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ENCUESTA SOBRE DIAGNOSTICO Y MANEJO DEL ASMA
ENCUESTA A MEDICOS ESPECIALISTAS SOBRE EL DIAGNOSTICO Y
EL MANEJO DEL ASMA BRONQUIAL
GUILLERMO A. RAIMONDI
Instituto de
Investigaciones Neurológicas Raúl Carrea (FLENI), Buenos Aires
Presentado parcialmente en el III Congreso Iberoamericano de
Neumonología, Viña del Mar, Chile, 1994
Key words: asthma, treatment, diagnosis
Resumen
Se
realizó una encuesta a un grupo de 300 especialistas de pulmón
provenientes de un listado de la totalidad del país. Se analizan
aquí las respuestas referidas al manejo del asma (diagnóstico,
criterios para reconocer ataques de asma, educación al paciente sobre
su enfermedad). Se obtuvieron 98 respuestas (32.7% de los
cuestionarios enviados). Los encuestados se definían especialistas en
Neumonología (N) 71%. N + Medicina Interna (MI) 12%, N + Alergia (A)
6%, A 5%, MI 4%, MI + A 2%. Referente a diagnóstico se constató que
los especialistas utilizan poco la respuesta a broncodilatadores y
menos aún la respuesta a corticoides. Utilizan con frecuencia alta y
más que la mayoría de los países comparados la eosinofilia en
sangre y la IgE RAST, ambos de dudosa necesidad para el diagnóstico
de asma bronquial. El reconocimiento de severidad del ataque de asma
lo realizan teniendo en cuenta menos que otros países la
sintomatología, la falta de respuesta a broncodilatadores y con muy
escasa utilización de métodos objetivos para objetivar obstrucción
de la vía aérea, Ej.: PEFR. Asimismo el PEFR es poco recomendado
para el seguimiento de la enfermedad. La correcta técnica de la
inhalación, sea aerosol o polvo seco, se realiza con baja frecuencia.
Sólo las respuestas referidas a la educación del paciente sobre su
enfermedad, la enseñanza sobre diferencia entre tratamiento
broncodilatador y desinflamatorio, comunicación sobre severidad de su
enfermedad y frecuencia con que se da al paciente plan de acción en
caso de ataque severo de asma calificaron igual o mejor que los
países que habitualmente califican bien. Esto, de acuerdo a otros
datos de la literatura, nos hace sospechar, como suele ocurrir en
estas encuestas, que el entrevistado contesta a veces lo que debería
hacer, pero no necesariamente lo que hace.
Abstract
Questionnaire
among chest physicians regarding the diagnosis and management of
asthma. A survey on asthma management was conducted in 300 chest
physicians randomized from a national list. Diagnosis procedures,
methods for recognizing life-threatening asthma attacks and patient
education about his or her disease were reviewed. Ninety-eight
responses were obtained (32.7% of the questionnaires mailed). 71% of
the responders were specialized in respiratory medicine (RM), 12% in
RM + Internal Medicine (IM), 6% in RM + Allergy (A), 5% in A, 4% in
IM, and 2% in IM + A. As a diagnostic test, immediate response to
bronchodilator was seldom used and a trial course of oral steroids was
even less used. Blood eosinophilia and specific IgE RAST were
frequently used and more than in other compared countries in spite of
its doubtfulness for the diagnosis of asthma. Severity of asthma
attack was assessed less than in other countries in relation to
symptoms, lack of response to inhaled broncodilators and with
practically no use of any objective method for the assessment of
airways obstruction (PEFR). The latter was seldom employed for chronic
control of the disease. The assessment of the correct technique of
metered dose inhaler or dry powder inhaler use was rarely done. Only
the questions referred to patient education about their disease,
teaching about the difference between relieving (bronchodilator) and
anti-inflammatory treatment, communication to the patient about the
severity of his or her disease and the frequency of giving a written
action plan in case of severe asthma attacks qualified equal or better
than countries that always qualified well. These responses, together
with other data of the literature, makes us suspect, as is common in
these audits, that the interviewed person sometimes replies what he or
she should do, but not necessarily what he or she does.
Dirección postal: Dr. Guillermo A. Raimondi, FLENI,
Montañeses 2325, 1428 Buenos Aires, Argentina. Fax: (54-11) 4784-7620
E-mail: raimondi@fleni.org.ar
Recibido: 11-VIII-1998 Aceptado: 6-I-1999
La morbilidad y la mortalidad del asma bronquial ha aumentado en
algunos países1, 2. Entre las distintas causas que pueden explicar
esto se ha supuesto el incorrecto enfoque del tratamiento. Esto
incluye el desconocer el componente inflamatorio de la enfermedad así
como la administración precoz de corticoides en el paciente
desmejorando. Asimismo la eficaz utilización de los beta
adrenérgicos inhalados, sobre todo durante el acceso agudo. También
se ha supuesto importante la completa información y educación
proporcionada al paciente y a su familia, así como el control
objetivo de la obstrucción de la vía aérea.
En los últimos tiempos se han desarrollado distintos consensos de
tratamiento y manejo del asma. Todos ellos ponen énfasis en el
correcto diagnóstico, educación del paciente acerca de su
enfermedad, el tratamiento racional del componente inflamatorio y en
el control objetivo de la obstrucción de la vía aérea4-7. Sin
embargo no es claro si estos lineamientos son habitualmente seguidos.
Varias encuestas realizadas en distintos países han tratado de
dilucidar si la calidad de manejo y estos lineamientos son seguidos.
Así las encuestas realizadas en países de Europa en 19848 y en EE.UU
en 19859. Otra encuesta similar se repitió en Europa, EE.UU, Canadá,
Australia, Nueva Zelanda y Japón en 1992, el International
Questionnaire on Asthma Management (IQUAM)10.
Con el objeto de evaluar el manejo que realizan los especialistas en
nuestro medio realizamos en Argentina una encuesta utilizando el mismo
cuestionario del estudio del año 1992. Esto permitía observar el
comportamiento de nuestros especialistas y además comparar los
resultados con los especialistas de otros países.
Materiales y métodos
El cuestionario consistía en 35 preguntas de las cuales 3 eran
sobre datos personales de los encuestados, 4 sobre métodos
diagnósticos, 17 sobre Información y Manejo (información y
educación) del paciente y 11 sobre tratamiento agudo del acceso y
especialmente sobre el tratamiento del asma estable. Estas preguntas
se referían tanto al tratamiento en adultos como en niños mayores de
6 años.
El cuestionario fue enviado a un grupo de 300 especialistas de
pulmón. Este provenía de la randomización de un listado de 1093
especialistas de todo el país. Al no existir en nuestro medio una
única Sociedad o Institución que agrupara a todos ellos, el listado
de los mismos fue suministrado por la industria farmacéutica a
través de múltiples informaciones. Similar procedimiento se realizó
en algunos de los países con estas características en la encuesta de
1992. El cuestionario se remitió por correo en junio de 1994. En una
carta adjunta se solicitaba al médico efectuar sus respuestas en
promedio, es decir teniendo en cuenta la actitud en promedio que se
toma frente a un paciente asmático promedio.
En este trabajo se analizaron exclusivamente las respuestas referentes
a Diagnóstico e Información y Manejo del asma. Los datos referentes
a tratamiento ya han sido publicados11.
Referente al encuestado se le preguntaba si era especialista en a)
Neumonología, b) Medicina Interna, c) Alergia. Con posibilidad de
señalar una o más especialidades. Asimismo se interrogaba acerca de
su antigüedad en la especialidad y el porcentaje de pacientes que
veía en los diferentes grupos de edad (6 a 15, 17 a 44, 45 a 65 y
más de 65 años).
Las principales preguntas fueron las siguientes:
1. Para diagnosticar un caso de asma, indique la frecuencia con que
utiliza los siguientes tests:
a) Test cutáneos
b) IgE específica (RAST)
c) Recuento de eosinófilos en sangre
d) Test de reversibilidad (respuesta inmediata a broncodila-tadores
evaluada con un test espirométrico)
e) Tests de broncoprovocación inespecífica (histamina, metacolina)
f) Prueba terapéutica con esteroides.
2. ¿Con qué frecuencia aconseja a sus pacientes usar los siguientes
criterios para reconocer ataques severos de asma?
a) Síntomas
b) Falta de respuesta a broncodilatadores inhalados
c) Descenso del flujo espiratorio máximo (peak expiratory flow rate,
PEFR)
3. ¿Con qué frecuencia pide a sus pacientes asmáticos que realicen
registros diarios del PEFR?
4. Cuando Ud. está evaluando la severidad de un ataque de asma ¿Con
qué frecuencia usa un medidor de flujo espiratorio máximo (peak flow
meter) o pide su uso?
5. ¿Con qué frecuencia Ud. u otra persona comprueba que un inhalador
(aerosol presurizado, metered dose inhaler) o inhalador de polvo seco
(dry powder inhaler) es usado correctamente?
6. Durante la primera visita de un nuevo paciente ¿Con qué
frecuencia pasa más de 15 minutos educándole sobre su enfermedad?
7. ¿Con qué frecuencia se asegura que sus pacientes asmáticos
conozcan la diferencia entre tratamiento sintomático
(broncodilatador) y tratamiento antiinflamatorio?
8. ¿Con qué frecuencia comunica a sus pacientes su valoración sobre
la severidad de su asma?
9. ¿Con qué frecuencia da a sus pacientes asmáticos un plan escrito
para actuar en caso de ataques severos de asma?
10. ¿Con qué frecuencia es capaz de convencer a sus pacientes que
tomen tanta medicación como fuera necesaria para evitar todos sus
síntomas de asma?
Todas estas preguntas se pidió contestarlas como 0, 1, 2 o 3 de
acuerdo a:
0 = nunca (casi) < 10%
1 = algunas veces 10-50%
2 = a menudo 50-90%
3 = siempre (casi) > 90%
Con la frecuencia de uso (nunca, algunas veces, a menudo, siempre)
tabuladas respectivamente 0, 1, 2 o 3 se calculó una respuesta media
ponderada (Tabla 1). Si el puntaje fuera 0 significaría que la
totalidad de los encuestados contesta- ron nunca, en el otro extremo
si fuera 3 la totalidad contestó siempre.
Resultados
Se obtuvieron 98 respuestas (32.7% de los cuestionarios enviados).
Los encuestados se definían especialistas en Neumonología 71%,
Neumonología + Medicina Interna 12%, Neumonología + Alergia 6%,
Alergia 5%, Medicina Interna 4% y Medicina Interna + Alergia 2%. Es
decir, el 89% se declaraba especialista en Neu-monología. El 13%
especialistas en Alergia. El promedio de ejercicio de la especialidad
de los encuestados fue de 15.1 ± 6.2 (DS) años. El porcentaje de
pacientes visto en las distintas edades fue en promedio 23.1% de 6 a
15 años, 35.9% de 17 a 44 años, 21.8% de 45 a 65 años y 11.2% de
más de 65 años.
Con respecto a la utilización de distintos tests para el diagnóstico
de asma bronquial, el orden de asiduidad de los mismos fue: 1ro,
prueba de reversibilidad a broncodilatadores, (respuesta media
ponderada 2.30); 2do, eosinofilia en sangre periférica (1.80); 3ro,
IgE específica (RAST) (1.35); 4to, prueba terapéutica con esteroides
(0.98); 5ta, test cutáneos 0.88; 6to, test de broncoprovocación no
específica 0.30. Los valores comparativos con otros países en el
estudio del IQAM pueden observarse en la Tabla 2 y Fig. 1.
Referente a los criterios que aconsejan utilizar para reconocer
ataques severos de asma: 1ro sintomatología, 2.29; 2do falta de
respuesta a broncodilatadores inhalados 1.91; 3ro descenso del PEFR,
1.51. Los valores comparativos con el estudio del IQAM se observan en
las Figs. 2 a 4.
La recomendación a los pacientes de realizar registros diarios de
PEFR, puntaje medio ponderado fue 1.17. Con respecto a la evaluación
de la severidad de un ataque de asma por parte del médico la
utilización de PEFR el puntaje fue de 2.13. Los valores comparativos
con el trabajo del IQAM se observan en las Figs. 5 y 6.
Respecto a la comprobación del correcto uso del inhalador la
respuesta media ponderada fue de 2.12, una de las más bajas de los
distintos países comparados. El hacer conocer la diferencia entre
tratamiento sintomático (broncodilatadores) vs desinflamatorio 2.54.
La dedicación en la primera visita de más de quince minutos
educándole acerca de su enfermedad 2.62 (1ro entre los 25 países
comparados). La comunicación sobre la severidad del asma 2.68 (2do
entre los 25 países comparados). La frecuencia con que se le da al
paciente un plan escrito en caso de ataque severo, 1.93 (3ro entre los
25 países comparados). La frecuencia con que es capaz de convencer a
los pacientes de tomar tanta medicación cuanto fuera necesaria para
evitar todos los síntomas 2.15, 3ro entre los países comparados. Los
valores de las respuestas medias ponderadas de los diferentes países
de estos últimos ítems se pueden observar en la Tabla 3.
Discusión
Una de las características de este estudio, ya señalada y
comentada anteriormente11 fue el bajo grado de respuestas obtenidas
(32.7%). Esto limita la pureza del estudio y permite cuestionar si
estos datos son representativos del total de especialistas del país.
Sin embargo a pesar de estas limitaciones, consideramos de importancia
el poder analizar una muestra de 100 especialistas. Asimismo también
comentamos el distinto grado de respuestas obtenido en el estudio del
IQAM. Si bien en promedio fue del 49% hubo extremos desde Japón,
Dinamarca y Reino Unido con 83, 81 y 74%, hasta España, Grecia y
Portugal con 30, 28 y 25% respectivamente. Este disímil grado de
respuesta posiblemente se deba a la diferente idiosincrasia,
educación y cultura médica en los distintos países.
Si tenemos en cuenta distintas publicaciones y diversos consensos
sobre tratamiento y manejo del asma, hay ciertas pautas aceptadas como
enfoque correcto. Tal es el caso de utilizar beta dos agonistas
inhalados en el acceso agudo; el enfoque del asma bronquial como
enfermedad inflamatoria con recomendación de uso de corticoides
inhalados, al menos en el asma moderado; la utilización de beta
agonistas preventivamente o ante la aparición de síntomas; la
correcta enseñanza al paciente de su enfermedad; la utilización de
métodos objetivos para cuantificar la obstrucción de la vía aérea,
sea durante el acceso agudo o durante su enfermedad y la utilización
de métodos aceptados para el diagnóstico. Es así, que cuando se
analizan los resultados del IQAM se observa, en base a estas pautas,
que algunos países califican habitualmente bien, tales como Nueva
Zelanda, Reino Unido, Irlanda, Canadá. Por otro lado otros suelen
calificar mal, tales como los países de Europa del Este
(Checoslovaquia, Polonia, Hungría), Grecia y Portugal. En este
aspecto, es interesante observar en estas comparaciones cómo se
insertan las respuestas de nuestros encuestados.
El diagnóstico de asma bronquial es eminentemente clínico. La
enfermedad se caracteriza por exacerba-ciones de distinta severidad
que mejoran espontáneamente o por efecto del tratamiento. Estos
ataques o exacerbaciones son a menudo provocados por factores
exógenos tales como irritantes, alergenos, ejercicio o infecciones de
la vía aérea. Asimismo son característicos los síntomas nocturnos
o matinales. Sin embargo, es evidente que el médico se ayuda de
ciertos estudios para el diagnóstico del asma bronquial. Uno de
éstos es el objetivar por medio de la espirometría la obstrucción
de la vía aérea y su respuesta a los broncodilatadores. Hay autores
que afirman que la impresión clínica de asma debe ser confirmada
objetivamente demostrando la reversibilidad de la obstrucción de la
vía aérea2. Asimismo el Consenso Internacional de Diagnóstico y
Tratamiento del Asma afirma que las medidas objetivas de la
obstrucción de la vía aérea y su variabilidad es crítica para
establecer el diagnóstico5. En ese aspecto el hecho que el test de
respuesta a broncodilatadores haya sido el más utilizado por nuestros
especialistas para el diagnóstico del asma bronquial no llama la
atención. De todas maneras y teniendo en cuenta la importancia del
mismo, todos deberían haber contestado que siempre lo utilizan y la
respuesta media ponderada haber sido 3. Sin embargo ésta fue sólo
2.30 y comparando con otros países está en el grupo que menos la
utiliza (Fig. 1).
El segundo test en frecuencia que nuestros especialistas utilizaron
para el diagnóstico de asma bronquial fue la eosinofilia en sangre
periférica. Hay autores que ni siquiera citan este test como de
utilidad para el diagnóstico de asma bronquial2. Algunos consensos
tampoco lo nombran4, 6, 7. Otros citan la eosinofilia en el esputo,
pero no en sangre periférica, entre distintos estudios adicionales
para el diagnóstico del asma bronquial3, 4. En el comparativo con
otros países se encuentra en un término medio. Los países que
habitualmente califican bien lo utilizan en menor medida (Tabla 2).
Con respecto a los tests cutáneos, éstos fueron utilizados
relativamente poco por nuestros especialistas para el diagnóstico de
asma bronquial. Esto fue similar a otros países con habitual buena
calificación (Tabla 2). Ninguno de los consensos pone énfasis en su
utilidad para el diagnóstico del asma bronquial4-7.
La prueba terapéutica con esteroides fue poco utilizada. Algunos
países de los que habitualmente califican bien lo utilizaron algo
más (Tabla 2). Sólo el consenso británico7 aconseja un curso de
dosis altas de corticoides orales por dos semanas con monitoreo del
PEFR en aquellos pacientes en que la reversibilidad de la obstrucción
de la vía aérea no puede ser demostrada de otra manera. Asimismo es
una prueba que se utiliza con cierta frecuencia en pacientes con
diagnóstico presuntivo de EPOC para diferenciarlos de pacientes con
asma bronquial o con fines prácticos de reversibilidad y utilidad
terapéutica12.
En cuanto al test de provocación inespecífica fue muy poco utilizado
y en comparación a los demás países fue el que menos lo utilizó
(Tabla 2). En ese sentido con valores similares a los países que
califican bien. Esto está de acuerdo si consideramos que esta prueba
es de necesidad sólo para diagnosticar asma cuando la espirometría
es normal13. Esto cabe indudablemente en un pequeño porcentaje de
pacientes. Sin embargo, la tan baja respuesta obtenida por nuestros
especialistas creemos que se debe a que en nuestro medio el común de
los neumonólogos no lo tiene al alcance, utilizándose sólo en
centros muy especializados. Eso más aún en el momento en el que fue
realizada la encuesta.
Los distintos consensos de tratamiento comentan claramente las
características clínicas de la exacerbación, tales como la
aparición de síntomas nocturnos o el empeoramiento brusco de los
síntomas o la necesidad de aumentar los agentes broncodilatadors4-7.
Sin embargo todos ellos, así como distintos trabajos2, 3, 14 ponen
énfasis en la necesiad de monitorizar objetivamente este
empeoramiento mediante determinaciones de flujo pico espiratorio
(PEFR) o espirometría. A pesar de esto, cuando se interroga como
aconsejan reconocer ataques severos de asma, sólo el aumento de la
sintomatología se lo considera aceptablemente (respuesta media
ponderada 2.29, Fig. 2). La falta de respuesta a bronco-dilatadores
inhalados se la considera con menor frecuencia (respuesta media
ponderada de 1.91) entre los países que califican mal (Fig. 3). La
que fue notablemente baja fue la utilización de la medida de flujo
espiratorio máximo (PEFR) para reconocer el ataque severo de asma. Su
respuesta media ponderada fue de 1.51, una de las más bajas entre los
distintos países comparados (Fig. 4). Esto es grave si tenemos en
cuenta que la severidad de un ataque de asma es a menudo subestimada
por los pacientes, sus familiares o aun los médicos15 o que las
sibilancias correlacionan poco con la obstrucción de la vía
aérea16. Asimismo, la baja percepción de la severidad del asma por
parte del paciente y del médico puede ser un factor mayor que cause
retardo en iniciar el tratamiento y entonces contribuir en el aumento
de la morbilidad y mortalidad del asma17.
Tanto las guías de manejo del National Asthma Education Program
(NAEP)4 como el International Consensus Report on Diagnosis and
Management of Asthma5 recomiendan la utilización del PEFR en su casa
en aquellos pacientes mayores de 5 años con asma moderada a severa
para monitorizar el curso de la enfermedad y la respuesta al
tratamiento. A pesar de esto, en el caso de nuestros especialistas la
recomendación de realizar estos registros se hacía con baja
frecuencia (puntaje medio ponderado 1.17). Si bien es cierto que esto
puede haber estado influenciado, eventualmente, por el grado de
compromiso de los pacientes (la recomendación cabe a aquellos con
asma moderado a severo) nuestros especialistas lo utilizaron poco en
comparación a los de otros países (Fig. 5).
Con respecto a la frecuencia de utilización de un medidor de flujo
espiratorio máximo cuando el médico evalúa la severidad de un
ataque de asma, la respuesta debería haber sido siempre sí y en ese
aspecto la respuesta media ponderada 3. En el caso de nuestros
especialistas este valor fue de 2.13, siendo intermedio en la
comparación entre los distintos países (Fig. 6). Esta baja
utilización de métodos objetivos por parte de los médicos ya ha
sido observada en otros estudios. En ese sentido, en una encuesta
realizada a médicos emergen-tólogos en EE.UU18 sólo el 42%
manifestaba obtener el PEFR antes de iniciar tratamiento en el Dpto.
de Emergencias. Hay otros estudios que muestran utilización mejor,
tal como uno retrospectivo realizado en Canadá con valores de
alrededor del 60%19. Sin embargo, estos valores son algo mejores que
cuando el paciente debe hacer sus propios controles, sea cuando al
paciente se la aconseja utilizarlo para reconocer ataques severos de
asma o para que realice registros diarios de PEFR. En este sentido hay
que tener en cuenta que el especialista en nuestro medio suele tener
disponible el medidor de PEFR o espirómetro mientras que el paciente
habitualmente no. Esto se puede deber a las dificultades de los
pacientes para obtener su medidor de flujo máximo, sea por razones de
importación o por lo elevado de su precio. Esto aún más en el
momento de la realización de la encuesta.
La medicación inhalatoria está claramente indicada en el asma
bronquial. Las razones de esto es su rápida acción y las
posibilidades de utilizar dosis menores de fármacos que por otras
vías con menores efectos colaterales. Todos los consensos de
tratamiento indican a la medicación inhalatoria como primera línea
de tratamiento, sea broncodilatadores o corticoides4-7. En ese sentido
y teniendo en cuenta que para ésta sea eficaz se requiere una
correcta aspiración de los fármacos, es importante que el médico
enseñe la correcta realización de la maniobra inhalatoria. Cuando se
preguntaba con qué frecuencia se comprobaba la correcta utilización
de su inhalador, la respuesta media ponderada fue relativamente alta
(2.12). Diez de los países del IQAM califican con más de 2.50 (Tabla
3). Esto significaría que prácticamente siempre se realizaría dicha
comprobación. En el caso de EE.UU, este valor fue de 2.6. Sin
embargo, en un trabajo realizado en ese medio en 101 pacientes que se
internaban por asma severa20 sólo 24 de ellos afirmaban que un
profesional de la salud lo había instruido sobre su uso. Cuando se
observaba cómo realizaba el paciente la inhalación del aerosol de
acuerdo a una correcta técnica (disparo único, inhalación durante
el disparo, inhalación lenta, mantención de la inspiración y
realización con la boca abierta) sólo el 11% de los pacientes la
realizaba correctamente. Esto haría pensar que en muchas de estas
respuestas tal vez los médicos contesten lo que deberían hacer pero
no necesariamente lo que hacen.
Respecto a la educación del paciente, tanto el NAEP como las guías
internacionales o las británicas4, 5, 7 ponen énfasis en la
enseñanza de las características de la enfermedad y de su manejo, no
sólo al paciente sino también a sus familiares. Esto incluye la
correcta utilización de las drogas inhaladas y del PEFR cuando esté
indicado. Instruir sobre la diferencia entre tratamiento
broncodilatador sintomático y tratamiento antiinflamatorio preventivo
que disminuye o suprime la inflamación de la vía aérea. Realizar
indicaciones claras que permitan reconocer los signos de que el asma
está empeorando, tales como los síntomas nocturnos, la necesidad de
aumentar los broncodilatadores y los cambios del PEFR. La enseñanza
del concepto de PEFR, entrenándose cómo realizar la medida y
anotarla, así como una correcta maniobra espiratoria de exhalación
rápida. También hacer notar que no sólo el valor de PEFR es
importante sino también su variabilidad. También ponen énfasis en
las instrucciones no sólo verbales sino también escritas acerca de
los planes de tratamiento de mantenimiento, incluyendo cómo reconocer
que el tratamiento no es el óptimo. Esto incluye un claro listado de
instrucciones para manejar los episodios agudos, sea la
administración de broncodilatadores o el comenzar o aumentar dosis de
corticoides, o el criterio para solicitar atención de urgencia.
Referente a los planes de acción, éstos deben ser por escrito y
deben estar correctamente realizados. En este aspecto las guías
internacionales muestran fichas ad hoc de distintos organismos de
educación utilizados en distintos países tales como Australia, Reino
Unido o EE.UU5. A pesar de que este plan de acción en caso de
empeoramiento del asma se considera muy importante, en el trabajo
anteriormente citado20 en que se evalúan 101 pacientes internados por
asma bronquial severa, éste había sido dado solamente a 28 de ellos.
Este número es bajísimo si tenemos en cuenta que esta población
estaba seriamente comprometida, habiendo el 83% de ellos requerido
alguna vez internación y el 25% intubación, siendo el promedio de
internaciones en el último año de 2.5 ± 0.4 episodios. Sólo unos
pocos de estos pacientes tenían instrucciones detalladas de los
cambios de medicación. La mayoría de las recomendaciones consistía
en haberle dicho de concurrir al Dpto. de Emergencias en caso de
desmejoría. Esto una vez más hace pensar si las respuestas obtenidas
muestran realmente lo que los médicos hacen o lo que debieran hacer.
Respecto a las preguntas sobre educación de su enfermedad, tales como
el hacer notar la diferencia entre tratamiento broncodilatador y
desinflamatorio, la comunicación de la severidad de su asma, la
capacidad de convencer al paciente que tome tanta medicación como sea
necesaria así como la realización de un plan por escrito en caso de
ataque severo de asma, nuestros especialistas tuvieron un puntaje
realmente alto ubicándose entre los tres primeros países en las
distintas respuestas (Tabla 3). En el caso de la pregunta de
dedicación en la primera visita de más de quince minutos educándole
acerca de su enfermedad, la respuesta media ponderada fue 2.62,
primero entre los 25 países encuestados, significando que
prácticamente todos los encuestados lo hacían. Estas respuestas
medias ponderadas tan elevadas nos hacen sospechar que posiblemente
hayan contestado lo que deberían hacer y no simplemente lo que hacen.
Si bien esto no es fácil probarlo, nos basamos en el estudio
anteriormente comentado20 en el que se evalúan por ej. la
realización de un plan de acción en el caso de ataque severo o la
enseñanza de la correcta utilización del inhalador. En estos casos
las respuestas de los pacientes son notablemente más bajas que lo que
los médicos suelen afirmar.
En resumen y aceptando las limitaciones ya comentadas, principalmente
por la baja respuesta obtenida y lo representativa que esta encuesta
puede ser de la totalidad de los especialistas del país, consideramos
que el poder analizar respuestas de 100 de ellos es de utilidad y
orientativo. En ese aspecto encontramos que nuestros especialistas
utilizan con disímil criterio los distintos métodos diagnósticos,
utilizando poco la respuesta a broncodilatadores y menos aún la
respuesta a corti-coides. Utilizan, asimismo, con frecuencia alta la
eosinofilia en sangre periférica y la IgE RAST, ambas de dudosa
necesidad para el diagnóstico del asma bronquial. Que el
reconocimiento de severidad de un ataque de asma lo realizan teniendo
en cuenta menos que los especialistas de otros países, la
sintomatología, la falta de respuesta a los broncodilatadores y sobre
todo la medición objetiva de la obstrucción de la vía (PEFR).
También es poco recomendada la utilización del PEFR para realizar
seguimiento y registros diarios. Se lo utiliza sólo medianamente para
que el médico evalúe un ataque severo de asma. Tampoco se realiza
con frecuencia la comprobación del correcto uso del inhalador. Sólo
las respuestas referidas a la educación del paciente sobre su
enfermedad, la enseñanza sobre la diferencia entre tratamiento
broncodilatador y desinflamatorio, comunicación de la severidad de su
enfermedad y frecuencia con que se da al paciente un plan de acción
en caso de ataque severo de asma fueron contestadas con puntaje
notablemente elevado, igual o mejor que los países que habitualmente
califican bien. Esto nos hace sospechar, como suele ocurrir en estas
encuestas, que el entrevistado contesta a veces lo que debería hacer,
pero no necesariamente lo que hace.
Lo expuesto anteriormente y de acuerdo a otros datos de esta encuesta
referidos al tratamiento anteriormente publicadas11 hacen pensar que
el manejo del asma hecho por nuestros especialistas no es el más
correcto e inferior a muchos de los países comparados. Es necesario
avanzar en el entrenamiento y educación continua de nuestros
especialistas. Ya está probado que la sola formulación de guías y
consensos no es suficiente. Estas sólo cambian algo la actitud y el
conocimiento pero difícilmente cambian las pautas de manejo20, 21.
Agradecimientos: El autor agradece al Prof. Paul Vermeire,
miembro del Comité del International Questionnaire on Asthma
Management, el facilitar el material y su colaboración para realizar
esta encuesta. Asimismo se agradece el apoyo técnico y económico al
Laboratorio CIBA (hoy Novartis).
ADDENDUM: Código de países: A: Austria, AUS: Australia, B: Bélgica,
CDN: Canadá, CH: Suiza, CS: Checoslovaquia, D: Alemania, DK:
Dinamarca, E: España, F: Francia, GR: Grecia, H: Hungría, I: Italia,
IRL: Irlanda, J: Japón, N: Noruega, NL: Holanda, NZ: Nueva Zelanda,
P: Portugal, PL: Polonia, RA: Argentina, S: Suecia, SF: Finlandia, UK:
Reino Unido de Gran Bretaña, USA: EE.UU de N.A.
El cuestionario completo está a disposición de los interesados
solicitándolo al autor.
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TABLA 1
[N0 x 0] + [N1 x 1] + [N2 x 2] + [N3 x 3]
Puntaje medio =
NT
N0 = Nro de respuestas nunca
N1 = Nro de respuestas algunas veces
N2 = Nro de respuestas a menudo
N3 = Nro de respuestas siempre
NT = Nro de respuestas totales
TABLA 2.– Tests para el diagnóstico del asma bronquial
Prueba Eosinofilia IgE específica Prueba Test Test broncoprov.
reversibilidad en sangre (RAST) terapéutica cutáneos inespecíficia
Broncodilat. c/esteroides
A 2.61 1.87 1.94 0.97 2.03 1.29
AUS 2.75 1.29 0.55 1.29 1.51 1.23
B 2.80 2.27 2.22 1.08 2.55 1.70
CDN 2.64 1.19 0.29 1.06 1.28 1.42
CH 2.80 1.85 1.76 1.15 1.85 1.15
CS 2.35 2.28 10.5 0.84 2.42 1.16
D 2.50 1.93 1.70 1.48 2.37 1.87
DK 2.58 2.25 1.53 1.64 2.19 0.92
E 2.56 2.32 1.37 0.86 1.50 0.95
F 2.62 1.73 1.66 1.06 2.17 1.00
GR 2.63 2.85 1.64 0.70 1.33 0.59
H 2.17 2.27 1.92 0.78 2.75 1.69
I 2.39 1.32 1.41 0.81 2.61 1.34
IRL 2.40 1.80 0.40 1.33 0.87 0.60
J 1.40 2.82 2.73 0.51 1.94 1.11
N 2.26 1.39 1.13 1.40 1.26 0.94
NL 2.91 2.63 1.63 1.08 2.29 2.57
NZ 2.65 1.16 0.13 1.26 0.55 0.75
P 2.50 2.88 1.96 0.79 2.79 1.33
PL 1.90 2.29 1.00 0.90 2.48 0.65
RA 2.30 1.80 1.35 0.98 0.88 0.30
S 2.43 1.54 0.92 1.14 1.69 1.23
SF 2.83 2.65 1.13 1.38 2.50 2.15
UK 2.40 1.36 0.60 1.70 0.97 0.33
USA 2.42 1.32 0.35 1.35 0.39 0.84
Resultados expresados como respuesta media ponderada (0 = nunca, 3
= siempre). Código de países ver Addendum. En negrita valores
mínimos y máximos de cada respuesta.
Fig. 1.– Utilización de la prueba de reversibilidad a bron-
codilatadores para el diagnóstico de asma bronquial. Resultados
expresados como media ponderada (0 = nunca, 3 = siempre). Código de
países, ver Addendum.
Fig. 2.– Consejo a los pacientes de utilizar los síntomas como
criterio para reconocer un ataque severo de asma. Resultados
expresados como respuesta media ponderda (0 = nunca, 3 = siempre).
Código de países, ver Addendum.
Fig. 3.– Consejo a los pacientes de utilizar la falta de respuesta a
los broncodilatadores inhalados como criterio para reconocer un ataque
severo de asma. Resultados expresados como respuesta media ponderada
(0 = nunca, 3 = siempre). Código de países, ver Addendum.
Fig. 4.– Consejo a los pacientes de utilizar el descenso del flujo
espiratorio máximo (PEFR) como criterio para reconocer un ataque
severo de asma. Resultados expresados como respuesta media ponderada
(0 = nunca, 3 = siempre). Código de países, ver Addendum.
Fig. 5.– Consejo a los pacientes de realizar diariamente registros
de flujo espiratorio máximo (PEFR). Resultados expresados como
respuesta media ponderada (0 = nunca, 3 = siempre). Código de países
ver Addendum.
Fig. 6.– Utilización de un medidor de flujo espiratorio máximo
(PEFR) por parte del médico o solicitar su uso para evaluar la
severidad de un ataque de asma. Resultados expresados como respuesta
media ponderada (0 = nunca, 3 = siempre). Código de países ver
Addendum.
TABLA 3.– Información y manejo del asma bronquial
Comprobación Diferencia trat. Dedicación Comunicación Plan por
Medicación
uso inhalador sintomatico/ más 15 severidad escrito necesaria
desinflamatorio minutos
A 2.23 2.11 2.39 1.90 1.19 1.81
AUS 2.75 2.77 2.35 2.73 2.06 1.76
B 2.39 2.37 2.37 2.20 1.46 2.00
CDN 2.55 2.75 2.19 2.41 1.16 1.78
CH 2.52 2.62 2.61 2.44 1.44 1.79
CS 1.93 1.60 2.02 1.93 0.52 1.93
D 2.23 2.38 2.55 2.23 1.45 1.85
DK 2.33 2.81 2.22 2.29 1.29 2.04
E 2.20 2.11 2.36 2.21 1.82 1.93
F 2.51 2.33 2.56 2.40 1.55 1.66
GR 2.56 2.15 2.54 1.93 1.00 2.33
H 2.22 2.29 2.46 2.03 0.76 1.78
I 1.88 1.83 2.06 2.05 1.43 1.90
IRL 2.73 2.60 1.93 2.60 1.20 1.47
J 2.16 1.80 1.98 2.10 1.09 2.27
N 2.40 2.77 2.38 2.02 1.17 1.60
NL 2.10 2.73 2.00 2.09 0.84 1.69
NZ 2.74 2.94 2.26 2.55 2.55 1.81
P 2.00 2.04 2.33 2.21 1.67 2.04
PL 1.91 2.35 2.43 2.41 1.79 2.14
RA 2.12 2.54 2.62 2.68 1.93 2.15
S 2.33 2.79 2.41 2.22 1.51 1.66
SF 2.60 2.85 2.08 2.10 1.00 1.67
UK 2.69 2.89 1.73 2.33 1.54 1.61
USA 2.55 2.71 2.57 2.31 1.19 1.71
Resultados expresados como respuesta media ponderada (0 = nunca, 3
= siempre). Código de países ver Addendum.
En negrita valores mínimos y máximos de cada respuesta.
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