante el método de
LSD (least significant difference) al 1 y 5% de significación13. Para
el análisis estadístico se utilizó el programa de computación
INSTAT V2.02.
Resultados
En la Tabla 3 figuran los valores promedio, desvíos estándar y
rangos de los indicadores bioquímicos, a To, para el total de la
población estudiada y de las mujeres asignadas a cada grupo. No
existió diferencia significativa entre los tres grupos para ninguno
de los indicadores bioquímicos estudiados.
En la Fig. 1 se muestra la distribución de la población total a To
de acuerdo a rangos de valores de los indicadores bioquímicos
estudiados; se puede observar que el porcentaje de mujeres con valores
anormales, teniendo en cuenta los puntos de corte mencionados en la
Tabla 2, fue: Hb < 10.5 g/dl: 2.6%; PE > 70 µg/dl GR: 4.8%;
Ferritina < 10 ng/ml: 4.4%.
En dicha figura se observa también que, en la población total,
existió un porcentaje elevado (26.2%) de mujeres con valores de Hb
> 13.2 g/dl, así como 43.2% de mujeres con valores de Ferritina
sérica superiores a 50 ng/ml.
La edad, edad gestacional a To y peso corporal durante el embarazo, de
los tres grupos de gestantes que realizaron su seguimiento se detallan
en la Tabla 4. No existieron diferencias significativas entre los
grupos para los parámetros enumerados.
En la Tabla 5 se indican los valores (X- ± DE) correspondientes al
Hto (%), Hb (g/dl), PE (µg/dl GR) y FERR (ng/ml) de las mujeres de
los tres grupos que realizaron la concurrencia periódica para su
seguimiento desde To hasta Tf. A To no existió diferencia
significativa para los indicadores estudiados, entre los tres grupos.
Los valores promedio de hematocrito y Hb a Tf no fueron
significativamente diferentes de To en ninguno de los tres grupos, al
nivel de significación de 1% (Tabla 5). Sin embargo, al 5% se
evidenció una disminución significativa en ambos indicadores entre
To y Tf en GC, pero no en los grupos G1 y G2.
La PE aumentó significativamente en GC y G1 (p < 0.01), pero no en
G2. La ferritina sérica disminuyó significativamente en los tres
grupos (p < 0.01).
Discusión
La prevención de la anemia ferropénica es un objetivo prioritario
de los Organismos Internacionales. FAO/OMS considera que la dieta por
sí sola, no logra satisfacer las elevadas necesidades de Fe del
embarazo y aconseja administrar suplementos de Fe durante el segundo y
tercer trimestre, incluso en mujeres sanas que consumen una dieta
equilibrada1.
Las ingestas de Fe recomendadas por el último Documento FAO/OMS para
la mujer derivan de considerar las pérdidas obligatorias más las
pérdidas menstruales. Con estas bases se establecieron cifras
variables según la composición de la dieta y, por ende, según la
biodis-ponibilidad del hierro. Cuando ésta oscila entre 10-15% (si la
ingesta de carnes, pescado y aves es de 30-90 g/día y la de vit. C de
25-75 mg/día), la cifra aconsejada para cubrir las necesidades del
95% de la población femenina en edad fértil es de 15 mg/día.
Durante la gestación las necesidades derivadas del feto y placenta,
más las de la expansión de la masa globular representan un total de
1000 mg/embarazo, cifra que representa un promedio de 3.6 mg de Fe
absorbido/día, que en una dieta con una biodisponibilidad de 15%
significa una ingesta de 24 mg/día. Como en los países donde las
cifras de prevalencia de anemia son altas, la biodisponibilidad del Fe
de la dieta es muy baja, considera aconsejable administrar suplementos
de Fe durante el segundo y tercer trimestre del embarazo, incluso en
mujeres sanas. En tanto, NRC (USA) teniendo en cuenta la
biodisponibilidad del Fe de la dieta americana, acepta que elevando la
cifra a 30 mg/día se pueden cubrir las demandas de un embarazo
normal14.
En nuestro estudio, la ingesta promedio de Fe, analizada en un trabajo
previo, en una muestra representativa de esta misma población de
gestantes, fue de 10.8 ± 4.6 mg/día15; dicha cifra es inferior a la
de 30 mg aconsejada para la mujer norteamericana, durante el embarazo.
Por otra parte, la ingesta de Fe expresada en mg/1.000 Kcal fue de
5.31 ± 1.67 mg/1.000 Kcal, cifra también inferior a la aconsejada
para Latinoamérica de 6 mg/1.000 Kcal y teóricamente también
insuficiente para cubrir las necesidades del embarazo16.
Sin embargo, la frecuencia de anemia a To en el total de la población
estudiada fue sólo del 2.6%, los valores de Protoporfirina
Eritrocitaria (< 70 µg/dl GR) indicaron una adecuada eritropoyesis
en el 95.2% de las mujeres y el 43.2% de las gestantes presentaron
valores de ferritina sérica superiores a 50 ng/ml (Fig. 1); por
consiguiente, estos valores implican más de 500 mg Fe de depósito,
cifra adecuada según FAO/OMS para afrontar las elevadas necesidades
del embarazo, sin desarrollar anemia1.
Por otra parte, el diagnóstico de la deficiencia de Fe se ha basado
tradicionalmente en las determinaciones de Hto y Hb, cuyos valores
disminuyen cuando se han agotado los depósitos, y que, además,
pueden variar rápidamente si existen alteraciones del volumen
plasmático, interpretándose erróneamente. Otros indicadores
bioquímicos no tradicionales, que detectan la deficiencia de Fe antes
de que se instale la anemia, son la ferritina sérica y la PE3. Por
todo ello, actualmente, para una correcta evaluación del estado
nutricional con respecto al Fe, se aconseja utilizar varios
indicadores, proponiéndose diversos «modelos» que consideran
deficiencia de Fe cuando dos o tres de ellos son anormales17, 18.
Aplicando este criterio, ninguna de las gestantes estudiadas presentó
a To 2 o 3 indicadores anormales.
Esta aparente discrepancia entre los datos obtenidos por encuesta
dietética y la batería de indicadores bioquímicos puede explicarse
teniendo en cuenta que aproximadamente el 55% de las proteínas
consumidas por las gestantes estudiadas fueron de origen animal, y el
94% de las mujeres consumieron al menos 150 g de carne varias veces a
la semana15. Por otra parte, en una subpoblación de este mismo grupo
se evidenció un elevado porcentaje de mujeres con ingestas
inadecuadas de calcio19. Es de destacar que a To, en el grupo
estudiado, el 26.2% de las mujeres presentaron valores de Hb
superiores a 13.2 g/dl (Fig. 1), hallazgo que en un trabajo previo
hemos encontrado que guarda asociación con cifras elevadas de
hipertensión inducida por el embarazo (HIE) y baja ingesta de
calcio20.
En los últimos 5 años ha surgido el debate acerca de la conveniencia
de la suplementación indiscriminada con Fe y si su administración
debe ser diaria o intermitente. El Comité de Nutrición en embarazo y
lactancia de USA aconseja que, si los requerimientos de nutrientes
pueden ser cubiertos por la dieta, se deben evitar los suplementos, ya
que pueden producir efectos no deseados y constituyen una
«intervención»7, 8. Por otra parte, sostiene que el efecto
beneficioso debe ser observado en la salud materno-infantil, debido a
la discrepancia en los puntos de corte de los parámetros
bioquímicos. Además, los estudios de suplementación con Fe de la
última década se refieren a mujeres de bajo nivel socioeco-nómico,
con diversas deficiencias nutricionales, y se carece de un grupo
control con adecuado estado nutricional.
En el presente estudio, los resultados obtenidos evidencian que en el
grupo control, a Tf, los valores anormales de Hb oscilaron entre 10.0
y 10.9 g/dl, con un solo caso de 9.4 g/dl (Figura 2).
La determinación de ferritina sérica es utilizada para evaluar la
magnitud de los depósitos, y por lo tanto, los cambios en su
concentración reflejan las variaciones de los mismos18; cuando la
concentración de ferritina es superior a 10 ng/ml, su valor
multiplicado por 10 es considerado equivalente a los mg de Fe de
depósito y los valores de Ferritina sérica inferiores a 10 ng/ml
indican agotamiento de las reservas de Fe y son confirmatorios de su
deficiencia. Sin embargo, en trabajos muy recientes, que determinan un
nuevo indicador en suero, los receptores de transferrina, parecen
demostrar que en el embarazo los valores de ferritina inferiores a 12
ng/ml no identifican correctamente a las mujeres con deficiencia de
Fe8. En nuestro estudio, el análisis de los valores de ferritina
sérica evidenció que los depósitos de Fe disminuyeron
significativamente en todas las mujeres, independientemente de la
suplementación y su frecuencia (Figura 2). Esto es coincidente con el
comportamiento de los depósitos de Fe en embarazadas en otros
trabajos similares21, en los que independientemente de la frecuencia
de administración del Fe, diaria o semanal, no se halló un
mejoramiento significativo de los mismos medidos a través de la
ferritina sérica.
La PE, otro indicador utilizado en el presente estudio, es el
precursor inmediato en la síntesis del Hemo, que, cuando hay un
aporte adecuado de Fe, se encuentra en baja concentración. La
deficiencia de Fe conduce a su incremento, por no poderse completar la
eritropoyesis11, por lo cual constituye un indicador bioquímico
precoz para detectar deficiencias marginales. Se considera valor de
adecuación nutricional, para el adulto, hasta 70 µg/dl de glóbulos
rojos, cifra que equivale en el SI de unidades a 1.24 µmol/l de
glóbulos rojos18. Si bien la PE puede estar incrementada a
consecuencia de alteraciones enzimáticas de la eritropoyesis o en la
intoxicación por plomo, en estos últimos casos los aumentos son muy
superiores a los que ocurren en la deficiencia de Fe. En el presente
estudio, la PE (µg/dl GR) aumentó significa-tivamente, entre To y
Tf, en GC y G1 (p < 0.01), mientras en G2 no existió diferencia
significativa (Tabla 5). Este aumento de la PE en GC y G1 no se
correlacionó con la disminución de la FERR. Por otra parte, el punto
de corte de la PE no ha sido suficientemente estudiado y, es probable,
que existan varios valores, fundamentalmente en grupos fisiológicos
vulnerables, como en el embarazo.
La propuesta de la administración intermitente de Fe se basa en la
falta de efectividad de la intervención diaria en muchos países.
Varios trabajos parecen demostrar que la suplementación intermitente
es tan efectiva como la diaria, basándose en la teoría del
«bloqueo» de la mucosa, postulando que el eritrocito regula la
absorción del Fe en respuesta a una alta ingesta diaria22. Si bien
los trabajos en ratas parecen confirmar esta teoría, la rata no
parece ser un buen modelo experimental para explicar la absorción de
Fe. Por otra parte, los trabajos publicados en humanos son discutidos
en relación al protocolo, dosis, duración de la intervención,
tamaño de la muestra y evaluación del seguimiento7, 8.
Beard cree que en situaciones controladas la suplementación
intermitente puede ser eficaz para reducir la prevalencia de déficit
en los grupos de riesgo. Según este autor, el grado de cumplimiento
parece ser mejor y los efectos colaterales de menor magnitud en la
suplementación intermitente. Por lo tanto, dosis menores no
terapéuticas, que implican menor gasto, podrían ser consideradas
preventivas en embarazadas y adolescentes, reduciendo el riesgo de
patologías por sobredosis23. Sin embargo, en nuestro caso el
seguimiento fue mucho mejor en el grupo control que en los grupos
suplementados, y, en éstos, el de menor concurrencia fue el de
administración intermitente. Posiblemente, la toma intermitente del
suplemento puede olvidarse con mayor facilidad y, por ello, las
mujeres que no cumplieron las indicaciones no hayan concurrido a las
consultas posteriores, en las que tenían que presentar los envases
vacíos. En contraposición, en el grupo control, al no tener que
justificar la toma del suplemento, existió un mayor porcentaje de
asistencia para el seguimiento.
Consecuentemente, en nuestro trabajo, la administración del
suplemento de Fe en el grupo G2, permitió a las gestantes mantener un
mejor estado nutricional con respecto al Fe. Este comportamiento
estaría de acuerdo con los trabajos de Viteri y col.24 acerca de la
absorción y retención del Fe en ratas, según los cuales, la
absorción del suplemento de Fe diario es más ineficiente que si se
lo administra en forma intermitente. No obstante, este criterio es
objeto de acerba discusión9.
Los resultados obtenidos evidencian que el suplemento de Fe, en los
dos grupos suplementados, fue eficaz para evitar la disminución de
los niveles de hemoglobina, pero no para frenar el deterioro de los
depósitos de Fe medidos a través de la ferritina sérica, mientras
que la administración intermitente fue más eficaz para mantener una
adecuada eritropoyesis, evaluada mediante la determinación de la PE.
Por lo tanto, los resultados del presente trabajo evidencian que, en
poblaciones similares a la estudiada, la administración de
suplementos de Fe se debería efectuar realizando el seguimiento
mediante las determinaciones de Hb y PE. De este modo se evitaría la
administración de cantidades excesivas de Fe que pueden ser
perjudiciales al llevar a concentraciones elevadas de hemoglobina,
asociadas con retardo en el crecimiento intrauterino, partos
prematuros y muerte perinatal20, 25, 26.
En conclusión, en la población estudiada se encontró baja
prevalencia de anemia (Hb < 10.5 g/dl) y un 4.4% de gestantes con
depósitos agotados al inicio del segundo trimestre del embarazo
(ferritina sérica < 10 ng/ml); la suplementación con Fe evitó la
disminución de Hb y el aumento de PE dependió de la frecuencia del
suplemento; y los depósitos de Fe disminuyeron independientemente de
la suplementación y de la frecuencia de administración, sugiriendo
que el Fe administrado es inmediatamente utilizado debido al elevado
incremento de las necesidades de Fe a partir del segundo trimestre de
gestación.
Agradecimientos: Este trabajo ha sido financiado por la
Universidad de Buenos Aires, con el subsidio BA 086.
Bibliografía
1. FAO/WHO (Food and Agricultural Organization/World Health
Organization). Requirements of vitamin A, iron, folate and vitamin
B12. Report of a Joint FAO/WHO Expert Group, WHO, Geneva, 1989.
2. Focus On Micronutrients. SCN News, United Nations Unies.
Subcommittee on Nutrition; 1993, vol 9, pp 24-7.
3. Dalman PR. Iron. In: Myrtle L. Brown, ed. Present Knowledge in
Nutrition, 6th. ed. Washington, D.C.: International Life Sciences
Institute, Nutrition Foundation, 1990, pp. 241-50.
4. Cook JD, Alvarado J, Gutnisky A, et al. Nutritional deficien-cy and
anemia in Latin America: A Collaborative Study. Blood 1971; 38:
591-603.
5. International Nutritional Anemia Consultative Group (INACG). The
Nutrition Foundation, Inc. Washington, D.C. (USA), 1981.
6. Yip R. Iron supplementation during pregnancy: is it effective? Am J
Clin Nutr 1996; 63: 853-5.
7. Allen LH. Nutritional supplementation for the pregnant woman. Clin.
Obstetrics and Gynecology 1994; 37: 587-95.
8. Allen LH. Pregnancy and iron deficiency: Unresolved issues.
Nutrition Reviews 1997; 55: 91-101.
9. Hallberg L. Combating iron deficiency: daily administration of iron
is far superior to weekly administration. Am J Clin Nutr 1998; 68:
213-7.
10. Hainline A. Standard Methods of Clinical Chemistry. New York:
Academic Press 1958, pp. 49.
11. Piomelli S. A micromethod for free erythrocyte porphyrins: The FEP
Test. J Lab Clin Med 1973; 81: 932-40.
12. Cook JD. Editor, In: Methods in Haematology, Iron. 1980; Churchill
Livingstone, New York 1: 82-4.
13. Sokal RR, Rohlf FJ. The principle and practice of statistics in
biological research; 1969. WE Freeman and Company, San Francisco, CA,
USA.
14. Recommended Dietary Allowances. 10th. Edition. National Research
Council. Washington, D.C. National Academy Press, 1989.
15. Pita Martín de Portela ML, Langini SH, Fleischman S, López LB,
García M, Ortega Soler CR. Ingesta de hierro e indicadores
bioquímicos en un grupo de gestantes del Gran Buenos Aires. Medicina
(Buenos Aires) 1998; 194-6.
16. Metas nutricionales y guías de alimentaicón para América
Latina. Archivos Latinoamericanos de Nutrición 1987; vol XXXVIII, p
410.
17. Cook JD, Finch CA. Assessing iron status of a population. Am J
Clin Nutr 1979; 32: 2115-9.
18. Gibson RS. Assessment of Iron Status. In: Principles of
Nutritional Assessment; - Oxford: Oxford University Press, 1990.
19. García M, Langini SH, Leal GM, et al. Perfil bioquímico
nutricional con respecto a calcio y vitamina A en un grupo de
gestantes del Gran Buenos Aires. Archivos Latinoamericanos de
Nutrición 1994; 44: 20-S.
20. Ortega Soler CR, Giráldez SA, de Portela ML. Relación entre
hipertensión inducida por el embarazo y valores elevados de
hemoglobina. SOGBA, Revista de la Sociedad de Obstetricia y
Ginecología en la Provincia de Buenos Aries 1996; 27: 131-7.
21. Ridwan E, Schultink W, Dillon D, Gross R. Effects of weekly iron
supplementation on pregnant Indonesian women are similar to those of
daily supplementation. Am J Clin Nutr 1996, 63: 884-90.
22. Wood RJ, Oklee Han. Recently identified molecular aspects of
intestinal iron absorption. J Nutr 1998; 128: 1841-4.
23. Beard JL. Weekly iron intervention: the case for intermittent iron
supplementation. Am J Clin Nutr 1998; 68: 209-12.
24. Viteri FE, Xunian L, Tolomei K, Martin A. True absorption and
retention of supplemental iron is more efficient when iron is
administered every three days rather than daily to iron - Normal and
Iron - Deficient Rats. J Nutr 1995; 125: 82-91.
25. Murphy JF, O’Riordan J, Newcombe RG, Coles EC, Pearson JF.
Relation of haemoglobin levels in first and second trimesters to
outcome of pregnancy. The Lancet 1986; May 3: 992-4.
26. Knottnerus JA, Delgado LR, Knipschild PG, Essed GG, Smits F.
Haematologic Parameters and Pregnancy of Outcome. J Clin Epidemiol
1990; 43: 461-6.
TABLA 1.– Características, a To, de las gestantes estudiadas:
valores promedio, desvío estándar y rangos (entre paréntesis)
Población GC G1 G2
total
Peso (kg) 59.1 ± 10.0 60.2 ± 10.5 58.4 ± 10.4 56.2 ± 6.6
(40.0-96.0) (44.0-94.0) (40.0-80.0) (45.0-74.0)
Altura (cm) 157.6 ± 5.5 157.2 ± 5.5 158.3 ± 5.4 157.7 ± 5.7
(142-175) (142-172) (146-168) (147-175)
Edad (años) 24.6 ± 6.2 25.0 ± 6.1 24.7 ± 6.9 22.5 ± 4.2
(15-42) (15.0-38.0) (16-42) (16-31)
Edad gestacional 16.9 ± 3.8 17.4 ± 4.0 16.7 ± 3.5 16.0 ± 3.1
(semanas) (8.0-28.0) (8.4-28.0) (8.0-24.3) (8-20)
Gestas previas 1.5± 1.8 1.6 ± 1.8 1.4 ± 1.8 0.9 ± 1.3
(0-8) (0-8) (0-8) (0-5)
To: primera consulta; GC: grupo control; G1 y G2: grupos 1 y 2
TABLA 2.– Puntos de corte indicativos de deficiencia de Fe en el
embarazo*
Trimestre Hto (%) Hb (g/dl) PE (µg/dl GR) Ferritina (ng/ml)
Primero < 33 < 11.0 > 70 < 10
Segundo < 32 < 10.5 > 70 < 10
Tercero < 33 < 11.0 > 70 < 10
Hto: hematocrito; Hb: hemoglobina; PE: protoporfirina eritrocitaria
* referencia 8
TABLA 3.– Valores promedio, desvío estándar y rangos (entre
paréntesis) a To, de los indicadores bioquímicos, en la población
total y estudiada en cada uno de los tres grupos
Población GC G1 G2
total
Hematocrito (%) 37.8 ± 3.1 37.5 ± 3.4 36.1 ± 2.4 38.6 ± 3.4
(30.0-50.0) (30.0-50.0) (34.0-43.0) (30.0-44.0)
Hemoglobina 12.7 ± 2.1 12.4 ± 1.2 12.4 ± 1.1 12.8 ± 1.2
(g/dl) (8.6-16.4) (8.6-16.4) (9.5-15.6) (10.2-14.9)
Protoporfirina 29 ± 18 29 ± 20 27 ± 15 34 ± 17
eritrocitaria (1-119) (1-119) (3-73) (10-72)
(µg/dl GR)
Ferritina sérica 63 ± 52 71 ± 59 55 ± 45 42 ± 22
(ng/ml) (4-276) (4-240) (4-190) (6-102)
TABLA 4.– Características de los grupos de gestantes que
realizaron su seguimiento hasta Tf
Peso (Kg)
Grupo (n) Edad gestacional a Edad Inicio del
To (años) embarazo To Tf
GC (47) 17.8 ± 4.2 24.8 ± 6.1 61.4 ± 12.2 63.6 ± 11.3 71.9 ±
11.0
G1 (29) 16.2 ± 2.9 24.9 ± 7.2 58.2 ± 10.0 63.1 ± 9.5 70.7 ± 9.6
G2 (12) 16.6 ± 2.5 23.5 ± 3.4 56.0 ± 5.5 57.9 ± 5.5 65.5 ± 5.9
Tf: última consulta previa al parto
TABLA 5.– Valores promedio de los indicadores en los grupos
estudiados a To y Tf (media ± DE)
GC (n = 47) G1 (n = 29) G2 (n = 12)
To Tf To Tf To Tf
Hematocrito (%) 37.7 ± 3.4 a1 36.0 ± 3.2 a 38.8 ± 2.2 a 38.0 ±
2.6 a 39.0 ± 2.7 a 37.7 ± 3.7 a
Hemoglobina (g/dl) 12.5 ± 1.2 a 11.9 ± 1.3 a 12.6 ± 1.1 a 12.8 ±
1.1 a 12.9 ± 0.9 a 12.2 ± 1.5 a
Protoporfirina 30 ± 17 a 43 ± 22 b 26 ± 13 a 38 ± 21 b 26 ± 16 a
31 ± 26 a
eritrocitaria (µg/dl (GR)
Ferritina sérica 75 ± 67 a 31 ± 49 b 46 ± 34 a 19 ± 10 b 43 ± 11
a 11 ± 7 b
(ng/ml)
1 letras diferentes dentro de cada grupo y parámetro evaluado
indican diferencias significativas al 1%
Fig. 1.– Distribución de la población total a To, de acuerdo a
rangos de los indicadores bioquímicos
Fig. 2.– Valores individuales de Hemoglobina (Hb), Protoporfirina
Eritrocitaria (PE) en glóbulo rojo y ferritina sérica (FERR) a To y
Tf, en los tres grupos estudiados.
|
|
|
|
|