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MIOSITIS POR CUERPOS DE INCLUSION
MIOSITIS POR CUERPOS DE INCLUSION COMUNICACION DE CUATRO CASOS
ANA L. BASQUIERA1,
FRANCISCO CAEIRO1, SANTIAGO PALACIO1, RICARDO THEAUX2, ANDREA CASALE1,
CECILIA LUCERO1, ALEJANDRO ALVARELLOS1
1Servicios de Reumatología
y Neurología, Hospital Privado Centro Médico de Córdoba;
2Laboratorios de Neuropatología, Universidad Católica de Córdoba
Resumen
La
miositis por cuerpos de inclusión (MCI) es una de las miopatías
inflamatorias primarias, caracte- rizada por presentarse en pacientes
mayores de 50 años de edad. Se describen cuatro casos de MCI,
incluidos de acuerdo a los criterios de Mendell et al. La edad al
momento del diagnóstico fue entre 60 y 82 años, y el tiempo promedio
desde el inicio de los síntomas fue de 5.7 años. En dos pacientes,
la dificultad progresiva en la marcha motivó la consulta, mientras
que los restantes comenzaron con debilidad en miembros superiores.
Tres presentaron disfagia, en uno se comprobó parálisis
diafragmática y en otro paciente ptosis palpebral bilateral. Las
secciones histológicas del tejido muscular mostraron invasión de
células mononucleares a fibras musculares no necróticas, vacuolas
bordeadas, depósitos intracelulares de amiloide y tubulofilamentos de
16 a 21 nm de diámetro en la ultramicroscopía. Se encontraron
anomalías mitocondriales en dos casos. No hubo respuesta favorable al
tratamiento con esteroides. Nuestra serie contribuye a la idea de que
la presentación clínica de la miositis por cuerpos de inclusión
conforma un espectro más amplio que lo clásicamente descripto.
Palabras clave: miositis por cuerpos de
inclusión, diagnóstico, disfagia, músculos respiratorios, ptosis
palpebral
Abstract
Inclusion
body myositis. Four cases reports. Inclusion body myositis (IBM)
is a primary inflammatory myopathy characterized by an older age at
presentation. We describe four IBM cases fullfilling Mendell’s
diagnostic criteria. All patients were older than 60 years at
diagnosis and the mean length of time from onset to diagnosis was 5.7
years. Two of them complained of leg weakness with unsteady gait and
the other two, of upper limb weakness. Three patients had dysphagia,
one of them had diaphragmatic paralysis and another had bilateral
blepharoptosis. Histological sections of the muscle biopsy showed
mononuclear cell invasion of nonnecrotic muscle fibers, rimmed
vacuoles, intracellular amyloid deposits and 16-21 nm tubulofilaments
by electron microscopy. Mitochondrial anomalies were found in two
cases. Only one patient had transient response to steroid therapy. Our
serie shows that clinical presentation of inclusion body myositis
includes a broader spectrum than the classical description.
Key words: myositis, inclusion body, diagnosis,
deglutition disorders, respiratory muscles, blepharoptosis
Dirección postal: Dra. Ana Lisa Basquiera, Hospital
Privado Centro Médico de Córdoba, Naciones Unidas 346, 5016
Córdoba, Argentina.
Fax:(54-351) 4688272 e-mail: anabasquiera@arnet.com.ar
Recibido: 6-IX-2001 Aceptado: 8-XI-2001
Las principales categorías de miopatías inflamatorias primarias
son la miositis por cuerpos de inclusión (MCI), la polimiositis (PM)
y la dermatomiositis (DM)1.
La MCI afecta a adultos mayores de 50 años de edad, predominando en
el sexo masculino, y se caracteriza por un comienzo insidioso y un
curso crónico, manifestado por debilidad muscular proximal y distal,
leve aumento de las enzimas musculares, hallazgos característicos en
la microscopía óptica y electrónica y pobre respuesta al
tratamiento esteroideo1.
La mayoría de los casos son esporádicos, aunque existen formas
hereditarias, con herencia autosómica dominante o recesiva2.
Se considera que la MCI es responsable de un porcentaje creciente de
los pacientes con miopatía inflamatoria, hasta un tercio en una
clínica de enfermedades neuromusculares2.
Se describen cuatro casos de MCI, realizando una breve revisión de la
presentación clínica de esta enfermedad, metodología diagnóstica y
evolución.
Materiales y métodos
Se analizaron en forma retrospectiva, cuatro pacientes atendidos en
los Servicios de Neurología y Reumatología del Hospital Privado de
Córdoba entre los años 1996 y 1999. Los mismos fueron incluídos de
acuerdo a los criterios de Mendell et al3. Se consideró un
diagnóstico definitivo de MCI cuando la biopsia muscular mostró los
siguientes hallazgos: a) infiltrado mononuclear con invasión de
fibras musculares no necróticas; b) fibras musculares vacuoladas; c)
depósitos intracelulares de amiloide o presencia de estructuras
tubulofilamentosas de 15 a 18 nm de diámetro por microscopía
electrónica.
Se estudiaron biopsias musculares a cielo abierto de los cuatro
pacientes con: a) material congelado en nitrógeno lí-quido para
técnicas enzimáticas, nicotinamida-adenina dinu-cleótido
dehidrogenasa (NADH), succinato dehidrogenasa (SDH),
citocromo-c-oxidasa (COX), y adenosina trifosfatasas (ATPasas); e
histoquímica con hematoxilina-eosina (H-E), tricrómico de Gomori
modificado, ácido peryódico-Schiff (PAS), oil red O (O.R.O.), rojo
Congo y examen en luz polarizada; b) material fijado en
glutaraldehído al 4% e incluido en resinas plásticas para examen al
microscopio electrónico; c) material fijado en formol al 10% e
incluido en parafina para técnicas habituales (H-E y Masson) e
inmunohistoquímicas por el método ABC (avidin-biotin-complex)
utilizando anticuerpos mono-clonales (Laboratorios Biogenex) contra
linfocitos T (UCHL-1) y linfocitos B (CD20).
Resultados
La edad de los pacientes al momento de la consulta fue entre 60 y
82 años, siendo tres de ellos de sexo femenino. El tiempo desde el
inicio de los síntomas al diagnóstico tuvo una media 5.7 años.
La debilidad proximal en miembros superiores o miembros inferiores fue
el síntoma de presentación en todos los casos y dos de los pacientes
también manifestaron debilidad distal en las consultas siguientes,
uno en miembros superiores y ambos en la flexión dorsal del pie. Tres
pacientes tuvieron disfagia al inicio de la enfermedad. En dos casos
había compromiso de los músculos cervicales, en uno los flexores y
en el otro los extensores. El paciente 1 presentó parálisis
diafragmática unilateral con incapacidad ventilatoria restrictiva, a
los 8 años aproximadamente de evolución de la enfermedad. En el
paciente 2 se constató ptosis palpebral bilateral a predominio
izquierdo.
Los reflejos osteotendinosos se encontraron alterados y hubo cierto
grado de atrofia muscular en todos los pacientes, pero la misma fue
prominente en el paciente 4.
Las características de los cuatro pacientes se presentan en la Tabla
1.
Las secciones histológicas del tejido muscular congelado en
nitrógeno líquido de los cuatro pacientes mostraron una disminución
de la población de fibras musculares, con proliferación
conectivo-adiposa; infiltrados inflamatorios linfoplasmocitarios (con
franco predominio de células T) rodeando e invadiendo a fibras
necróticas y no necróticas (Figura 1 A); atrofia de fibras con
morfología redondeada y angulosa, dispuestas en forma aislada o en
pequeños grupos (proceso denervativo); cambios degenerativos con
necrosis y miofagia; vacuolas simples y bordeadas (Figura 1 B) rojo
Congo positivas; inclusiones eosinófilas citoplasmáticas en todos
los casos y nucleares en dos, las cuales demostraron ser al
microscopio electrónico filamentos paralelos de 16 a 21 nm (figura 1
C y D). Es de destacar la presencia de anomalías mitocondriales en
dos de los pacientes: disminución de las fibras con actividad COX
(paciente 4), y nidos periféricos cristalinos en la técnica
enzimo-oxidativa NADH e hiperreactividad en la SDH (pacientes 2 y 4).
Discusión
A diferencia de lo previamente comunicado, en nuestra serie de
casos tres pacientes fueron del sexo femenino4.
La principal manifestación clínica encontrada fue la debilidad
lentamente progresiva de los músculos proximales; la debilidad distal
y la disfagia fueron frecuentes en el curso de la enfermedad.
En la serie de 18 pacientes de Lindberg et al4, la función muscular
más afectada fue la flexión de las articulaciones interfalángicas
distales, y luego la extensión de la rodilla, la flexión del cuello
y la extensión dorsal del tobillo. La media de pérdida de fuerza
muscular fue de 1.4% por mes. La disfagia se presentó en el 73 a 80%
de los casos. Algunos autores encontraron temprana y predominante
afectación distal, con ausencia de compromiso de músculos bulbares1.
Los flexores del cuello están afectados con relativa frecuencia en la
MCI1. No obstante, uno de nuestro pacientes presentó compromiso
severo de los extensores con incapacidad para mantener la cabeza
erguida. Una paciente de nuestra serie presentó parálisis
diafrag-mática unilateral. Existen dos descripciones de insuficiencia
respiratoria debida a MCI, una de ellas con afectación diafragmática
comprobada4,5. En nuestro caso, no se identificó otra causa que
explique la parálisis. La ocurrencia unilateral de la afectación
coincide con el compromiso muscular asimétrico descripto para la
MCI1.
El compromiso de los músculos extraoculares se comunicó en la MCI,
siendo un caso de compromiso del músculo recto lateral derecho4. Uno
de nuestros pacientes presentó ptosis palpebral; la biopsia muscular
de este caso mostró, además de los hallazgos típicos, alteración
de la trama mitocondrial. Las anomalías mitocon-driales constituyen
una característica de ciertas miopatías no inflamatorias que
comprometen la musculatura extraocular6.
La disminución o ausencia de los reflejos osteoten-dinosos, se
describió en la mayoría de las series publicadas de MCI. Esta
característica es debida, probablemente, a la atrofia que acompaña a
la debilidad, aunque algunos autores la atribuyen a la presencia de un
componente neurogénico, el cual es evidente en la biopsia muscular.
Al respecto, se han descrito hallazgos electromiográficos compatibles
con miopatía, neuropatía o formas mixtas7. Tres de nuestros
pacientes presentaron este último patrón.
Si la MCI es una miopatía inflamatoria primaria, o si es una
miopatía en la cual la respuesta inflamatoria juega un papel
secundario, es motivo de intensa investigación. Las fibras musculares
de los pacientes con MCI expresan moléculas del complejo mayor de
histocompatibilidad Clase-I (MCH-1). Los linfocitos que componen el
infiltrado son predominantemente células T CD8+, y en algunos casos
se ha demostrado que estas células están clonalmente expandidas en
los pacientes con MCI. Sin embargo, el probable autoantígeno aún no
ha sido identificado8.
Por otro lado, las vacuolas acumulan anormalmente distintos tipos de
proteínas: amiloide beta (Ab) y su precursor, ubiquitina (Ub), alfa
1-antitripsina, proteína priónica hiperfosforilada tau, proteína
quinasa-5-dependiente de ciclina, metaloproteinasas de la matrix
extracelular (MMP), y apolipoproteína E3, 9, 11. Algunas enfermedades
neurodegenerativas, como la enfermedad de Alzheimer, comparten algunas
de estas características inmunorreactivas.
La DM y la PM, a diferencia de la MCI, típicamente se presentan en
forma aguda o subaguda con debilidad muscular a predominio proximal.
En la DM un rash frecuentemente precede o acompaña a la debilidad. En
la mayoría de los pacientes con DM o PM los músculos abductores del
hombro se afectan más que los flexores de la muñeca y los dedos, y
los flexores de la cadera más que los extensores de la rodilla y los
dorsiflexores del pie, un patrón inverso al observado en la MCI. En
la histopatología, la DM se caracteriza por un infiltrado
inflamatorio perivascular o perifascicular que no invade fibras no
necróticas, y por atrofia perifascicular; en la PM el infiltrado
endomisial está compuesto por células CD8+ y macrófagos, pero no
presenta los demás hallazgos de la MCI1. El anticuerpo anti-Jo-1
(anti-histidil-ARNt sintetasa), un anticuerpo específico de miositis,
está presente en el 30% de los pacientes con DM y en el 21% de los
pacientes con PM, pero no en los pacientes con MCI11.
Una notable característica de la MCI es la falta de respuesta a la
terapéutica inmunosupresora, especialmente a los corticoides, en
dosis adecuadas para tratar la DM o PM. Si bien los niveles de
creatina-quinasa (CK) pueden descender, la enfermedad continúa su
curso progresivo12. Niveles más elevados de enzimas musculares al
inicio del tratamiento parecen asociarse a mejores resultados13. De
nuestra serie, la única paciente que presentó remisión temporaria
tenía los niveles más elevados de CK. Histológicamente, cuando se
comparan secciones de tejido muscular de pacientes tratados y no
tratados, no hay diferencia significativa entre estos grupos con
respecto al número de fibras musculares necróticas, no necróticas
invadidas por linfocitos T, y de fibras rojo Congo positivas14. El
tiempo prolongado que media entre el inicio de la enfermedad y el
diagnóstico, podría contribuir a la resistencia a la terapeútica12.
En resumen, a la luz de los conocimientos actuales, el espectro
clínico de la MCI es más amplio de lo previamente descripto, y debe
ser incluída en el diagnóstico diferencial de patologías con
compromiso faringoeso-fágico y diafragmático.
Bibliografía
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TABLA 1.– Características de los cuatro pacientes con miositis
por cuerpos de inclusión
Paciente 1 Paciente 2 Paciente 3 Paciente 4
Sexo* F F M F
Edad al diagnóstico 60 69 81 82
Demora al diagnóstico 8 años 10 años 4 años 8 meses
Debilidad proximal † MMII MMSS MMSS MMII
Debilidad distal SI SI NO NO
Músculos cervicales SI NO SI NO
Disfagia SI NO SI SI
Disnea SI NO NO NO
Reflejos osteotendinosos Hiporreflexia Hiporreflexia Arreflexia
Arreflexia
difusa difusa patelar patelar
Creatina-quinasa (U/L) 2149 82 209 230
Electromiograma Mixto Mixto Mixto Miopático
Respuesta a esteroides Transitoria Sin respuesta Sin respuesta Sin
respuesta
Seguimiento (meses) 32 42 52 12
*F = femenino, M = masculino. †MMSS = miembros superiores, MMII =
miembros inferiores.
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