|  |  | IMAGENES EN ENFERMEDAD DE CUSHING DIAGNOSTICO POR IMAGENES EN LA ENFERMEDAD DE CUSHINGY SU CORRELACION CON LA EVOLUCION POSTQUIRURGICA*
 SILVIA B. KATZ, RAQUEL C.
          LAPERIE, DANIEL MONCET, ALEJANDRO J. GARCIA, MARIA A. ROSSI, GRACIELA
          E. CROSS, OSCAR D. BRUNO División Endocrinología,
          Hospital de Clínicas José de San Martín, Facultad de Medicina,
          Universidad de Buenos Aires * Parcialmente presentado en el VI Congreso Nacional de Medicina,
          Sociedad Argentina de Medicina, Mar del Plata, noviembre 1996. Key words: Cushing syndrome, computed tomography, magnetic
          resonance Resumen  El
          objetivo de este trabajo es evaluar la sensibilidad (S) de la
          tomografía computada (TC) y la resonan- cia magnética nuclear (RMN)
          para visualizar un adenoma pituitario en pacientes con enfermedad de
          Cushing (EC) y correlacionar los hallazgos con la evolución
          postquirúrgica. Se estudiaron en forma retrospectiva los hallazgos
          por imágenes de 44 pacientes con EC. Se evaluaron 23 TC y 29 RMN
          obtenidas previamente a la cirugía hipofisiaria. Se los clasificó
          como curados o no curados según los criterios bioquímicos y
          clínicos y la evolución postquirúrgica. De las 23 TC, 13
          evidenciaron adenoma y 10 fueron negativas, con una S de 56.5%. Para
          la RMN la S fue mayor (86.0%; P: 0.037, con corrección de Yates) con
          25 imágenes positivas y 4 negativas de las 29 realizadas. De los 44
          casos estudiados 31 (70.5%, IC 0.70 ± 0.13) curaron (27 total, 4
          parcial): 23 tenían diagnóstico prequirúrgico por TC y/o RMN. Trece
          pacientes persistieron con EC con bioquímica de hipercortisolismo. En
          11 de ellos se había localizado el adenoma antes de la cirugía. El
          diagnóstico de enfermedad de Cushing fue confirmado por histología
          en 33 casos, no lográndose evidenciar tejido tumoral en los 11
          restantes. La tasa de remisión fue significativamente mayor en el
          grupo con confirmación anatomo-patológica, 82% vs 36%
          respectivamente (P < 0.0078). En conclusión: 1) la RMN tendría
          mayor S que la TC para la localización de un adenoma en la enfermedad
          de Cushing (P: 0.0373, luego de corrección de Yates), confirmando los
          datos de la literatura; 2) no se halló correlación entre ausencia de
          imagen y falta de curación; 3) la tasa de remisión es
          significativamente mayor en los casos con verificación histológica
          del adenoma pituitario. Abstract  Image
          diagnosis in Cushing’s disease and its correlation with postsurgical
          evolution. The purpose of this paper was to assess the accuracy of
          computed tomography (CT) and magnetic resonance (MR) in the
          preoperative identification of corticotropin-secreting pituitary
          adenomas and to evaluate the concordance with the postoperative
          outcome. A total of 44 images of patients with Cushing’s disease
          were retrospectively taken into consideration; 23 CT and 29 MR were
          evaluated. Patients were subdivided into remission or persistence,
          following the postoperative outcome and biochemical tests. In 13 out
          of 23 CT performed, an adenoma was found, the remaining 10 being
          negative. TC sensitivity was 56.5%. Twenty five MR were positive and 4
          were negative. The overall sensitivity of MR in detecting
          ACTH-secreting adenoma was greater (86.0%, P: 0.0373, after Yates
          correction). After operation, 31 patients (70.5%, CI 0.70 ± 0.13)
          were considered to be in remission (27 total remission and 4 partial
          remission); 23 had had preoperative visualization of the pituitary
          tumor and 8 negative neuroradiological evaluation. Thirteen patients
          had persistence of disease as shown by sustained hypercotisolism in
          biochemical tests. In 11 of these patients, an adenoma had been
          preoperatively identified whereas in the remaining 2 no evidence of
          tumor lesion had been detected. An histologically proven tumor was
          found in 33 patients but findings were negative in the remaining 11
          cases. Lack of histological evidence of an ACTH-secreting adenoma was
          more frequent in patients with persistent hypercortisolism (P <
          0.0078). In conclusion: 1) MR seems to be more sensitive than CT for
          detecting ACTH-secreting adenomas (P: 0.037, after Yates correction);
          2) no relationship was disclosed between the absence of imaging signs
          of adenoma and the postsurgical outcome; 3) the remission rate was
          significantly higher in patients with positive than in those with
          negative histological findings.   Dirección postal: Dr. Oscar D. Bruno, División
          Endocrinología, Hospital de Clínicas José de San Martín, Avda
          Córdoba 2351, 1120 Buenos Aires, ArgentinaFax: 54-1-805-0631; E-mail: obruno@divend.fmed.uba.ar
 Recibido: 3-VI-1997 Aceptado: 27-V-1998 La causa más frecuente de hipercortisolismo endógeno la constituye
          el adenoma hipofisiario de células corticotropas (enfermedad de
          Cushing)1. Su diagnóstico requiere del esfuerzo combinado basado en
          datos clínicos, bioquímicos y radiológicos2. En la mayoría de los
          casos se trata de adenomas menores de 10 mm (microadenomas)3. En la
          década del ochenta, la tomografía computada (TC) fue el método de
          elección en la evaluación de estas lesiones selares4.
          Posteriormente, la resonancia magnética nuclear (RMN) ha demostrado
          ser el método por imágenes no invasivo más sensible para su
          localización prequirúrgica. El tratamiento de elección de estos
          pacientes es la remoción selectiva del adenoma secretante de ACTH por
          vía transeptoes-fenoidal (TSE). Con el objetivo de evaluar la
          sensibilidad (S) de la TC y la RMN para identificar la presencia de un
          corticotropinoma se evaluaron en forma retrospectiva los estudios por
          imágenes de cuarenta y cuatro pacientes con diagnóstico de
          enfermedad de Cushing. Los resultados fueron correlacionados con los
          hallazgos histológicos y con la evolución clínica y bioquímica
          posterior al tratamiento quirúrgico.
 Pacientes y métodos Se evaluaron en forma retrospectiva los hallazgos imagenológicos
          en una población de cuarenta y cuatro pacientes con enfermedad de
          Cushing, asistidos en nuestro servicio en el transcurso de 18 años;
          34 mujeres y 10 hombres de 31.9 ± 11.9 (media ± DS) con un rango de
          15-63 años. El diagnóstico de síndrome de Cushing se estableció,
          aparte de los elementos clínicos, mediante la realización de uno o
          más de los siguientes estudios: test de Nugent5 y/o determinación de
          cortisol libre urinario (CLU) en una muestra horaria vespertina6, 7
          y/o de CLU en orina de 24 horas8 y/o medición de
          17-hidroxicorticoides (17-OHCS) urinarios, demostrándose la presencia
          de valores elevados de esteroides y/o falta de supresión adecuada de
          los mismos con dexametasona. Para el diagnóstico etiológico se
          realizó un test de supresión nocturno con 8 mg de dexametasona9 y/o
          un test oral de metopirona clásico o nocturno con medición de
          11-desoxicortisol y/o 17-OHCS. Se consideró compatible con enfermedad
          de Cushing una supresión de la cortisolemia mayor de 50% con respecto
          al basal, 11-desoxicortisol post-estímulo mayor de 90 ng/ml y/o
          incremento > 100% de 17-OHCS, respectivamente. Además se midieron
          los valores de ACTH plasmática10 (Tabla 1). Los siguientes signos
          imagenológicos se consideraron compatibles con la presencia de un
          adenoma pituitario: a) asimetría glandular, b) imagen hipointensa con
          y/o sin gadolinio, c) desviación del tallo pituitario, d) expansión
          extraselar, e) invasión a estructuras adyacentes. Tomando en cuenta
          el tamaño y el grado de invasividad de los tumores se designaron
          según la clasificación de Hardy como: grado 0: normal, grado 1:
          microadenoma (< 10 mm), grado 2: macroadenoma (> 10 mm), grado
          3: expansivo con destrucción focal, grado 4: invasivo con erosión de
          la base del cráneo19. En treinta y tres de los casos el diagnóstico
          de enfermedad de Cushing fue confirmado por anatomía patológica, la
          histología mostró hipófisis normal en diez y material insuficiente
          en el restante. Se evaluaron 23 TC y 29 RMN (8 pacientes realizaron
          ambos estudios). Dado que se trata de un trabajo retrospectivo los
          estudios se realizaron con operadores y equipos diferentes. De la
          totalidad de los tumores evidenciados imagenológicamente (n = 34) 30
          fueron microadenomas, 2 macroadenomas, 1 adenoma expansivo y 1 adenoma
          inva-sivo. Un paciente portador de un microadenoma presentaba en forma
          concomitante una silla turca vacía (STV). Todos los pacientes fueron
          sometidos a cirugía por vía TSE, excepto el portador del adenoma
          expansivo quien fue operado por vía subfrontal. En 25 de los casos,
          se realizó adenomectomía selectiva, en 13 hipofisectomía subtotal y
          en 6 hipofisectomía total. Se analizó la evolución postquirúrgica
          de estos pacientes y se los clasificó como curados o no curados
          según la evolución clínica y de los tests bioquímicos. Dentro del
          primer grupo, se incluyeron a aquellos con valores subnormales
          (remisión total) y a los que tenían valores «normales» (remisión
          parcial) de cortisol basal y/o CLU de 24 horas12, 13 y normalización
          del test de Nugent. Los pacientes que mantuvieron valores elevados
          fueron considerados con persistencia de enfermedad.Los datos fueron analizados mediante cálculo de la S, tasa de
          curación con intervalo de confianza (IC) y prueba exacta de Fisher14.
 Resultados De las 23 TC evaluadas, 13 evidenciaron imágenes compatibles con
          adenoma hipofisiario y 10 fueron negativas, con una sensibilidad (S)
          de 56.5%. Para la RMN, la S fue mayor (86.0%; P con corrección de
          Yates 0.037) con 25 imágenes positivas y 4 negativas de las 29
          realizadas para la localización del adenoma (Tabla 2). En tres
          pacientes, las RMN fueron informadas como normales, pero luego de la
          reevaluación minuciosa de las imágenes y teniendo en cuenta el
          contexto en las cuales habían sido solicitadas se encontraron signos
          compatibles con la presencia de un adenoma. En estos tres pacientes,
          la cirugía verificó la presencia del adenoma y todos curaron. Sólo
          ocho pacientes fueron evaluados con TC y RMN. En cuatro, ambos
          procedimientos fueron positivos, en un caso negativos y en tres la TC
          fue negativa y la RMN positiva. En ningún caso se observó TC
          positiva y RMN negativa. Los pacientes con TC negativa y sin RMN
          curaron luego de la cirugía. Las figuras 1 a 3 muestran imágenes por
          RMN representativas de los hallazgos en casos de microadenoma,
          macroade-noma y signos dudosos de visualización tumoral.De los cuarenta y cuatro pacientes estudiados, 31 (70.5%, IC 0.70 ±
          0.13) presentaron curación clínica y bioquímica después de la
          cirugía (27 remisión total y 4 parcial); de ellos, la mayoría
          (23/31) tenían diagnóstico prequirúrgico por TC y/o RMN de adenoma
          hipofisiario y un porcentaje menor (8/31) no tenía localización del
          tumor por imágenes (Tabla 2). El tipo de resección realizada en
          estos últimos fue adenomectomía selectiva en cinco pacientes,
          hipofisectomía subtotal en uno e hipofisectomía total en los dos
          restantes. Trece pacientes (29.5%, IC 0.29 ± 0.13) persistieron con
          signos y síntomas de enfermedad de Cushing, con confirmación
          bioquímica del hipercortisolismo. En once de estos pacientes se
          había localizado un adenoma hipofisiario por TC y/o RMN previo a la
          cirugía (10 microadenomas y 1 adenoma invasivo), mientras que en los
          dos restantes estos procedimientos habían sido negativos; uno de
          ellos abandonó el seguimiento en tanto que el otro fue sometido a
          tratamiento médico con ketoconazol.
 Con respecto a la relación entre el tamaño tumoral y el porcentaje
          de curación, de los casos con demostración por imágenes del adenoma
          (n = 34), 17 de 30 con microadenomas presentaron remisión total, 3
          remisión parcial y 10 persistencia de enfermedad (se incluye el caso
          con STV). Los 2 pacientes con macroadenomas remitieron en forma total.
          El paciente portador del adenoma expansivo mostró remisión parcial y
          el del adenoma invasivo persistió con enfermedad.
 De la totalidad de los casos, en 33 (75.0%) se obtuvo la confirmación
          histológica del adenoma pituitario, con una tasa de remisión del
          82.0%, mientras que en 11 (25.0%) no se evidenció tejido tumoral a
          pesar de que, en 10 de estos pacientes, se habían detectado signos
          compatibles con adenoma en los procedimientos por imágenes. En este
          último grupo la tasa de remisión fue tan solo del 36.0% (4/11). En
          los seis casos restantes sin confirmación histológica pero con
          visualización del adenoma previo a la cirugía, uno curó luego de
          una segunda operación con hipofisectomía total; dos reciben
          ketoconazol en forma crónica; otro falleció en el postoperatorio por
          complicaciones (fístula de LCR y meningitis); en otro se produjo
          sangrado intraquirúrgico y el material fue insuficiente, se reoperó
          sin éxito terapéutico y curó con adrenalectomía bilateral; en el
          caso restante, la inmunotinción realizada posteriormente fue positiva
          para ACTH.
 Discusión La sospecha clínica de hipercortisolismo endógeno debe ser, ante
          todo, confirmada bioquímicamente. Una vez verificado el síndrome de
          Cushing, distintos test diagnósticos orientarán a la localización
          etiológica y, en consecuencia, a la elección del tratamiento
          apropiado. En aproximadamente 68.0% de los casos se debe a la
          presencia de un adenoma hipofisiario productor de ACTH (enfermedad de
          Cushing)15. La clara preponderancia en mujeres descripta en reportes
          previos16, 17 fue confirmada en nuestra casuística, con la presencia
          de 34 pacientes de sexo femenino y 10 de sexo masculino. Mampalam y
          col.4 encontraron un diámetro promedio de 5.6 mm para los adenomas en
          216 casos estudiados de enfermedad de Cushing y, de 171 pacientes con
          confirmación histológica de tumor, 135 correspondieron a
          microadenomas. En acuerdo con este hallazgo, en nuestro estudio la
          mayoría de los tumores fueron microadenomas (30/34, 88.0%). La TC
          identificó 13 imágenes compatibles con lesión pituitaria de las 23
          realizadas (S = 56.5%). En reportes previos la S de la TC varía desde
          30%18 hasta 76%15, y estaría influenciada por el tamaño del tumor,
          la calidad del equipo, la técnica imagenológica, la cantidad y la
          forma de administración del contraste iodado. Por el contrario,
          diferentes publicaciones coinciden en la mayor S de la RMN en la
          detección de estos tumores, con un rango que oscila entre
          71-92%19-24. Esto es confirmado en esta revisión con 25 RMN positivas
          de las 29 realizadas (S = 86%).La tasa de remisión fue del 70.5% coincidente en forma aproximada con
          lo descripto en la bibliografía3, 25. Bochicchio y col.15 encontraron
          que la visualización del adenoma previo a la cirugía, ya sea por TC
          o RMN, correlaciona fuertemente con una mejor evolución,
          probablemente porque facilitaría la identificación y remoción del
          tejido patológico. En nuestra casuística, de los 31 casos que
          curaron 23 (74.0%) tenían localización prequirúrgica de la lesión.
          Sin embargo, no se halló correlación entre la ausencia de adenoma en
          los procedimientos imagenológicos y la falta de curación dado que,
          de los 13 pacientes que persistieron con enfermedad, 11 (84.5%)
          tuvieron imagen positiva y sólo 2 (15.5%) negativa. Gilhaume y col.3
          no encontraron diferencias en los parámetros clínicos, bioquímicos
          o radiológicos entre el grupo de casos con remisión y los que
          mostraron persistencia de enfermedad. En nuestro reporte, el alto
          porcentaje de curación dentro del grupo de pacientes sin imagen
          (8/10) no puede atribuirse a una mayor extensión de la cirugía
          realizada, ya que en la mayoría (5/8) consistió en una
          adenomectomía selectiva. Además, ha sido demostrado que no hay
          diferencia en la tasa de remisión cuando se realiza una cirugía
          radical o selectiva4, 11, 26. No se encontró correlación entre el
          mayor tamaño tumoral y la persistencia de enfermedad, dado que de los
          11 casos con imagen positiva que persistieron con enfermedad, 10
          fueron microadenomas. Más bien esto parecería estar relacionado con
          la extensión extraselar del tumor, dado que los dos casos en estas
          condiciones (uno con adenoma expansivo y otro invasivo) presentaron
          remisión parcial y persistencia, respectivamente. Mampalam y col.4
          encontraron que la remisión fue significativamente mayor (86%) en
          pacientes con adenomas intraselares que en los que tuvieron extensión
          extraselar (46%) (p < 0.001). En resumen, si bien la localización
          tumoral por imágenes previa a la cirugía es de vital importancia
          para aumentar la probabilidad de curación, el adecuado diagnóstico
          etiológico basado en los análisis bioquímicos también jugaría un
          rol relevante, especialmente decisivo en los casos sin imagen. La
          imposibilidad de poner en evidencia la lesión tumoral a través de TC
          y/o RMN en un paciente con un perfil hormonal categórico de
          enfermedad de Cushing no descarta la existencia del adenoma
          pituitario. En estos caso se deben redoblar los esfuerzos para evitar
          la confusión diagnóstica con el síndrome de Cushing de origen
          ectópico ya que al menos 20 a 30% de estos pacientes, suprimirán los
          esteroides plasmáticos y urinarios a menos del 50% de los valores
          basales durante el test de supresión con 8 mg de dexametasona
          nocturno (falsos positivos), asemejándose a una enfermedad de
          Cushing. Por otro lado, 20 a 30% de los pacientes con enfermedad de
          Cushing fallarán en esta supresión (falsos negativos),
          comportándose como un síndrome ectópico27.
 En 11 casos (25.0%), la presencia del adenoma pituitario no fue
          confirmado por histología, 10 de los cuales mostraron imagen positiva
          previo a la cirugía. La tasa de remisión fue significativamente más
          baja en este grupo de pacientes (36.0 vs 82.0%, P < 0.0078). Este
          hecho coincide con lo descripto por Bochicchio y col.16 quienes
          encontraron que la falta de documentación histológica es más
          frecuente en pacientes con persistencia de enfermedad (47 vs 16.6%, P
          < 0.001) y con Guilhaume y col.3 quienes describieron un mayor
          porcentaje de casos sin confirmación anatomo-patológica en el grupo
          con persistencia. Por el contrario, Mampalam y col.4 no encontraron
          diferencias en la tasa de remisión entre ambos grupos de pacientes.
          Una hipótesis sugerida es que el adenoma no sería hallado por ser de
          pequeño tamaño, por su accesibilidad dificultosa, por sangrado local
          o aún por tratarse de una localización hipofisiaria ectópica28, 29.
          Otra posibilidad sería que el tumor realmente no exista a nivel
          hipofisiario y que se trate de un síndrome de Cushing ectópico
          erróneamente diagnosticado30.
 En resumen, los resultados de esta serie confirmaron que la RMN
          tendría mayor sensibilidad que la TC para la localización de un
          adenoma hipofisiario secretor de ACTH. No se halló correlación entre
          ausencia de imagen y falta de curación. Se encontró una mayor tasa
          de remisión en los casos con confirmación histológica del adenoma.
          Por lo tanto, ante la sospecha clínica y bioquímica concreta de
          enfermedad de Cushing, aún sin visualización del tumor y una vez
          eliminada razonablemente la posibilidad del origen ectópico del
          trastorno, la exploración hipofisaria con eventual adenomectomía
          selectiva por vía TSE debe ser considerada como el tratamiento de
          elección.
 Agradecimientos: Trabajo parcialmente realizado con el
          subsidio: CI1*-CT93-0025 de la Unión Europea. Bibliografía 1. Tyrell JB, Aron DC, Forsham PH. Glucocorticoides y Andrógenos
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 3. Gilhaume B, Bertagna X, Thomsen M, Bricaire C, Vila-Porcile E,
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 TABLA 1.– Características y tests bioquímicos realizados para el
          diagnóstico de enfermedad de Cushing en 44 pacientes evaluados
 Edad * CLU 24 hs * CU 22-23 hs *Nugent # Supresion con # Prueba con
          ACTHaños mcg/24 hs ng/mg creat. mcg/dl 8 mg DXM metopirona pg/ml
 31.9 ± 11.9 494 ± 309 196 ± 137 22.1 ± 8.1 33/40 21/25 94.4 ±
          136.9R: 15-63 R: 112-1156 R: 15.0-523 R: 5.1-38.0 – – 9-840
 R: rango. CLU: cortisol libre urinario. Valores de referencia: CLU
          24 hs hasta 100 mcg/24 hs; CLU 22-23 hs 0-30 ng/mg creat.; Nugent <
          5 mcg/dl; ACTH hasta 60 pg/ml.* Los valores están expresados como media ± DS. En todos los
          pacientes se realizó por lo menos uno de estos tests bioquímicos,
          confirmándose el diagnóstico de síndrome de Cushing. En dos casos,
          el hipercortisolismo se confirmó por 17-OHCS elevados.
 # Los valores están expresados como número total de pruebas
          positivas sobre cantidad de pruebas realizadas. En todos los pacientes
          se realizó por lo menos uno de estos tests para diagnóstico de
          enfermedad de Cushing.
 TABLA 2.– Hallazgos por TC y/o RMN y su correlación con la
          evolución post-cirugía pituitaria en 44 pacientes con diagnóstico
          clínico y bioquímico de enfermedad de Cushing Método Imagen Sensibilidad Remisión% n %
 TC Positivas: 13 56.5 9/13 69.2(n = 23) Negativas: 10 9/10 90.0
 RMN Positivas: 25 86.0# 18/25 72.0
 (n = 29) Negativas: 4 2/4 –
 TC y/o RMN Positivas: 34 77.3 23/34 67.7
 Negativas: 10 8/10 80.0
 La suma total de RMN más TC (n = 52) es mayor que la población
          evaluada (n = 44) dado que en 8 pacientes (en 4 de los cuales la TC
          fue negativa) se realizaron ambos estudios.# Sensibilidad mayor con respecto a la TC estadísticamente
          significativa (P: 0.037, con corrección de Yates).
 – No se calculó el porcentaje por tratarse de un número de
          estudios muy pequeño
 
 Fig. 1.– RMN de hipófisis (corte coronal). Se ve la presencia de
          un microadenoma localizado en la hemihipófisis derecha. No se observa
          extensión extraselar ni compromiso de estructuras adyacentes.Fig. 2.– RMN de hipófisis con gadolinio (corte coronal). Se observa
          la presencia de un macroadenoma de tinción heterogénea con el
          material de contraste, con extensión hacia el seno cavernoso derecho,
          seno esfenoidal y quiasma óptico.
 Fig. 3.– RMN de hipófisis (corte coronal) que fue informada como
          normal. Sin embargo, se observa imagen hipointensa dudosa en el lado
          derecho con asimetría ipsilateral de la glándula. La paciente
          presentó curación luego de la cirugía.
 
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