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ESPONDILODISCITIS INFECCIOSAS ESPONTANEAS
ESPONDILODISCITIS
INFECCIOSAS ESPONTANEAS EN ADULTOS
ANALISIS DE 30 CASOS
MARIA GLORIA RIVERO, ADRIAN
J. SALVATORE, LUISA DE WOUTERS
Servicios de Clínica
Médica e Infectología, Hospital Privado de Comunidad, Mar del Plata
Key words: spondylodiskitis, discitis, spontaneous
infectious spondylodiskitis
Resumen
Se
revisaron retrospectivamente 30 casos de espondilodiscitis infecciosas
espontáneas (EIE) en adul- tos, diagnosticadas entre 1986 y 1997. La
edad media de los pacientes fue 68.8 años y el 56.7% eran varones.
Las causas identificables fueron endocarditis bacteriana 13 (43.3%);
tuberculosis 7 (23.3%); infección urinaria 4 (13.3%); bacteriemia con
foco 2 (6.7%) y sin foco 2 (6.7%). No se identificó la causa en otros
2 casos (6.7%). Las infecciones fueron debidas a gérmenes piógenos
19 (63.3%); tuberculosis 6 (20%) y de origen desconocido 5 (16.7%).
Todos los pacientes tuvieron dolor localizado, 70% de ellos fiebre,
36.7% dolor irradiado y 23.3% paraparesia. La fiebre fue más
frecuente en los pacientes con infección piógena que tuberculosa (p
= 0.004). Resultaron positivos 17 (70.8%) de los hemocultivos
realizados (contribuyeron al diagnóstico etiológico en 56.6% de los
casos). Se practicó punción guiada del disco en 13 pacientes, el
cultivo fue positivo en 7. Los gérmenes causales fueron estreptococos
33.3%; Mycobacterium tuberculosis 20%; estafilococos 16.6%;
Escherichia coli 6.6%; Pseudomonas aeruginosa 6.6%. No hubo
recuperación bacteriológica en 5 (16.7%). La localización fue
lumbar en 18 (60%), dorsal en 8 (26.6%) y cervical en 4 (13.3%). La
radiografía de columna fue positiva en 63.3% de los casos, la
gammagrafía ósea con TC 99 en 90.5%, la TAC en 85.7% y la RMI en el
100% de los casos en los que se realizó. Todos los pacientes
recibieron tratamiento antibiótico con una mediana de duración de 6
semanas para las EIE piogénicas y un año para las tuberculosas.
Requirieron corset 83.3% y cirugía para estabilización 10%. Tuvieron
complicaciones 36% de los pacientes, la mayoría por su enfermedad
causal. Hubo asociación estadísticamente significativa entre
mortalidad y diabetes.
Abstract
Spontaneous
infectious spondylodiskitis in adults. Analysis of 30 cases. We
revised retrospectively 30 cases of Spontaneous Infectious
Spondylodiskitis (SIS) in adults, diagnosed between 1986 and 1997. The
mean age of the patients was 68.8 years; 56.7% were males. The
identifiable causes were infectious endocarditis 13 (43.3%);
tuberculosis 7 (23.3%); urinary tract infection 4 (13.3%); bacteremia
with focus 2 (6.7%) and without focus 2 (6.7%). The cause was not
identified in other 2 cases (6.7%). Infections were due to pyogenic
bacteriae in 19 (63.3%); tuberculosis 6 (20%) and unknown 5 (16.7%).
All patients had localized pain, 70% fever, 36.7% irradiated pain and
23.3% paraparesis. Fever was more frequent in patients with pyogenic
etiology than in those with tuberculous SIS (p = 0.004). Blood
cultures were positive in 70.4%. Percutaneous aspiration of the disc
was performed in 13 patients; cultures were positive in 7. Causal
germs were Streptococcus spp. 33.3%; Mycobacterium tuberculosis 20%;
Staphylococcus spp. 16.6%; Escherichia coli 6.6%; Pseudomonas
aeruginosa 6.6%. There was no bacteriological recovery in 5 (16.7%).
Localization was lumbar in 18 (60%), dorsal in 8 (26.6%) and cervical
in 4 (13.3%). X-ray of the spine was positive in 63.3% of the cases,
Technetium scan in 90.5%, CT in 85.7% and MRI in 100% of cases in
which it was carried out. All patients received antibiotic treatment
with a median duration of 6 weeks for pyogenic SIS and one year for
tuberculous SIS. Eighty three percent required immobilizing brace and
10% surgery for stabilization. Thirty six percent of patients
presented complications, most of them related to the causal disease.
There was a statistically significant association between mortality
and diabetes.
Dirección postal: Dra. María Gloria Rivero, Coronel
Rodríguez 1173, 5500 Mendoza, Argentina. Fax: 54 (0261) 4234918; E-mail: riverovidela@lanet.com.ar
Recibido: 17-XI-1998 Aceptado: 1-III-1999
Muchos términos se han usado en la literatura para designar la
infección del disco intervertebral con o sin compromiso de las
vértebras adyacentes. En los adultos el término
«espondilodiscitis» es el que refleja más exactamente lo que ocurre
desde el punto de vista anatómico y fisiopatológico1.
Los niños poseen una rica red arterial anastomótica intravertebral,
los adultos en cambio poseen sólo ramas terminales1. En los adultos
el disco es virtualmente avascular. Los poros del gel interfibrilar
admiten sólo partículas menores a 15 Å. La sangre no ingresa en la
pulpa sana luego de los primeros 15 años de vida, ya que se obliteran
los vasos que perforan el platillo de cartílago hialino vertebral y
que comunican la esponjosa vertebral con la pulpa del disco. La
nutrición del disco parece depender de la imbibición de los fluidos
desde los cuerpos vertebrales, asistida por los rítmicos movimientos
de las actividades diarias2.
La misma rama arterial nutre la porción inferior de la vértebra
superior y la porción superior de la vértebra inferior adyacentes al
disco correspondiente. Se cree que pequeños émbolos sépticos
viajarían a través de las arterias segmentales espinales
(intercostales, lumbares), ramas de la aorta, a las arterias
metafisarias impac-tándose principalmente en la región subcondral
anterior. Así se produciría el infarto y la osteomielitis. En los
niños, por su extensa red de arterias colaterales paravertebrales e
intraóseas y la vascularización directa al disco, la infección se
desarrolla primariamente en este último y el término discitis es el
más apropiado3.
Las espondilodiscitis infecciosas pueden ser espontáneas o
iatrogénicas. Estas últimas son secundarias a instrumentación
espinal (cirugía de hernia de disco, tratamiento de prolapso uterino
con fijación al promontorio, anestesia peridural, mielografías). En
Francia, las espondilodiscitis iatrogénicas han aumentado en los
últimos años (de representar el 18.5% del total de las
espondilodiscitis en el período 1971-1980 a 34.5% en el período
1981-1990)4.
El análisis de la bibliografía es difícil ya que a la confusión
terminológica se suma la heterogeneidad de los grupos incluidos en
los estudios: algunos incluyen a las iatrogénicas, otros solamente a
las piogénicas excluyendo las tuberculosas y otras específicas1, 4,
5. No hay en nuestro conocimiento, estudios publicados sobre el tema
en la Argentina. En la literatura extranjera la mayoría de las
publicaciones corresponden a informes de casos o series pequeñas y el
trabajo con mayor número de casos de espondilodiscitis espontáneas
es el de Perrone y col.1.
Hemos revisado retrospectivamente la experiencia en el Hospital
Privado de Comunidad de Mar del Plata con el fin de establecer las
causas y los agentes etiológicos de las espondilodiscitis infecciosas
espontáneas, la frecuencia de aparición de los signos, síntomas y
anormalidades de laboratorio, la utilidad de los métodos de
diagnóstico por imágenes y las modalidades de tratamiento, y
comparar todos estos datos con la bibliografía existente.
Materiales y métodos
Todos los pacientes en los que se realizó diagnóstico de
espondilodiscitis infecciosas espontáneas en el Hospital Privado de
Comunidad entre 1986 y 1997 (período de 12 años) fueron incluidos en
este estudio. Se registró un total de 30 pacientes. Sus datos fueron
transcriptos a un protocolo estandarizado.
Se realizó el diagnóstico de espondilodiscitis infecciosa cuando
coexistieron hallazgos compatibles en un estudio por imágenes, más
uno de los siguientes tres criterios:
1. aislamiento de un germen de los hemocultivos (HEC) o del cultivo
del material obtenido por punción del disco
2. anatomía patológica compatible con tuberculosis (TBC)
3. conjunción de hallazgos clínicos, epidemiológicos y evolutivos
que autoricen sólo el diagnóstico de espondilodiscitis infecciosa.
Se excluyeron las espondilodiscitis iatrogénicas (por manipulación
espinal).
Las punciones-biopsia de disco se realizaron guiadas bajo tomografía
axial computarizada (TAC).
La revisión bibliográfica se realizó sobre búsqueda de MEDLINE®
del año 1986 a 1997 inclusive.
El análisis estadístico se realizó con Epi info 6.0 y se consideró
como significativa la p menor o igual a 0.05.
Resultados
La edad media de los pacientes fue 68.8 años. Veintiuno (70%)
fueron mayores de 65 años y 17 (56.7%) varones.
Tenían como antecedentes: diabetes 8 (26.7%), lumbago crónico 5
(16.7%), infecciones urinarias repetidas 3 (10%), toma prolongada de
corticoides 2 (6.7%), TBC pulmonar 1 (3.3%). (Tabla 1).
El tiempo de evolución desde el comienzo de los síntomas hasta el
diagnóstico tuvo una mediana de 30 días.
Las posibles causas identificables fueron endocarditis bacteriana en
13 (43.3%); TBC en 7 (23.3%), infección urinaria en 4 (13.3%);
bacteriemia con foco removible en 2 (6.7%), sin foco en 2 (6.7%). En 2
casos no se identificó la causa. (Tabla 1).
El cuadro clínico se manifestó con dolor localizado o exquisito en
el 100% de los casos, fiebre en 21 (70%), dolor irradiado en 11
(36.7%) y debilidad en miembros inferiores en 7 (23.3%). La fiebre se
presentó principalmente en los pacientes con etiología piógena: 17
de 19 pacientes (p = 0.0004).
La posible etiología fue confirmada (por cultivos o anatomía
patológica de diferentes muestras) como debida a gérmenes piógenos
en 19 (63.3%), tuberculosa en 6 (20%) y fue desconocida en 5 (16.7%).
(Tabla 2).
De los 5 casos con etiología desconocida se presumió que uno fue
secundario a una endocarditis aguda con cultivos negativos
(hemocultivo y cultivo de la válvula); otro a TBC en base a hallazgos
físico-químicos del líquido cefalorraquídeo, con cultivos
negativos de punción del disco. El tercero se interpretó como
probable bacteriemia con foco urinario por instrumentación de vía
urinaria reciente más antecedentes de infecciones urinarias, si bien
presentó hemocultivos (HEC) negativos, y luego cultivo por punción
del disco negativo bajo antibióticos (ATB). El cuarto tenía
antecedentes de evacuación de un hematoma infectado, HEC negativos y
la punción del disco negativa bajo antibióticos. Finalmente el
quinto caso tuvo HEC y cultivo del material del disco por punción
negativos para gérmenes comunes y bacilos ácido alcohol resistentes
(BAAR), con epidemiología positiva para TBC y secuela granulomatosa
en la radiografía de tórax. Excepto el primer paciente que falleció
por falla hemodinámica, los otros tuvieron buena evolución con el
tratamiento indicado sobre la base de la presunción etiológica.
La eritrosedimentación (ERS) tuvo una mediana de 75 mm/1° hora con
un rango de 24 a 150, 12 pacientes (40%) tenían ERS por arriba de 90.
No se encontró relación significativa entre el valor de ERS y la
etiología piogénica o tuberculosa.
La media del hematocrito fue de 34.2% y la de glóbulos blancos
10.880/mm3.
Se realizaron HEC en 24 pacientes con resultados positivos en 17
(70.8%). De este modo se obtuvo el diagnóstico etiológico mediante
los HEC en el 56.6% de los casos. De los 23 pacientes a los que se les
efectuó urocultivo, 4 (17.4%) fueron positivos. (Tabla 2).
Se practicó punción guiada del disco en 13 pacientes. El cultivo fue
positivo en el 53.8%, aunque en 3 de los cultivos negativos el
paciente estaba recibiendo antibióticos. (Tabla 2).
Los gérmenes causales fueron: estreptococos en 10 casos (4
Streptococcus viridans, 1 Streptococcus alfa hemolítico, 3
Enterococcus spp y 2 Streptococcus grupo D no enterococcus),
estafilococos en 5 casos (todos Staphylococcus aureus meticilino
sensible), Escherichia coli en 2 casos, Pseudomonas aeruginosa en 2
casos, Mycobacterium tuberculosis en 6 casos (todos por cultivo). En 5
casos no se obtuvo aislamiento del germen (Tabla 1).
La localización fue lumbar en 18 (60%), dorsal en 8 (26.6%) y
cervical en 4 casos (13.3%). El compromiso fue sólo de un disco en la
columna lumbar (principalmente L3-L4), mientras que en la dorsal y
cervical algunos pacientes presentaron compromiso de 2 o más espacios
intervertebrales. (Tabla 3). Las espondilodiscitis tuberculosas
tuvieron localización lumbar únicamente, principalmente L1-L2; las
piógenas con una distribución heterogénea a lo largo de la columna
también predominaron en la zona lumbar, sobre todo L3-L4. (Figura 1).
Se realizó radiografía de columna orientada clíni-camente al lugar
en todos los casos, siendo positiva en 19 (63.3%). La gammagrafía
ósea con Tc 99 fue realizada en 21 pacientes y fue positiva en 19
(90.5%). La TAC se realizó en 7 pacientes y fue positiva en 6 de
ellos (85.7%). La resonancia nuclear magnética (RMI) se realizó en
12 pacientes y en todos fue diagnóstica (100%). (Tabla 3).
La radiografía de tórax aportó al diagnóstico en el 14.3% de los
casos, por tener signos de TBC activa o secuela granulomatosa.
La reacción de Hudlesson se realizó en 4 pacientes y fue negativa en
todos.
El tratamiento fue eminentemente clínico, sólo 3 pacientes
requirieron cirugía para estabilización de la columna. Se
inmovilizó con corset a 25 pacientes (83.3%) y todos recibieron
tratamiento antibiótico ajustado a los cultivos y antibiogramas
correspondientes con una mediana de duración de 6 semanas para las
espondilodiscitis piogénicas y 1 año para las tuberculosas. Los
esquemas de tuberculostáticos llevaron 3 a 4 drogas en el primer
bimestre basados en isoniacida más rifampicina y el uso de
estreptomicina y/o etambutol y pirazinamida. Pasado el bimestre los
pacientes recibieron isoniacida más rifampicina hasta terminar el
tratamiento.
Tuvieron complicaciones 11 pacientes (36.6%), la mayoría de ellos
sufrieron complicaciones de la enfermedad causal (endocarditis
bacteriana, TBC miliar): cuatro requirieron reemplazo valvular, 1 de
ellos falleció. Presentaron paraparesia 4 pacientes y en 2 se
comprometió el músculo psoas ilíaco. (Tabla 1).
Fallecieron 4 pacientes: uno por hemorragia digestiva alta con
descompensación hemodinámica; el segundo en el postoperatorio
inmediato de reemplazo valvular por insuficiencia mitral severa; la
tercera que era diabética y tomaba crónicamente corticoides,
presentó TBC miliar con compromiso multiorgánico y falleció a los 3
días de haber comenzado el tratamiento con tubercu-lostáticos; el
último sufrió muerte súbita. (Tabla 1).
Solamente se halló asociación significativa entre la mortalidad y
antecedentes de diabetes (p = 0.017), no así con endocarditis
bacteriana, TBC o compresión medular.
Discusión
Las espondilodiscitis representan 2 al 4% de las osteomielitis. La
infección iatrogénica se ve en 1.7% a 4% de los postoperatorios de
cirugía de columna (datos de estudios provenientes de Austria y
Estados Unidos respectivamente)5, 6.
En los estudios publicados la mediana de la edad de los pacientes es
de 60 años6, en nuestro hospital fue de 68.8 años. En cuanto a los
síntomas todos presentaron dolor lumbar de intensidad moderada a
severa, con debilidad en miembros inferiores en 23.3% de los casos. La
fiebre se constató en 17 (89%) de las espondilodiscitis piogénicas y
en sólo una (14%) de las tuberculosas. La asociación de
espondilodiscitis piogénicas y fiebre fue estadísticamente
significativa (p = 0.0004). En la bibliografía se ha documentado
fiebre en 66% de las espondilodiscitis piogénicas y en 33% de las
tubercu-losas1.
La localización más frecuente en nuestros pacientes fue lumbar,
luego dorsal y cervical, al igual que en la bibliografía consultada1,
7. Clásicamente se describe a las regiones dorsal baja y lumbar alta
como las porciones más afectadas por la TBC6, en nuestra serie el
compromiso fue exclusivamente lumbar con predominio L1-L2.
En este análisis la causa identificable más frecuente fue la
endocarditis bacteriana (43.3%). En un trabajo realizado en nuestro
Hospital se analizaron las manifestaciones reumáticas en pacientes
con endocarditis bacteriana. El 48.4% de 161 episodios tuvieron
manifestaciones reumáticas ya sea axiales, periféricas o ambas.
Dentro de las axiales en 57 episodios hubo dolor axial no específico
(lumbar, cervical, sacro o dorsal en orden decreciente de frecuencia),
y en 13 episodios espondilodiscitis. Un dato llamativo es que el 20%
de las endocarditis por enterococos presentaron discitis8.
En contraste con las espondilodiscitis iatrogénicas en las que el
estafilococo (aureus y epidermitis) predomina netamente como agente
etiológico, en las espon-dilodiscitis espontáneas se han informado
gran variedad de bacterias, micobacterias y hongos9, 28. Meys y col.
compararon las etiologías de las espondilodiscitis piogénicas
(iatrogénicas y espontáneas), encontrando que Escherichia coli y
Staphylococcus aureus fueron los organismos más frecuentemente
responsables de las espondilodiscitis espontáneas (23.0 y 21.7% de
los casos respectivamente), con el estreptococo en tercer lugar
(15.6%). No hubo aislamiento bacteriológico en 23% de los casos. En
las espondilodiscitis iatrogénicas predominó el S. aureus (34%),
otros estafilococos, y pseudomonas. En ellas la ausencia de
recuperación bacteriológica aumentó a 44%29.
Perrone y col.1 estudiaron una serie de 80 pacientes con EIE en el
Servicio de Enfermedades Infecciosas y Tropicales del Hospital
Bichat-Claude Bernard de Francia. Allí los gérmenes más frecuentes
fueron M. tuberculosis en el 38.7% (el 55% de los pacientes eran
inmigrantes de zonas endémicas de TBC como Africa y Jamaica); cocos
gram positivos 30%: estafilococos 18.7% y estreptococos 11.2%; bacilos
gram negativos 20%. No hubo recuperación bacteriológica en 10%.
En nuestro estudio la distribución fue la siguiente: estreptococos
33.3%; M. tuberculosis 20%; estafilococos 16.6%; Escherichia coli
6.6%; Pseudomonas aeruginosa 6.6%. No hubo recuperación
bacteriológica en 16.7% de los pacientes. El predominio de
esteptococos se explica por ser éste el germen causal más frecuente
de endocarditis bacteriana en nuestro hospital y ésta a su vez la
principal causa identificable de espondilodiscitis infecciosas
espontáneas de nuestros pacientes8.
Los HEC tuvieron alto rendimiento en el diagnóstico etiológico
siendo un procedimiento sencillo y económico. Cuando el agente
etiológico no se identifica por los HEC, es necesario realizar un
abordaje directo a la zona de infección a través de una punción de
aspiración del disco, una punción con biopsia dirigida o una biopsia
quirúrgica para obtener material para cultivo y patología. Otros
materiales que pueden ayudar en el posible diagnóstico etiológico
son urocultivo y búsqueda de bacilo de Koch en esputo, orina, lavados
gástricos o médula ósea.
En el diagnóstico por imágenes, la radiografía simple es negativa
en los primeros 10 días de evolución, luego los cambios son sutiles
y los típicos hallazgos de pinzamiento del espacio discal y erosiones
de los platillos vertebrales aparecen varias semanas después del
inicio de la clínica.
La gammagrafía ósea es sensible y accesible, aunque puede dar falsos
negativos en los primeros días de enfermedad. Sus hallazgos no son
específicos para infección, trauma o tumor30. Un estudio reveló 92%
de sensibilidad y 50% de especificidad para el diagnóstico de
espondilodiscitis infecciosa31. En otro trabajo se estudiaron 19
pacientes con gammagrafía con Tc 99 y con Galio 67. Con Tc 99 el
«scan» fue positivo en 17 pacientes (los dos negativos tenían
duración del dolor menor a 2 semanas), con Galio 67 se vio
hipercaptación en los 19 pacientes32.
La RMI es el método de elección cuando se sospecha
espondilodiscitis. Los hallazgos característicos de las
espondilodiscitis piogénicas son (Figura 2):
1. reemplazo de la médula ósea normal por tejido inflamatorio en las
dos vértebras adyacente al disco; 2. pinzamiento del espacio discal;
3. anormalidad en los tejidos blandos paraespinales; 4. erosiones de
la cortical ósea30.
El hallazgo más precoz es un ligero aumento de la señal en T2, luego
aparece hipointensidad en T1 (Figura 2 A) e hiperintensidad en T2
(Figura 2 B), asociado al aumento de agua libre y reemplazo medular en
el disco y en los cuerpos vertebrales adyacentes. Más tardíos son
los signos de destrucción del platillo vertebral. Otra ventaja de la
RMI es que permite diagnosticar inflamación de tejidos blandos
paravertebrales y formación de abscesos. Se puede utilizar para
seguimiento3.
La espondilodiscitis tuberculosa puede comprometer toda la vértebra:
el cuerpo vertebral, el pedículo o la parte posterior. Los hallazgos
característicos en la RMI son:
1. patrón heterogéneo en la medular, la señal en T1 puede ser hipo,
iso o hiperintensa y la señal en T2 hiperintensa; 2. relativo
engrosamiento del espacio discal; 3. erosiones corticales óseas; 4.
compromiso paraes-pinoso extenso30.
En nuestros pacientes con espondilodiscitis, la radiografía de
columna orientada según la clínica del paciente tuvo una
sensibilidad del 63.3%, la gammagrafía ósea del 90.5% y la TAC
85.7%. La RMI tuvo una sensibilidad del 100% pero fue realizada sólo
en el 40% de los casos.
El tratamiento de las espondilodiscitis del adulto, ya sean
piogénicas o tuberculosas incluyen siempre a los ATB. En las
piogénicas el antibiótico adecuado debe darse por 4 a 6 semanas y en
la tuberculosa por un año1.
Se puede indicar reposo en cama o inmovilización con corset. La
inmovilización quirúrgica puede ser necesaria, principalmente por
complicaciones neurológicas.
En suma las espondilodiscitis infecciosa sespontáneas son una causa
inusual de dolor espinal en pacientes que no han sufrido
instrumentación o intervención quirúrgica en la columna. Deben
sospecharse principalmente si el dolor se acompaña de fiebre,
leucocitosis, aumento de los reactantes de fase aguda, o en el
contexto de una enfermedad bacteriémica (actual o previa) o de
epidemiología positiva para TBC.
Agradecimiento: Al Dr. Eduardo García Saiz por su
asesoramiento en el área diagnóstico por imágenes.
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TABLA 1.– Espondilodiscitis: antecedentes, causas, etiología y
complicaciones
Casos Edad Sexo Antecedentes Causas Agente etiológico
Complicaciones
1 83 M - EB Streptococcus D no enterococcus Hemorragia digestiva
alta. Falleció
2 60 F - EB Streptococcus alfa hemolítico Reemplazo valvular por
absceso
3 74 M - EB Streptococcus D no enterococcus -
4 64 M DBT EB Enterococcus -
5 66 M - EB Enterococcus -
6 64 F - EB Streptococcus viridans Reemplazo valvular por
insuficiencia
7 66 M DBT EB Desconocido Reemplazo valv. por insuf. Falleció
8 57 F - EB Staphylococcus aureus Reemplazo valv. por insuf. y
absceso epidural
9 71 M - EB Streptococcus viridans -
10 73 F DBT/LUMB EB S. viridans -
11 76 F - EB S. aureus -
12 73 M - EB S. viridans -
13 66 M - BCF S. aureus Paraparesia
14 75 M DBT/IU IU Desconocido Paraparesia y absceso del psoas
15 71 F LUMB BSF S. aureus -
16 80 M IU IU Escherichia coli -
17 74 M DBT BSF Pseudomonas aeruginosa -
18 49 F - TBC Mycobacterium tuberculosis Absceso del psoas
19 65 F DBT/LUMB/CORT TBC M. tuberculosis Tuberculosis miliar.
Falleció
20 72 F TBC/LUMB TBC M. tuberculosis -
21 71 M - EB Enterococcus -
22 65 M LUMB ? Desconocido -
23 79 F - TBC M. tuberculosis -
24 71 F - TBC Desconocido -
25 87 M DBT/CORT TBC M. tuberculosis -
26 65 M DBT/IU IU P. aeruginosa Paraparesia. Falleció
27 68 M - ? Desconocido Paraparesia
28 32 F - TBC M. tuberculosis -
29 75 F - BCF S. aureus -
30 72 M - IU E. coli -
DBT = diabetes, LUMB = lumbago crónico, IU = infección urinaria,
CORT = corticoides crónicos, TBC = tuberculosis, EB = endocarditis
bacteriana, BCF = bacteriemia con foco, BSF = bacteriemia sin foco. ?
= causa no establecida.
TABLA 2.– Espondilodiscitis: Contribución de los distintos
materiales de cultivo al diagnóstico etiológico
Punción
Casos Agente etiológico HEC del disco* Otros cultivos
1 Streptococcus D no enterococcus + - URC –
2 Streptococcus alfa hemolítico + - URC –
3 Streptococcus D no enterococcus + - URC –
4 Enterococcus + - URC –
5 Enterococcus + - URC +
6 Streptococcus viridans + - URC –
7 Desconocido – - URC –
8 Staphylococcus aureus + - URC –
9 S. viridans + - URC –
10 S. aureus + - URC –
11 S. viridans + - -
12 S. viridans + - bajo ATB -
13 S. aureus - + URC +
14 Desconocido - - bajo ATB URC +
15 S. aureus + + URC –
16 Escherichia coli + - URC –
17 Pseudomonas aeruginosa + - URC –
18 Mycobacterium tuberculosis - + -
19 M. tuberculosis - + URC –
20 M. tuberculosis - - Cultivo + de punción hepática
21 Enterococcus + - URC –
22 Desconocido – - bajo ATB URC –
23 M. tuberculosis – + URC –
24 Desconocido – – URC –, Orina para TBC –
25 M. tuberculosis - – URC –, Cultivo Orina TBC +
26 P. aeruginosa – + URC –
27 Desconocido - – Cultivo Orina y Esputo para TBC –
28 M. tubeculosis - - Cultivo Esputo para TBC +
29 S. aureus + + -
30 E. coli + - URC +
* Todas las punciones de disco fueron enviadas para directo y
cultivo de gérmenes comunes y TBC. HEC = hemocultivos para gérmenes
comunes, URC = urocultivo para gérmenes comunes, ATB = tratamiento
antibiótico
TABLA 3.– Espondilodiscitis infecciosas; contribución de:
radiografía de columna vertebral (Rx columna), gammagrafía ósea con
Tc 99, tomografía axial computarizada (TAC) y resonancia nuclear
magnética (RMI) al dignóstico
Casos Localización Rx columna Gammagrafía TAC RMI
1 L3-L4 – + - -
2 L2-Le3 + - - -
3 L2-L3 + + - -
4 L4-L5 + + - -
5 L5-S1 + + - -
6 D11-D12 + – - +
7 D8-D9 – + + -
8 C5-C6/C6-C7 + - - +
9 L3-L4 – + - +
10 C3-C4-/C4-C5 + - - +
11 C3-C4/C4-C5 + - - -
12 C3-C4/C5-C6 – + + -
13 D4-D5/D6-D7 + + + +
14 L3-L4 + + + -
15 D11-D12 – + - -
16 D7-D8 + + - +
17 L3-L4 – + - -
18 L1-L2 + - + -
19 L1-L2 + + - +
20 D12-L1 – + - -
21 L4-L5 + - - +
22 D12-L1 + + - -
23 L4-L5 + + - +
24 L5-S1 + - - +
25 L3-L4 – + – -
26 L4-L5 – – - +
27 L1-L2 + - + -
28 L1-L2 + - - -
29 L3-L4 – + - +
30 D8-D9 – + - -
L: lumbar; D: dorsal; C: cervical
Fig. 1.– Localizaciones de las espondilodiscitis infecciosas
según su etiología
Fig. 2.– Resonancia nuclear magnética de espondilodiscitis
infecciosa espontánea piogénica. A y B: corte medio sagital en
secuencias T1 y T2 a nivel de columna lumbosacra. Alteración de la
señal de intensidad del espacio intersomático L4-L5 con erosión
cortical de plataformas vertebrales e imágenes compatibles con
colección prevertebral y epidural anterior.
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