|  |  | DEFICIENCIA de
          b-cetotiolasa DEFICIENCIA DE LA 2-METILACETOACETIL-CoA TIOLASA MITOCONDRIAL EN
          ARGENTINA RAQUEL D. de KREMER1,
          CATALINA D. de BOLDINI1, RICHARD I. KELLEY2, GABRIEL E. CIVALLERO1 1 Centro de Estudios de las
          Metabolopatías Congénitas, CEMECO, Cátedra de Pediatría y
          Neonatología, Facultad de Ciencias Médicas, Universidad Nacional de
          Córdoba; Hospital de Niños, Ministerio de Salud de la Provincia de
          Córdoba; 2Kennedy Krieger Institute, Baltimore, MD, USA Key words: genética médica, errores innatos, cetoacidosis,
          organicoacidurias, isoleucina, b-cetotiolasa,
          2-metil-3-hidroxibutirato Resumen  A partir
          de la descripción de dos pares de hermanos, pertenecientes a fami-
          lias no emparentadas, una argentina con antecedentes de consanguinidad
          y de ancestros irlandeses y la otra oriunda del Paraguay, en quienes
          se reconoció la deficiencia de la 2-metilacetoacetil-CoA tiolasa
          mitocondrial, comúnmente conocida como la deficiencia de la
          b-cetotiolasa (DCT; McKusick 203750; EC 2.3.1.9), intentamos delinear
          las consecuencias clínicas y bioquímicas de este defecto genético
          en el sexto paso del catabolismo de la isoleucina. La expresión
          fenotípica que presentaron los pacientes, correspondió a la forma
          clásica de DCT; el cuadro clínico uniforme se inició entre los 7 y
          15 meses de edad y comprendió esencialmente, una asociación de uno o
          varios severos ataques cetoacidóticos e hiperglucemia constatada en
          dos de ellos. La demostración por cromatografía en capa delgada de
          la tiglilglicina, dinitrofenilhidrazona de la butanona, aminoacidemia
          y aminoaciduria normales y un perfil único de ácidos orgánicos
          obtenido por cromatografía en fase gaseosa y espectrometría de masa
          (CG/EM) con excreción de grandes cantidades de los metabolitos
          característicos de la enfermedad, 2-metil-3-hidroxibutirato,
          2-metil-acetato, tiglilglicina y 2-etilhidracrilato permitieron
          establecer el diagnóstico bioquímico de la DCT. El ensayo de la
          b-cetotiolasa en linfocitos y polimorfos nucleares de la única
          sobreviviente (VT), demostró una falta de activación por el ión K+
          cuando se utilizó el acetoacetil-CoA como sustrato. Esta primera
          comunicación argentina sobre la DCT, permite inscribir tres aspectos
          ampliatorios respecto a las referencias previas: incorpora otros
          distintos orígenes étnicos de los pacientes, señala un análisis
          morfológico de material de autopsia sin cambios estructurales en
          cerebro, hígado y riñón y marca en la paciente VT, una disociación
          entre una clínica asintomática a partir de los 7 años y la
          persistente anormalidad bioquímica hasta la edad actual de 16 años.
          El conocimiento de la existencia de estas patologías en nuestro
          medio, aunado a la disponibilidad y acceso a la CG/EM de alta
          precisión y rapidez, permitirán reconocimientos precoces y mejores
          resultados terapéuticos. Abstract Mitochondrial
          2-methylacetoacetyl-CoA thiolase deficiency in Argentina. From the
          description of two pairs of siblings belonging to unrelated families,
          one Argentine family with a history of consanguinity and Irish
          ancestry and the other family native of Paraguay, in whom
          mitochondrial 2-methylacetoacetyl-CoA thiolase deficiency, commonly
          known as b-ketothiolase deficiency (b-KTD, McKusick 203750; EC
          2.3.1.9) was recognized. We tried to outline through this experience
          the clinical and biochemical consequences of this genetic defect in
          the 6th step of the isoleucine catabolism. The phenotyoic expression
          presented by the patients belonged to the classical form of b-KTD.
          Seven to 15 months was the age at onset of the uniform clinical
          pattern this being essentially an association of one or several severe
          ketoacidotic episodes and hyperglycemia which was observed in two
          patients. The thin-layer chromatography of the tiglyl-glycine, and
          dinitrophenylhydrazone of the buta-none were positive; aminoacidemia
          and amino-aciduria revealed normal levels. The organic acids having a
          unique profile obtained through gaschromatography and
          mass-spectrometry (GC/MS) showed excretion of large quantities of
          metabolites characteristic of the disease: 2-methyl-3-hydroxybutirate,
          2-methylacetoacetic acid, tiglylglycine and 2-ethylhydracrilic acid
          which led us to establish the biochemical diagnosis of b-KTD. The
          assay of the b-ketothiolase in lympho-cytes and polymorphonuclear
          leukocytes of the only surviving patient (VT) showed absence of
          activation by the K+ ion when the acetoacetyl-CoA was used as a
          substrate. This first Argentine report about b-KTD leads us to mention
          three amplifying aspects with regards to previous literature: it adds
          other different ethnic ancestries of patients, points out a
          morphological analysis of autopsy material with unchanged structures
          in the brain, liver and kidneys and marks in the patient VT a
          dissociation between a symptom-free clinical pattern since age 7 and
          the persistent biochemical abnormality until the present age, 15
          years. The knowledge of the existence of these diseases in our country
          together with the availability and access to GC/MS of high precision
          and speed, will allow early diagnosis and better therapeutic results.   Dirección postal: Dra. Raquel D. de Kremer, CEMECO,
          Hospital de Niños, Corrientes 643, 5000 Córdoba, Argentina Recibido: 15-IX-1995 Aceptado: 11-XI-1996 La deficiencia de la 2-metilacetoacetil-CoA tiolasa mitocondrial,
          comúnmente denominada deficiencia de la b-cetotiolasa (DCT), es una
          afección genética del catabolismo de la isoleucina de carácter
          autosómico recesivo. El defecto mole-cular ha sido identificado en
          una específica tiolasa mitocondrial de cadenas cortas, la
          2-metil-acetoacetil-CoA tiolasa (EC 2.3.1.9, T2), la cual hidroliza
          2-metilacetoacetil-CoA a propionil-CoA y acetil-CoA1-3. Esta enzima es
          también necesaria para la utilización de los cuerpos cetónicos en
          tejidos extrahepáticos, donde actúa por hidrólisis del
          acetoacetil-CoA para formar acetil-CoA4. La T2 es la única tiolasa de
          las cinco hasta ahora conocidas en los tejidos humanos, que posee la
          peculiar propiedad que su actividad es estimulada por ion K+ cuando el
          acetoacetil-CoA es utilizado como sustrato1. Concordan-temente, en los
          tejidos de los pacientes con DCT, la T2 no es activada por el ion K+.
 Entre 1971 y 1973, se realizaron las primeras descripciones de la DCT
          por Daum y col.5, 6; a partir de allí, alrededor de 20 pacientes han
          sido reconocidos en la bibliografía mundial. Las manifestaciones
          típicas son crisis intermitentes de severa acidosis metabólica y
          cetosis con comienzo anterior a los dos años de edad. Esta
          sinto-matología se acompaña por vómitos, con frecuencia
          hematemesis, diarrea y coma, el cual puede progresar a la muerte del
          niño. Los mayores metabolitos urinarios son el ácido
          2-metil-3-hidroxibutírico (2-MHB), el ácido 2-metil-aceto-acético
          (2-MAA) y su producto de decarboxilación, la butanona; otros
          derivados del bloqueo metabólico de la isoleucina son la
          tiglilglicina (TG) y el ácido 2-etilhidracrílico (2-EH). Una
          completa revisión sobre la DCT y su ubicación nosológica en el
          grupo de las organicoacidurias genéticas de cadena ramificada
          (OAG-CR) ha sido recientemente publicada7.
 El motivo de esta comunicación, es relatar los estudios clínicos y
          bioquímicos realizados en dos pares de hermanos pertenecientes a
          familias no emparentadas y de diferentes orígenes étnicos en quienes
          se reconoció la DCT. La muerte de tres de estos niños durante los
          episodios agudos, aunado a las observaciones de una larga evolución
          favorable en la única sobreviviente, ponen en relieve la vital
          importancia del diagnóstico como la potencialidad terapéutica de
          esta patología. Este trabajo también amplía nuestros
          reconocimientos previos de patologías inéditas del grupo de las
          OAG-CR en la Argentina8, 9.
 Descripciones clínicas Familia T.: Constituída por 4 hijos, 2 de los cuales, Marcela T. y
          Verónica T., nacidas en 1977 y 1979 respectivamente, se refieren
          aquí como las propósitos (casos índices). Ambos padres argentinos,
          de ascendencia irlandesa, son primos segundos; el único antecedente
          patológico en la familia, es un primo de las niñas afectado de
          Fenilcetonuria Clásica. No se registraron datos de significación
          patológica en la historia gestacional, perineonatológica y del
          desarrollo psicomotor pertinente a ambas niñas.Marcela T.: Hasta el año de edad, solo demostró marcada
          irritabilidad, llanto fácil y rechazo franco a la leche, sus
          derivados y a la carne, no así a las frutas y verduras. A la edad de
          1 año y 4 meses, en ocasión de un período de vacaciones, la madre
          se propuso insistir con la carne para «suplir la leche»; a partir de
          allí la niña comenzó con vómitos, somnolencia, estupor y polipnea,
          cuadro que fue interpretado en la villa serrana como
          «bronquiolitis». No obstante el traslado de la paciente a una unidad
          de terapia intensiva en el curso de aquel día, los síntomas
          progresaron rápidamente; en el término de 36 horas se produjo coma
          profundo, convulsiones y paro cardiorrespiratorio. Los médicos que
          asistieron a Marcela T. no pudieron establecer una posible causa de la
          muerte de la lactante.
 Verónica T.: El primer grave episodio ocurrió a los 9 meses de vida
          y fue desencadenado aparentemente, por un proceso de vías aéreas
          superiores. El comienzo se manifestó por vómitos, seguido de
          letargia, hiperven-tilación y coma profundo. En estas condiciones, de
          un estado terminal, establecimos el primer contacto con la Familia T.
          El examen de la paciente, salvo las manifestaciones neurológicas
          arriba descriptas, no demostró otros hallazgos positivos. Los
          análisis bioquímicos efectuados en pleno estadio crítico señalaron
          esencialmente una severa acidosis (pH 7,06; bicarbonato 6,5 mEq/l;
          exceso de bases -18 mEq/l, pCO2 23,3 mm Hg, pO2 44,6 mmHg) e
          hiperglucemia (192 mg/dl). Aminotransferasas, sodio, potasio, calcio y
          fósforo inorgánico resultaron normales; el hemocitológico señaló
          glóbulos rojos 4,2 x 1012/l; glóbulos blancos 20 x 109/l,
          polinucleares 69%. La orina fue positiva (++++) para cetonas (acetona
          + acetoacético). La investigación efectuada en nuestro laboratorio
          en 1981, demostró ausencia de sustancias reductoras en orina, modelos
          de los aminoácidos séricos y urinarios normales y negativa la
          investigación de los alfa ceto-ácidos, p-hidroxifenólicos y del
          ácido metilmalónico; la cromato-grafía en capa delgada (CCD)
          demostró una excreción de compuestos acídicos anormales aunque no
          identificados. La aplicación de la CCD para la detección de
          isovaleril-glicina (metabolito no volátil característico de la
          Acidemia Isovalérica, AIV), resultó positivo. En esta etapa, sólo
          pudo establecerse la alta presunción de una organicoaci-duria
          genética en base a los antecedentes en la hermandad, consanguinidad
          de los padres y una muy grave crisis de acidosis metabólica con
          cetosis en una paciente con fenotipo normal. Si bien los datos de
          laboratorio no permitieron confirmar una específica entidad, la
          extrema gravedad de Verónica T. marcaba una indicación genérica
          para resolver la emergencia metabólica, cual era la diálisis
          peritoneal. La respuesta fue dramática: reversión de la
          sintomatología y un retorno total a la normalidad clínica y
          bioquímica al cabo de 5 días. Temporalmente, debido a una CCD
          positiva para la isovalerilglicina y por ende para una presuntiva AIV,
          se instauró una dieta restrictiva en proteínas (1-1,5 g/Kg/día) con
          especial cuidado de no superar los aportes de L-leucina de 200
          mg/Kg/día. Con ello efectuamos, sin proponernos, una restricción
          también en la L-isoleucina ya que estos dos aminoácidos están por
          lo general juntos y en concentraciones similares en los alimentos
          corrientes.
 Múltiples graves ataques cetoacidóticos se presentaron hasta los 7
          años de edad, todos a partir de virosis banales y con un constante
          síntoma premonitorio, los vómitos incoercibles. Las urgentes
          terapias para las crisis consistentes en eliminación total de la
          ingesta proteica, provisión de adecuado aporte calórico, usualmente
          con glucosa (para suprimir el catabolismo proteico endógeno y
          cetogénesis) y corrección de anormalidades de los fluidos y
          electrolitos con el bicarbonato de sodio permitieron resolver las
          emergencias, sin necesidad de diálisis peritoneal. La dieta fue
          liberada lentamente a nivel familiar entre los 7 y 8 años de edad de
          Verónica T., quien en la actualidad es una adolescente de 16 años,
          con aptitudes físicas normales y sobresaliente capacidad intelectual.
 Familia E.: Constituida por 7 hijos, 2 de los cuales, Evelyn E. y
          José E. fueron los afectados. La primera fue referida a nuestro
          Centro para estudios metabólicos durante su hospitalización y el
          segundo por inferencia de su historia clínica. Los padres eran sanos,
          no consanguíneos, y de origen paraguayo con residencia temporaria en
          Argentina. No se registraron antecedentes patológicos en la familia.
 Evelyn E.: Nació en 1983, de un embarazo y parto normal con 2.950 g
          de peso. Fue alimentada con lecha materna, suplementada con leche
          maternizada. A partir de los 3 meses de edad, se incorporaron frutas y
          verduras y a los 6 meses, la carne. Recibía controles pediátricos
          ambulatorios, cuyo registro no reveló datos de posible connotación
          con las manifestaciones posteriores, salvo una notoria irritabilidad.
          Su primera y única crisis se expresó a los 7 meses de edad después
          de 5 días de diarrea y vómitos que no cedieron con la terapia
          pediátrica habitual. Al ingreso hospitalario, el examen físico
          señaló una niña con un peso de 7.080 g, sensorio deprimido,
          hiperventilación e hiperrreflexia osteotendinosa profunda y estado de
          coma a las pocas horas. El examen cardiovascular fue normal, FC 120
          por min, FR 40 por min. Los análisis bioquímicos revelaron una
          extrema acidosis metabólica (pH 6,97; bicarbonato 3,5 mEq/l; exceso
          de bases -25 mEq/l, pCO2 14 mm Hg, pO2 110 mm Hg) e hiperglucemia (240
          mg/dl); glóbulos rojos 3,75 x 1012/l; leucocitos 19,2 x 109/l,
          neutrófilos 62%; salicilemia 1,25 mg/dl; cetonuria ++++; L.C.R. fue
          bacteriológico negativo y citoquímico normal. Los intentos de
          corrección de la acidosis metabólica con fluidos parenterales no
          produjeron retroceso de la sintomatología; por ello se instauró la
          diálisis peritoneal que también resultó infructuosa, falleciendo la
          niña al segundo día de internación. Los resultados de nuestro
          laboratorio dirigidos a la pesquisa de una presunta metabolopatía
          hereditaria, se superponen a los ya descriptos para Verónica T. El
          análisis morfológico de material de necropsia autorizado, hígado,
          riñón y cerebro, no señalaron alteraciones a la microscopía
          óptica. La preservación de una pequeña muestra de orina a -20°C
          (la niña estaba prácticamente en anuria durante la internación),
          permitió 4 años después establecer el diagnóstico bioquímico por
          CG/EM.
 José E.: Hermano menor de Evelyn E., nació en Paraguay en 1992. A
          los 9 meses de edad, estando en su país de origen, el lactante
          presentó igual cuadro clínico que su hermana, según comunicación
          personal del padre. No obstante de la precisa información
          diagnóstica y terapéutica brindada, se nos informó posteriormente
          que el niño había fallecido. Desconocemos si las indicaciones fueron
          seguidas y en dicho caso, el grado de compromiso en el momento de su
          aplicación.
 Material y métodos Muestras biológicas Las muestras de orina y plasma de Verónica T. (1980-1995) fueron
          obtenidas durante las crisis y períodos de remisión, fraccionadas y
          conservadas a -20°C. En iguales condiciones se mantuvo la única
          muestra de Evelyn E., de 2 ml de orina. Los especímenes
          correspondientes a la primera crisis de Verónica T. y a la de Evelyn
          E. fueron aptas para el análisis por CG/EM a los 7 y 4 años de las
          respectivas recolecciones. Métodos analíticos Los procedimientos de CCD para aminoácidos plasmáticos y
          urinarios, ácidos fenólicos y ácidos orgánicos no volátiles
          fueron descriptos con anterioridad10. La investigación del ácido
          metilmalónico, hidrazonas de los alfacetoácidos urinarios, ácidos
          orgánicos urinarios por CCD bidimensional y el primer ensayo de
          caracterización y cuantificación de ácidos orgánicos urinarios por
          CG/EM se realizó de acuerdo a una descripción previa9. Para la
          síntesis de la TG se procedió según la técnica de Rowley y
          Gerritsen11. Cromatografía en fase gaseosa (CG) según procedimiento utilizado
          en CEMECO Se analizaron cualitativa y cuantitativamente los ácidos
          orgánicos urinarios de acuerdo a una modificación del método de
          Tanaka y col.12. Los ácidos fueron oximados con hidroxilamina,
          extraídos con acetato de etilo y derivatizados con BSTFA + 1% de
          TMCS, con ácido pentadecanoico como estándar interno. Alícuotas se
          cromatografiaron sobre columnas HP1 y HP35 de 0,25 mm x 25 m y 0,5 uM
          de espesor, utilizando temperatura programada (70 a 270°, 4/min), con
          detector FID en un cromatógrafo de gases Hewlett-Packard 5890. Los
          ácidos fueron identificados y cuantificados según sus índices de
          metileno y el programa analítico HP336512. Ensayo de la actividad de la b-cetotiolasa mitocondrial en
          leucocitos Esta determinación se realizó según el procedimiento de Hiyama y
          col.13. Resultados I. Estudios cooperativos en un centro foráneo (1987) Los específicos metabolitos urinarios de la DCT en ambas
          pacientes, Verónica T. y Evelyn E. fueron identificados por CG/EM por
          uno de nosotros (R.I. Kelley). Ellos fueron: 2-MHB, 2-MAA y TG, a los
          cuales se agregaba la presencia de los ácidos 3-hidroxibutirato y
          adipato propios del estado de severa cetosis de las pacientes. En la
          Tabla 1 se muestran los valores cuantitativos de estos compuestos
          durante el primer ataque y la consecutiva remisión de Verónica T.
          Los valores de Evelyn E. en la única muestra de crisis (dato no
          mostrado) fueron prácticamente iguales. II. Investigaciones posteriores al diagnóstico bioquímico a) Identificación retrospectiva por CCD de otros compuestos
          marcadores de la patología: butanona y TG.En todas las muestras de Verónica T., tanto las de crisis como
          aquellas pertenecientes a las de su completa remisión clínica, se
          demostró la presencia de butanona que fue puesta en evidencia por su
          específica 2,4-dinitrofenilhidrazona en CCD monodimensional. La
          obtención de la TG por síntesis seguido de la verificación de su
          tiempo de retención por CG, permitió la utilización del compuesto
          como testigo para la CCD bidi-mensional (primera dirección:
          tetracloruro de carbono-ácido acético glacial 4:1, v/v y segunda
          dirección: piridina-acetato de etilo-ácido acético glacial-agua
          8:20:3:3, v/v). Este procedimiento permitió afirmar la presencia de
          la tiglilglicina en las muestras de crisis de Verónica T. y logró
          una separación inequívoca con la isovalerilglicina, metabolito
          característico de la Acidemia Isova-lérica cuyo cuadro clínico es
          idéntico al de los pacientes con DCT.
 b) Perfil acídico urinario y cuantificación de los metabolitos
          anormales por CG de la paciente Verónica T. a los 15 años de edad.
 En la Figura se muestra la persistencia de los metabolitos anormales
          característicos de la DCT: 2-MHB, 2-MAA, TG y 2-EH y en la Tabla 1 se
          señala la respectiva cuantificación de estos compuestos.
 c) Actividad de la b-cetotiolasa mitocondrial en sangre periférica de
          Verónica T., sus padres y controles normales.
 La actividad de la b-cetotiolasa fue determinada usando
          acetoacetil-CoA (sustrato común de la metilacetoacetil-CoA tiolasa
          mitocondrial y de la acetoacetil-CoA tiolasa citosólica) en presencia
          o ausencia de iones K+ (Tabla 2). En ausencia de K+, la actividad fue
          similar en los pacientes y en los controles. Sin embargo, en presencia
          de K+ hubo una franca estimulación de la actividad en los linfocitos
          y polimorfos nucleares de los controles sanos y heterocigotos pero sin
          cambio en las células de la paciente; este ensayo confirmó la
          incapacidad de la 2-metilacetoacetil-CoA mito-condrial de ser activada
          por K+.
 Discusión Los pacientes con DCT descriptos hasta ahora en la bibliografía
          mundial no sobrepasan los 22 casos, constituyendo la casuística que
          aquí se presenta la primera descripción en Argentina, no obstante la
          mención de Sfvik que refiere otro u otros reconocimientos pero sin
          documentación bibliográfica14. En este escaso número de enfermos,
          ha sido observado un amplio espectro de heterogeneidad de expresión,
          que sugirió y en varios casos ya fue demostrado, una considerable
          diversidad en las anormalidades del gen responsable de la
          patología15.Pero en los dos pares de hermanos de este relato, la heterogeneidad no
          fue un dato concurrente debido a la uniformidad fenotípica,
          clínica-bioquímica, que presentaron los propósitos. Ellos
          coincidieron con la denominada forma clásica de DCT, de frecuentes y
          catabólicas crisis en el lactante acompañadas de un perfil acídico
          urinario característico de los metabolitos 2-MHB, 2-MAA, TG, 2-EH y
          la butanona. El otro hecho índice, la extrema gravedad de la
          afección por la muerte de tres de los lactantes entre las 48 y 72
          horas de instalado el cuadro, tampoco significó una diferencia obvia
          con las descripciones anteriores de esta variante. Por lo tanto,
          definida la forma clínica de los pacientes aquí reconocidos,
          entendemos que esta presentación inscribe tres aspectos ampliatorios
          de la DCT de connotaciones diferentes. En primer lugar, la
          incorporación de otros distintos orígenes étnicos en los cuales fue
          reconocida la entidad, en este caso una familia argentina de ancestros
          irlandeses y la otra oriunda del Paraguay. Si se añade la única
          comunicación sudamericana de DCT de Wajner y col. del Brasil16, grupo
          también dedicado al estudio de las enfermedades metabólicas
          hereditarias, ello no hace más que confirmar la existencia de este
          tipo de patologías en nuestros respectivos ámbitos, con una alta
          probabilidad de un número de pacientes mayor al ya descripto, sobre
          todo si se tiene en cuenta los fallecidos sin diagnóstico. En segundo
          término, la oportunidad que tuvimos de una prolongada observación de
          la historia natural de la enfermedad en la única sobreviviente; este
          seguimiento mostró una franca dicotomía entre una clínica
          asintomática a partir de los 7 años de edad y la persistente
          anormalidad bioquímica hasta la edad actual de 16 años de Verónica
          T. En este aspecto, varias cuestiones permanecen sin elucidar y
          necesitan de otras investigaciones tendientes a avanzar en los
          estudios de mecanismos fisiopatogénicos de tal comportamiento, a
          prevenir la eventual descom-pensación de la homocigota de DCT frente
          a un futuro embarazo y a caracterizar la mutante génica y su
          correlación fenotípica. Al respecto, cabe mencionar un trabajo
          documentado de embarazos y partos sin complicaciones en mujeres
          afectadas de Acidemia Propiónica y Cetoacidosis de Cadena Ramificada
          (Enfermedad del Jarabe de Arce), las que fueron tratadas con
          restricción proteica y suplementación con carnitina17. Si bien son
          situaciones similares a la DCT, cada una de las futuras madres que
          padece este tipo de enfermedades deberá ser tratada en forma
          individual, de acuerdo a su específico estado clínico y bioquímico.
          El tercer punto a considerar se refiere al análisis histológico de
          material postmortem (hígado, riñón y cerebro) por microscopía
          óptica: no se observaron alteraciones, lo que señala una diferencia
          fundamental respecto a nuestra previas experiencias con otras OAG-CR,
          Acidemia Isovalérica8 e indirectamente por RMN del cerebro en la
          Deficiencia de la 3-Hidroxi-3-Metilglutaril-CoA Liasa9, que mostraron
          profundos cambios estructurales en los tejidos estudiados. Es posible
          que esa falta de severo ataque de los metabolitos acídicos de la DCT
          particularmente a la estructura del SNC, pueda explicar la
          recuperación total y sin secuelas neurológicas observadas en
          Verónica T. Existen referencias acerca de un pronóstico excelente en
          la DCT si las crisis se tratan en forma precoz y se mantiene la
          restricción proteica en los primeros años de vida7.
 Otros dos aspectos adicionales que merecen mención se relacionan el
          uno con la específica entidad aquí tratada y el otro con el
          genérico grupo de las OAG-CR. El primero es la gran utilidad de fijar
          la atención en los datos bioquímicos de menor nivel de complejidad y
          ejecutables en un laboratorio hospitalario; en la dCT la constatación
          de acidosis metabólica, cetonuria, aminoacidemia y aminoaciduria
          normales, sumado a un signo bioquímica de escasa frecuencia en estas
          enfermedades metabólicas de los ácidos orgánicos, la hiperglucemia
          (explicada muy recientemente por el impacto de los metabolitos
          tóxicos endógenos sobre el páncreas18), aproximan al diagnóstico y
          facultan a una terapia de emergencia. Si a lo anterior se incorpora la
          identificación de butanona y TG por CCD, el ajuste de la presunción
          se torna aún mayor. En segundo término, se reitera la importancia
          decisiva de la recolección de muestras biológicas, plasma sanguíneo
          y sobre todo orina en pleno ataque y su adecuada conservación.
          Cualquiera sea la evolución del paciente, el asesoramiento genético
          resulta crítico e irreso-luble si no se cuenta con dicho material.
 En base a las implicancias vitales del reconocimiento de estas
          enfermedades, se considera necesario la difusión de la disponibilidad
          de la CG/EM en CEMECO, como instrumentación clave para el
          diagnóstico rápido y preciso de las organicoacidurias genéticas.
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 TABLA 1.— Cuantificación de ácidos orgánicos urinarios* de
          Verónica T. durante su primera crisis y posterior remisión en el
          año 1980 y los valores actuales Acido o Conjugado Año 1980 Año 1995Crisis Remisión Remisión
 3-Hidroxibutirato 42.334 nd nd2-Metil-3-hidroxibutírico 2.231 520 1304
 2-Metil-acetoacético 128 103 22
 Tiglilglicina 1.170 248 923
 Ethilhidracrílico nd nd 18
 * Los valores corresponden a mg/g creatininand: no detectado
 Fig.— Perfil de ácidos orgánicos urinarios obtenido por
          cromatografía en fase gaseosa de Verónica T. a los 15 años de edad.1) 3-hidroxibutirato, 2) 2-metil-3-hidroxibutirato, 3) tiglilglicina,
          4) hipurato, 5) pentadecanoato (estándar interno).
 TABLA 2.— Actividad de la b-cetotiolasa en leucocitos* de
          Verónica T., padres y controles sanos Linfocitos Polimorfos NuclearesK+(-) K+(+) K+(-)/ K+(-) K+(+) K+(-)/
 K+(+) K+(+)
 Verónica T. 4,42 4,43 1,00 0,85 0,88 1,03Madre 5,21 7,82 1,50 nd nd nd
 Padre 3,88 6,46 1,70 nd nd nd
 Controles sanos
 Control 1 3,28 5,57 1,70 1,16 2,90 2,50
 Control 2 2,66 4,52 1,70 1,56 2,51 1,60
 Bibliografía13
 Paciente 4,44 4,76 1,07 0,89 0,93 1,04
 Madre 2,73 5,59 2,05 1,28 2,73 2,13
 Controles
 X- ± SD (n = 20) 3,31 6,54 2,01 1,12 3,01 2,73
 ± 0,76 ± 1,37 ± 0,32 ± 0,35 ± 0,69 ± 0,96
 * Los valores corresponden a nmol/mg de proteínas/min y
          representan el promedio de tres determinaciones.nd: no determinado.
 
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