|  |  | MEDIADORES INFLAMATORIOS Y TRYPANOSOMA CRUZI LA RESPUESTA INFLAMATORIA EN LA INFECCIÓN AGUDA CON TRYPANOSOMA
          CRUZI RITA L. CARDONI Instituto Nacional de
          Parasitología Dr. M. Fatala Chabén (INP), Buenos Aires Key words: Trypanosoma cruzi, mediadores inflamatorios, TH1 Resumen  La etapa
          aguda de las infecciones con Trypanosoma cruzi asociadas a altasparasitemias, se caracteriza por la presencia de infiltrados
          inflamatorios en varios tejidos, incluyendo el corazón y músculo
          esquelético, así como por el incremento de la producción de
          mediadores inflamatorios. Al mismo tiempo ocurre una activación
          generalizada de células fagocíticas que estaría relacionada tanto
          con los procesos inflamatorios como con la resistencia a la
          infección. Esta es una breve revisión sobre los mediadores
          inflamatorios que se producen in vivo y su relación con el daño
          tisular y con la respuesta inmune TH1.
 Abstract Inflammatory
          response to acute Trypanosoma cruzi infection. The acute stage of
          Trypanosoma cruzi infections related to high parasitemia is
          characterized by the presence of inflammatory infiltrates in several
          tissues, including the heart and squeletal muscle, as well as by an
          increased production of inflammatory mediators, such as
          gamma-interferon (IFN-g), tumor necrosis factor (TNF), interleukin-1
          (IL-1) and oxygen and nitrogen reactive intermediates. The activation
          of phagocytic cells seems to be closely related to both the
          inflammatory process and host resistance to the infection. Herein, the
          inflammatory mediators produced in vivo and their relationship with
          the tissue damage and TH1 immune response are reviewed.   Dirección postal: Dra. Rita Cardoni, INP, Av. Paseo Colón
          568, 1063 Buenos Aires, Argentina Recibido: 16-I-1996 Aceptado: 12-XI-1996   El Trypanosoma cruzi, agente causal de la Enfermedad de Chagas,
          afecta a 16-18 millones de personas en una amplia área endémica1 con
          gran densidad de población. En la Argentina, la alta prevalencia de
          la infección constituye un serio problema sanitario1.
          Paradójicamente, esto se debe a que el T. cruzi ha evolucionado hasta
          establecer una buena relación con su huésped, como lo indican la
          baja proporción de las personas infectadas que presenta
          sintomatología clínica y el alto número de individuos crónicamente
          infectados, lo que dificulta el control de esta endemia1, 2. Los
          síntomas clínicos están relacionados con la reacción inflamatoria
          inducida por la infección, que puede producir graves alteraciones
          funcionales en varios órganos, principalmente en el miocardio. La
          respuesta inflamatoria es una parte importante de la defensa a
          microorganis-mos, pero ya que está íntimamente relacionada con la
          respuesta inmune efectora, está también implicada en manifestaciones
          de agresión tisular. En relación con este papel dual de la respuesta
          inflamatoria, se realizó una breve revisión acerca de los mediadores
          inflamatorios producidos in vivo en la infección murina con T. cruzi.
          Los aspectos histopa-tológicos de la infección han sido descriptos
          ampliamente3, 4. En la etapa aguda, la presencia de infiltrados
          inflamatorios tisulares, que sería la etapa final de la reacción
          inflamatoria, depende de la presencia del timo5. Sin embargo, el
          tratamiento experimental con anticuerpos anti-linfocitos T CD4+ y/o
          CD8+ (marcadores de diferenciación 4 y 8), aunque en algunos casos la
          disminuye, no impide la aparición de las lesiones tisulares6, 7.El comienzo, curso y desenlace de la infección humana es muy
          variable. Esta variación se limita, en los modelos experimentales,
          utilizando cepas de ratones y parásitos definidas. De este modo, cada
          modelo experimental refleja una parte del amplio espectro con que se
          presenta la infección natural. Así, la mayoría de las infecciones
          en cepas de ratones susceptibles que desarrollan altos niveles de
          parasitemia en la etapa aguda, seguida del control de la infección,
          sería el cuadro que podría homologarse al observado en niños con
          Chagas agudo y a los cuales se refiere esta revisión. Estos fueron
          los modelos más estudiados y en los que se basan la mayor parte de
          nuestros conocimientos, tanto del mecanismo efector de defensa contra
          la infección como de la respuesta inflamatoria.
 Mecanismos efectores Prácticamente todos los mecanismos inmunes efectores conocidos han
          sido asociados con la resistencia a la infección con T. cruzi 8, 9.
          En la fase aguda de la infección, se desarrolla una respuesta
          defensiva muy eficiente que involucra principalmente la activación de
          células fagocíticas10, la producción de interferón g(IFN-g)11, 12
          y la generación de anticuerpos específicos13 con la cual colaboran
          los linfocitos T CD4+ 14. También las células CD8+ y NK («natural
          killer» o citotóxicas espontáneas) ejercen un efecto protector en
          la infección, que podría deberse a su capacidad citotóxica y/o a su
          capacidad de producir IFN-g14, 15.En los animales infectados, el incremento del número y de la
          actividad de células fagocíticas13, 16, se acompaña del incremento
          de su capacidad tripanocida tanto in vitro17, 18 como in vivo3. La
          Tabla 1 incluye las actividades de los macrófagos incrementadas en la
          infección que podrían afectar en diferente proporción la
          destrucción intracelular del parásito.
 In vitro, las células fagocíticas pueden destruir al parásito por
          medio de las especies reactivas del oxígeno33 y del nitrógeno34, 35,
          capaces de ejercer un rápido efecto tripanocida. Las especies
          reactivas del oxígeno comprenden principalmente al anión superoxido
          (O2-), al peróxido de hidrógeno (H2O2), al radical hidroxilo (HO*) y
          al oxígeno simple (1O2), mientras que las del nitrógeno incluyen al
          óxido nítrico (NO*), así como al anión peroxinitrito (NO3-), que
          resulta de la interacción entre el NO. y el anión superóxido36, 37,
          38. Aunque las especies de mayor capacidad oxidativa, y por ende de
          menor vida media, serían las de mayor importancia biológica, ellas
          son evaluadas por medida de compuestos de menor reactividad y mayor
          vida media. Así, generalmente se miden nitritos (NO2-) para evaluar a
          las especies reactivas del nitrógeno y al superóxido y/o peróxido
          de hidrógeno para evaluar a las del oxígeno37. Además, puede
          medirse a un conjunto de especies reactivas por oxidación de un
          intermediario en los ensayos de quimioluminiscencia36.
 En el huésped infectado, el control del número de parásitos depende
          principalmente de la activación de la sintetasa de óxido nítrico de
          macrófagos inducible por IFN-g (iNOS), y del consecuente incremento
          de la producción de NO*25, 26. En presencia de IFN-g, la
          coestimulación de macrófagos por otros mediadores, como el factor
          necrosante de tumores a (TNF-a)34, 39 y el factor estimulador de
          colonias de granulocitos y macrófagos (GM-CSF)31, produce un
          incremento adicional de la producción de NO* y de la destrucción
          intracelular de los parásitos.
 Respuesta TH1/TH2 y la reacción inflamatoria La respuesta inmune adquirida a infecciones puede ser TH1 o TH2, de
          acuerdo al perfil de citoquinas que se producen preferentemente. La
          respuesta TH1 se caracteriza principalmente por la liberación de
          IFN-g, interleuquina 2 (IL-2) y linfotoxina (o TNF-b), mientras que la
          IL-4, junto con la IL-5, IL-6, IL-9, IL-10 e IL-13, están asociadas
          con la respuesta TH240. Otras citoquinas, como la IL-3, el GM-CSF y el
          TNF-a pueden ser producidas tanto por células TH1 como TH2. Las
          respuestas TH1 y TH2 fueron caracterizadas para linfocitos T CD4+,
          tanto murinos como humanos, pero otras células también contribuyen
          con la producción de citoquinas TH1 y TH2. Así, las células NK y
          los linfocitos T CD8+ son importantes productores de IFN-g, mientras
          que la IL-4 e IL-10 puede provenir de células B, mastocitos y
          macrófagos. De esta forma, aun en los ratones con Inmunodeficiencia
          Combinada Severa (SCID), donde no hay desarrollo de linfocitos T por
          un defecto en la recombinación genética de los receptores de
          antígeno41, puede desarrollarse una respuesta TH1 con producción de
          IFN-g28. Varios factores intervienen para que se inicie
          preferen-cialmente uno u otro tipo de respuesta siendo de particular
          importancia la IL-12, producida por células fagocíticas, para la
          inducción de la respuesta TH1, y la IL-4, proveniente principalmente
          de mastocitos, para la respuesta TH242. Las células TH1 están
          relacionadas con las reacciones inflamatorias mediadas por células,
          mientras que las TH2 se asocian con una fuerte respuesta de
          anticuerpos y respuestas alérgicas40.Las citoquinas producidas por células TH1 y TH2 son mutuamente
          inhibitorias para la diferenciación y las funciones efectoras del
          fenotipo recíproco y, en algunas infecciones, esta regulación
          cruzada ocasiona el predominio de una u otra respuesta40.
 En este contexto, en la etapa aguda de las infecciones con T. cruzi en
          el huésped susceptible se observa globalmente una respuesta TH1 con
          producción de IL-1243 y de altas concentraciones de IFN-g11. Enmarcan
          a esta respuesta una activación generalizada de células
          fagocíticas, que parece estar relacionada tanto con el proceso
          inflamatorio como con la resistencia a la infección, y la aparición
          de infiltrados inflamatorios en varios tejidos.
 La producción de IFN-g11, 24 estimulada por la IL-1243 sería el
          evento pivotal en el incremento de la producción de mediadores
          inflamatorios que ocurre en la infección aguda por T. cruzi. El
          efecto protector de esta respuesta se inhibe con la administración de
          anticuerpos anti-Il-12 o anti-IFN-g43. Aunque el efecto más notable
          del IFN-g es sobre las células fagocíticas, también incrementa la
          expresión de moléculas de superficie de Clase I y II codificadas por
          el complejo principal de histocompatibilidad (MHC), así como de
          moléculas de adhesión intercelular, en una gran variedad de tipos
          celulares41, 44, 45, 46. De esta forma, el incremento en la expresión
          de la molécula de adhesión intercelular ICAM-147 en la infección
          experimental podría ser, otra consecuencia de los altos niveles de
          IFN-g. Estos cambios en la superficie celular serían la base sobre la
          cual se forman los infiltrados inflamatorios tisulares.
 Además, aumenta la producción de TNF29, de la IL-127 y de especies
          reactivas del oxígeno7, 22, 24 y del nitrógeno25, 26. La gran
          activación de macró-fagos y la respuesta inflamatoria que contribuye
          a la destrucción del parásito podría estar relacionada con el daño
          en miocardio y otros tejidos observado en la fase aguda. El TNF es un
          buen ejemplo de mediadores inflamatorios que, como las dos caras de
          una misma moneda, están relacionados con el daño tisular48 y con la
          resistencia a la infección49. La liberación de óxido nítrico no
          parece contribuir a la formación de infiltrados inflamato-rios, que
          también ocurre cuando se inhibe su producción50. Sin embargo, la
          generación de especies reactivas del oxígeno podría inducir daño
          tisular, análogamente a lo que se observa en otras patologías51.
          Este incremento de la producción de especies reactivas altamente
          oxidantes ocurre in vivo en la infección con T. cruzi, como lo
          refleja el aumento de los niveles plasmáticos de nitritos26 así como
          de malondialdehído, un producto de la peroxidación lipídica
          generado por el stress oxidativo52.
 Varios de los mediadores inflamatorios que aumentan durante la
          infección, listados en la Tabla 2, pueden provenir de la activación
          de células fagocíticas y/o de otras fuentes. Generalmente, la
          producción de estos mediadores es un proceso en cascada, resultado de
          interacciones celulares, por lo que es posible que haya un incremento
          de otros, además de los ya estudiados. La IL-1, IL-6 y el TNF
          contribuyen a incrementar las reacciones inflamatorias por
          estimulación de la liberación de proteínas de fase aguda en
          hepatocitos. En la etapa aguda de la infección aumentan los niveles
          de C3, de a-macro-globu-lina58 y de amiloide P sérico53, 58, 59, que
          es en el ratón la proteína homóloga a la proteína C-reactiva.
 En la etapa aguda aumentan la agregación y la adherencia a células
          endoteliales de las plaquetas, asi como la producción de metabolitos
          del ácido araquidónico56, 57. También se observó un incremento de
          los niveles plasmáticos de tromboxano B2, inducido por la infección,
          y de la producción de prostaciclina PGI2 en células endoteliales
          infectadas in vitro57. El incremento de la actividad plaquetaria
          podría contribuir al daño cardíaco, al producir espasmo y/o
          oclusíón de la microcirculación coronaria60.
 Los metabolitos del ácido araquidónico, así como otros mediadores
          inflamatorios, podrían estar afectando la respuesta inmune, en
          particular la producción de IFN-g. El factor de crecimiento derivado
          de plaquetas (PDGF), el ácido araqui-dónico y sus productos
          derivados de la lipoxi-genasa (leucotrienes B4, C4 y E4) son capaces
          de inducir la producción de IFN-g en células T61, 62 y podría
          contribuir de esta forma a potenciar la respuesta TH1.
 Control de la respuesta En los ratones susceptibles, el nivel de producción de algunos
          mediadores inflamatorios parece tener una relación directa con el
          número de parásitos en el organismo, siendo este el caso del
          IFN-g11, el TNF29, la IL-653 y las especies reactivas del oxígeno22,
          48 y del nitrógeno25, 26; cuando el huésped logra controlar la
          infección aguda disminuye tanto la producción de IFN-g como la
          respuesta TH1. Además, se ha encontrado que la intensidad de los
          infiltrados inflamatorios tisulares, que sería el evento final de la
          respuesta, está relacionada con el parasitismo6 sugiriendo que
          factores activadores de los parásitos están directa o indirectamente
          relacionados con los eventos que desencadenan la respuesta
          inflamatoria. Análo-gamente a lo observado en otras infecciones
          intracelulares, los parásitos podrían estimular la producción de
          IL-12 en las células fagocíticas infectadas41.Al control debido a la menor estimulación por la disminución en el
          número de parásitos, se sumaría el control fisiológico de la
          respuesta, en el que podrían intervenir tanto la respuesta TH2 como
          la autorregulación de la respuesta TH1 por los mismos mediadores
          inflamatorios asociados a ella.
 Si bien la respuesta es predominantemente TH1, también se produce un
          incremento de la producción de citoquinas TH2, como la IL-463, la
          IL-653 y la IL-1028, así como de IgE64, 65. En algunos casos, los
          niveles de IL-4 e IL-10 son muy altos en las etapas iniciales y se
          acompañan de un incremento de la susceptibilidad a la infección con
          T. cruzi, aparentemente causada por una inhibición de la activación
          de macrófagos28, 66. Sin embargo, los estudios de la producción in
          situ de citoquinas revelaron que la resistencia se asocia a la rapidez
          con que comienza la producción de citoquinas TH1, ya que las
          citoquinas TH2 se producen también en los ratones resistentes67. A
          diferencia de lo observado en Leismaniasis, donde la producción de
          IL-10 inhibe a la de IFN-g68, en la infección con T. cruzi la
          presencia de IL-10 no inhibe la producción de IFN-g28. Esto podría
          estar relacionado con la diferencia en la fuente de IFN-g en ambas
          infecciones. Tanto en los individuos normales como en los infectados
          con Leishmania major, los principales productores del IFN-g y de IL-10
          son los linfocitos T CD4+ 68. En cambio, en la infección con T.
          cruzi, el IFN-g proviene principalmente de células Thy+CD4-CD8- 11 y
          NK28, 69, mientras que la IL-10, aunque es producida por linfocitos T
          y B, inicialmente proviene de macró-fagos28. La regulación de la
          población TH1 por la TH2 ha sido estudiada para las poblaciones de
          linfocitos T CD4+, pero no se conoce claramente cómo la respuesta TH2
          podría llegar a inhibir a una respuesta TH1 en la que no intervienen
          predominantemente los linfocitos T, como ocurre en la infección con
          T. cruzi. En esta peculiar reacción inflamatoria, donde el eje
          central pasaría más por la producción de IFN-g que por los
          linfocitos T CD4+, los infiltrados inflama-torios tisulares aunque son
          timo-dependientes5, también están presentes en ratones deficientes
          de linfocitos T CD4+ y/o CD8+ 6, 7.
 El factor de transformación del crecimiento b (TGF-b) es un inhibidor
          de la reacción inflamatoria inducida durante la respuesta TH1 que
          promueve la reparación celular70. Sus niveles aumentan durante la
          infección55, y podría proteger al huésped de la respuesta
          inflamatoria prolongada69. Asimismo, los glucocorticoides, que regulan
          los niveles de IL-171, y cuyos niveles aumentan en la infección con
          T. cruzi72, podrían llevar a cabo parte del control fisiológico de
          la respuesta TH1.
 Tanto los antígenos de T. cruzi, como las inmunoglobulinas G
          provenientes de ratones infectados inducen un incremento de la
          producción de prostaglandina E2 (PGE2) en linfocitos normales73, 74.
          Además, algunos resultados preliminares indican que las células
          fagocíticas activadas serían otra fuente de liberación de PGE2
          durante la infección75. La PGE2 es un inhibidor de la producción de
          IL-1276, asi como de citoquinas TH177, por lo cual podría jugar un
          papel en el control de la respuesta TH1.
 Por otro lado, los mediadores inflamatorios, podrían estar
          relacionados con las alteraciones de la respuesta inmune observadas en
          la infección con T. cruzi, en particular con la inhibición de la
          respuesta proliferativa T y de la producción de IL-278, en la cual
          están implicadas las prostaglan-dinas79. Además de las
          prostaglandinas80, 81, la proliferación linfocitaria puede ser
          inhibida por otros mediadores inflamatorios producidos durante la
          infección, como el TGF-b70, el peróxido de hidrógeno80, el óxido
          nítrico82, 83 y las proteínas de fase aguda59.
 Conclusiones En su conjunto, estos hallazgos sugieren que en la infección aguda
          con T. cruzi se desarrolla una muy eficiente respuesta inmune
          efectora, predominantemente TH1, enmarcada en la reacción
          inflamatoria inducida por la infección. El elemento central de esta
          respuesta sería la estimulación de las células productoras de IFN-g
          por Ia IL-12. El IFN-g, que proviene principalmente de células
          Thy+CD4-CD8- y NK, está implicado tanto en la resistencia a la
          infección como en la reacción inflamatoria. En la mayoría de los
          casos la auto regulación fisiológica de la respuesta TH1 llevaría
          al establecimiento de un duradero equilibrio huésped-parásito. En
          base a lo que actualmente conocemos, este control sería llevado a
          cabo más por la disminución de los parásitos y por los mediadores
          asociados a la respuesta TH1 que a la respuesta TH2. Sin embargo, en
          algunos casos la liberación de mediadores inflamatorios podría tener
          serias consecuencias en la inducción y/o amplificación del daño
          tisular. Esto podría deberse tanto a diferencias en el tipo de
          respuesta evocada como a fallas en su regulación.Este incremento de la producción de mediadores inflamatorios que
          intervienen en diferente grado en la resistencia a la infección y en
          el desarrollo de procesos inflamatorios, dejaría abierta la
          posibilidad de disminuir selectivamente la producción de alguno de
          ellos para impedir el daño tisular sin disminuir la resistencia a la
          infección. Para ello sería interesante la exploración del efecto de
          las drogas utilizadas en el tratamiento de procesos inflamatorios no
          infecciosos, campo en el que existe un amplio desarrollo. Un buen
          intento en este sentido fue el realizado por Andrade y col. quienes,
          utilizando el suplemento del corticoide Betame-tasona en el cuadro
          agudo de la Enfermedad de Chagas, lograron mejorar los efectos del
          tratamiento tripanocida con Nifurtimox84.
 Los estudios sobre liberación de mediadores inflamatorios en
          enfermedades parasitarias son muy limitados. La intención de esta
          revisión es la de ayudar a observar esta cara tan poco considerada de
          las infecciones parasitarias y contribuir a estimular el estudio de la
          producción de mediadores inflamatorios en relación con el daño
          tisular y con la modulación de la respuesta protectora.
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   TABLA 1.- Actividades de macrófagos murinos que se incrementan
          durante la infección aguda con Trypanosoma cruzi — Tripanostática19 y tripanocida17— Fagocítica no específica in vitro19 e in vivo20
 — Expresión de moléculas de Clase II del Complejo Principal de
          Histocompatibilidad (la)21
 — Peroxidasas13, 16
 — Dispersión en superficies de vidrio7, 19
 — Liberación de:
 Especies reactivas del oxígeno7, 22, 23, 24 y del nitrógeno25, 26
 Interleuqinas 1 y 10 (IL-1 e IL-10)27, 28
 Factor necrosante de tumores (TNF)29
 Factor estimulador de la formación de colonias
 de granulocitos y macrófagos (GM-CSF)30, 31
 Activador del plasminógeno32
 TABLA 2.— Incremento de producción de mediadores inflamatorios
          in vivo en la infección aguda experimental con Trypanosoma cruzi Citoquinas:— Interferón - g (IFN-g)11, 12, 24
 — Factor necrosante de tumores (TNF)29
 — Interleuqinas 1 y 6 (IL-1 e IL-6)27, 53, 54
 — Factor de transformación del crecimiento
 b (TGF-b)55
 — Factor estimulante de la formación de colonias
 (CSF)30
 Especies reactivas del oxígeno y del nitrógeno:
 — Peróxido de hidrógeno (H2O2)7, 24
 — Radicales libres22, 23
 — Nitritos25, 26
 Metabolitos del ácido araquidónico:
 — Actividad plaquetaria56
 — Tromboxano B2 en plasma57
 Proteínas de fase aguda:
 —a-macroglobulina58
 — Amiloide P sérico (SAP)53, 58, 59
 — C359
 Activador del plasminógeno32
 
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