|
|
REUNION ANATOMOCLINICA
DEPRESION GRAVE Y CANCER DE PANCREAS
Reunión anatomoclínica efectuada en el Instituto de
Investigaciones Médicas Alfredo Lanari el 4-VII-1997.
Editores: Dres. Hernán
Lago y Alejandro Grinberg
H.C: 87027; edad: 75 años; sexo: femenino; Fecha de Ingreso:
24/09/96; Fecha de defunción: 25/09/96.
La primera internación de esta paciente fue del 9 al 16 de setiembre
de 1992 y el motivo fue un intento de suicidio por ingestión de
benzodiazepinas en cantidades no determinadas. Ingresó al IDIM con
alteración del estado de conciencia. Los exámenes complementarios
eran normales. El diagnóstico de egreso fue trastorno de la
personalidad de tipo histérico, sobre el cual se instaló un cuadro
depresivo. La segunda internación fue el 16 de marzo de 1995 por
dolor abdominal, anorexia, náuseas, vómitos, diarrea y pérdida de
peso. El cuadro clínico se había iniciado en diciembre de 1994; el
dolor abdominal era sordo y se localizaba en hemiabdomen superior con
irradiación hacia la espalda «en cinturón». Se exacerbaba con la
ingesta y disminuía luego de los vómitos o la defecación. En el
examen abdominal el dolor se evidenciaba con la palpación profunda en
hipocondrio derecho y epigastrio. En la ecografía y tomografía
computada (TAC) abdominal se vio litiasis vesicular, el colédoco
dilatado de más de 10 mm y discreto agrandamiento de la cabeza del
páncreas. La punción con aguja fina del páncreas reveló células
neoplásicas de un adenocarcinoma con secreción mucosa. (B. N°
32650). Recibió tamoxifeno y radioterapia con acelerador lineal del 3
al 11 de abril de 1995. El 17 de junio de 1996 la ecografía abdominal
mostró ascitis libre, leve cantidad; hígado de tamaño normal;
páncreas de estructura alterada y se observó en cuerpo una
formación sólida, hipoecoica, irregular de 76 mm (Fig. 1). Había
adenopatías entre el páncreas y la aorta. La tercera internación
fue el 24 de setiembre de 1996 por deterioro del estado de conciencia
y del estado general. Se encontraba deshidratada y desnutrida. Tenía
39% de hematocrito, 15.700 blancos (3/93/0/0/3/1), 12 mm de
eritrosedimentación, 0.70 g/l de uremia, Na 131 meq/l; K+ 5 meq/l,
glucemia 2.33 g, calcemia 10.9 mg; con FI02 0.21, a/A 0.59, PO2 65.3
mm Hg, PCO2 37 mm Hg; pH 7.47; HCO3- 26.4 meq/l; ácido úrico 5.1 mg;
GOT 240 U; GPT 109 U; FAL 270 U; CK 26 U; LDH 445 U. El 25 de
setiembre de 1997 falleció.
Discusión radiológica
Dra. Marcela C. Abruzzi: La radiografía de tórax en su
última internación del 24 de setiembre fue realizada acostada, por
su estado, y llama la atención la presencia de un infiltrado
intersticial en la base pulmonar derecha y, si bien la silueta
cardiovascular no es evaluable, se observa un hilio izquierdo
prominente.
Discusión clínica
Dr. Eduardo Berizzo: Se trata de la historia de una paciente
de 75 años con diagnóstico confirmado en vida de cáncer de
páncreas cuya evolución fue «benigna» para la evolución habitual
de este tumor. Digo esto porque vivió un tiempo cercano a los dos
años desde el diagnóstico. En su última internación ingresó en
muy mal estado general, el único tratamiento que se hizo fue
hidratarla y administrarle analgésicos y falleció en menos de 24
horas. No se tomaron conductas activas por su estado y por la
naturaleza de su enfermedad. El cáncer de páncreas es una de las
neoplasias más frecuentes; está entre el cuarto y quinto lugar como
causa de muerte y se asume que hay unos 25.000 casos al año en EE.UU.
La sobrevida a los 5 años es aproximadamente el 1% y la muerte se
produce en un 86% de los casos en el primer año y un 95% de los
pacientes están muertos al tercer año. Es más frecuente en hombres
con una relación hombre/mujer de 1.7 a 1 y los factores asociados a
la aparición de este cáncer, si bien son discutidos, son la edad
mayor de 60 años, el sexo masculino y el antecedente de tabaquismo.
También se asocian a enfermedad colónica como por ejemplo, el
síndrome de Peutz-Jeghers y a la pancreatitis hereditaria. Otros
factores incluyen la ingesta rica en grasas y la ingesta de alcohol,
en tanto que también han sido propuestos pero no confirmados, la
ingesta de café en grandes cantidades, la presencia de diabetes y el
antecedente de una colecistectomía o una gastrectomía. La alta tasa
de mortalidad se debe a que su diagnóstico es generalmente tardío,
porque los síntomas suelen ser vagos e inespecíficos y, en el
momento de la consulta, la enfermedad ya está avanzada. El síntoma
más frecuente de consulta suele ser la ictericia (por síndrome
coledociano) cuando son de cabeza de páncreas y de dolor abdominal
sordo, similar al de esta paciente, cuando son de cuerpo o cola. El
dolor se produce por invasión de los plexos nerviosos. La ictericia,
a diferencia de los tumores de la vía biliar que no producen dolor,
generalmente va acompañada de dolor abdominal. La vesícula suele
estar distendida pero rara vez es palpable; menos de un 50% de los
pacientes presentan el signo de Courvoisier-Terrier. Los otros
síntomas son los generales como la astenia, la anorexia, la adinamia
y, por supuesto, la pérdida de peso, la cual parece estar más
relacionada a la anorexia que a un síndrome de malabsorción por el
compromiso pancreático. En nuestra paciente el procedimiento
diagnóstico fue una ecografía debido al dolor abdominal en la cual
se evidenció una masa pancreática cefálica, que se confirmó con
una TAC y después se realizó la punción con aguja fina, que reveló
células neoplásicas con características de adenocarcinoma. El
adenocarcinoma corresponde al 90% de los tumores pancreáticos, el 70%
asientan en la cabeza, como es el caso de esta paciente, el 20% en el
cuerpo y un 10% en la cola. Llamativamente, esta paciente mantuvo
mucho tiempo valores de laboratorio normales y nunca presentó
ictericia ni síndrome coledociano. Fue tratada con un esquema
particular, recibió radioterapia y tamoxifeno y fue deteriorándose
lentamente; como síntoma asociado presentó diarrea importante y
vómitos profusos, que la llevaron a la deshidratación y
posteriormente a la muerte. No tuvo una causa metabólica de
descompensación, salvo el sodio en el límite inferior normal, no
tenía hipercalcemia, uremia y no tuvo falla hepática, aunque no hubo
dosaje de amoníaco ni tiempo de protrombina en el período final.
Pienso que el aumento de las transaminasas pudo deberse a la
progresión del tumor y cierto compromiso final de la vía biliar, con
mayor grado de obstrucción y creo que tuvo cierto grado de
destrucción centrolobulillar hepática por hipoflujo. Estos pacientes
suelen tener tendencia a la trombosis venosa profunda con
tromboflebitis migratriz o tromboembolismo de pulmón, que esta
paciente no parece haber tenido. Probablemente los hallazgos en la
autopsia serán un cáncer de páncreas con compromiso de los ganglios
regionales y del peritoneo porque presentaba ascitis. La ecografía
realizada tres meses antes del fallecimiento no mostró metástasis
hepáticas y el sitio de metástasis alejadas más frecuente es el
pulmón aunque en la placa no hay evidencias de la misma. Otros sitios
pueden ser los riñones, las glándulas suprarrenales y los huesos;
tiene una imagen dudosa en una costilla.
Dr. Aquiles J. Roncoroni: ¿Cuál cree que fue la causa de
muerte?
Dr. Eduardo Berizzo: Es muy difícil determinarla porque no se
tomaron conductas activas. Quizás tuvo un cuadro metabólico y la
muerte se produjo por una arritmia cardíaca. No creo que la causa de
muerte pueda ser determinada en la autopsia.
Dra. María F. Dorado: Esta paciente con diagnóstico de
adenocarcinoma de páncreas se encuentra dentro del grupo etario donde
se registra la mayor incidencia de esta neoplasia. Se presentó con
las manifestaciones clínicas más comunes como el dolor y la pérdida
de peso que están presentes en el 90% de los pacientes. Además tuvo
alteración del ritmo evacuatorio (diarrea) que también es frecuente
de ver, sobre todo en tumores del cuerpo de páncreas. Tenía una masa
hipoecoica en cuerpo de páncreas que es la zona en donde se punzó y
por eso no tenía ictericia ni compromiso de la vía biliar. Un 10 a
20% de estos pacientes tienen ascitis por metástasis peritoneales o
por infiltración tumoral de la vena porta que en esta paciente parece
haber sido poco probable porque no se vio en la ecografía. Durante la
última internación presentó ascenso de las transaminasas, LDH y de
gammaglutamil-transpeptidasa. Coincido que una de las causas podría
ser la isquemia hepática, aunque en general el ascenso es más
marcado, o la presencia de pequeñas metástasis diseminadas en el
hígado que no alteran la configuración homogénea vista por
ecografía. Creo que los vómitos que presentó correspondieron a
compromiso de la curvatura mayor del estómago, del duodeno o del
mesocolon, que son frecuentes de ver en pacientes con un tumor en el
cuerpo del páncreas. Yo tampoco tengo muy clara la causa inmediata de
muerte, creo que lo más probable es que se haya debido a la
evolución natural de su enfermedad; no me parece que haya cursado un
cuadro séptico y no sé si se broncoaspiró. Creo que superó la
sobrevida esperada para este tipo de neoplasia.
Dr. Oscar Rivero: La paciente recibió un tratamiento
particular, consecuencia de las interrelaciones que el páncreas
exhibe con el resto del organismo. Entre los oncogenes descriptos como
presentes en el carcinoma del páncreas el k-ras se describe en el
80%, la p 53 en el 70%, así como otros numerosos oncogenes y
antion-cogenes que intentan explicar los multipasos que se presentan
desde una célula normal y neoplásica. Así también se le asigna
valor a la acción de la colecistoquinina en el desarrollo de una
neoplasia. Además el páncreas presenta receptores para hormonas
peptídicas y este-roideas, de donde se encuentra la razón del
tratamiento con hormonas. Entre los tumores hormonosensibles se
conocen el de mama, próstata, riñón, endometrio, ovario, incluso el
pulmón presenta receptores estrogénicos. Por este motivo para el
tratamiento del cáncer de páncreas se utilizaron progesterona,
tamoxifeno y agonistas LH-RH. Nuestra paciente recibió tamoxifeno por
varios meses, pero luego lo abandonó por intolerancia digestiva y si
bien su evolución fue prolongada, no es posible concluir cuál fue el
beneficio del tratamiento. En los reportes se asigna una ventaja de 2
a 4 meses en la sobrevida de los pacientes tratados. En el IDIM
tratamos varios pacientes de ese modo en la era previa a las nuevas
drogas sin poder sacar conclusiones de esa experiencia. En la
actualidad se han incorporado nuevas drogas con noveles mecanismos de
acción como la gemcitabina, el irinotecan, el docetaxel.
Con respecto a la gemcitabina, que es un análogo de la
citosina-arabinósido, se reporta un 30% de respuestas objetivas y una
sobrevida media de 6 meses. Las asociaciones con platino o las drogas
antes mencionadas son objeto de numerosos estudios y es de interés el
número de respuestas subjetivas (mejoría de los síntomas) que estos
tratamientos ofrecen. Otra línea de investigación son las vacunas,
por ejemplo con linfocitos T citotóxicos que han reconocido productos
del oncogen k-ras u otros oncogenes. Durante el último período de la
vida estos pacientes tienen mayor tendencia trombótica y el
desarrollo de tromboembolismo de pulmón es una causa de muerte así
como la progresión local y/o hepática de la enfermedad, eventos que
pudieron haber sucedido en esta paciente.
Dr. Aquiles J. Roncoroni: De ese grupo de enfermos con cambios
subjetivos, ¿qué significa subjetivos? ¿son cambios objetivos
mínimos?
Dr. Oscar Rivero: Cuando se mide respuesta global se incluyen
las respuestas completas y las parciales (estas últimas incluyen
aquellas respuestas mayores del 50%). Se entiende como respuestas
subjetivas la mejoría de los síntomas, que se ha visto que es mayor
que el número de respuestas objetivas, por lo que en la actualidad se
le asigna gran interés y es justificativo de la indicación y
continuación de tales tratamientos. En el diseño de estos protocolos
la selección de inclusión de pacientes es relevante, en general se
eligen pacientes con un estado de performance mayor del 70% y esto
influye notablemente en el porcentaje de respuestas. Si se eligieran
pacientes con peor performance para un mismo tratamiento las
respuestas serían seguramente mucho menores o incluso nulas.
Dr. Julio Villena Aragón: El motivo de la primera internación
de esta paciente fue un intento de suicidio aunque no tenía las
características de alta peligrosidad. Sin embargo, la situación
familiar y personal de la paciente hacía que se pudiera considerar un
riesgo de cierta importancia. El resultado fue la internación en
nuestro Instituto con acompañamiento para mayor seguridad, dado que
nosotros no tenemos una infraestructura que pueda controlar a los
pacientes en sus movimientos en forma permanente. En esa internación
la paciente tendió a evitar profundizar la problemática que la
llevó a ese intento y aparecían aspectos depresivos en una
personalidad de tipo histriónico. Esto fue una clara respuesta a
situaciones de frustración inmediata y de impotencia, pero en el
curso del tratamiento mejoró y pudo irse de alta cuando consideramos
que el riesgo era menor. Además de los aspectos médico-clínicos que
se estudiaron, en una paciente con un intento de suicidio generalmente
se evalúa el grado de impulsividad, que en esta paciente era
relativamente elevado. Tenía un trastorno de la personalidad que la
llevaba a este grado de impulsividad y cuando tenía un relativo
control de la situación, la impulsividad disminuía. Algunas veces
estos trastornos tienen bases neurofisiológicas y se observan
alteraciones electroencefalográficas, aunque este no parece ser el
caso. Hay una fuerte asociación entre el cáncer de páncreas y la
depresión, que antecede al tumor en un período de tiempo variable.
Los estudios experimentales con animales y la observación clínica
sugieren una mayor vulnerabilidad a esta neoplasia en pacientes con
una condición crónica depresiva, y se han encontrado alteraciones en
la función de los neurotransmisores regulados por el sistema
neuroendocrino. En la segunda internación la situación clínica
tomó la mayor significación. Fue medicada con amitriptilina por los
aspectos depresivos y perfenazina para frenar en formar inmediata la
impulsividad de la paciente.
Dr. Aquiles J. Roncoroni: En cuanto a la relación del cáncer
y la depresión ¿cómo se sabe si uno es causa del otro o viceversa?
Dr. Julio Villena Aragón: En estudios retrospectivos se ha
visto que la incidencia de depresión en estos pacientes es mayor que
en la población general. Además se han hecho trabajos experimentales
con animales en situaciones comparables con la depresión en el ser
humano y se observó una mayor incidencia de tumores en esos animales.
Otros trabajos muy interesantes en los que se estudió la relación
entre depresión y cáncer han observado una modificación en la
respuesta linfocitaria a la estimulación con mitógenos.
Dr. Héctor Calbosa: En cuanto a la causa de muerte, en el
último día tuvo elevación significativa de las enzimas hepáticas
que un mes antes eran normales. A pesar que no hubo cifras de
amoníaco, la paciente tenía ascitis pero no se vieron imágenes
compatibles con metástasis hepáticas y desarrolló una alcalosis
mixta, elementos que pudieron corresponder a falla hepática. Además
me llamó la atención la caída de la eritrosedimentación en el
curso de la evolución. Otra complicación que pudo haber desarrollado
es una coagulación intravascular diseminada crónica asociada a la
neoplasia.
Dr. Mario Andrés Nicastro: Hay varios cuadros hematológicos
que puede generar el cáncer de páncreas: la tromboflebitis migrans,
la trombosis venosa profunda o la coagulación intravascular
diseminada. Esta última podría haber sucedido en este paciente
debido a dos años de evolución de un adenocarcinoma mucosecre-tante.
Sin duda, este paciente tuvo las condiciones como para haber
desarrollado en algún momento fenómenos trombóticos y no descarto
que la causa de muerte, habiendo tenido elevación de transaminasas y
LDH y habiendo recibido tamoxifeno (que produce disminución de los
niveles de antitrombina III), pudo haber sido un tromboembolismo
pulmonar. Tampoco descarto la posibilidad de una endocarditis
marásmica en una paciente con una evolución tan prolongada de
cáncer de páncreas, debido a que estos carcinomas liberan
cisteinoproteasa que es un activante directo del FX y de esta manera
generar un estado protrombótico. En contra de este último
diagnóstico está la falta de fenómenos embólicos durante toda la
evolución, dado que esta es una enfermedad, en general, muy
embolizante.
Dr. Guillermo Liberé: Un diagnóstico alternativo en esta
paciente es el alcoholismo. En las mujeres es más frecuente que se
oculte este problema. Si se enfoca desde el punto de vista del
suicidio, un buen porcentaje de los casos de depresión está dado por
el alcoholismo y además este último podría ser un factor implicado
en la etiología del cáncer de páncreas. Una posibilidad es que esta
paciente haya desarrollado previamente al cáncer una pancreatitis
crónica por alcohol. El otro punto que no se mencionó es que esta
paciente era portadora de enfermedad coronaria, y tuvo en algún
momento cambios en el electrocardiograma que posteriormente
revirtieron, así que la causa de muerte pudo ser un evento coronario.
Si bien tuvo glucemia elevada, no descarto la insuficiencia
suprarrenal por metástasis en las adrenales como evento final. Un
punto de controversia es en qué momento se decide que el cáncer de
páncreas es irresecable.
Dr. Juan B. Palmitano: Estoy de acuerdo en que la pancreatitis
crónica pudo ser un factor predisponente en esta paciente ya que
tenía diarrea desde el inicio de los síntomas y, a veces, la
pancreatitis crónica no se manifiesta con dolor.
Dr. Salomón Muchnik: A esta paciente se le efectuó en forma
ambulatoria una tomografía de cerebro que mostraba discreta atrofia
cerebral. La causa de muerte estuvo seguramente vinculada al cuadro
metabólico que sufrió. Es infrecuente la metástasis cerebral en el
cáncer de páncreas, en la bibliografía se citan casos de
metástasis óseas sobre hueso temporal, produciendo pérdida brusca
de audición o afasia.
Dr. Aquiles J. Roncoroni: Es obvio que la paciente tenía
cáncer de páncreas; con respecto a la situación final creo que lo
más probable es que tuvo una encefalopatía metabólica y que en el
curso de la misma haya tenido alguna complicación como
broncoaspi-ración de vómito. No se puede descartar que haya tenido
alguna arritmia o un evento de origen coronario. La posibilidad de una
pancreatitis crónica es atractiva y supongo que va a ser aclarada en
la autopsia. No se puede descartar una causa predisponente como el
consumo de alcohol. Tampoco se puede descartar metástasis que haya
comprometido gravemente la función de algún órgano como el hígado
o el sistema nervioso central.
Discusión anatomoclínica
Dr. Juan Antonio Barcat: En la autopsia se encontraron 800
ml de líquido con caracteres de trasudado en la cavidad peritoneal,
también 1.000 ml de líquido con iguales caracteres en cavidad
pleural derecha y 800 ml en la izquierda y 100 ml en saco
pericárdico. En el abdomen las relaciones entre los órganos cercanos
al páncreas estaban totalmente alteradas debido a la presencia de un
gran tumor pancreático que tomaba cabeza, cuerpo y cola pero que no
obstruía la vía biliar, sea por infiltración o compresión; la
vesícula no hubiera podido palparse por cuanto estaba excluida,
tenía un cálculo de colesterol de 3.5 cm de diámetro mayor en el
cuello, esclerosis y atrofia. El tumor pancreático tenía los
caracteres de un adenocarcinoma, moderadamente diferenciado de los
conductos pancreáticos, con secreción mucosa; invadía el hilio
hepático, ganglios linfáticos y los tejidos retroperitoneales;
crecía dentro de las venas porta, sus ramas mesentéricas y la
esplénica, también en la arteria esplénica, en estos vasos, además
de los componentes habituales de los trombos, elementos de la sangre,
había células tumorales; el bazo pesaba 160 g y tenía un infarto
isquémico en un polo. Había también trombosis de la cava inferior,
trombosis mural, sin obstrucción completa y trombosis reciente en
ambas ilíacas primitivas, en ambos casos sin células tumorales
visibles. Por permeación linfática y vías hematógena y linfática
dio metástasis en el hígado, múltiples, de 2 a 6 cm de diámetro,
predominando en lóbulo derecho, adrenales y hueso, en la vértebra
lumbar estudiada rutinariamente en la autopsia. El carcinoma llegó a
ganglios mediastínicos y el pulmón presentaba, macroscópicamente,
lesiones que interpretamos como bronconeumónicas pero que resultaron
tumorales, crecimiento intraalveolar del carcinoma, crecimiento del
tipo llamado lepídico en algunas zonas y con caracteres que
fácilmente hacen pensar en carcinoma bronquiolo alveolar, existía
también crecimiento linfangítico y una rama de la arteria pulmonar
estaba trombosada. Nos resulta imposible determinar si existió una
pancreatitis crónica, cualquiera fuera su naturaleza, la extensión
del tumor lo impide. En el hígado, el tejido que se encontraba entre
las metástasis presentaba transformación grasa, grave,
macrovascular, centrolobular. El estómago tenía dos úlceras
pépticas, crónicas, prepilóricas, inactivas, y erosiones agudas
recientes. El corazón pesaba 250 g y tanto las coronarias como la
aorta y sus ramas estaban virtualmente libres de lesiones
ateroscleróticas. La tiroides pesaba 9.6 g (N = 30-40 g), estaba
atrófica; los riñones tenían lesiones de nefrosis osmótica. Se
trata entonces de un carcinoma de páncreas que ha evolucionado por un
largo período y librado casi a su evolución natural, es por ello que
casi no queda remanente de tejido pancreático y se encuentran tantas
lesiones.
Un médico: ¿La trombosis portal puede tener un año de
evolución? Porque la ascitis se vio en la ecografía realizada un
año antes del fallecimiento.
Dr. Juan Antonio Barcat: Me parece que no, la porta puede haber
estado comprimida al principio y trombosada e invadida después.
Diagnóstico anatómico (A 3103)
1) Adenocarcinoma de conductos pancreáticos, moderadamente
diferenciado, con invasión por contigüidad de hilio hepático, venas
porta y esplénica (trombosis tumoral) y tejidos retroperitoneales.
Metástasis hepáticas, pulmonares (sólidas, adenomatosas y
linfangitis carcinomatosa), ganglios linfáticos mediastínicos y
retroperitoneales, adrenales y óseas (vértebra). Trombosis de vena
cava inferior, ilíaca y mesentéricas. Trombosis pulmonar (micro).
Trombosis de ramas de arteria esplénica con infarto de bazo. Ascitis
(800 ml), hidrotórax bilateral y edemas periféricos. Gastritis aguda
erosiva.
2. Litiasis vesicular, cálculo único, 3.5 cm, coles-terosólico, con
exclusión y escleroatrofia. Atrofia tiroidea (9.6g). Cicatrices de
úlceras pépticas, prepilóricas. Nefrosis osmótica.
Fig. 1.– Ecografía. Páncreas con estructura alterada; en cuerpo
formación sólida, hipoecoica, heterogénea, 7.6 cm (El contraste de
la imagen ha sido resaltado).
|
|
|
|
|